Al llegar al hotel, me recosté en la cama y repasé cada uno de los eventos ocurridos en la casona, recordé a mi vecino y su actitud un poco hostil y la verdad creo que no era para menos, había invadido su espacio más íntimo, me sentía avergonzada de haberlo espiado... y de tanto pensar y darle vueltas al asunto, me fui quedando dormida, con mi guardián de sueños, Lilo, a un lado de mí.

Al día siguiente decidí que nos embarcaríamos en nuestro proceso de exploración de la vieja casona lo más temprano posible. Así es que Lilo y yo partimos casi de madrugada y, cuando ya estábamos relativamente cerca, estacioné el auto y caminamos varias cuadras hasta llegar a la casa. No quería que ese hombre que vivía a un lado, se diera cuenta de que estábamos ahí.

De forma muy silenciosa, casi fantasmal, entramos Lilo y yo a la casa. Era un lugar lúgubre, la mayoría de los cuartos estaban desocupados, con muy pocos muebles y la soledad que había en mi corazón, lo hacía parecer aún más desolado de lo que ya era.

Bajamos a un pequeño sótano que tenía la casa, era obscuro y tenía humedades que le daban un olor a madera vieja y a moho. Había algunas cajas. Fui abriendo cada una de ellas, encontré algunas cosas antiguas y dentro de una de ellas, había una caja de madera labrada, muy hermosa, dentro de ella había sobres que suponía eran cartas, todos estuvieron lacrados en su momento.

De todo lo que encontré en aquel sótano, esa cajita y su contenido fue lo único que verdaderamente llamó mi atención. Decidí llevármela para que una vez que estuviera en el hotel, pudiera revisar con detalle lo que ahí estaba guardado.

Después de terminar la búsqueda de tesoros en el sótano, me puse a limpiar la casa, ya que aunque necesitaba mucho mantenimiento, por lo menos la limpieza le daría un aire más agradable, corrí las cortinas viejas y raídas, necesitaba que entrara sol y que ese espacio se llenara de vida, acomodé los pocos muebles que había y no pude evitar dar una vuelta por el cuarto que tenía la grieta, de forma muy cuidadosa entré, solo para recordar un poco mi aventura del día anterior.

Al ver por el orificio me percaté que del otro lado, mi guapo amigo había puesto algo que me impedía ver más hacia su casa, pero entre las grietas que se extendían después del orificio, encontré un papelito doblado, estaba segura que no lo había visto ahí el día anterior. Lo abrí y decía simplemente:

Ángela,
Le ofrezco una sincera disculpa, en ningún momento fue mi intención hacerla sentir mal, creo que no medí mis palabras.
Fernando Colbert.

Me llamó la atención que ese hombre tan serio y hasta un poco rudo, me hubiera dejado una nota tan dulce, cuando quien realmente había cometido la falta había sido yo.

Busqué en mi bolsa una libreta de notas, y decidí contestar a su mensaje en el mismo idioma que él utilizó, el escrito:

Fernando, gracias por su nota.
No tiene por qué disculparse, quien cometió la indiscreción fui yo. No lo hice con la intención que tal vez se imagina. Le ofrezco una sincera disculpa y prometo que no volverá a pasar.
Ángela :)

Hice rollito la nota, con un palo empujé un poco eso que cubría el orificio en su pared, que por lo ligero que estaba, supuse que era un cuadro, y aventé la notita que le escribí, para que fuera a dar a su casa.

Después de muchas horas, terminé de limpiar mi nueva casa y estaba exhausta, y creo que Lilo también, se había quedado dormido en uno de los cuartos, arropado con los rayos del sol vespertino que entraban por la ventana.

Después de un rato y para ser testigo del atardecer que ya estaba acariciando el cielo, salí al patio de la casa, el cual se conectaba a su vez con el patio de mi vecino, y al final del mismo, se extendía un viejo muelle y me fui a sentar ahí un rato.
 

Necesitaba meditar, acomodar las ideas sobre el rumbo que tomaría mi vida y lo que finalmente haría con la casa.

La paz que se percibía en ese espacio era infinita, corría una brisa muy suave y empecé a llenar mi espíritu de esa sensación, cerré los ojos por un momento, pensando en todo y en nada a la vez... un aroma familiar me fue invadiendo, cuando lentamente abrí los ojos, él estaba sentado a mi lado... de nuevo me sorprendí de verlo ahí, pero me contuve y solo atiné a decir:

-Fernando, ¿en qué momento llegó que no lo sentí?

-Hola Ángela, la observaba desde hace rato y no quise  perturbarla. Quería darle las gracias por la nota.

-Al contrario gracias a usted, quiero ofrecerle una...

Me interrumpió, aunque ahora con mayor suavidad, pero seguía habiendo mucha seriedad y autoridad en su voz.

-No, por favor...si le parece vamos a olvidarlo...

Tenía una presencia tan imponente, tan inconfundible... que despertaba en mí, una atracción casi de otro mundo.

-¿Le gusta este lugar?- me preguntó.

-Sí, mucho, me inspira paz y tranquilidad- le respondí.

Y permanecimos en silencio, viendo como el sol iba descendiendo poco a poco, solo se escuchaba la música de los pájaros que anidaban en los árboles cercanos. Me sentía extraña a su lado, un poco incómoda por su misterio y su seriedad, pero a la vez me hacía sentir totalmente protegida... algo muy dentro de mí me decía que a su lado estaba segura.

-Y dígame Fernando, ¿a qué se dedica?

-Construyo y remodelo casas, aunque no vivo aquí de forma permanente, realmente ahorita estoy en una tregua que tuvieron a bien darme durante unos pocos días, y vine a Santiago para arreglar algunos asuntos muy importantes que estaban pendientes y que necesito solucionar- a pesar de su seriedad, empecé a ver en él más que esa coraza, tenía unos ojos como nunca había visto unos, unos ojos que reflejaban muchas cosas, paz, dulzura, pero también intensidad y determinación.
 

-Y en su familia ¿todos se dedican a esto?

-No, solo yo, mi padre murió hace muchos años, el siempre vivió en un rancho, esa era su vida... Y usted Ángela, ¿a qué se dedica?

-Trabajo en una empresa de tecnología, aunque mi verdadera pasión es la escultura.

-Sabe, usted me recuerda mucho a una persona que conocí hace años... aunque solo se parece en lo físico, no en la forma de ser.

Y seguimos en silencio por un rato más...

Cuando oscureció completamente, le dije:

-Fernando me despido, ya me voy.

Inmediatamente se puso de pie y me ayudó a ponerme de pie también, en ese momento rocé por primera vez la piel de su mano, hubiera dado cualquier cosa por no soltarla nunca...

Mientras caminábamos, íbamos conversando...

-Y dígame Ángela, ¿se quedará a habitar su nueva casa?

-Aún no lo sé, aunque creo que no, mañana tengo una cita con el corredor de bienes raíces del pueblo, estoy considerando venderla.

-No lo haga, su casa es un tesoro... aunque claro usted decidirá... ¿Me permite acompañarla hasta su auto?

-Claro, muchas gracias.

Nos acompañó a Lilo y a mí hasta el auto, que habíamos dejado a unas cuadras de la casa.

-¿Porqué dejó su auto tan lejos?

-Para serle honesta, porque no quería que usted supiera que estaba en la casa, por el incidente de ayer.

-Eso ya está olvidado por mi parte... ¿Mañana vendrá de nuevo?

-Sí estaré por aquí durante la tarde, porque pasado mañana regreso a mi ciudad.

-¿Se va tan pronto? ¿Eso quiere decir que no estará aquí durante esta semana?...

-Pues la verdad aún no encuentro un lugar en el que me sienta cómoda. Además tengo algunas cosas de trabajo urgentes que debo resolver.

-Si desea yo puedo ayudarla a reparar algunas partes de su casa en los días en los que estaré aquí.

-Gracias, qué amable, pero prefiero esperarme a hablar primero con el corredor de bienes raíces, porque no quisiera invertir dinero en ella, si no es necesario.

-Entiendo.

Le di mi mano en señal de despedida y en lugar de estrechármela, la acercó a sus labios y la besó, ese detalle me llenó calidez, me hizo sentir su caballerosidad, me dejó el corazón latiendo fuerte. Más allá de la atracción física que había sentido con tanta intensidad el día anterior y que seguía latente, ahora también se había sumado una atracción inexplicable, tal vez hacia esa seriedad absoluta, hacia ese misterio, hacia esa sensualidad que silenciosamente se colaba por cada uno de los poros su piel y también a esa sensación de estar protegida, que él me hacía sentir.

Lilo y yo nos fuimos... Fue tanto lo que sentí en este segundo encuentro, que olvidé traerme la caja de madera para leer las cartas...

Al día siguiente cerca de las 5 de la tarde, llegamos a la casona el corredor de bienes raíces y yo, quien después de revisarla y decirme todos los detalles que necesitaba mejorar en el inmueble, para que pudiera ser candidata a venta, se marchó y ahí me quedé, desalentada por la cantidad de reparaciones que necesitaba la casona y el sacrificio económico que eso significaba para mí en ese momento... junto a mí, estaba Lilo, mi fiel compañero, acompañándome en la montaña rusa de sentimientos que estaba presente últimamente en cada uno de mis días.

Empezaba a oscurecer y no se veía luz en la casa de Fernando, supuse que no estaba... lo extrañaba y secretamente, muy dentro de mí, tenía la ilusión de verlo. Me fui al cuarto de la grieta, a ese espacio que me conectaba con él. En el piso del cuarto estaba una hoja hecha rollito, que definitivamente no estaba cuando hice el recorrido con el agente inmobiliario, el corazón me saltó, quería creer que era un mensaje de él. Abrí la notita y decía:

Ángela, si tiene oportunidad y quiere acompañarme a cenar, la espero en donde las estrellas encuentran su reflejo, muy cerca de aquí.
Fernando.

Me inquietó la imprecisión del lugar, porque definitivamente él quería que echara a volar mi imaginación. Pensé en varios lugares, hasta que recordé el muelle y el lago, ahí se reflejaban las estrellas. Salí al patio de la casa, me encaminé hacia el muelle y ahí estaba él.
 

Había formado un camino con velitas y al final del muelle, había una pequeña mesa, con algunas flores en un vaso, supuse que acomodadas por él, era un arreglo un poco desparpajado, pero eso lo hacía interesante y más valioso aún.

Caminé despacio por ese camino formado por velas, cuyas flamas ondeaban a mi paso... Al llegar hasta donde estaba él, solo atiné a decir:

-¡Qué linda sorpresa!, gracias por la invitación.

-Me alegra que le guste Ángela, puse la línea de velas para que pudiera ver el camino de forma clara.

-Gracias me gusta mucho como iluminan las velas, crean magia en los ambientes.

Creo con seguridad que nunca había estado en un ambiente tan lleno de romanticismo y de magia en toda mi vida.
 
-Me gustaría que considerara esta cena como un nuevo comienzo...

Creo que leyó en mi rostro un gesto de incertidumbre, porque completó la frase.

-Es decir, me refiero a que me gustaría ser su amigo y que esta cena marque el inicio de esta amistad.

-Gracias, me encanta la idea... pero solo si me promete que no me vuelve a asustar- lo dije con un tono divertido.

Él solo sonrió, y aunque su sonrisa fue discreta, su rostro se iluminó, era la primera vez que lo veía sonreír.

Y sin más preámbulo sirvió la cena.

-Yo mismo la preparé, espero que le guste.

-Muchas gracias, de verdad no tengo como agradecérselo.

-Su compañía, es la mejor forma de hacerlo- me sonrojé, sentía su mirada sobre mí.

A pesar de sus atenciones, seguía siendo un hombre de muy pocas palabras, pero en su mirada había algo, hablaba con sus ojos.

-Y dígame, ¿qué le dijo el corredor de bienes raíces?

-Pues que la casa requiere muchas mejoras antes de que pueda ser puesta en venta. De cualquier forma, yo mañana tengo que regresar a la ciudad, por lo menos a pedir vacaciones en el trabajo para poder estar unos días aquí y ver qué puedo hacer por mejorar la casa.

-No se vaya, por favor- estaba extrañada de escuchar eso, apenas lo conocía...

Lo miré a los ojos. Había una súplica en los suyos.

-Fernando, solo voy unos días y regreso.

-Recuerde que yo solo estaré aquí durante unos días más y debo irme.

-Fernando, me permite hablarle de tú.

-Sí, yo mismo se lo iba a pedir.

-No se preocupe, perdón, no te preocupes, voy a la ciudad, pido permiso en el trabajo, entrego algunos pendientes urgentes y regreso. Ojalá que en esos días cuando ya esté de vuelta, me puedas aconsejar sobre las mejoras que requiere la casa, la dejaré abierta, por si me puedes hacer el favor de revisarla y hacerme un presupuesto sobre los requerimientos...

-Así lo haré y no olvides... Aquí te esperaré. Solo recuerda que el sábado en la noche yo tengo que partir.

-Yo estaré de regreso ese día muy temprano... Fernando, ¿me permites hacerte una pregunta?: ¿quién te está dando esta tregua? ¿por qué no puedes quedarte más días?... ¿es acaso que eres casado y es una tregua en tu matrimonio?... perdón, te ofrezco una disculpa, no debo entrometerme en lo que no debo...

-Por el momento no puedo decirte mucho, pero tarde o temprano te lo explicaré... solo deseo puntualizar que no estoy casado- y me observó con una profundidad que me hizo sentir un escalofrío, una sensación extraña, pero tremendamente dulce.

Al terminar la cena, me acompañó hasta la puerta de mi auto, Lilo caminaba a nuestro lado...

Mientras caminábamos despacio íbamos acompañados por el sonido de los grillos, empecé a sentir como su mano rozaba la mía, cada vez más cerca, hasta que finalmente la tomó y ya no me soltó, sentía tantas cosas en ese momento, tantas emociones, pero seguimos caminando en silencio... ninguno de los dos mencionó palabra alguna al respecto, pero nuestras manos no se separaron el resto del camino.

-Gracias por haber aceptado la invitación, fue un honor que me acompañaras a cenar.

-El honor fue mío, disfruté mucho el momento, el lago, las velas y tu compañía...

Y sin decir una sola palabra besó mi mano... y por medio de su mirada podía escuchar todo lo que su corazón le estaba diciendo al mío, el cual para ese momento no sabía ni cómo reaccionar a lo estaba escuchando... y sin más, teniendo a la luna de testigo y a millones de estrellas iluminando el cielo nocturno, se acercó y me besó en los labios... sentí una magia como nunca antes había sentido, había una energía suave y contenida en sus labios, me abrazó poco a poco y con ese beso me llevó a volar por el universo, la seriedad de su persona contrastaba con la pasión y la intensidad que me entregó a través de sus labios y después de besarme con tanta dulzura y de ese reconocimiento de nuestras almas, me dijo:

-Ángela, por favor perdóname... yo creo que a veces la vida nos regala la oportunidad para enamorarnos a fuego lento, pero en otras ocasiones el amor surge como una llamarada y no hay poder humano que pueda detenerlo y tampoco hay tiempo para esperar, siento que te conozco desde siempre... me despiertas sentimientos muy intensos- y me abrazó protegiéndome de todo, apenas tenía dos días de haberlo conocido, pero en ese refugio que eran sus brazos, había encontrado por fin mi lugar en este mundo, mi espacio para vivir... no atiné a decir palabra, pero tampoco lo solté, estaba aferrada a él, abrazándolo con fuerza, sentí que ambos deseábamos fusionarnos en ese abrazo... me había dejado envuelta en un halo de estrellas, de magia y de su olor, el cual me acompañó todo el camino de regreso a la ciudad, lo recorrí como en una nube... soñando con él.

Durante el trayecto, repasé cada uno de nuestros encuentros y por lo que percibía, él vivía así, intenso, con prisa...

Lo primero que hice al llegar a la ciudad fue ir a mi trabajo, sacar los pendientes urgentes y pedir mis vacaciones. Tenía una urgencia por regresar, por verlo de nuevo, había algo muy fuerte que me conectaba con él, con su esencia, no podía sacarlo de mi pensamiento ni un solo momento en el día.

Ese día en la noche, baje la caja de madera del auto, la abrí de nuevo y pude verla con mayor detalle, dentro había tres cartas, estaban lacradas con las iniciales FC.
 
Empecé a leerlas:

13 de Marzo de 1974

Ángela.

Me atrevo a escribirle esta carta porque quiero que sepa que ha despertado en mí una admiración tal, que me gustaría que me permitiera visitarla para poder conocerla mejor.
La he visto cuando enseña en la escuela del pueblo y cada día espero que amanezca para poder contemplarla aunque sea por unos minutos.

Su admirador.

Fernando Colbert.


23 de Junio de 1974

Ángela,

Disculpe que le escriba de nuevo, sé que no desea verme más, pero es que usted me inspira tanto, sigo deseando que sea de mañana para verla pasar por la plaza rumbo a la escuela.
Por favor, responda alguna de mis cartas, aunque sea con una negativa, pero bríndeme por favor el regalo de su letra.

Fernando Colbert.


3 de octubre de 1974

Ángela.

Tal vez esta sea la última carta que le escriba, tengo que partir a una misión al otro lado del país, mi padre ha muerto, debo hacerme cargo de su rancho y poner en orden algunas cosas.

Antes de irme, quiero hacerle un regalo que he hecho con mis propias manos, está en un solar a un lado del lago. He construido una casa para usted, no quiero que siga viviendo en la casa de huéspedes. Esta casa es suya, para que la habite, para que pueda salirse a ver los atardeceres junto al lago, prometo jamás acercarme ni molestarla. En esta caja, junto con esta carta, están las escrituras de la casa a su nombre. Quiero quedarme tranquilo, al saber que usted tendrá en donde vivir.

Yo estaré fuera durante un año, a mi regreso ojalá que haya reconsiderado la propuesta que con tanto amor y respeto le hice.

Fernando Colbert


Esta última carta estaba acompañada por una fotografía, que el tiempo y la humedad habían deteriorado un poco, pero en ella se podía ver claramente el rostro de Fernando.
 

¿Qué era eso que estaba leyendo? No comprendía la lógica de esas cartas, si Ángela la hermana de Doña Ene, había muerto 40 años atrás, y Fernando no parecía ser mayor de 45 años, ¿quién era el que estaba firmando las cartas?

Mi mente estaba confusa, en ese momento subí a Lilo al auto y me puse en marcha rumbo a Santiago, necesitaba que el mismo Fernando me ayudara a entender la situación, ¿era su padre el de la foto?, mi lógica me decía que así tenía que ser, no podía ser de otra forma, aunque su padre no construía casas, según lo que él mismo me había dicho...

El camino se me hizo eterno, hasta que por fin llegué a Santiago...
 

Inmediatamente me dirigí hacia mi casa... pero estaba tan confundida que no lograba dar con la dirección, mi referencia era el lago y aunque ya había pasado varias veces por ahí, no lograba verla, había solo una casa a un lado del lago, pero era una casa muy linda, llena de flores, sin ninguna similitud con mi vieja casona... el portón tenía mi número, lo que generaba mayor confusión...

¿Qué era esto?
 

Lilo y yo descendimos del auto con cierto temor... ¿dónde estaba la casa de Fernando?, ¿porqué solo estaba esa casa llena de flores y no la mía ni la de él?, ¿dónde estaba mi vieja casona? Sólo nos habíamos ausentado dos días, pero en ese tiempo todo había cambiado, ¿será que estaba soñando?... no sabía cómo explicar esto que estaban viendo mis ojos.

Caminé hacia la casa, no me atrevía a entrar, esa no era mi casa. Estaba empezando a llover y caminé alrededor de la propiedad para tratar de reconocer el espacio, fui avanzando lentamente y en efecto, esa casa ocupaba el mismo espacio que mi vieja casona, su patio extenso se conectaba con el muelle. Me acerqué al espacio en donde hace unos días estaba la casa de Fernando y que ahora estaba vacío, y a un lado, cerca de donde había sido su patio trasero estaba una cruz, me acerqué y estaba inscrito en ella un epitafio:


Sentía que todo me daba vueltas, el estómago lo sentía revuelto, ¿era esto una pesadilla y despertaría de repente?... sentí una brisa que venía del lago cargada de gotitas minúsculas de lluvia y no pude evitar llorar con todas mis fuerzas... no podía ser esto que estaba viendo, ¿qué había pasado realmente en los días previos? ¿quién era ese hombre que había visto en la bañera?, ¿quién era el que me había besado y llenado de amor el alma? Lilo estaba recostado a un lado mío, sin entender lo que me pasaba... mi mente estaba en shock, sin poder procesar nada... entre ese inmenso dolor rodeado de incertidumbre que estaba brotando de mi alma, sentí un par de manos apoyarse en mis hombros tratando de abrazarme muy suave, me sobresalté mucho, volteé y ahí estaba él, como aquel primer día en que no había sentido su llegada, en ese momento no pude más, la impresión me hizo desmayar y mientras caía, recuerdo vagamente que él me sostuvo en sus brazos, con infinita protección y ternura... y como en sueños escuché que me dijo...

-Esta es la tregua de la que te había hablado... regresé estos días, te conocí y solo deseo con toda mi alma, poder amarte, realizar el sueño de protegerte, de entregarme a ti...

Eso fue lo último que recuerdo y mi mente se quedó en blanco, por un tiempo que no supe ni cuánto fue...

Existe un lapso de recuerdos que desaparecieron y que nunca he podido recuperar...

Pero ahora estoy aquí Fernando, escribiéndote esta carta... tratando de juntar las piezas sin forma de este rompecabezas...

Mi memoria se niega a recordar como llegué a aquel lugar en medio de la tormenta, a ese refugio cálido, encendido solo con velas e inundado con aromas que invadían los sentidos y despertaban hasta la sensualidad más dormida.

Todavía no entiendo cómo es que estábamos juntos en aquel pequeño espacio, cuya principal decoración, era la ventana, con el cristal que dibujaba líneas de lluvia y, como único testigo, se asomaba ese árbol melancólico, cargado de gotitas de lluvia.

No podía pensar en otra cosa que no fueras tú, parecías un sueño, estabas frente a mí, descalzo, vestido solo con un pantalón y una camisa sin abotonar, más atractivo que nunca, desbordando una sensualidad imposible de definir.

Te acercaste lentamente hacia mí, tu mirada era intensa, penetrante y sin duda intimidante, pero a la vez contrastada con una dulzura que me desarmaba y me estaba dejando literalmente sin palabras... empezaste a acariciarme y yo te abracé con todas mis fuerzas, tal vez rompiendo un poco con la suavidad del momento, pero no sabía exactamente cómo reaccionar... ¿Por qué estaba ahí contigo, así, ambos a medio vestir?, no podía recordar nada, estaba completamente desconcertada... Tú respondiste a mi abrazo, pero seguías sin decir palabra, a pesar de leer la incertidumbre en mi mirada...

Besaste mis ojos y después sellaste mis labios con un beso, silenciándolos y ahogándome en un gemido... seguiste formando un camino de besos hasta mi cuello y continuaste así, formando rutas llenas de amor y de sensaciones en todo mi cuerpo.

El relámpago iluminó nuestro espacio... y empecé a sentir tu amor, tu fuerza, tu respiración entrecortada y tu latir. Tus manos estaban entrelazadas con las mías, había una pasión y un deseo tan intenso, combinado con una ternura en el ambiente, que, en ese momento, como en caída libre, decidí abandonarme en ti, en tu alma, en tus impulsos, en tu cuerpo, sin importar el tiempo, la razón o el espacio... a tu lado me sabía protegida... en ese momento mi corazón comprendió que tu tregua estaba a minutos de terminar.

Y después de un rato, cuando menos lo esperaba, rompiste el silencio y tus labios me regalaron las palabras más dulces que escuché de ti...

-Te amo desde siempre...  y te amo para siempre...

Cuando escuché tus palabras, la sabiduría de mi corazón, me hizo entender que tu tregua había sido dada por el cielo, y que estabas a punto de emprender tu viaje de regreso, de dejar tu corporeidad que te había sido prestada por algunos días más, para disfrutar de las cosas terrenales conmigo...

Después no puedo recordar nada más, supongo que caí en un sueño profundo, a tu lado, amándote, queriendo capturar con mi alma cada segundo de tu vida, cada instante de tu cuerpo y de nuestra unión...

Cuando desperté de ese sueño sin tiempo, estaba en una habitación de la que había sido mi casona, pero ahora estaba completamente llena de vida, de flores, de sol... sentía una impotencia en mi alma, ¿por qué cuando por fin había encontrado mi refugio, mi espacio en el mundo, el hombre que llenó de amor mi alma, la vida o el cielo, me lo arrebataban?

Caminé por mi "nueva" casa, era hermosa en cada rincón, acogedora, llena de vida, pero yo iba arrastrando una tristeza enorme, Lilo seguía conmigo. Caminé hacia el que había sido el cuarto de la grieta, pero ahora en el centro estaba esa bañera blanca, era un espacio rodeado de plantas, de vida... la grieta seguía ahí... había insertada en ella una carta, estaba lacrada, mi corazón casi se detuvo al verla ahí, era una carta de él, del hombre que revolucionó mi vida, que le dio sentido, que me llenó de amor el alma y el cuerpo...

Temblando ya no sabía si de alegría o de tristeza, recogí el sobre y me senté a leer su contenido...

Ángela, mi ángel terrenal.

Aquí estoy aunque no me puedas ver. Gracias por haber sanado mi alma, por haberme llenado de amor.

No quiero que me guardes rencor por dejarte, por tener que partir, por favor recuerda los momentos vividos.

Esta casa yo la construí hace muchos años para una persona de la que yo creía que era especial, pero ella nunca quiso habitarla, nunca quiso nada que viniera de mí.

En Octubre de 1974, de camino al rancho de mi padre recién fallecido, tuve un accidente fatal al que no sobreviví. Desde donde estaba mi alma, podía ver con una tristeza infinita que esta casa que construí con tanto amor, había sido ignorada.

Cuando supe que una nueva persona vendría a habitarla, que se llamaba Ángela y que era físicamente tan parecida a ella, sentí una necesidad de preguntarle simplemente el ¿Por qué? no podía permitir que alguien más la habitara, y pedí una tregua para volver... agradezco infinitamente porque me fue concedida y mi "¿Por qué?"  fue respondido con hechos... pude entender que esta casa desde siempre fue construida para ti, este espacio es solo tuyo y mío. Me enamoré de ti desde aquel primer día en el porche, cuando corriste huyendo de mí. Mi intención original era reclamarte, quería alejarte de esta casa, pero al ver tus ojos y conocer tu alma, pude entender que tú eres mi Ángela, mi única Ángela y contigo pude conocer lo que es estar verdaderamente enamorado, te amo de una forma infinita, creo que mi alma desde el principio supo que cada pieza que forma parte de esta estructura, fue ensamblada para ti únicamente, nadie más tenía el derecho de vivir aquí, solo tú.

Le he remodelado para ti, para que la habites, para que la disfrutes y sea tu lugar en el mundo, a mi lado.

Contigo conocí por primera vez el amor verdadero, la ternura, la complicidad, el deseo de proteger a alguien, contigo hice el amor e hice la vida, toqué tu piel y acaricié tu alma, y eso no se puede agradecer con nada en este mundo, gracias por haberme regalado los mejores días que tuve en toda mi existencia, te agradezco de nuevo por sanar mi alma.

Desde donde estoy, vivo lleno de tu esencia, lleno de ti, por favor no te vayas, yo estaré a tu lado siempre que disfrutes de los atardeceres junto al muelle... daría todo lo que soy por amarte una vez más, por hacerte el amor, por tocar tus manos y por besarte, pero los tiempos son cortos, a pesar de nuestros deseos más profundos. Gracias por tanto, te amo desde siempre y te amo para siempre.

Fernando Colbert.

Y ahí me quede yo, sentada por un rato que pareció eterno, tratando de procesar nuestra historia de amor, tratando de explicarle a mi cuerpo y a mi corazón, que el hombre al que amábamos existe, pero solo de forma espiritual, que no podríamos tocarlo o acariciarlo más.

A veces me he sentido tan dueña de la vida y del tiempo, que he dejado las cosas importantes de lado, dando por hecho que tendré el tiempo para hacerlas después. Daría mi vida entera por haber pasado esos días de tregua junto a ti y no haberlos perdido en cosas tan superfluas, pero la vida nos enseña las lecciones de formas tan extrañas... el consuelo que me queda es que en esta casa siempre estaré... CONTIGO...

Cada amanecer es un día más a tu lado... y también un día menos para volver a estar junto a ti.

Hola Lorena gracias por esta bella historia, apenas voy en el capítulo 2. 

FERLÍZ ANIVERSARIO LORENA...NO TE COMENTO NADA DEL PRECIOSO RELATO,YA SABES QUE TENGO QUE LEERLO CON MUCHA CALMA...

TE DEJO UN REGALITO DE ANIVERSARIO...

Que bella Historia Querida Lorena!!!
Gracias por compartirla
esa  es la Magia Colunguera llena de emocciònes
Besitosssss y a Festejarrrrrr

Lorena

Mi querida Eliza, gracias a tí por entrar al tema y por leer lo que escribo.
Es una historia un poquito larga y diferente a las otras... tenía una necesidad de escribirla y fluyó justo así, ojalá que la disfrutes.
¡Feliz octavo aniversario!!!

Muchos abrazos hasta MTY :)

Gracias mi Vale, por el banner hermoso e igualmente feliz aniversario, yo tengo casi tres años de deambular oficialmente por los pasillos de esta casa de FER, pero como dos años antes de entrar oficialmente ya me asomaba en las ventanas para verla por dentro.
Ojalá que nuestro FER, continue regalándonos este espacio al que tanto quiero.

La historia hay que leerla con cafecito y galletas ;)

Te mando un abrazo con muchísimo cariño.

Querida Miriam, mil gracias por visitar la historia.
Esa magia colunguera, como bien comentas, son emociones, son imágenes, es música, son sueños. Gracias por el banner hermoso.

Feliz aniversario y a seguir soñando...

Abrazos.

Hola mi Montse, gracias por la visita y por banner con esa copa traviesa, me encantó.
Ojalá que la historia te guste una vez que la leas.

Te mando un abrazote y a celebrar que continuamos en la semana de los festejos ;)

Mi querida Olga, me alegra mucho recibir tu visita. Mil gracias por el tiempo que dedicaste a leerla, gracias por disfrutarla. Agradezco y valoro mucho tu mensaje.

Te mando un abrazo fuerte, con muchísimo cariño.

HOLA LORENA...YA LEÍ EL RELATO,RELAJADA Y CON UN CAFERCITO...ES UNA PRECIOSA HISTORIA DE AMOR...GRACIAS POR COMPARTÍRLA CON NOSOTRAS...UN BESOTE...

JAJAA...SE ME OLVIDÓ EL BANNER...

Para ir decorando

Lorena que sentimiento tengo en este momento de desolación y congoja.

Como siempre me has transportado a revivir tu historia y con pañuelo en mano he ternminado de leer tu relato.

Gracias por compartirlo.

FERBESOTES MANCHEGOS...

Lore esta es la casa de noches de tormenta

Hola de nuevo querida Lorena, el día en que publicaste la historia termine de leerla en lo noche ya en mi cama desde el celular y me quedé con nostalgia e inevitablemente se me llenaron los ojos de lágrimas. Eso que logras transmitir es magia., el realismo mágico siempre me ha encantado y lo manejaste a la perfección.

.

Hola de nuevo mi Vale :)

Qué bueno que te gustó. A mí me volvió loca tu banner, con esas manos y esa argolla me quiere dar algo, es una hermosura. Mil gracias Vale por compartir conmigo tus banners, me gustan mucho.

Te mando un abrazote de sábado madrugador :)

Vale, nos cruzamos en la red, gracias por esta nuevo banner, con esos rasgos tan definidos, me encantaaaaaa. Eres un amor.

Hola Olguis, me gusta mucho que decoren los temas con banners, fotos, frases, todo... me encanta. Te quedó muy lindo tu banner, pero me dejaste con un signo de interrogación, ¿qué dice la frase?

No pude ver la casa, creo que no se subió la foto :(

Abrazotes, feliz sábado y quedo al pendiente de la frase ;)

Hola mi Chabe querida.

Sabes, todavía le falta un pedacito chiquito a la historia, falta cerrar un círculo. En unas dos semanas lo subiré si Dios me da vida y ese pedacito puede cambiar un poquito la perspectiva final.
Te mando un abrazote con mucho cariño, gracias por leer la historia.

Chabe, veo que subiste un gif o imagen, pero para variar esta computadora no me deja verlo :(

Abrazos.
Lorena

Hola Elizaaa, gracias por tus palabras, por viajar con la historia y sentirla. Lo valoro muchísimo.

Me encanta el banner que subiste y lo que dice, precioso. Qué padre que te estás animando a hacer banners, te quedó hermoso.

Sabes, cuando escribí la historia, el pueblo de Santiago al que me refiero, es nuestro Santiago, el que está adelante de los Cavazos, yo iba ahí mucho cuando era niña y con esa imagen que tenía de él (de hace como mil años jejeje), fue como me lo llevé a la historia :)

Saludos hasta el terruno sagrado.

Lorena

Feliz sábado, uno de mis días favoritos de la semana :)

Querida Lore el banner que inclui no lo hice yo, todavía no aprendi, pero lo saque de las imágenes de internet, y la frase inconclusa era que te mostraba la casa de la peli Noches de tormenta que si no se ve la vuelvo a poner. Veras porque tu primer tramo del relato me retrotrajo a ese film, prueba de tu capacidad para despertar la imaginación.

GRACIAS LORENA...FERLÍZ DOMÍNGO...UN BESOTE...

Querida Olguis, ahora sí ya pude ver la imagen de la casa. Me encanta.
La de FER ni se diga. Y sin duda me hiciste el día cuando leí lo de la resucitada :)
Pues... no va tanto por ahí... pero ojalá que como quiera te guste ;)

Los viernes son espectaculares, especialmente las tardes de viernes tienen una magia especial, yo soy medio ostra jajaja, pero aunque no salga, la tarde de viernes tiene un encanto especial y los sábados son lo máximo :) ... bueno todos los días tienen su magia por el simple hecho de estar vivas, pero sin duda hay días que se disfrutan mucho más :)

Te deseo un súper inicio de semana.

Lorena

Gracias a tí mi querida Vale, por ese banner tan lindo, ahora precisamente esta lloviendo mucho en este rincón del mundo, así es que el banner viene perfecto. Me encanta ver mi nombre ahí a un ladito de él. Mil gracias por este regalo. Te mando un abrazote.