Hola a toda mi hermosa familia Colunguera, que lindo es volver aquí a seguir soñando con la magia que nos regala nuestro anfitrión. 

Hola mi Fer hermoso. 

En estos tiempos tan duros, es lindo poder dejar volar la imaginación un rato, salir de las cosas tristes y soñar, con cosas que nos hacen felices y Fernando Colunga nos hace felices. Bajo esa premisa, quiero enseñarles lo que estado haciendo estas semanas, volviendo a sacar la pluma y el tintero con mi musa favorita, nuestro Fer amado, en la piel del Agente Encubierto Fernando Tellez, esta nueva aventura del agente Shadow tiene mucha acción, suspenso y también amor, ese amor que el Sr. Colunga nos regala con su Talento, espero les guste.

La casa estaba ordenada y decorada con flores blancas desde la entrada hasta la puerta trasera, se sentía el ambiente de fiesta por todos lados. Fernando y Alex se habían mudado a una zona residencial algo cerca de la Comandancia, y tenía todo lo que necesitaban, ya que el embarazo estaba en la recta final, así ella podría estar cerca de todos los que la querían. 

El día de la boda había llegado, tras casi 6 meses pudieron organizar un pequeño festejo familiar para unir sus vidas de la manera legal, y puedan disfrutar de más tiempo de calidad antes de la llegada del pequeño bebé. 

-MI vida ¿Estás bien?- dijo Fernando desde la habitación de huéspedes, era tradición que no podía ver a la novia antes de la boda, y había dormido ahí desde hacía dos noches. 

-Si Fer, estoy bien, nada más no entres a la habitación- Alex estaba siendo maquillada y vestida por sus amigas de la oficina, quería estar bella para él y no quería que nada la distraiga, sentía a su bebé moviéndose de alegría y eso la estaba poniendo aún más nerviosa. 

-Tu bebé está feliz- le dijo una de sus compañeras. 

-Si, este es el dia mas feliz de mi vida hasta hoy. 

-Lo sabemos- dijo otra de sus compañeras- estas hermosa Alex, terminemos ya chicas, el novio está impaciente por verla. 

Fernando estaba mirándose en el espejo y lidiando con la corbata, pero se le veía radiante, un traje negro era el ideal para su segunda boda, y la verdad estaba muy emocionado. Ya listo para salir, dio una última mirada a su look y cerró los ojos un momento. 

-Gracias Dios por esta nueva oportunidad, se que mi hija y Sofía están contigo y han deseado siempre verme feliz, hoy lo soy, porque estoy de nuevo formando una familia. Gracias. 

Abrió los ojos y salió de la recámara hacia el patio trasero, ahí los esperaban todos sus invitados, que en realidad eran pocos, todos los miembros de la Comandancia, algunos amigos del Ministerio de Justicia y el Juez que oficiará la boda. 

Se acercó Rubén al verlo llegar. le tendió la mano y lo abrazó. 

-Me siento emocionado hermano, estoy muy feliz por ti. 

-Gracias Rubén, me alegro que estés aquí- al ver a una mujer acercarse a ellos sonrió- por fin voy a conocer a tu esposa. 

-Así es hermano- la mujer se acercó muy amable y Fernando como todo un caballero la saludo- Ella es Emilia mi esposa. 

-Un placer Fernando- dijo Emilia- Rubén no hace más que hablar de ti, eres su mejor agente

-El placer es mio Emilia, gracias por aceptar el honor de ser nuestros testigos de boda. 

-Y cómo no serlo amigo. dijo Rubén- además que te entregaré a la novia. 

En eso la gente se puso de pie, pusieron música nupcial de fondo. Alex estaba llegando. 

Rubén la alcanzó rápidamente, mientras Emilia se quedaba con Fernando, al ver a su novia entrar no pudo evitar algunas lágrimas, estaba hermosa, con el pelo amarrado en un elegante moño entrelazado con flores rosadas, un vestido sencillo pero muy hermoso que hacía lucir su pancita de embarazo con tal ternura, que parecía que todos querían llorar de la emoción, Alex puso su mano en la brazo de Rubén y miró nerviosa a todos, para luego conectar su mirada con la de su futuro esposo, esa conexión fue mágica, ambos en esa mirada se decían cuanto se amaban. y que eran muy felices. 

La música era maravillosa y mientras avanzaban hacia el altar todos aplaudieron a la novia,Alex llegó hasta donde Fernando estaba y no pudo evitar llorar. 

-Fernando, hoy tengo el honor de entregarte a la novia, sé que fueron hechos el uno para el otro, sé cuánto se aman y espero sean felices ahora que formen un hogar. 

-Gracias hermano- Fernando estaba muy emocionado, algo nervioso recibió la mano de Alex y la ayudó a acercarse más al juez que oficiará el matrimonio. 

-Te amo Fernando.- dijo Alex con la voz quebrada por la emoción. 

-Y yo a ti mi niña- dijo él. 

-Estamos aqui reunidos para ser testigos de la unión de nuestros hermanos Alejandra y Fernando- dijo el juez. 

Alex estaba en las nubes casi no escuchaba lo que el juez decía, solo apretaba la mano de Fernando muy nerviosa y él le devolvió el apretón, cuando en eso sintió una punzada de mal presentimiento. Se empezó a marear. 

Fernando se dió cuenta y la trató de auxiliar. 

-MI niña ¿Estás bien?-le preguntó, ella solo sentía que la cabeza le daba vueltas. 

-Que bueno que todos estén aquí presentes- gritó un hombre poniéndose de pie, la gente volteó a ver quien era. Fernando y Alex también. El hombre sacó un revólver con silenciador y apuntó directo a Fernando. Alex reconoció al sujeto y su cuerpo empezó a temblar. 

-¿Tu? ¿Que haces aqui?- dijo ella nerviosa. 

-Veo que me recuerdas Alejandra- dijo el hombre- creo que este no será el día en que tengas tu final feliz. 

Apuntó el revólver y disparó directo al pecho de Fernando, la bala entró directo al corazón, luego disparó al aire, provocando el caos.

Alex miraba con horror como Fernando caía abruptamente al suelo con el impacto, Rubén y los demás agentes trataban de sacar sus armas para arremeter contra el agresor y algunos invitados salieron corriendo y gritando. Alex sólo tenía ojos para Fernando, se acercó donde estaba su cuerpo. él estaba agonizando con un charco de sangre que salía de su pecho. 

-NO MI VIDA, NO FERNANDO, POR FAVOR- gritaba Alex- NO ME DEJES MI AMOR. 

Fernando tosió y la sangre empezó a salir por su boca, estaba en sus últimos momentos. 

-UNA AMBULANCIA POR FAVOR- gritaba Alex, estaba desconsolada- POR FAVOR QUE ESPERAN. Vió a Rubén haciendo llamadas, Emilia muy consternada y los demás habían agarrado al agresor. 

-Te amo- Fernando hablaba bajito y entrecortado, sabía que era el fin- te amo mi niña. 

Y cerró los ojos, Alex lloraba como nunca y lo acercó a su pecho. 

-NOOOOOO FERNANDO NOOOO MI VIDA NO ME DEJES ? NOOOOOOO. 

Fernando estaba muerto. 

-NOOOOOOOOOOOOO- Alex se despertó muy asustada y sudorosa, estaba echada en su cama y se había quedado dormida. Fernando entró muy asustado con los gritos. 

-MI niña tranquila, fue sólo un mal sueño. ya pasó. se acomodó a su lado y la abrazó.

Alex empezó a tocar y palpar el pecho de Fernando con sus manos, como buscando alguna bala perdida. 

-Fue muy real, no quiero perderte Fer. 

-No lo harás mi niña, jamás me iré de tu lado, estamos juntos en esto ¿verdad?

Alex miró a Fernando y encontró en sus ojos miel la paz que sólo él podría darle, sólo él.

Fernando y Alex estaban en la recta final de su embarazo, el pequeño bebé llegaría en un momento muy feliz de la pareja, su trabajo iba de perlas, Alex tuvo licencia por maternidad cuando estaba en el octavo mes de embarazo, así que sólo Fernando trabajaba en la Comandancia. Donde las cosas se estaban volviendo rutinarias, fue una etapa muy tranquila, redadas de rutina y nada interesante donde Fernando pudiera desplegar sus habilidades legendarias de espía. 

-¿En serio no te aburres?- dijo Rubén un dia, que estaban organizando papeleo. 

-¿Aburrirme de qué?- preguntó Fernando. 

-De la rutina. 

-Es verdad, estar aquí haciendo pequeñas redadas no es algo que me divierta, pero la verdad lo prefiero. 

-Por Alex. 

-Así es, en dos semanas estaremos en labores de parto, según nos dijo el doctor, así que quiero estar con ella en todo momento. 

-Lo sé, es emocionante ser padre. 

-Así es hermano, y ¿Cómo está Emilia?

-Bien, ahi en casa, ella también está feliz porque no estaba arriesgando la vida como antes. 

-Supongo que ella estaba muy preocupada por ti, cuando pasó lo de La Guera. 

-Si, me pidió que dejara este trabajo, pero la ley es mi vida. 

Fernando iba a contestar cuando su teléfono sonó, era Vicky la ama de llaves que había contratado para apoyar a Alex en casa. 

-Señor Fernando- dijo ella algo nerviosa. 

-Vicky, ¿Qué pasa?

La mujer no hablaba, eso desesperó a Fernando. 

-Por Dios Vicky, ¿Le pasó algo a Alex?

-Señor estamos rumbo al hospital. 

Fernando cortó la llamada, poniéndose nervioso, dejó lo que estaba haciendo y se puso de pie. 

-Hermano ¿Qué sucede?

-Alex va camino al hospital, se adelantó. 

-Eso es normal, pero ¿Qué esperas? vamos para el hospital. 

Ambos se pusieron de pie y salieron de la oficina, Rubén le dijo que sería mejor que él manejara hasta el hospital, Fernando estaba muy nervioso. 

Al llegar al hospital fueron al área de Maternidad, Alex estaba sentada en una silla de ruedas justo para entrar al quirófano, las contracciones hacían que cada 5 ó 6 minutos Alex emitiera quejidos de dolor. 

-Mi amor aqui estoy, mi niña. 

-Calla Fer, sólo dame tu mano- Alex estaba muy adolorida. 

-Pero mi niña solo quiero saber si estás bien. 

-Calla por favor, auch- Alex apretó la mano de Fernando, y él ahogó un grito, era mejor hacer caso y no decir nada

-Ya es hora Alex, vamos a la sala, ¿Estás lista?- dijo la Doctora. 

-¿Puedo pasar Doctora?- preguntó Fernando. 

-Claro Fernando, serás de mucha ayuda

 Fernando fue llevado antes para ponerle la ropa especial, y entró a la sala de partos, donde ya estaba Alex, siendo preparada para la labor de parto. 

-Aqui estoy mi niña, juntos siempre.

Fernando tomó la mano de Alex y permaneció a su lado, Alex hizo mucho esfuerzo y tras casi 15 minutos, dio a luz a un bello bebé, que apenas salió, empezó a llorar, fue llevado a que lo limpiaran y le cortaran el cordón umbilical. Fernando le dio un beso en la frente a Alex y le susurró al odio. 

-Gracias mi niña, te amo. 

Alex solo sonrió. 

-Es un niño sano y fuerte- dijo la doctora. 

Alex empezó a llorar de felicidad y cuando ya estaba más relajada le llevaron a su hijo quien ya estaba más limpio muy abrigado con la manta que habían traído desde casa. 

-Felicidades agentes- dijo la doctora- tienen un hijo bello y muy saludable- ya serás llevada a una habitación y podrás darle tu pecho. 

-Gracias doctora- Alex estaba embelesada  con su hijo, lo miraba con el mayor de los cariños.

-Los amo a los dos- dijo Fernando, le dió un beso en la frente a Alex y salió con la doctora para que puedan trasladar a madre e hijo a su habitación, Fernando llegó unos minutos después y encontró a su novia echada en la cama, lactando al bebé. 

-Te amo mi niña, los amo a los dos. 

-Y nosotros a ti, gracias, porque tu amor me liberó y me dio el mejor regalo. 

Los demás llegaron una hora después, Rubén y Emilia, Ricardo y algunos agentes de la Comandancia llevaron unas flores y unos globos celestes. 

-Gracias a todos por la visita- dijo Alex, que sostenía al bebé- estamos muy felices y nos alegra que compartan este momento con nosotros. 

-Nosotros también estamos felices, somos familia- dijo Rubén- y ¿Cómo se llama el bebé?

Alex miró a Fernando con picardía, al parecer ya lo habían decidido desde hace mucho. 

-Carlos Manuel- dijeron los dos a la vez, se miraron de nuevo y sonrieron, eran muy felices. 

-Excelente- dijo Ricardo- será un gran muchacho. 

-Gracias amigo- dijo Fernando- en verdad gracias a todos por venir y por todos sus regalos. 

Las visitas estuvieron unos momentos más, hasta que los dejaron solos, la enfermera de turno le indicó que si tendría problemas, la llamara.

-Gracias Fer, mi cielo- dijo Alex quien estaba con el bebé en brazos,

-¿Por qué?

-Por amarme de esa forma, yo no pensé poder amar de esta forma, tu amor me ha regalado los mejores momentos de mi vida. 

Fernando se acercó a ella. 

-Yo te agradezco porque me diste una nueva oportunidad para ser feliz, me regalaste una nueva familia, una nueva razón para salir adelante.

-Cárgalo mi amor, es tu hijo.- Alex movió al bebé y se lo pasó a Fernando. 

Fernando con manos temblorosas recibió al bebé, era como recibir un pedacito de vida, al tenerlo tan cerca y verlo a los ojos, recordó el día en que le pasó lo mismo con Camila, su hija, ver que esa cosita pequeña ahora era dueño de su vida, era lo mas hermoso que le había pasado hasta ahora. 

-¿Sabes Carlos Manuel?-miró a su hijo con ternura- Tú y tu madre son mi vida, te prometo que nada te pasará, nada, Desde hoy daré mi vida por protegerte.

-Está limpio, ya puede pasar- una oficial le mostró el camino al hombre que estaba en la fila. Era día de visita en el Reclusorio Femenino y las reclusas estaban en la sala de visita hablando con sus allegados, el hombre que entraba llevaba una barba tipo  candado y unas gafas negras y se fue hasta el fondo para encontrarse con una de las internas. 

La mujer que lo recibió, al verlo sonrió de una manera maquiavélica. 

-Jamás creí que te vería de nuevo Duarte- dijo la mujer. 

-Y yo nunca creí que te vería aquí Güera- dijo el hombre, se sentó en la mesa y vio directamente a los ojos a Sara González. 

-Pues aquí me ves, atrapada pero nunca vencida. Este uniforme no me favorece ¿verdad?

-Para nada- el hombre se quitó las gafas, tenía unos impactantes ojos azules. 

-Becker te dijo que estaba aquí. 

-Así es, y que te había encerrado el gran idiota de Fernando Tellez. 

-Así es, el idiota de Tellez me dejó aquí, pero no creo que sea por mucho tiempo. 

-Becker quiere venganza. 

-Yo también. 

-Me dijo que tu conoces mucho de la vida de Tellez. 

-Es cierto, al menos de la vida actual, él ya no es fiscal, ahora es agente encubierto del Estado, pero como todos tiene un punto débil. 

-¿Y ese es?

-Su familia, se enamoró de una pequeña mujer insignificante, y por lo que sé estaba embarazada y si mis cálculos son correctos, ya debe de haber nacido la criatura. 

-Pues esa información es fundamental, y sabes como se llama la muchacha. 

-Pues si, Alex Vega, la dichosa agente de la Capital. 

Al hombre se le apreció una gran sonrisa. 

-¿Por qué te pones asi?

-Pues por el mundo es un pañuelo, yo conozco a Alex Vega, fuimos compañeros en el Ministerio de Justicia en la capital, bueno por una corta temporada. 

-Porque huiste y te uniste a Becker. 

-Asi es. que cosa no, ahora pues tengo forma de acercarme a ellos, por eso es que Becker quería que venga a verte. 

-Tu jefe y Gerardo eran amigos y estaban a punto de cerrar un gran negocio, pero siempre el metiche de Tellez lo arruinó todo, además que me hizo mucho daño. 

-Aun sigues despechada porque te engañó. 

-Teniendo todo a mi lado, prefirió seguir el camino de los tontos y convertirse en héroe

-Pero él no estaba enamorado de ti, según Becker él siempre estuvo enamorado de su esposa. 

-Eso dice él, miralo ahora, está con esa mujercita insignificante. 

-Eso es lo que más te duele, admitelo. 

La Güera enojada y arta golpeó con su puño la mesa, pero no inmutó al hombre. 

-Si vas a seguir con eso te vas ahora mismo, Eduardo Duarte. 

-Está bien, está bien, Tranquila Güera- Eduardo sonreía sarcásticamente- ok, ya me callo, entonces estás con nosotros en este plan. 

-Por supuesto, lo que quiero es verlos muertos, a los dos.

-Bueno se lo diré a Becker, con toda la información que me has dado, es fácil infiltrarse de nuevo, sólo hay que tener paciencia. 

-La venganza es un plato que se come frio Eduardo, y yo tengo todo el tiempo del mundo.

Ambos se miraron con malicia y Eduardo la dejó. Se puso las gafas de nuevo y caminó con aire de triunfo, esto sería pan comido.

Alex le había preparado el desayuno, ya estaba en casa y Carlos Manuel llevaba 15 dias de nacido, Fernando había pasado unas semanas junto a ellos, gracias a algunas gestiones que hizo Rubén, donde había disfrutado de criar al bebé, pero era hora de regresar al trabajo.

-Mi niña, estuvo rico todo- le dijo Fernando, dándole a Alex un beso en la frente, se levantó de la mesa, para irse a despedir de Carlos Manuel. estaba en una pequeña cuna junto a su cama. 

Al acercarse lo encontró dormido, le dió un besito en la frente y se alejó en silencio.

-Te amo Fer- dijo Alex.

-Y yo a ti.

-Me llamas cualquier cosa, por favor cuídate- dijo Alex y lo abrazó. 

-¿Qué pasa mi niña?

-No lo sé, pero tengo unas ganas enormes de abrazarte. 

Fernando la abrazó mas fuerte, para complacerla. 

-Me voy Rubén me está esperando.

Se despidió con un saludo de Vicky y se subió a su coche negro. 

Rubén, estaba algo nervioso en la Comandancia. 

-¿Qué pasa hermano?- dijo Fernando al llegar. 

-Aquí hay algo raro, ¿Te acuerdas de Bruce Becker?

Fernando hizo memoria, hace un año, localizó unos documentos que lo implicarían en algunos casos nuevos, pero en ese momento no le dieron importancia. 

-Si me acuerdo, además que yo lo encerré en mis tiempos de fiscal por estafa y malversación. 

-Pues estuvieron revisando la evidencia, y hay algo que puede resultar familiar para ti. 

Rubén le pasó una tablet con informes del área de revisión documentaria, quien se encargaba de revisar la evidencia. Leyó unas líneas pero no logró entender. 

-No entiendo. 

-Hay negocios de Becker que no estaban registrados en sus estados financieros, en los documentos que tu conseguiste hace un año, pero revisaron algunos movimientos bancarios, y hay dinero que estaba oculto en los paraísos fiscales, hace poco encontraron que los depósitos se hicieron en efectivos en uno de estos bancos, y fueron hechos por dos personas que tu conoces muy bien, por favor mira los videos de vigilancia. 

Fernando vio de nuevo la Tablet, a continuación del informe, habían dos videos, al reproducirlos, vio a dos personas muy conocidas por él. Ambos fueron registrados en vuelos internacionales y llegaban a estos bancos.

-Entonces eso quiere decir. 

-Que El Chacal y la Güera fueron socios con Becker. 

-Tenían otra entrada de dinero, aparte del tráfico de drogas y armas. 

-Así es, ellos tres tenían un negocio a punto de florecer, que de seguro tú arruinaste al lograr su encierro. 

-Puede ser. ¿Pero qué es lo que te pone nervioso?

Rubén empezó a dar vueltas en su oficina, como tratando de armar el rompecabezas. 

-Pues Becker salió bajo fianza, y se supone que pagó una gran suma de dinero para salir libre, la condena que pediste para él fue muy larga, así que de seguro obtuvo el dinero de una de estas cuentas, eso quiere decir que tiene un cómplice. 

-Tienes razón. 

-Yo pense eso estas dos semanas que estuviste de vacaciones, así que al ver los videos y todo lo demás, pues pedí los videos de vigilancia del Reclusorio Femenino, y he visto que un hombre ha hecho visitas constantes a la Güera estas últimas 4 semanas. 

-El cómplice de Becker- concluyó Fernando- eso quiere decir que tenemos un nuevo caso a resolver. 

-Tu vínculo con Becker te hace blanco directo de su venganza, y si la Güera está involucrada. 

-Jamás me libraré de ella, otra vez estoy ligada a ella, otra vez- dijo Fernando, conciente que tenía otra gran labor que realizar. 

Los siguientes dias, Fernando ya no pudo elucubrar más sobre el misterioso socio de Becker, otros casos urgentes lo mantuvieron ocupado, entre redadas y tres eventos donde tuvo que infiltrarse, donde recabó información sobre una banda de lavado de activos, pero tenían una cierta conexión con un ex presidiario, según el interrogatorio a un sospechoso. 

-¿Crees que sea Becker?- dijo Rubén a Fernando, ambos estaban siendo testigos del interrogatorio, tras el espejo unidireccional. 

-No lo sé, puede ser otro, pero según la evidencia, es posible que sea, la verdad no te puedo asegurar nada, tendremos que seguir buscando más pistas.

-¿Cómo está Alex?

-Muy bien, Carlos Manuel es un niño muy vivaz, a veces nos cuesta hacerlo dormir. Creo que ya había olvidado lo que era ser padre. 

-De seguro. 

-El problema es que con Camila no viví esos momentos, lamentablemente yo estaba trabajando en otro estado, sólo la vi nacer, estuve casi un año fuera y la verdad dejé sola a Sofía. 

-No te agobies por eso Fer, ya pasó, la vida ahora te permite vivir eso con tu hijo y Alex. 

-Si, lo sé y no dejaré que nadie interfiera con eso. 

El detenido terminó de hablar y ambos agentes salieron de la sala, hacia su sala de reuniones. 

-Bien, a pesar de la evidencia, no tenemos nada concreto, seguiremos buscando Shadow. 

-Sí jefe- Fernando se iba a su despacho, cuando Rubén lo detuvo. 

-Ah Fer me olvidé, esta invitación es para ti- le entregó un sobre muy elegante y sobrio, color negro, Fernando sacó la dichosa invitación y decía al inicio, PASE PARA DOS. 

-¿Y esto Rubén?

-Es una gala en la oficina de Gobernación, el cuerpo policial está invitado, es para firmar una alianza entre la Policía local y varias entidades privadas, habrá un espectáculo a beneficio de los albergues de la localidad. 

-Sabes que no me gustan las fiestas- dijo Fernando. 

-Eso lo sé muy bien, pero debemos estar ahí, eres uno de los mejores agentes de esta oficina, y además quieren que Alex también esté presente. 

-¿Quieren?

-Órdenes de arriba, por eso el pase es para dos. 

-Está bien, ¿Cuándo es?- Fernando leyó la tarjeta tratando de encontrar la fecha. 

-En tres días hermano, así que ya estas avisado, y es en traje de gala. 

-De acuerdo, bueno ya debo irme, quiero encontrar a Carlos Manuel despierto- Fernando pensaba mucho en su hijo. 

-Dale un saludo de mi parte y de Emilia también. 

-Así lo haré, hasta mañana hermano. 

Fernando y Rubén se abrazaron y Fernando salió de la oficina, subió a su coche y se dirigió a su casa, en el camino iba pensativo sobre la dichosa gala, era muy extraño que necesitaran hacer una gran reunión para anunciar algún tipo de convenio, en estos últimos dos  años trabajando en la Policía, era la primera vez que se daría un evento de tal magnitud. 

-Ha de ser un corporativo demasiado importante- se dijo a sí mismo, mientras guardaba el coche en el garaje de su casa. 

Entró al lobby de su casa, donde vio a Vicky. 

-Hola Vicky, buenas noches. 

-Señor Fernando buenas noches. 

-Vicky, sólo Fernando por favor, me incomoda que me digan señor, sabes que hay confianza entre nosotros- Vicky era unos años menor que Fernando. 

-Disculpe Fernando, es la costumbre. 

-Descuida, y ¿Dónde está Alex?

-En su habitación, ¿desea que le sirva la cena?

-Te lo agradezco- dijo Fernando y subió las escaleras hasta un pequeño cuarto en el segundo piso, al entrar vio a su novia arrullando a su hijo, Fernando trató de no hacer ruido y tomó a Alex por su cintura con cuidado, para no despertar a su hijo. 

-Amor ¿Cómo te fue?- dijo Alex en un susurro.

-Bien. ¿Sabes que te quiero un monton?- 

-Lo sé, mi cielo, yo te quiero más. 

Ambos dejaron dormido al bebé en su cuna, ya tenía dos meses y estaba muy grande, a lado pusieron el monitor para poder escuchar si lloraba, salieron de la habitación, bajaron al comedor para que Fernando pudiera cenar, estuvieron charlando con Vicky hasta que todos se despidieron para irse a dormir. 

-Amor tengo que contarte algo- dijo Fernando quien se alistaba para dormir, al quitarse la ropa cayó la tarjeta que le había dado Rubén. 

-Dime amor- le dijo Alex desde el vestidor, luego salió con su pijama, y Fernando se distrajo un poco al verla tan hermosa- Fer, me ibas a decir algo. 

-Disculpa mi niña- Fernando salió del limbo y le entregó el sobre- mira Rubén me dio esto. 

Alex estiró la mano y lo recibió, revisó el contenido y miró a Fernando. 

-Parece que es importante, sé que no te gusta ir a esa clase de eventos amor, pero si Rubén dice que vayas. 

-Tenemos que ir los dos mi niña- Fernando la miraba y puso un dedo en su mejilla- hay que hablar con Vicky para que cuide a Carlos Manuel.

-Lo haremos mañana, pero te noto algo intrigado. 

-Quizás esté pensando mal, pero es muy extraño que se hagan este tipo de cosas- dijo Fernando- pero ya dejemos de pensar, debemos descansar, tal vez Carlos Manuel despierte más tarde. Te amo mi niña, buenas noches- le dió a Alex un beso en los labios, ella lo atrajo a su cuerpo y el beso pequeñito terminó por calentar el ambiente, entre juego y juego se quedaron dormidos y abrazados, felizmente el bebé sólo despertó en la madrugada para poder alimentarse y los dejó dormir tranquilos el resto de la noche. 

El dia de la gala había llegado, Rubén y su esposa Emilia fueron los primeros en llegar de parte de la Comandancia general, luego llegaron Fernando, con un frac negro y corbata de moño muy elegante, y Alex que llevaba un vestido color vino entallado y muy sobrio y su cabello recogido en un elegante moño, ambos agentes atrajeron las miradas de muchas asistentes. 

-Estas hermosa Alex- se acercó Emilia al verlos y se saludaron. 

-Igual tu, gracias Emilia, aunque la verdad casi no me gusta andar demasiado elegante. 

-Pero te queda de maravilla- dijo Rubén- me alegra verte Alex ¿Cómo está el bebé?

-Creciendo, este hermoso, deben visitarnos uno de estos días, está divino. 

-Lo haremos- dijo Rubén- las dejamos hablar un momento, Fer quiero que conozcas a algunas personas, además que vinieron personal de la Fiscalía que quieren saludarte. 

Fernando y Rubén se alejaron y estuvieron conversando con varios asistentes, Alex y Emilia estaban felices platicando, cuando un hombre desconocido para Fernando se les acercó. 

-Disculpen si las interrumpo-el hombre llevaba una gran sonrisa y tomó la mano de Alex. Emilia entendió la indirecta y se alejó, en busca de su esposo.

Alex lo analizó por varios segundos hasta que lo reconoció. 

-No puede ser- dijo Alex muy alegre, de pronto lo abrazó, Fernando que veía todo desde lejos, empezó a notar una extraña sensación de peligro. 

-Eduardo, no lo puedo creer, después de casi 10 años, que alegría verte, ¿Dónde estuviste?

Fernando dejó el grupo donde estaba y se acercó, algo en esa situación no le gustaba. 

-Estás hermosa- dijo Eduardo- no pensé encontrarte aquí. 

Alex en realidad estaba sorprendida, y muy feliz y al ver que Fernando se acercaba, lo jaló para presentarle al hombre. 

-Amor, ven te quiero presentar a alguien, él es un gran amigo de la academia de Policía federal, en la Capital. 

-Eduardo Duarte, un placer- Eduardo le tendió la mano a Fernando para saludarlo, tenía una sonrisa de triunfo en la cara que Fernando no se podía explicar, Fernando le estrechó la mano y ambos apretaron el puño en señal de lucha para ver quien resistía más. 

-Fernando Tellez, también es un placer- En la guerra de apretones Fernando había ganado, así que Eduardo retiró la mano y ahogó una mueca de dolor. 

-El famoso agente Shadow. 

-¿Famoso?- Fernando lo miraba como queriéndolo matar, Eduardo le seguiría el juego. 

-Así es, estoy trabajando en algunos casos en la Capital de la mano con la Comandancia y pues todo el mundo habla de ti, pero no sabía que tu eras pareja de Shadow, Alex, nadie lo imaginaría de ti. 

Alex se puso colorada, a Fernando no le gustó nada esa actitud. 

-Parece que se conocen mucho amor- dijo en voz alta. 

-Si amor, pero Eduardo desapareció y no sabe nada mas de mi desde hace 10 años- Alex miraba al sujeto de manera reprochante, como si esa declaración la haría ver mal delante de su novio, Fernando captó esa mirada y no le gustaba nada.

-Eso no es problema, ya me contarás, estoy aquí para trabajar con ustedes en algunos casos pendientes.  

-Así que trabajaremos juntos- Fernando lo miraba y esa afirmación no le gustaba para nada, el dichoso Eduardo no le generaba nada de confianza, ninguna clase de confianza.

Fernando estuvo muy parco el resto de la velada, la ceremonia se alargó por un par de horas más, Rubén recibió una distinción y se anunció un apoyo incondicional de la Gobernación a la Comandancia, así como muchos beneficios, Fernando estaba en un rincón tomando un poco de champagne, casi no lo hacía, pero no sabía cómo disipar las cosas que se removía en la cabeza. 

Alex se acercó después de un rato, estaba charlando amenamente con algunos miembros de la comitiva organizadora de la fiesta, pero vio a su novio muy sombrío. 

-Fer ¿Estás bien?- le preguntó Alex. 

-Si amor- no quería mirarla de frente porque su rostro no mostraba ni una pizca de agrado- ya sabes, no soy fanático de los eventos sociales. 

-Lo sé, pero no es por eso ¿verdad?- Alex conocía muy bien a Fernando- Te molesta algo que no me quieres decir. ¿Acaso son celos?

Fernando no quiso responder, al tratar de huirle la mirada, vio que el dichoso Eduardo se estaba acercando amenazadoramente hacia ellos, la orquesta puso una melodía lenta para bailar. 

-Mi niña, mejor vamos a bailar- le ofreció la mano a Alex y la invitó a la pista de baile, Alex totalmente sorprendida aceptó y siguió a su novio. Fernando había logrado su objetivo, al verlos bailar Eduardo ya no se acercó, pero le lanzó una mirada asesina. 

-Fernando ¿En serio estás bien?

-¿Por qué mi niña?

-Tú no bailas. 

-Pues por algo se empieza mi niña- Fernando la guiaba, el vals era muy lento, eso lo ayudaba, a él no le gustaba bailar. 

-Lo haces bien amor, gracias- Alex le sonrió y Fernando se relajó. 

-Sabes mi niña, creo que dejamos olvidado algo. 

-¿Qué cosa?

-Pues antes de que naciera Carlos Manuel, yo te había propuesto formalizar nuestra relación, quizás es tiempo de volver a retomar nuestros planes.

-Fernando- Alex lucía ilusionada, se acercó y le dio un besito en los labios- sabes que te amo, yo también he olvidado eso, pero si tu quieres, si debemos planear nuestra boda. 

La música terminó, todos aplaudieron en la pista de baile, y Fernando y Alex se besaron, Fernando lucía más feliz. 

-Tus besos son mágicos Álex, además que estás muy hermosa. 

Alex se puso muy colorada. 

-Y me gusta que te sonrojes- dijo Fernando- pero creo que ya debemos irnos. 

-Si mi amor- ambos salieron de la pista de baile por sus abrigos, ya algunos invitados se retiraban, Rubén y Emilia también, estaban en la puerta del Gran Salón, cuando se acercó alguien a despedirse. 

-Hasta Pronto Alex, me dio gusto verte- dijo Eduardo, despidiéndose de ella con un abrazo, Fernando no dijo nada- un gusto Agente Tellez, seguiremos en contacto. 

-Igualmente- dijo Fernando.

-Un gusto Eduardo, nos vemos- Alex se despidió y se acercó a su coche, Fernando le abrió la puerta y la acomodó, luego estaba por subir a su coche, cuando Rubén se acercó. 

-Fer te noto extraño. 

-Tranquilo Rubén, mañana hablamos, saludos a Emilia.

-Cuídate hermano, le haré presente.

Fernando subió a su coche y arrancó, habló con Alex, sobre la fiesta por un rato y de ahi estuvieron en silencio. 

Al llegar a su casa, Alex lo notaba muy extraño, subieron a su recámara para cambiarse de ropa, Fernando seguía serio y se estaba quitando el saco y la camisa, quedando con el torso descubierto, Alex se acercó por detrás, lo tomó por la cintura y besó su espalda. Fernando sólo cerró los ojos. 

-Fer no estás bien, dime ¿Que te sucede?

-No es nada, sólo que la Gala me aburrió un poco. 

-No puedes mentirme Fernando, y yo sé cuál es la razón, es por Eduardo ¿Verdad?

Fernando no lo podía negar. 

-Tienes razón, pero te juro que no es por celos. 

-¿Entonces?

-Noto algo muy extraño en él, cuanto se te acercó, sentí una gran sensación de peligro. 

-Vamos Fer, no lo dices en serio, Eduardo es un buen amigo. 

-No lo sé. 

-Mira no hagas juicios precipitados sobre él, no creo que sea nada peligroso, solo seremos compañeros de trabajo. 

-Está bien- Fernando se volteó y la abrazó- soy un tonto. 

-Eres mi tonto, pero nada de peligro ni de celos, recuerda mi vida te pertenece.

-Y yo daría mi vida por ti- Fernando la tomó por la cintura y la besó apasionadamente- Mi reina vamos a la alcoba real- la tomó y la subió a sus brazos, y cargada la llevó hacia su cama, la puso suavemente sobre, su hijo dormía plácidamente y no querían despertarlo, después de más besos, también se durmieron abrazados. 

MIentras tanto, Eduardo estaba solo en su coche estacionado afuera de la casa de Fernando, vigilando, marcó unos números en su teléfono. 

-Bueno ya dejé mi huella en Shadow- decía. 

-¿Y cómo se comportó?- decía Becker. 

-Pues la verdad, como lo esperamos, parco y sombrío, creo que será más fácil de lo que creía. 

-Ya lo sabes, debes plantar la evidencia como acordamos. 

-Lo sé, creo que caerá muy rápido y sobre todo que todos salimos ganando, el fin del Agente Shadow ya está escrito. 

Al día siguiente Fernando estaba en su despacho, estaba vestido totalmente de negro, revisando unos documentos, cuando alguien llamó a la puerta. 

-Pase- dijo Fernando sin dejar de leer los documentos. 

-Buenos días Agente- dijo Eduardo, Fernando levantó la vista, ahí estaba el hombre sonriendo de manera insinuante, se acordó de su plática con Alex y desechó sus malos pensamientos. 

-Señor Duarte, buenos días- le invitó a tomar asiento- Pase por favor, bienvenido. 

-Gracias, es un gusto que podamos trabajar juntos. 

Fernando no compartía esa idea pero era mejor cerrar la boca. 

-Dígame ¿Ya fue a hablar con el Comandante?

-La verdad no, quise hablar con usted primero, sé que usted está muy involucrado con el caso de Becker. 

-Es parte de mi trabajo- dijo Fernando. 

-No lo decía por eso, sé que usted fue el Fiscal que encerró a Becker hace años. Estuve indagando en la Fiscalía. 

-Vaya que está bien informado. 

-No me lo tome a mal Tellez, sólo quise ver si la Investigación anterior nos podría ayudar. 

-Pues no hemos tenido respuesta de ese lado, yo conozco el caso, pero no hay evidencia que prueba aun nuestras nuevas dudas. 

-Entonces debemos trabajar en eso, espero que formemos un buen equipo, supongo que Alex también estará con nosotros. 

-Por ahora no, ella está con licencia- dijo Fernando, mirándolo directamente a los ojos.

-¿Licencia?

-Si, nuestro hijo tiene solo unos meses de nacido, debe estar con él un tiempo más. 

-Vaya- Eduardo bajó las revoluciones- felicidades, se nota que se aman mucho. 

-Así es, pero será mejor que pensemos en el trabajo, vamos con Rubén, nos debe estar esperando. 

Ambos se pusieron de pie, Eduardo salió primero y Fernando cerró la puerta de su despacho, él sabía que habían empezado mal, pero las palabras de Alex sobre los prejuicios lo hizo comprender, quizás estaba celoso, o no lo conocía lo suficiente, era tiempo de abrir la mente y aceptar que podría ser un nuevo amigo, esperaba no estarse equivocando.  

 Fueron varios días y semanas de intenso trabajo, Eduardo y Fernando habían estado buscando evidencia en contra de Becker, pero todo apuntaba que el hombre se había reformado, además nadie sabía de su paradero, después de haber salido de prisión, había desaparecido. 

-Creo que en unos días cerraremos el caso por falta de pruebas- dijo Rubén. 

-Lo sé Rubén, hemos hecho nuestro mejor esfuerzo, pero no hallamos nada- dijo Fernando.

-Así es Señor, ambos hemos estado trabajando codo a codo y no hallamos nada- dijo Eduardo, ambos agentes habían tratado de llevarse bien, al menos no eran hostiles.

-Lo sé- Rubén estaba preocupado- pero esto no marcha más, lo más probable es que desde la Secretaría de Estado, nos ordenan cerrar el caso. 

-Presiento que es una decisión precipitada, dános unos días más, estoy seguro que hallaremos con que refundir a Becker de nuevo- Fernando estaba decidido a no dejar el caso así de fácil.

-Gracias Fer, siempre un paso adelante, espero tenga resultados, y que la llamada de los jefes no sea para malas noticias. 

En eso sonó el teléfono de Ruben y salió de la sala de juntas para conversar. 

-Así que Alex estará de vuelta en la oficina. 

-Así es- Fernando respondió- en una semana termina su tiempo de licencia, y volverá al trabajo. 

-Me alegro, así la veremos más seguido.

-Pero aún no estará en campo, ya hablamos y es mejor que por el momento se mantenga de vigía. 

-Se nota que se llevan muy bien, quién lo creyera, Alex siempre fue muy retraída, cuando yo la conocí. Pero se nota que tu eras su hombre ideal. 

Fernando prefirió no contestar, sino de seguro empezarían a discutir. 

-Fer por favor necesito hablar contigo un momento- Rubén regresó y llamó a Fernando, él salió de la sala, mientras Eduardo marcaba un número en su teléfono. 

-Ya es tiempo Bruce.

-¿Cuándo lo harás?

-En una semana, tienen que estar los dos aquí, para poder jugar con ellos, en una semana empieza el plan. 

Fernando regresó a la sala y un gran escalofrío recorrió su espina, como presintiendo algo realmente misterioso en su compañero, Eduardo colgaba una llamada y lo miró sarcásticamente. 

-¿Algún problema Fernando?- dijo Eduardo. 

Fernando estaba analizando esa mirada, pero recordó las palabras de su novia.

-Nada, Rubén tiene algo que decirnos, está en la sala de armas. 

Ambos hombres salieron y siguieron trabajando. 

Pasando los días, llegó el momento de regresar a trabajar para Alex, esa mañana se levantó antes que Fernando para alimentar a su hijo, y estuvo pensativo varios minutos, ella siempre había sido una mujer de objetivos claros, le gustaba trabajar y defender sus ideales, pero casi nunca había dado espacio al amor, al verse ahora como madre y novia, sabía que su vida iba a ser distinta porque tenía dos razones por las cuales volver a casa todas las noches. Con el bebé en brazos miraba a la ventana, separarse de él era muy difícil, pero también sentía que su vida estaba en esa oficina, ese trabajo que había aprendido a amar, y donde había conocido al hombre de su vida.

Fernando la sorprendió abrazándola por detrás con mucha delicadeza, esos brazos fuertes eran los más cálidos que había conocido. 

-Mi niña, ¿Sucede algo?

-No Fer, solo pensaba, creo que al fin caigo en cuenta que mi vida ha cambiado mucho. 

-¿Y eso te desagrada?

-Al contrario, no podría ser mejor, como sabes yo no tuve familia, y tu me regalaste una, sólo pensaba que ahora que tenemos un hijo, una vida tranquila, quizás debamos tener un trabajo más tranquilo ¿No crees?

-Sabía que esa pregunta llegaría algún día, mira Alex- llevó a su novia a que se sentara en una esquina de su cama, con el bebé aún en su pecho- Sé que eres joven, una hermosa mujer que por lo que te tocó vivir no has gozado de las cosas más simples como tener una familia y esas cosas, y quizás te hayas refugiado en tu trabajo y no tenías contemplado este cambio, pero eso es parte de vivir, mírame a mí, creo que ya estoy viejo y  tengo más experiencia en esto. 

Alex le tomó el rostro y lo acarició. 

-No diga eso, tu eres genial y muy guapo. 

-Lo sé mi niña- Fernando sonrió algo coqueto, sabía de la gran diferencia de edad entre los dos, pero no era algo que lo preocupara- pero lo que quiero que sepas, es que si sientes que ya no encajas más, y tienes miedos, yo estoy contigo, esta vez y para siempre pondré primero a mi familia, tu y Carlos Manuel, son lo más importante, y si quieres que nos vayamos de aquí cambiemos de oficio y borremos nuestro rastro, lo hacemos. 

Alex lo miró, esos ojos marrones eran la debilidad del Agente Shadow. 

-No lo creo, me siento bien siendo agente, y creo que no lo cambiaría, solo que ahora hay otra vida más que depende de mí, y siempre los miedos llegan, lo que hacemos no es nada sencillo. 

-Si es necesario daria mi vida por protegerte, por protegerlos, lo sabias mi niña. 

-Lo sé y lo que menos quiero es perderte a ti. 

-Entonces prometámonos algo aqui, que nos cuidaremos al máximo, que nuestra confianza será inquebrantable, trabajaremos como equipo y siempre pensaremos en regresar a casa sanos y salvos ¿De acuerdo?- Fernando la tomó de las manos y las besó, Alex hizo lo mismo, Carlos Manuel terminó de alimentarse y soltó un gran suspiro, los padres rieron. 

-De acuerdo. sabes que te amo Agente Shadow- se acerco a la boca de Fer y la besó

-Yo te adoro agente Vega, así que levante ese ánimo y vamos a alistarnos.

Se besaron largo rato y luego se alistaron, bañados y uniformados tomaron un desayuno ligero y dejaron a su hijo al cuidado de Vicky, quien les deseó suerte. Se despidieron de su hijo y se subieron al coche de Fernando. 

Alex iba más relajada, con su acostumbrada coleta en el cabello, un traje gris que le quedaba de maravilla y maquillaje austero, Fernando siempre iba de negro, era como un ritual, manejaba usando sus gafas de sol y atraía algunas miradas de las conductoras y transeúntes, siempre era muy pulcro y guapo. 

-Vaya, vaya, las mujeres voltean mucho a verte.- dijo Alex.

-¿Celosa?

-¿Yo? para nada, pero en verdad que tienen motivos para voltear, eres demasiado guapo para ignorarte. 

-Esos son celos mi niña, pero tampoco te quedas atrás, ¿Sabes que me fascina ese tu traje gris?

-Basta Fer. 

-Y me gustaría más quitartelo a mordidas- Fernando le rozó la mano a su novia y ella tenía la cara de los mil colores, muy apenada. 

-Me gusta que te sonrojes, te amo mi niña. 

-Y yo a ti, y no sabes cuanto. 

Fernando estacionó el coche en el parqueadero de la Comandancia, ambos salieron sonrientes y tomados de las manos, ya que todos sabían que eran novios, y ya estaban comprometidos, entraron por el lobby hasta el ascensor, al llegar a su piso, todos recibieron a Alex con aplausos y abrazos, mientras Fernando no la soltaba de la mano, hasta que Eduardo apareció. 

-Bienvenida Alejandra, es un gusto volver a trabajar juntos. 

Alex de lo más normal dejó la mano de Fernando para recibir el abrazo de su amigo, ese acto fue el inicio del calvario de Fernando Tellez, mientras veía como Eduardo Duarte lo miraba malévolamente y abrazaba a su novia, sabía que no traía ninguna buena intención, y eso haría sufrir a gente inocente.

Fernando movió la cabeza, sus celos salían a brote y no quería empezar una discusión con Alex apenas pisaba la oficina, dejó por un momento a Alex y se fue a la oficina de Rubén, quizás su jefe y amigo podría ayudarle. 

-Te llamé con el pensamiento Fer- dijo Rubén al verlo entrar. 

-Buenos dias hermano, ¿Alguna novedad?

-¿Te pasa algo?

-Nada , dime ¿Tienes algo nuevo?

-La verdad si, tenías razón, tenía que hacer algo mal Becker- le pasó un cúmulo de fotos- mira estos días, uno de nuestros agentes estuvo siguiendo a unos de los hombres de Becker. 

-Ya veo- Fernando miraba las fotos, no había rastro de Becker, pero conocía al hombre de las fotos- este hombre fue juzgado junto con Becker pero su condena no fue prisión efectiva, sino sólo una reparación civil, no pudimos hallar nada que lo comprometa directamente.

-Por eso, él estuvo fuera del Estado y regresó hace unas semanas, casi en las fechas en las que salió Becker. estas fotos son de hace tres días. 

-¿Por qué te las dieron recién hoy?

-Al parecer a Eduardo no les parecía relevante. 

-Eduardo.- Fernando carraspeó fuerte, era del que menos quería hablar hoy.

-Ya veo- Rubén descubrió la molestia de Fernando- eso es lo que te pasa. 

-No me pasa nada Rubén, ¿Podemos seguir?

-Está bien, te decía, Eduardo no vio nada importante, hoy me dió las fotos y por eso te estaba por llamar, yo sé que tu tienes una mejor percepción, además que tu ya conoces el caso. 

-Según las fotos, está ingresando ya varios días a este banco, se supone que es de donde sacó el dinero de la fianza. 

-Asi es, eso pensé yo también, creo que tu debes acompañar a nuestro agente. 

-Aún mejor, creo que puedo ir al banco, obviamente sin levantar sospechas, así puedo pedir los registros de las cámaras, y estar en la sala de vigilancia, creo que con una orden de cateo, puedo pedir los videos de semanas anteriores, así podemos encontrar algo. 

-Eres mi mejor agente sin duda, tu mente viaja más allá, lleva la orden ya mismo y coordina con Suárez, él está ahí y tomó las fotos. 

-Alguien más debe cubrirme. 

-Está bien, eso lo vemos de acuerdo a lo que descubras esos días. 

En eso entró Alex a la sala, Fernando la volteó a ver y sus miradas se conectaron por unos segundos, eran como si se hablaran con los ojos, ella le daba paz al remolino de su cabeza, Fernando sonrió, ya estaba más relajado. 

-Bienvenida Alex- dijo Rubén, la abrazó con cariño y la invitó a sentarse. 

-Gracias Rubén, estoy feliz de volver, son mi familia. 

-Te queremos hermosa, ahora a trabajar. 

Alex se levantó sonriente. 

-Vamos a la sala de observación, ahora esa será mi cobacha. 

-Vamos Fer- dijo Rubén, Fernando los siguió, Alex fue recibida en la sala por Ricardo el jefe de área, el muchacho había ascendido gracias a su trabajo y sobre todo porque había sido un gran apoyo para el Comandante, Fernando estaba alegre por él, es de sus mejores amigos. 

Alex se encargaría de ser vigía de Fernando, ya habían acordado ir al banco en mención al dia siguiente, con la orden de cateo de las cámaras de vigilancia, iba a ir solo, bajo la mirada de Alex, y luego dependiendo de los resultados, iría a infiltrarse con un compañero. 

Fernando se dirigió a su despacho, necesitaba firmar algunos informes, además que había pedido algunos documentos del caso de Becker de la fiscalía, para poder analizarlos, estuvo como 15 minutos leyendo cuando llamaron a la puerta. 

-¿Se puede Agente Shadow?

-Pasa mi niña- Alex entró feliz, pero al ver tan serio a Fernando cambió de semblante- mejor no te molesto. 

Fernando dejó de leer, intentó cambiar de cara pero estaba molesto por el hecho de que Eduardo no haya tomado una pista tan importante en cuenta, habían perdido el tiempo.

-MI niña jamás digas eso. 

-Vine porque sé que no estás bien, Rubén me contó lo de Eduardo.

-Alex no quiero hablar de eso, dime como te fue con Ricardo. 

-Fer hablamos de la confianza ésta mañana, por favor, yo sé que estás enojado, no quiero que me ocultes nada. 

Fernando se acercó a ella, respiró hondo, Alex lo conocía y su rostro no podía mentir. 

-La verdad estoy algo contrariado, esa sensación de peligro sigue, pero te voy a hacer caso. 

-Dale chance a Eduardo por favor, estaban trabajando bien. 

-Lo sé, voy a dejar de ser paranoico. 

-Ese es mi agente, deja de lado tus prejuicios, por favor eso te hace daño a ti mismo y la verdad no quiero tener problemas, te quiero bien y concentrado. 

-Si jefa- Fernando la tomó por la cintura y la besó, estaban disfrutando de sus besos unos minutos, cuando Eduardo rompió el globo de magia. 

-Disculpen muchachos, no era mi intención molestarlos- se notaba que estaba feliz por haber interrumpido pero Fernando lo ignoró. 

-Pasa Eduardo- dijo Alex, ella totalmente colorada. 

-Disculpen en serio, Fernando, Rubén te quiere en su despacho. 

Fernando salió rápidamente dejando a lo dos solos, eso no le agradaba en absoluto, pero no debía romper la promesa que le había hecho a Alex ese día, sobre tenerle confianza, ella sabía poner en su lugar a quien se pasaba de la raya 

-Se ve que te ama- dijo Eduardo. 

-Y yo a él- dijo Alex, tomó los papeles de Fernando y los guardó en el cajón del escritorio. 

-La verdad no puedo creer aún que hayas formado una familia. 

-¿Por qué lo dices?- preguntó Alex. 

Eduardo se acercó a ella peligrosamente, Alex notó el ímpetu de su amigo, se trató de alejar. 

-Sabes que nos conocemos hace mucho, y siempre fuiste una muchacha muy callada. 

-No he tenido una vida fácil Eduardo. 

-Pero ahora veo que has cambiado. 

-Si Eduardo, hace diez años que nos nos veíamos, es obvio que hayamos cambiado.

-Y veo que con Fernando hay mucha confianza. 

-Es mi novio y el padre de mi hijo, lo amo. 

Eduardo estaba demasiado cerca de Alex, ella torpemente hizo caer uno de los papeles del escritorio de Fernando en su huida. 

-Lo sé Alejandra, se nota que hay amor, yo quisiera sentir lo mismo. 

-¿No te has enamorado aún?

-Estuve enamorado, pero ella jamás correspondió a mi amor. 

-Cuanto lo siento- Alex estaba en la puerta, lista para salir de esa incómoda situación, no quería estar en ese lugar- debo irme. 

La joven salió y dejó a Eduardo solo, éste estaba bordando muy bien su telaraña, sabía que alguno de los dos caería primero. Solo era cuestión de suerte, mañana empezaria el plan. 

Fernando estaba en el lobby del Banco Estatal, donde habían estado vigilando al hombre de Becker, Fernando entró de lo más normal y pasó directo con el Administrador del Banco, presentándole la orden de cateo, y pidiéndole que lo llevara a las salas de video vigilancia. 

Al llegar al recinto marcó el número de su jefe para estar en línea. 

-Estoy dentro. dijo Fernando. 

-Bien Shadow, ahora conectate con Alex, ella está en vigía viendo el momento que llegue nuestro hombre. 

-Correcto. 

Fernando estaba parado mientras veía todas las pantallas, todo estaba tranquilo, cuando prendió su comunicador, para enlazarse con la Comandancia. 

-Todo normal Shadow- dijo Alex, ella tenía visibilidad de la entrada del Banco y el hombre no llegaba aún. 

-Suárez dijo que solo venir a esta hora, quizás no se presente hoy, adentro todo está tranquilo- Fernando miraba atento las pantallas.

-Ya llegó nuestro hombre- Alex vio entrar al banco al dichoso socio de Becker, en unos minutos entró en el campo visual de Fernando, igual vestido que en los días pasados, hizo su trámite como cualquier cliente, esperando su turno. 

-Aparentemente todo está normal- dijo Fernando con la mirada fija en las pantallas- Alex ¿el hombre vino en coche?

-No Fer, entró caminando, Suárez dijo que así entraba los días anteriores. 

-Shadow habla Rubén- dijo el Comandante. ¿Cómo lo ves?

-Bueno, no encuentro nada raro, si saca una cantidad sumamente alta de dinero, se podría abrir una investigación, pero si no es así, él no tendría nada que lo vincule a Becker, tal como sucedió la primera vez. 

El hombre había llegado a la ventanilla, estuvo unos segundos con la asesora bancaria, al parecer hablando, mostró documentación y se le entregó un monto considerable de efectivo. 

Fernando salió rápidamente de la sala, rumbo a la planta baja del banco. 

-¿Qué haces Shadow?- dijo Rubén. 

-Lo voy a seguir, el monto que lleva es considerable, quiero ver hacia dónde va. 

Shadow llegó hacia la plataforma de clientes, muy sigilosamente, se puso las gafas de sol para que no lo reconociera fácil, el hombre mientras tanto había sacado un pequeño maletín, para poder guardar el efectivo. 

Al terminar su trámite, el hombre salió del Banco, vigilado de cerca por Fernando, quien siguió sus pasos fuera del edificio, Fernando estaba detrás de él caminando sigilosamente, estuvieron bastante alejados del Banco, el hombre miraba a los costados, esperando que nadie los siguiera, pero Fernando no se hizo ver, avanzando casi dos cuadras de la entidad bancaria. 

-Fer ¿Cuál es tu plan?- preguntó Alex. 

-Creo que nos llevará a algún lugar- dijo Fernando- se está comportando algo nervioso. 

En efecto el hombre andaba muy nervioso mirando a todos lados, hasta que dejó la larga avenida y se metió a un callejón, el cual llevaba hacia un local de abastecimiento de alimentos. El Callejón era estrecho, pero había mucha gente transitando. Fernando tuvo que acelerar el paso, porque el hombre caminaba a zancadas. 

-Lo estoy perdiendo- 

-Está a varios metros de tu ubicación, pero ya no hay cámaras de vigilancia en esa parte del callejón, no puedo ver más allá- dijo Alex, ella estaba en la Comandancia abriendo el sistema de cámaras de la ciudad para ayudar a Fernando, pero perdió la señal. 

Fernando ya lo había pedido de vista, porque la gente se aglomeraba, en medio de comida, frutas en cajas listas para su distribución, gente cargando productos, la estrecha calle, pronto se fue despejando. Fernando tenía un mal presentimiento, así que sacó su arma de reglamento y la puso delante de él. 

-Lo perdí- dijo desesperado, pero a unos metros ya cerca del área industrial a donde le había llevado ese camino, vio al hombre que se había colgado en forma de morral, el maletín del dinero, y corría más ligero, volteó uno minutos y vio a Fernando, le sonrió burlonamente y entró en un local oscuro. 

Fernando entró siguiéndolo, con el arma arriba dispuesto a disparar, pero su instinto lo hizo agacharse, una bala pasó muy cerca de su ubicación y pegó en la puerta de ingreso, sonando con mucha fuerza. Fernando intentó ver quien le estaba disparando, pero el lugar era muy oscuro. 

-Retírate Shadow- le dijo Rubén, no era conveniente dejarlo solo, no sabían cuántos eran los del bando contrario. 

-Voy a salir, no tengo idea de cuántos son- Fernando estaba por salir de ese local, cuando dos balas volvieron a hacerlo agachar- Necesito refuerzos. 

-Sal de ahi Shadow- dijo ALex, se puso algo nerviosa. 

 Fernando disparó en señal de advertencia, pero le devolvieron como tres balazos. 

el agente decidió salir y los hombres que lo atacaron salieron con él, disparando. 

Se armó una balacera, Fernando estaba solo, divisó a dos hombres más, que junto con el hombre del banco disparaban, Fernando le atinó y le dio en la mano a uno de ellos. Los otros se distrajeron al ver a su cómplice caído, y Fernando se acercaba peligrosamente, entonces el hombre del banco empezó a correr. Fernando también corrió, el agente era atlético a pesar de su edad, así que en unos minutos alcanzó al sospechoso. 

-¿Que ibas a hacer con el dinero?- le increpó Fernando, al atraparlo soltó su arma, se abalanzó sobre él, pero el sospechoso opuso mucha resistencia. 

Empezaron los golpes, Fernando le dio un buen golpe en la cara pero el hombre respondió demasiado bien, derribando a Shadow, tomó el arma del agente y le dio un culatazo en la nuca. Fernando se sintió mareado con el golpe, estaba por desvanecerse cuando escuchó un disparo de advertencia a lo lejos, el sospechoso tiró el arma de Fernando y echó a correr, el que disparó corrió detrás del hombre y regresó luego de mucho tiempo. 

-¿Shadow?- decía la voz de Alex por el comunicador, Fernando se intentaba levantar, el culatazo si que lo había dejado fuera del juego, y se sentía aún mareado. 

Unas manos fuertes lo levantaron del piso. 

-Levántate Shadow- Eduardo estaba hablándole y Fernando despertó de golpe- 

-¿Eduardo? ¿Cómo es que estás aquí?

-Estaba cerca y oí la balacera, te vi correr tras ese hombre, y cuando te hizo caer, disparé. corrí detrás de él pero se subió a un coche y lo perdí. 

Fernando se tocaba la cabeza, para poder restablecerse, Eduardo lo ayudó a caminar de vuelta por el callejón  hasta llegar a la vía principal, donde una camioneta de la Comandancia los esperaba. 

Eduardo abrió la puerta del coche y Fernando subió, Rubén estaba en el asiento del copiloto. 

-Shadow ¿Estas bien?

-Si Rubén, pero lo perdimos- Fernando seguia tocandose la cabeza, ya estaba algo mejor. 

Eduardo estaba a su costado, sin decir ninguna palabra. 

-Estuviste ahí de milagro Duarte- dijo Rubén. 

-Pero de nada sirvió, Comandante- dijo Eduardo, mirando a Fernando. 

-Gracias- dijo Fernando a secas, era verdad que su disparo le salvó la vida, pero aún no entendía bien cómo es que estaba ahí para salvarlo.

-De nada Shadow- dijo Eduardo. 

El camino hacia la Comandancia fue muy silencioso. al llegar a la sala de juntas la primera en recibirlos fue Alex, que se lanzó sobre su novio. 

-Fernando mi cielo ¿Estás bien?- preguntó revisando de pies a cabeza. Al ver que los demás la miraban se puso colorada. 

-Si mi niña, estoy bien, sólo fue un culatazo. 

-Vamos a tu oficina- Alex lo llevó de la mano hacia la oficina, entraron y ella lo hizo sentarse en su sillón, para revisar más detenidamente y sin testigos. 

-Estoy bien, sólo algo mareado. 

-Me asusté mucho Fer, no debiste arriesgarte, felizmente Eduardo estaba cerca. 

-?Extrañamente cerca?- pensó Fernando para sí mismo. 

-Creo que lo eché a perder ¿Verdad?

-No Fer, creo que empezamos bien, pero tuve miedo, eran tres contra uno, y yo sin poderte ver, en esa zona no hay cámaras. 

Fernando se puso de pie y la abrazó. 

-Tranquila, ya pasó. te lo prometí, siempre debemos regresar a casa con vida, pero de seguro esta situación nos pondrá nuevos retos, pero te juré que viviría para ti y lo cumpliré.

Rubén estaba dando vueltas en su despacho cuando Fernando llamó a la puerta. 

-Adelante- dijo Rubén serio

Fernando entró, no sabía qué le diría su amigo, todo lo que pasó había sido muy extraño, y la verdad, se sentía frustrado, todo se había echado a perder. 

-¿Estás bien hermano?- se acercó Rubén, Fernando agradeció internamente el gesto. 

-Si hermano, gracias, el culatazo me sacó de la jugada, 

-Lo sé, se nos escapó de las manos. 

-Lo siento Rubén. 

-No es tu culpa Fer, hiciste lo mejor que pudiste, estabas solo. 

En eso tocaron a la puerta otra vez, entró Eduardo y cerró la puerta tras él, a Fernando le entró una sensación de ira y celos por la columna vertebral, era algo demasiado fuerte para negarlo, la cara le cambió. 

-Bien, Eduardo, queremos saber qué fue lo que pasó- preguntó Rubén. 

-¿Disculpa?- preguntó Eduardo extrañado. 

-Sobre lo que pasó hoy, cómo algo tan crucial como estas pistas no fueron tomadas en cuenta. 

-Eduardo, hoy pudimos atrapar al secuaz de Becker, si hubiéramos planeado de mejor manera la operación- dijo Fernando con voz firme, lo miraba con odio- pero como fuimos a ciegas, perdimos la pista, ahora de seguro Becker tendrá más cuidado. 

Eduardo los miraba sin ninguna expresión, eso enfureció más a Fernando. 

-¿Por qué te guardaste información tan crucial?. ese hombre llevaba días yendo al Banco y ayer recién tuvimos las fotos en las manos. 

-No lo creí necesario, me pareció información irrelevante. 

-Pues te equivocaste Eduardo, por lo menos debiste decírmelo a mí, quizás hubiéramos podido hacer un mejor plan- Fernando empezó a dar vueltas en el despacho, Eduardo lo miraba con cierta desidia, eso lo enfureció más. 

-Mira, lo importante es que te pudimos sacar de ahí ¿Verdad?- dijo Eduardo. 

-Te agradezco la ayuda, pero eso ahora es lo de menos, tenemos que empezar de cero, y gracias a ti- Fernando se acercó amenazadoramente al hombre, pero la voz de Rubén lo hizo retroceder. 

-Tranquilo Shadow, no podemos volver a distraernos, esta vez nos organizaremos mejor.-Rubén se sentó y volvió a ver las fotos. 

Fernando se detuvo, prefirió no mirar a los ojos a su compañero, sino no podría controlar el enojo. Los tres empezaron a planear una nueva intervención, obviamente con las precauciones del caso. 

Al terminar la reunión, Eduardo salió del despacho y se iba hacia el ascensor, Fernando lo alcanzó. 

-Por favor Eduardo, te necesito concentrado, este error no se puede volver a cometer. 

-No me tienes que decir como hacer las cosas, yo sé mi trabajo. 

-Pues no parece- Fernando cruzó sus brazos, en señal de desafío, pero Eduardo no se quedó atrás, a pesar que Fernando era más alto que él, lo miraba mal. 

En eso se les acercó Alex. ambos bajaron sus revoluciones, aunque seguían mirándose con rabia. 

-Fer ¿Como les fue?

-Bien, te cuento todo después- Fernando la tomó de la mano y la llevó hacia su despacho, Eduardo los vio irse y esbozó una maquiavélica sonrisa, entró al ascensor, y mientras bajaba a la planta baja, marcó uno números en su teléfono. 

-Está hecho, ese hombre ya me odia, y eso lo hace irritable. 

-Bien hecho- dijo Becker

-Es hora que aparezcas

-Está bien, el juego ha empezado- Eduardo colgó y salió de la Comandancia, con una gran sonrisa en la cara. 

Mientras tanto en el despacho de Fernando, Alex lo veía muy eufórico. 

-Mi cielo relájate. 

-Es que me revienta su cinismo, fue su culpa que todo esto pasara. 

-Recuerda que te salvó la vida hoy- dijo Alex, lo tomó de la mano, Fernando dejó de caminar de un lado a otro. 

-Eso no es importante, fallé y es la primera vez . 

-Fernando, claro que tu vida es importante, ¿Qué haría yo sin ti?

Fernando la vió a los ojos, ella tenía razón y hoy habían hablado mucho de la confianza entre los dos. Respiró hondo para estar más tranquilo. 

-Perdón mi niña, estoy muy exasperado por lo de hoy. 

-Hablamos de la confianza ¿Verdad?- Alex lo  miró con ternura, esa táctica nunca fallaba. 

-Si Alex, de verdad lo siento. MI caracter es dificil, si no fuera por ti. 

-Sabes que te amo y debemos apoyarnos uno al otro, ya sabes somos un equipo. 

-Si mi niña. soy un tonto. 

-Por lo que veo, lo mio es el trabajo de campo, asi que la próxima operación, yo iré contigo. 

-De ninguna manera señorita- Fernando la tomó de las manos- Usted debe estar de vigía. 

-Así evitaré que mates a tu compañero de trabajo- Alex se aguantó la risa ante su comentario. Fernando respiró hondo y se frotó la nuca en señal de nerviosismo. 

-Me veo muy tonto con estas escenitas de celos, te juro que me quiero controlar, pero la verdad no tengo ninguna confianza con Duarte. 

-Por eso es mejor que te acompañe. 

-Mejor que lo decida Rubén, Ahora ¿Te molesta si nos vamos a casa?, la verdad necesito descansar. 

Alex le dió un beso en señal de asentimiento, ambos salieron de la oficina, se despidieron de todos y salieron al parqueadero por su coche, llegaron a casa a acurrucar a su hijo y Alex se metió a la ducha. Fernando estaba en la cocina muy pensativo, con una bolsa de hielo colocada en la nuca, no quería alarmar a su novia, pero aún le dolía la zona donde  lo habían golpeado. 

-Hay algo extraño en todo esto- se decía a si mismo- pero debo saber cómo llegó Eduardo al lugar, era una calle muy escondida para estar deambulando sin razón alguna y de la nada salga a disparar, ni que estuviera con su arma de reglamento como llavero. 

-No, esto no es normal- movió la bolsa de hielo un poco mientras seguía tratando de interpretar lo sucedido ese dia- mi instinto nunca me ha engañado, ese hombre oculta algo y no es por celos pero me voy a dar el tiempo de averiguar. 

Subió a su recámara y encontró dormida a Alex, ya bañada y con su pijama, y a su hijo durmiendo plácidamente, con mucho cuidado se acostó, le dio un beso a su novia y estuvo leyendo un libro por un rato, con la luz de la lamparilla de su mesa de noche, Tras estar entretenido leyendo, no se dio cuenta que Alex había despertado. 

-¿No puedes dormir amor?- le preguntó, Fernando volteó a verla y le sonrió. 

-Lo siento mi niña, es que me entretuve leyendo, que se me olvidó la noción del tiempo, ahora dejo de hacerlo, sigue durmiendo. 

-Tranquilo, estoy bien, sólo que dijiste que querías descansar y te pusiste a leer. 

-Necesitaba despejar mi mente. 

Alex se acomodó para estar a la altura de Fernando, así se podían mirar directo a los ojos, tomó su rostro con sus manos y lo acarició. 

-Sabes que cada dia que pasa, te amo más. 

Fernando hizo lo mismo, luego tomó sus manos y las besó. 

-No creo que más que yo, quizás a veces me comporte como idiota, pero eso si nunca dudes que te amo, a pesar de mi mismo, estás en cada paso que doy, tu y Carlos Manuel son lo más importante de mi vida. 

-¿Y Sofía?- Alex siempre quiso hacerle esa pregunta, tal vez ahora que se estaba sincerando, podía abrir su corazón. 

A Fernando esa pregunta lo tomó por sorpresa, así vaciló algunos segundos, era casi tres años de la pérdida de su primera familia. 

-¿Aún es importante para ti?- Alex le volvió a preguntar ante el silencio de Fernando. 

-Ven mi niña- Fernando le ofreció sus brazos para acurrucarla, ella se acomodó hasta que quedaran muy juntos- Mira, Sofía y Camila fueron mi primera razón de alegría, ella fue mi primer amor, tan bella, sencilla, discreta y muy sensible, formamos una bella familia. Pero el destino aún  no estaba escrito, se escribió de esta manera, y ellas salieron de mi vida de manera trágica, son parte de mi vida pasada, Tu llegaste cuando yo había perdido toda esperanza de poder ser feliz y cuando me consumía un enorme deseo de venganza, y lo cambiaste todo, en ese momento sentí que Sofía te había enviado, porque me amaba tanto que no quería verme solo, ahi cerré mi ciclo con ella y tu fuiste la nueva dueña de mi corazón, cada una es parte de mi vida, en distintas etapas, y ahora en esta etapa solo quiero amarte a ti, porque es mejor vivir el presente. Nunca dudes, yo si te amo, y que nadie te diga lo contrario. 

Fernando se acercó a Alex, la tomó del mentón y la besó, con esos besos tan típicos de él que te quitan la respiración y eso los hizo dormir profundamente, su deseo era quedarse así dormidos, juntos por siempre.

Fernando y Eduardo habían planeado la siguiente emboscado recién a las dos semanas del incidente, era normal que Becker se hubiera ocultado del ojo público por un tiempo, Fernando esta vez, fue el encargado de contactar con los agentes que tomaban las fotos, él estuvo monitoreando todo el avance, y casi no se confrontaba con Eduardo, Alex le ayudaba, a petición de Rubén, porque no quería más enfrentamientos, y Eduardo parecía no importarle la furia que causaba en el Agente Shadow, así que estaba menos involucrado que la primera vez. 

Becker había salido esa semana, ya estaba rondando algunos lugares públicos, lo encontraron en la ceremonia de lanzamiento de un programa social de una gran transnacional, supuestamente entregando una gran donación. 

-De seguro hay algo oscuro en lo de la donación, es lo que debemos averiguar- dijo Fernando- no creo que sea difícil entrar en el ambiente y poder implantar micrófonos. 

-Eso lo puede hacer Alex- dijo Rubén. 

-¿Alex?

-Si Fer, lo que pasa es que Becker te conoce, aunque hayas cambiado físicamente, de seguro te reconoce, es mejor que mandemos a alguien que él no conozca. 

Era Lógico lo que su jefe le pedía pero le preocupa exponer así a Alex. 

-No creo que dudes de la capacidad de Alex para infiltrarse- dijo Rubén- además que tu estarás cubriendola. 

-Lo sé, no malinterpretes mi expresión, es que siempre me preocupa. 

-Está bien, es razonable. 

-Bueno entonces, podríamos ser del staff del catering, así no somos parte de los invitados y podremos movernos con facilidad. 

-Bien pensado Shadow- Rubén tomó apuntes y determinaron los pasos de su plan. Armaron el operativo para el dia siguiente, porque Becker saldría de nuevo en la presentación a medios.  Alex fue la que consiguió los pases en el catering del evento, gracias a uno de sus contactos, Fernando iría de bartender y Alex de mesera, Eduardo iría de vigía cerca los dos, para apoyar si las cosas salen mal. 

-Tranquilo amor- dijo Alex, alistando todo para su trabajo del dia siguiente. 

-No estoy nervioso- Fernando también se alistaba, había conseguido unos anteojos sin medida clínica, así podría pasar algo desapercibido.

-Se te ve super sensual con esos anteojos. 

-¿en serio?- Fernando la miró y la atrajo a su cuerpo, la tomó de la nuca, y le dio un beso muy salvaje, Alex respondió a la altura, casi mordiendo el labio inferior y luego sus manos saltaron directo al pecho de su novio, hace bastante tiempo que no se encontraban en la intimidad, con lo del embarazo, la rutina y el incidente, quizás era hora de sentir su cercanía, pero ella se detuvo. 

-Ahora no Fernando- se separó con bastante vergüenza. 

-¿Por qué mi niña?

-Por favor, creo que debemos ir más despacio. 

-¿Nos amamos verdad?- Fernando la sostenía de la cintura, le hacía falta- somos una pareja, y estar juntos también es parte de la convivencia. 

-Eso lo sé Fer, sólo que prefiero que te concentres, sino pasará lo del embarcadero ¿te acuerdas?. 

Su fallido operativo con la Güera era algo que fue difícil de olvidar para ambos. Fernando bajó sus revoluciones, ella siempre tenía la palabra final. 

-Está bien mi niña, lo que tu digas- le dió un beso ya más tierno y se fueron a dormir, el día siguiente sería muy importante. 

Todo el equipo ya estaba listo, eran las 10 horas y se ubicaron en una camioneta blindada afuera del local de la Transnacional, donde se presentaría a Becker como el filántropo que donó para un el bien común, eso molestaba un poco a Shadow, pero se alistó junto con Alex, estuvieron con el grupo de catering que los haría entrar al evento. 

Ambos bien equipados, y con los comunicadores encendidos, entraron al gran salón, donde había barra libre para los invitados, Fernando sabía bastante sobre coctelería, así que no le fue difícil infiltrarse, Alex estaba muy bien vestida, con una falda entallada a su cuerpo esbelto, una blusa blanca y chaleco negro, como todas las demas meseras, y Fernando con pantalones negros, también camisa y chaleco, ambos debajo de los gafetes de staff, tenía sus comunicadores y micrófonos, los cuales tratarian de infiltrar para obtener evidencia. 

La fiesta empezó, llegaron los invitados y la ceremonia dio inicio, Fernando tenía una excelente visión del lugar desde la barra , así que se dispuso a preparar algunas bebidas, haciendo gala de algunas maniobras, así no despertaría sospechas. 

-Alex entró Becker- dijo Fernando desde la barra. Alex dio la vuelta y encontró a su objetivo entrando con un grupo de hombres, entre ellos, el sujeto del banco. 

El maestro de ceremonias hizo todo un preámbulo antes de presentar al invitado, así que Alex tuvo tiempo para rondar unos minutos, tratando de escuchar algo. 

-Shadow, todo tranquilo hasta ahora- preguntó Rubén, desde la camioneta a las afueras, estaban viendo desde las cámaras. 

-Asi es todo tranquilo, el sujeto del banco es hombre de Becker, no hay duda. 

-Correcto. 

-Sigamos con el plan. 

Alex se acercaba cuidadosamente, asi que pudo escuchar algo de los hombres de Becker. 

-El Patrón quiere que revisemos la mercaderia que llegó- decía uno

-Si debemos ir sin que nadie note nuestra ausencia, así lo ordenó el jefe. 

Alex sutilmente tomó el micrófono que llevaba detrás del gafete, y lo tomó para ver como poder colocarlo en alguna parte de los dos hombres de Becker. Así que chocó con uno de ellos, haciendo caer una bebida sobre el hombre del banco. 

-Señor cuánto lo siento, perdone mi torpeza- Alex tomó un pañuelo de su bolsillo y secó la bebida derramada sobre el hombre, y sin que nadie se de cuenta, colocó el micrófono pegado al cinturón del hombre. El susodicho no se percató porque estaba perdida en la belleza de Alex, solo decía algunas palabras. 

-Déjelo así señorita, retirese. 

Alex se retiró, hacia la barra, con el pañuelo y el resto de la bebida derramada. 

-Microfono implantado- dijo al comunicador. 

-Buen trabajo Alex- dijo Fernando, quien seguía sirviendo en la barra, sin dejar de ver a Becker, quien ya estaba en el escenario hablando sobre su donación. 

Rubén y Ricardo, quien estaba de vigía, estaban coordinando la señal del micrófono, para poder obtener señal y escuchar lo que hacía los secuaces de Becker. 

Fernando espera paciente, mientras servía los tragos en la barra y Alex rondaba todo el salón, pero no estaba preparado para lo que venía. 

-Maldición ¿Acaso estas sordo Duarte?- Fernando estaba rojo de ira, mientras veía cómo los paramédicos atendían el raspón de bala de Alex. 

-Estaba tratando de cubrirte, si te quedaste quieto no es culpa mía- dijo Eduardo con una serenidad que Shadow ya no soportaba. 

-Tú estabas más cerca de Becker que yo, si corrías lo alcanzabas- replicó Fernando. 

-Basta los dos- dijo Rubén al verlos pelear- no está del todo perdido el operativo. Alex pudo colocar el micrófono, podremos saber dónde están, y qué negocios tienen. 

Fernando lo quería matar, pero sintió la mano de su novia como bálsamo, ya estaba curada. 

-Fer tranquilo, esto fue mi culpa, si no te hubieras preocupado por mi, hubieras logrado detenerlo. 

-Calma agentes, podremos sacar provecho de esta situación, fue un dia tenso, por favor regresemos a la Comandancia y ahí hablamos con calma.

Todos subieron a la camioneta, Fernando no soportaba la calma con la que Eduardo veía el asunto, era como si no le importara, de seguro había gato encerrado con este agente, ya no tenía dudas, pero necesitaba pruebas. Al verlo pasar se puso furioso y quiso darle un golpe, pero Alex lo detuvo a tiempo. 

-Fer por favor, ya basta. 

-Lo siento- dijo Fernando avergonzado, estaba muy iracundo y sabía que no era bueno ponerse en ese plan. 

Llegaron a la Comandancia y rastrearon el micrófono, al parecer el hombre que llevaba puesto el aparato lo dejó alejado de la conversación, no oyeron casi nada. 

-Demonios, tal vez se dieron cuenta- dijo Fernando en la sala de vigías- Ricardo ¿Puedes obtener su ubicación?

Ricardo se puso a trabajar en eso, pero al final miró a Fernando serio. 

-No Fer, lo que pasa es que el radio de frecuencia es muy lejano de esta oficina, y presenta distorsión, por eso no escuchamos nada, ya no está a nuestro alcance. 

-Maldición, estamos en cero otra vez- dijo Rubén, y salió. Alex, Eduardo y Fernando se quedaron callados, esto no habia resultado del todo bien. 

-Esto está mal, no podemos perderlo una segunda vez- dijo Fernando. 

-Tendremos que hallar la forma de encerrar de nuevo a Becker, antes de que concrete los planes que tiene con la Güera- Alex también se notaba preocupada. Eduardo era el único que se notaba tranquilo, al ver a los novios así de tensos, salió, se fue a la sala de juntas y estuvo fingiendo leer unos documentos por varios minutos, esperando alguna reacción de ellos, para ver donde dejar cizaña. 

A los minutos entró Alex, buscando a Rubén. 

-¿Has visto a Rubén?. le preguntó a Eduardo.

-No está aquí. 

Alex le sonrió y ya se iba, cuando éste la detuvo. 

-Espera Alex, quería decirte algo- 

-Si Eduardo ¿Qué sucede?

-Me alegro que no te haya pasado nada, yo también me preocupé, cuando vi que te hirieron- puso su mano sobre el raspón que estaba cubierto con gasa, la miraba tiernamente, como queriendo algo más, Alex trató de alejarse. 

-Gracias Eduardo, no pensé que te preocuparas por mi. 

-Siempre lo hice, sólo que ahora tu novio parece que no quiere que me acerque a ti. ¿Como que es muy celoso e impulsivo?

-No para nada. Fernando no ha tenido días fáciles, es sólo eso. 

-¿Tu crees?- Eduardo se acercaba más, ella estaba algo nerviosa, pero la salvó el hecho que Fernando los estaba viendo. Alex agradeció su presencia y se le acercó. 

-¿Qué está pasando aquí?- dijo con una voz muy dura. 

-Nada Shadow, solo le decía a Alex, que me alegro que esté bien, yo ya me retiro.

Salió de la sala, riendo para sí mismo, estaba logrando exasperar a Fernando. él lo miraba con ganas de matarlo, pero se contuvo al ver a su novia contrariada.

-Ahora vuelvo- Fernando salió para encarar a Duarte, lo encontró en el ascensor. 

-Espera Duarte- el otro volteó a verlo de la manera más descarada. Fernando ya no lo soportaba. 

-¿Qué quieres?

-Pues decirte solo una cosa, no sé qué pretendes, estoy seguro que no traes nada bueno entre manos, puedo sentirlo, aunque te muestres cordial con todos, sé que ocultas algo y creeme que lo descubriré. 

-Estás delirando Shadow, no es mi culpa que te hayas vuelto ineficiente. 

-Eres un infeliz Duarte.

-¿Algo más agente Shadow?

-No te acerques de nuevo a Alex. te lo advierto. 

-No puedes impedirlo, somos amigos de años atrás, la conozco antes que tú. 

-Recuerda que soy su prometido y el padre de su hijo. 

-No te tengo miedo Shadow, se nota que eres un inseguro, por eso haces esta escenita de celos. 

Fernando lo tomó de la camisa con fuerza, ya se estaba cansando. 

-No me busques Duarte, haré que se te caiga la máscara. 

-Lo veremos- Eduardo se soltó del jalón con fuerza y se metió al ascensor, ambos se lanzaron miradas asesinas y se declararon la guerra. Fernando ya no tenia dudas, este hombre no era el santo que todos creían, sólo debía conseguir las pruebas. 

Se fue echando pestes a su despacho y encontró a Rubén esperándolo. 

-¿Qué vamos a hacer Shadow?

-No lo sé hermano, es como si alguien nos manejara como marionetas, estamos a punto de atrapar a Becker y algo sale mal esta jugando con nosotros. 

-Es verdad, y más si está trabajando con la Güera. 

-Esa mujer me odia, y hará lo posible por verme muerto- dijo Fernando, mientras pensaba en cómo descubrir el juego de Eduardo- y no lo puedo permitir.

-Será mejor que lleves a Alex a casa, mejor es que acabe este día, mañana buscaremos la forma de obtener algo de la señal del micrófono, ahora ya es inútil seguir. 

-Tienes razón Rubén, vamos a casa. Fernando buscó a Alex y la llevó al coche, ambos subieron y se fueron a casa en silencio. 

-Amor te veo cansado- dijo Alex al ver a Fernando meditando. 

-Estoy bien. me preocupa lo que pasó hoy

-No fue tu culpa, no tuvimos suerte, eso es todo. 

-No lo sé mi niña, pero si algo te pasaba yo me muero. 

-Yo igual, lo de hoy no fue grave, pero gracias a eso no pudimos detener a Becker. 

-No digas eso Alex, sabes que te adoro, y primero que nada estás tú y mi hijo, sólo que no le encuentro lógica a que Duarte no le tome interés a nuestro trabajo. 

-Es mejor descansar y pensar que mañana será otro día. dijo Alex, ambos se ducharon y acostaron, en serio esperaban que mañana se arreglara todo, o al menos una gran parte. 

Fernando se estaba rasurando frente al espejo del baño, mientras se miraba al espejo notaba las ojeras que le habían salido, sin duda los días siguientes al fallido operativo no era lo que habían esperado, estaban de nuevo en cero en el caso de Becker, ya que éste volvió a desaparecer, sin dejar ningún rastro, y la actitud de Eduardo no había cambiado para nada, seguía parco y despreocupado, su instinto le gritaba que había algo muy oculto en ese raro comportamiento, pero las cosas empeoraron cuando dejó de ser su compañero, y se puso a trabajar de vigía, Alex fue designada de nuevo por Rubén en esa área porque Ricardo tenía licencia, por problemas familiares, así que solo Fernando y Rubén hacían trabajo de campo. Eduardo estaba muy confidente con su novia, los encontraba hablando, recordando sus días de trabajo juntos en la capital, y siendo demasiado cordiales para su gusto. Estas cosas no lo dejaban dormir, así que pasaba las noches leyendo, viendo informes en el ordenador, o simplemente mirando el techo de su dormitorio, pero sin poder conciliar el sueño. 

A Alex también le preocupaba la actitud de su prometido, estaba dándole de comer a Carlos Manuel en la cocina, y al ver a Fernando que bajaba a desayunar, decidió preguntarle qué pasaba.

-Amor ¿Qué te sucede?

-¿Por qué?- Fernando andaba distraído y no la miró a los ojos 

-¿Puedes mirarme a los ojos?- Alex de la manera más cariñosa se lo pidió, Fernando no tuvo opción y sus miradas se conectaron, ella puso la mano en su rostro, Fernando cerró los ojos, el contacto le producía paz. 

-Amor estoy preocupada, sé que no estás bien, no duermes.

-Te equivocas mi niña- Fernando se hacía el loco y le desvió la mirada de nuevo, pero ella acarició de nuevo su cara con más ternura, no se pudo resistir. 

-Fer te conozco, no me puedes mentir, sé que estás despierto todas las noches, si algo te preocupa, yo te puedo ayudar. 

-No es nada amor, es estrés solamente. 

-¿Seguro?, sabes que puedes confiar en mí, ya hablamos de eso. 

-Tranquila, sólo es trabajo, me preocupa de nuevo estar en cero, con lo de Becker, y ahora está no habido.

-Es verdad, es algo muy raro, pero ya sabes, por favor, cuéntame lo que sea, quiero apoyarte y que estés bien. 

-Yo también mi niña, te amo- Fernando se puso de pie y le pidió cargar al bebé, lo miró con ternura, ese pequeño era parte de su preocupación, la Güera podría matarlo en cualquier momento, desde hace mucho lo quiere muerto, y no podía desamparar a su hijo, Alex lo miraba muy preocupada, pero él la tranquilizó con un beso, al parecer necesitaba tener ese contacto, para poder seguir.

-Yo te amo más Fernando, no sé qué haría sin ti, por favor nunca me hagas falta- lo volvió  a besar y lo abrazó, Fernando agradeció el gesto y con  la mano libre también la abrazó, sentir cerca a los dos seres que más ama ayudaba mucho a sentirse mejor.

-Los amo a los dos, no podría vivir sin ustedes. 

Después de este momento íntimo, ambos se despidieron de su hijo y se fueron a trabajar, en el trayecto tampoco hablaron mucho, estaban muy tensos. Llegaron a la Comandancia y en la sala de Juntas los esperaba Rubén. 

-Muchachos buen dia, los estamos esperando. 

En eso apareció Eduardo, estaba parado en la esquina y no se hizo notar hasta ese momento. 

-Han visto a Becker anoche, en una de las mayores casas de apuestas de la ciudad. 

-¿Quien te dio la información?- Fernando le preguntó 

-Lo hallaron nuestros hombres, estuvieron siguiendo pistas, anoche que lo vieron me llamaron- dijo Rubén. 

-Así que ahora anda derrochando dinero, de seguro fue el dinero que sacó el banco, y sabemos que ese es dinero lavado,  sería un buen motivo para aprehenderlo- Fernando veía como Eduardo no parecía nada inmutado por la información- debo infiltrame de alguna forma, pero esta vez quiero hacerlo solo. 

-Está bien Shadow- dijo Rubén- ya teníamos el plan contigo al frente, Alex y Eduardo estarán en vigía, apoyandote. 

-Esta bien- a Fernando no le gustaba la idea de dejar a su novia con este hombre, pero trabajar con él tampoco le agradaba, pues ya le había hecho perder su objetivo la última vez.

-Manos a la obra- Rubén los invitó a salir de la sala, Alex y Eduardo llegaron a la puerta, en eso Rubén habló- Shadow quédate un momento. 

Fernando se sorprendió, de seguro vendrá el sermón por su actitud con Duarte, los otros salieron, Alex lo miró con cariño antes de salir, el Comandante cerró la puerta al quedarse solos. 

-Necesitamos hablar Shadow- dijo Rubén muy serio. 

-Señor- dijo Fernando, ante todo Rubén era su jefe. 

-Te noto inquieto Fer, estás muy parco ¿Estás bien hermano?

-Si Rubén. 

-No es verdad, yo sé que pasa aquí, te conozco hace más de 20 años Fer, algo te inquieta y se llama Eduardo ¿O me equivoco?, sé que tuvieron un cruce de palabras hace días en el ascensor. 

Fernando no se esperaba eso, pero la verdad creía que platicar con él sería algo muy productivo.   

-Presiento que algo trama. 

-Confío en tus corazonadas Fer, pero tal vez ahora te equivoques. 

-Quizás hermano, y no es por nada de celos, te lo juro, pero siento que aquí hay algo oculto. 

-Quería hablar de eso contigo, se nota mucho tu apatía hacia Duarte, y de él hacia ti, y te puedo entender, porque a mi también me parece muy extraña toda esta situación, pero la verdad, todo está en conjeturas, que a muchos podrían parecer solo simples celos, te sugiero que te controles, toma las cosas que están pasando con mucho precaución, sabes que ahora tu vida y la de tu familia está en riesgo, y te digo que si no tienes pruebas de que este agente no es de fiar, tú mismo podrías quedar mal, y ante las personas que más te importan. Piensalo mucho hermano. 

Rubén se acercó y le dio a Fernando unas palmadas en la espalda, Fernando lo vió y le sonrió, su amigo era sabio, le hizo sentirse en confianza siempre, y esta vez tenía toda la razón. Rubén estaba saliendo de la sala cuando Fernando habló. 

-No se preocupe Comandante, tomaré en cuenta sus palabras, y tenga por seguro que mi trabajo está antes que nada. 

-Eso es lo siempre he esperado de ti agente Shadow, 

-Gracias Rubén, ya he llegado a una determinación. 

-Lo sé Fernando, y espero que eso te ayude. 

Fernando sonrió ligeramente y vio salir a su jefe. Era cierto, sin pruebas no podía demostrar su teoría, pero debía pensarlo mucho, la vida de su familia estaba en peligro y no podía jugar con eso. 

Fernando y Alex esta vez planearon el operativo, que sería llevado a cabo en dos días, porque aún debían observar si Becker volvería a ir. Fernando sería uno de los trabajadores de la casa de apuestas, estaría como guardia de seguridad, rondando las mesas para evitar fraudes de los jugadores, así podría dar vueltas dentro del local cerrado y tendría mejor vista por sí Becker hiciera algo fuera de lo normal. 

-Entonces entraré en las últimas dos horas de ronda- dijo Fernando en la sala de juntas mirando los planos del lugar, estaba buscando posibles rutas de escape. 

-No lo sabemos, se supone que Becker fue a eso de las 20 horas, la otra noche, pero no ha vuelto a ir. 

-Esperemos que vaya hoy, así sabremos que si le va bien volverá los días siguientes

-Tengo miedo Fer- Alex se acercó y le tomó de la mano, se notaba triste, Fernando la tomó de la cintura, tomó con la mano su mentón, así pudieron mirarse de frente. 

-No mi niña, no tengas miedo. Todo acabará pronto. 

-La Güera de nuevo ronda por nuestras vidas, esa mujer no va a parar hasta acabar con nosotros. 

-Ni lo digas mi niña, tendrá que acabar primero conmigo antes que te toque o toque a nuestro hijo. 

-Eso me asusta, ni estando en prisión nos deja en paz, por favor cuidate. 

-Siempre lo hago, pero si algo les pasara a ustedes, me muero,  amor. 

Se abrazaron, estaban muy tensos, esto estaba siendo parte de una nueva trampa, y ambos nos sabían dónde acabaría el laberinto. 

Eduardo rompió la burbuja en la que estaban ambos enamorados. Al ver que los había interrumpido sonrió.

-Disculpen- dijo 

-¿Acaso no te enseñaron a tocar antes de entrar?- dijo Fernando. 

-Disculpa Shadow.

-Fer por favor, cálmate- dijo Alex en un susurro, tratando de calmar los ánimos- ¿Se te ofrece algo Eduardo?- le preguntó viéndolo algo molesta por la intromisión. 

-Así es, quizás te sirva de algo Shadow, este hombre de la foto- le pasó a Fernando una foto pequeña- es un trabajador en las mesas de juego, que puede ayudarte dentro del local, sabe mucho sobre los clientes y aceptó ayudarnos. 

-¿Quién te dijo eso?

-Nuestros hombres lo contactaron, creo que debe algo a la Justicia, y le ofrecieron protección a cambio de que nos ayude.

Fernando lo vio con recelo, recordó su charla con Rubén, debía tener pruebas antes de acusar, así que vio el comportamiento de Eduardo y decidió seguirlo, quizás así despejará sus dudas, apenas tuviera un tiempo libre, empezaría a seguir sus pasos. 

-Gracias Duarte. 

-Suerte Shadow, espero que todo salga bien esta vez. 

-Así será Eduardo- dijo Alex. Duarte salió de la sala, y se fue hacia el parqueadero de la Comandancia, marcó unos números en su teléfono. 

-Está hecho socio, en dos días, volveremos a jugarle chueco a Shadow. 

-¿te creyó?- dijo Becker. 

-No lo sé, su actitud cambió un poco, creo que su jefe lo reprendió, pero si no estoy equivocado, ya ha decidido seguirme, para poder ventilar mi comportamiento ante todos, pero esta vez los sacaremos de la jugada. 

-La Güera no se equivocó contigo Duarte, eres tremendo. 

-Esto es un negocio, y soy un excelente negociante. Te llamo después- Eduardo cortó la llamada. porque vio salir a Alex algo contrariada. 

-Alex ¿Estás bien?- se acercó a ella. Alex no se dio cuenta y casi choca contra él. 

-Lo siento Eduardo, no te vi, 

-Andas preocupada Alex ¿Te puedo ayudar?

-Es que noto muy extraño a Fernando, y la verdad estoy muy preocupada. 

-Fernando es un excelente agente Alex- Eduardo se acercó, muy despacio y le puso la mano en su rostro, Alex se trató de alejar. 

-Tranquila Alejandra, no quiero incomodarte, es que no soporto verte triste. 

-La Güera está rondando de nuevo y temo por la vida de Fernando. 

Eduardo la abrazó, Alex no supo qué hacer, se sintió algo confusa con ese gesto. 

-Haré lo que quieras para poder ayudarte Alejandra, eres muy importante para mi, y no quiero verte asi. 

En eso Fernando los vio así de abrazados, Alex notó su presencia y se alejó, Eduardo estaba parado viéndolo, con semblante de victoria.

Alex estaba muy colorada, se acercó a su novio, temiendo su reacción. 

-Fer mi amor. 

-MI niña, tenemos que irnos- Fernando sabía muy bien, que si hacía una escena de celos en ese momento, Alex podría tomarlo a mal, así que respiró hondo y lo miró con recelo. 

Alex lo tomó de la mano y se fueron hacia su coche. 

-Fer por favor no pienses mal- dijo Alex al subirse al coche, sabía que Fernando era muy impulsivo. 

-MI niña, no puedo pensar mal de ti, pero es él el problema- Fernando se subió al coche y arrancó- Por favor te puedo pedir que no lo frecuentes, sé que trabajan juntos ahora, pero te ruego que no le des motivos de acercarse. 

Alex le sonrió en señal de aceptación. 

-Te amo niña mía, así está mejor, como diría mi madre ?Cuentas claras, amistades eternas?

-Nunca me has hablado de tus padres Fer- dijo Alex curiosa. 

-Fueron grandes personas, mi padre fue abogado igual que yo, un hombre modesto y con carácter, no llegó a ser fiscal, pero era reconocido, además que ayudaba a los que necesitaban de justicia, y mi madre fue ama de casa, me enseñaron mucho, cuando estaba en la Universidad, mi madre falleció por un cáncer agresivo, se fue bastante rápido y mi padre se consumió de a pocos porque le faltaba el amor de su vida, al par de años me dejó solo- Fernando suspiró hondo recordar a sus padres lo ponía sentimental- no vieron mis triunfos, pero sé que siempre están conmigo. Ahora están con Sofia y su nieta. 

-Lo siento amor- dijo Alex y puso su mano encima de la suya-  no quise ponerte triste. 

-Tranquila- Fernando tomó la mano de Alex y la besó, mientras manejaba- solo me pone triste que ya no están, pero sé que ellos te enviaron, saben que no podía estar solo. 

-Te amo Fernando. 

-Y yo a ti. 

Al llegar a casa, Fernando fue a ver a su hijo, lo cargó y lo abrazó, sintió la necesidad de sentir cerca a ese pedacito de su propia vida, quizás la conversación con su novia lo había puesto sentimental, o porque sabía que la siguiente misión podría resultar peligrosa. 

-¿Te sientes bien Fernando?- Alex lo vio muy preocupada. 

-Mi niña, tranquila, me puse sensible, es todo ¿Vamos a comer?

Alex le sonrió, y dejaron dormir al bebé, mientras bajaron a la cocina, Vicky les atendió y estuvieron casi toda la tarde conversando sobre Carlos Manuel y cosas de la casa. Al entrar a su habitación para descansar, Fernando recibió una notificación de correo de voz.   

-¿Quién es?- preguntó Alex que se ponía cómoda para dormir.

Fernando vio el número, puso cara de serio y luego miró a su novia. 

-Alguien que puede ayudarnos con la misión- a Fernando no le gustaba mentirle a su novia, pero debía hacerlo, porque sabía que a ella no le gustaría la decisión que había tomado. 

-Me dice que me envió una información al correo, voy a revisar en el ordenador del despacho, no demoro nada amor. 

Alex lo miró fijamente, pero no dijo nada, le dió un beso en la mejilla y dejó que Fernando saliera. Él se fue al despacho, pero no prendió la laptop, sino que marcó el número que le había mandado el mensaje. 

-Señor buenas noches, disculpe si soy inoportuno, me indicó que si era importante le llamara- dijo la voz de un hombre.

-No te preocupes- dijo Fernando hablando bajo- ¿Qué averiguaste?

-Al parecer el hombre que me pidió que siguiera vive solo, pero se queda en su coche cada vez que sale de la comandancia, y al parecer habla por el teléfono con alguien, es por un largo rato. 

-¿Algo más?.

-Descubrí que hace un par de meses la matrícula de su coche, fue registrado como visitante en el Reclusorio Femenil. 

-Lo sabía-dijo Fernando cerrando el puño con furia- por favor haz un registro de todo lo que encuentres y cuando sea necesario avísame.

-Sí Señor- dijo el hombre y colgó. 

Fernando estaba convencido de haber hecho lo correcto, con la ayuda de Rubén, pidió a un de los agentes más jóvenes, que hiciera una marcación sigilosa a Duarte, no se sacaba de la cabeza, que él fuera el hombre que visitó a la Güera en el Reclusorio, y ahora lo acababa de confirmar, pero necesitaba más pruebas. Debía esperar un poco más y seguir con su trabajo sin que los demás se dieran cuenta. 

Regresó a su habitación y encontró a Alex dormida, le dió un beso tierno en la mejilla, y se acostó a su lado, mañana debía concentrarse en la misión. 

Al día siguiente, Fernando se levantó temprano para salir a correr, debía estar preparado físicamente, ya que si algo resultaba mal podía salir corriendo sin sufrir ningún daño, algunas de sus vecinas solteras lo vieron correr y como seguía manteniendo su buen estado físico, sus miradas eran algo atrevidas. 

-No puede ser- se dijo en un susurro, y las ignoró. 

-¿Qué te pasó?- dijo Alex al verlo llegar a casa.

-¿Por qué?

-Estas sonrojado, es la primera vez que te veo así. 

-No es nada- Fernando estaba avergonzado de que su novia lo viera así de incómodo.

-¿No me digas que te sonrojas con las miradas de las vecinas?

Fernando se quedó helado ante esa afirmación ¿Cómo lo sabía?. Tuvo que entrar a la cocina a beber agua para evitar a su novia. 

-Amor como no darme cuenta de cómo te miran las vecinas nuevas que llegaron hace un mes, ellas te comen con la mirada. Y les doy toda la razón- Alex entró a la cocina y lo sorprendió por la espalda.

-Pero yo te amo a ti, no quiero que nadie más me mire, solo tu mi niña.

-Te amo Fernando, te adoro, y sé que eres mío.

Fernando se volteó, la tomó por la cintura y le dio un beso, lleno de pasión y amor, ella también se dejó llevar, puso sus manos en el cuello de Fernando y continuó besándolo, cada vez estaban más acalorados

-Me has negado tus besos desde hace tanto amor- dijo Fernando, la tomó por el cuello para que no se apartara, sin dejar de besarla, pero en eso Alex se alejó. 

-No Fernando, por favor aún no.

-Acaso no quieres- Fernando se sorprendió- hace tanto que no estamos así tan juntos mi niña.

-Fernando hoy tendrás que infiltrarte, necesito que estés concentrado, te lo ruego hazme caso- acarició el rostro de Fernando, el cerró los ojos ante el contacto. 

-De acuerdo, lo siento creo que me excedí.

-Te amo Fer, por favor que eso no se te olvide-se acercó y le dió un besito- cuidate hoy por favor, te quiero de vuelta aquí.

-Yo te amo más, y estaré contigo, te lo prometo. 

Después de esta promesa, ambos se alistaron para irse a trabajar, Fernando le dio un beso a su hijo, que estaba dormido, se despidió de todos y salió, estaba otra vez en manos de la suerte y de su propia astucia, el agente Shadow no debía fallar. 

Ya se estaba jugando la penúltima ronda de la mesa de Black Jack en la casa de apuestas, Fernando había logrado entrar gracias a un informante, que había decidido acogerse a la colaboración, para evitar pena de cárcel por evasión de impuestos. le dio un gafete para el grupo de seguridad de mesas, así Shadow podía recorrer las mesas y revisar si algún jugador hacía trampa o se ponía nervioso, era el lugar indicado para poder buscar a Becker. Alex y Duarte estaban en la sala de cámaras, revisando los videos que emitía Fernando viendo si su objetivo estaba presente ese dia. 

-No hay señal del objetivo- dijo Duarte con voz ronca. 

-Es mejor abortar la misión Shadow- dijo Alex. 

-Esperemos un poco más- dijo Rubén- quizás tengas suerte Shadow. 

-Copiado- Fernando habló en un susurro, estaba rondando una mesa y veía de soslayo si entraba alguien. 

Pasaron unos diez minutos, cuando Becker apareció con un grupo de apostadores, la mayoría hombres sexagenarios, con pinta de conocedores, los hizo entrar y los acomodó en las mesas con más apuestas. se movía en la sala con naturalidad, y les daba un maletín, de seguro con dinero lavado, para que sus clientes puedan apostar. 

-Lo tengo en la mira- Fernando se acercó sigilosamente para ver los movimientos de Becker, pasó por cada mesa por donde el objetivo dejaba los maletines. 

En un momento Becker salió hacia el lobby, para conversar por teléfono, Fernando lo siguió, y se puso detrás de una columna para no ser visto. 

-Una parte del lote de billetes está siendo distribuido el día de hoy- decía Becker- estamos cerrando la primera parte del negocio, seguiremos recibiendo el lote de obras de arte, así te demostraré que mi socia es muy eficiente a pesar de estar en la sombra.

Fernando escuchaba lo más cerca que podía, Becker seguía afirmando que era socio de la Güera, debía capturarlo si o si el dia de hoy. Regresó a la sala de juegos, donde le guiñó el ojo a su informante, el hombre salió de una de las mesas, pidiendo permiso para relajarse, pero discretamente llevó un manojo de billetes. se encontraron en la zona de parqueo. 

-Señor estos los billetes de los clientes de su objetivo. 

-Excelente, dame un segundo, Comandante, le dicto la serie de los billetes. 

-Adelante Shadow- dijo Rubén desde la sala de control- veremos si son las series que están denunciadas como ilícitas. 

Fernando dictó algunos números, Rubén corroboró que eran los billetes lavados, así que ya había pruebas para detener a Becker. Guardó una parte de los billetes y el resto se lo devolvió a su ayudante. 

-Regresa por favor, sino será muy sospechoso. 

-Si Señor. Debemos hablar luego, tengo que decirle algo.

-Yo voy en 5 minutos, nos vemos en la trastienda, sino te daré una señal para que tú también puedas salir, así cumpliremos lo pactado. 

El hombre asintió y regresó a la sala, Fernando aseguró su evidencia dentro de su saco, y regresó, haciendo su faceta de vigilante. Los clientes de Becker seguían apostando, y estaban teniendo mucha suerte. 

-¿Qué estás esperando Shadow?

-Tengo una corazonada, algo va a pasar. 

-Te envió a Duarte, para cubrirte. 

-Rubén, no quiero a nadie. 

-Está bien -Rubén no quería discutir, dejó que Fernando tuviera autonomía para intervenir. 

-Fernando no seas impulsivo, recuerda nuestra promesa- dijo Alex. 

-Te Amo mi niña. 

-Será mejor que vaya, para apoyarlo- dijo Eduardo y salió de la sala de Vigías, a Rubén le pareció muy extraño, pero se concentró en ayudar a Shadow. 

Becker llamó a sus clientes, para que terminaran sus juegos, y los empezó a dirigir hacia la salida. 

-Voy de salida- Fernando salió sigilosamente, trató de percatarse de su informante, pero al parecer el hombre no había regresado a la sala, lo buscó con la mirada pero no había rastros de él. Después hablaría con él. 

Fernando salió detrás de Becker, que estaba despachando a sus clientes. aún llevaba un maletín con parte del dinero lavado, Fernando se escabulló en uno de los coches del parqueadero, mientras veía la sonrisa de Becker, y estaba a punto de seguirlos, cuando se oyó un disparo a lejos, en los alrededores de la casa de apuestas. 

-Algo pasó adentro- dijo Ferrnando. 

-Fer por favor no te expongas- dijo Alex- Eduardo fue a cubrirte. 

-No quiero a nadie aquí, además no lo he visto. 

-Él dijo que iría a apoyarte- dijo Rubén- Shadow no pierdas vista nada por favor. 

Fernando estuvo a punto de seguir a Becker cuando, decidió ir de regreso a la sala de juegos, tenía un mal presentimiento. 

Al entrar, vio a toda la gente huir despavorida, a los agentes de seguridad ir de prisa a la trastienda, donde se estaba aglomerando. Fernando fue con ellos, y vio un cuerpo en el piso, su informante agonizaba con dos balas en el pecho, una muy cerca del corazón.

-Oficial de policía- dijo Fernando mostrando su placa- ¿Qué pasó aquí?. Se acercó al hombre para tratar de reanimarlo. 

-Jorge estaba algo nervioso y dejó la sala rápidamente, luego regresó y nos dijo que sería su última noche, que ya había conseguido otro trabajo lejos de aquí, entró un hombre vestido de negro y lo llamó, ambos entraron aqui, y se oyeron los disparos. 

-Por favor envíe una ambulancia jefe- pidió Fernando.

-Enseguida- dijo Rubén. 

Fernando trató de ayudar al hombre, al parecer quería decir algo. 

-Dime Jorge ¿Quién fue?, por favor respira hondo, no cierres los ojos, ya viene la ayuda. Resiste. 

-Fue, fue, Ed- yaa no pudo decir más, el hombre murió en brazos de Fernando. 

-Ya es tarde, esta muerto- dijo Fernando totalmente frustrado. 

Dejó al hombre en el piso y salió de nuevo hacia el parqueadero. 

-Por favor encargate de levantar el cuerpo Rubén. 

-Entendido Shadow. 

-Perdí valioso tiempo, pero espero alcanzar a Becker. 

-¿No está Duarte ahi?

-No, no hay signos de él por ninguna parte y es mejor así- Fernando vió una motocicleta cerca a un coche blanco, así que vio la oportunidad de montarla y salir de ese lugar. 

-Voy por la autopista al este- dijo Fernando.

-Te estamos siguiendo- dijo Alex- por favor amor ten cuidado. 

-Entendido- Fernando pisó el acelerador, necesitaba recuperar el tiempo perdido.Dio en alcance el auto con ventanas polarizadas, donde viajaba Becker. 

-Lo tengo- Fernando sacó su revólver y lo mantuvo cerca mientras manejaba la moto, con mucha destreza logró acercarse al coche, pero uno de los hombres de Becker sacó la cabeza por la ventana del coche y empezó a dispararle. 

-Fuego cruzado Shadow, enviaremos refuerzos- dijo Rubén. 

Fernando también disparó, sabía que podía detenerlo, estaba tan cerca, una de las balas rozó su hombro derecho, haciéndole perder el equilibrio, logró sostenerse encima de la motocicleta, pero retrocedió unos metros, alejándose de su objetivo. 

-Fernando- dijo Alex algo nerviosa. 

-Estoy bien, tengo que alcanzarlos. 

El coche llegó a la Bahía, se estacionó cerca al muelle, Becker bajó rápidamente y sus hombres lo cubrían, Fernando los alcanzó y empezó a disparar.

-ALTO EN NOMBRE DE LA LEY- gritó

Los hombres se dirigían a uno de los yates, Fernando los conocía muy bien, eran de la Güera. Fernando volvió a lanzar tiros al aire como advertencia, así los civiles salían y evitaba pérdidas innecesarias. 

-ALTO EN NOMBRE DE LA LEY- volvió a gritar. 

-Está vez no Shadow- dijo Becker con una gran sonrisa, chasqueó los dedos y tres de sus hombres se acercaron a Fernando, con su armas en alto, dispuestos a disparar. Fernando estaba tratando de ver a quien de los hombres disparaba primero, estaba en clara desventaja. Uno de ellos se acercó más y disparó, rozó de nuevo el hombro derecho, esta vez sí fue más contundente la herida, Fernando tuvo que soltar su arma para tocarse el hombro herido, entonces dos de los hombre se acercaron y empezaron la lucha a mano limpia. 

-Ya llegan los refuerzos- dijo Rubén- estamos cerca Shadow.

Fernando estaba en plena lucha, mientras veía como Becker se le escapaba de las manos, los clientes del mafioso se acomodaron en el yate y estaban zarpando.

Uno de los hombres perdió la batalla con Fernando, que logró encontrar su arma, le disparó a uno en la pierna, pero no se dio cuenta y recibió un golpe en la nuca, que no esperaba. Cayó hacia el mar, cerca al muelle, y los dos hombres lo querían ahogar, luchó con ellos en medio del agua, pero eran más fuertes. Fernando estaba perdiendo el poco aire que le quedaba, y solo atinó a cerrar los ojos. 

En eso sintió el aire entrando de nuevo por sus fosas nasales, empezó a toser y a darse cuenta de su alrededor. 

Varios agentes estaban enmarrocando a los dos hombres de Becker, mientras el secuaz herido era llevado hacia una ambulancia. 

Dos agentes estaban levantando a Fernando, y lo llevaron hacia otra ambulancia, donde Rubén y Alex lo esperaban. 

Tenían a tres sospechosos, pero otra vez Becker había escapado, el demonio le estaba protegiendo. 

-Respira con calma por favor Fer- Alex estaba muy pendiente de que Fernando se recuperara. 

-Buen trabajo Shadow- dijo Rubén. 

-Lo perdí otra vez- dijo Fernando frustrado, tenía la mascarilla de oxígeno, que le habían colocado los paramédicos- Becker estaba tan cerca mio y lo perdí otra vez. 

-No está todo perdido, ahora tienes tres sospechosos, podemos sacarles información.

-Por favor amor relajate-Alex le estaba acomodando la manta y tratando de secarle la ropa mojada, Fernando tenía aún dificultad para respirar- Hiciste un buen trabajo. 

-No fue suficiente- Fernando tosió un poco, ya se sentía algo mejor. 

-El informante lamentablemente murió, no pudieron hacer nada en el hospital- dijo Rubén. 

-Él quería decirme algo, lo noté confiado al inicio,pero cuando lo mandé de nuevo a la sala noté que quería decirme algo, me dijo que debíamos hablar sobre algo importante. 

-Lo mejor será que te lo lleves a casa Alex, necesita relajarse un rato. 

-No, necesitamos saber que tienen que decir estos tres hombres, auch!!- Fernando exclamó con dolor, el paramédico estaba terminando de curar el rozón de bala y le estaba vendando la sutura.

-No Fer, eso podemos hacerlo mañana, ellos no se irán, necesitas dormir un poco. 

-Se le recomienda descanso y reposo total, eso es todo agente Tellez- dijo el paramédico- Ya puede irse.

-Muchas gracias Señor- dijo Alex con determinación- Por favor Fer haznos caso. 

Fernando sabía que cuando Alex hablaba así no había poder humano que la haga cambiar de idea. Respiró hondo y  asintió. 

-Descansa hermano, mañana a primera hora te daré potestad total para interrogarlos.

-Está bien- Fernando recordó algo -Sólo una pregunta ¿Dónde está Duarte?

-No lo sabemos, dijo que saldría a cubrirte, pero no lo hemos visto. 

Fernando sabía que eso era una mentira, y cada día se convencía de que este hombre ocultaba algo. Pero reservó sus deducciones hasta que tuviera pruebas. 

Se llevaron a los detenidos y Rubén fue con ellos a la Comandancia. Alex ayudó a Fernando a sentarse en el asiento del copiloto, cerró la puerta y ella subió al coche y arrancó. 

En el camino no hablaron, ella estaba muy preocupada porque Fernando se veía frustrado, era otro intento más de poder terminar esta tediosa misión y se les escapó otra vez, además que sus vidas estaban en riesgo, si la Güera estaba metida en este asunto. 

-¿Fer amor, estás bien?- dijo Alex nerviosa- No me gusta verte así, sabes que no es tu culpa. 

-Si lo es- dijo Fernando en tono sombrío. 

-Quiero que tengas claro que la vida te empujó, nos empujó a ser lo que somos, Fer, por favor no quiero verte tan mal. 

-Es mi culpa, mi niña.

-No lo es, por favor. 

-Siempre quiero hacer las cosas solo, porque soy un cobarde.

Habían llegado a su casa, Alex estaba perpleja ante esa respuesta, no quiso decirle nada ese momento sino cuando ya estuvieran en la comodidad de su habitación. 

Fernando salió del coche muy lentamente, Alex lo ayudó, entraron a casa en silencio y ya en su habitación, se sentó en la esquina de la cama. Alex se puso de cuclillas delante de él. 

-Por favor Fer, me asusta que pienses así, dime ¿Que te pasa?

-Soy un cobarde mi niña, en mi necedad, no quiero que nadie me acompañe, pero al hacerlo dejó la posibilidad de que se escapen, si hubiera tenido apoyo Becker no hubiera huido, el problema es que no quiero perder a nadie más, sino habré fracasado por segunda vez. 

Alex se acercó a Fernando y lo abrazó, quería demostrarle todo su apoyo y su amor.

-Lo que le pasó a Sofía y Camila, no fue tu culpa. tu no eres responsable. 

-Lo soy, por mi culpa El Chacal las asesinó, y no quiero pasar por eso otra vez, no quiero ver que la gente que amo muere, no quiero perderte Alejandra. 

Ambos se pusieron de pie. Alex besó a Fernando y cerró sus brazos alrededor de su cuello, Fernando necesitaba ese beso, hace tiempo que lo deseaba. 

-No mi cielo, esta vez no nos pasará lo mismo, si algo te pasa  me muero Fer, eres lo mejor de mi vida, tú y mi hijo son lo único que tengo. 

-Te amo Alejandra, soy un cobarde porque no quiero que te arriesgues, no quiero que nada malo te pase. 

Dejaron de besarse y sólo se abrazaron, Fernando usaba sólo el brazo izquierdo, ya que el otro estaba herido, Alex tenía los brazos en la cintura de su novio.  

-Estamos junto en esto, hicimos una promesa, siempre llegar a casa, no debe haber dudas. ¿De acuerdo?.

-De acuerdo, te amo mi niña- Fernando la volvió a besar, con el brazo sano empezó a abrir suavemente la blusa de Alex, quería sentir la suave piel de su novia, Alex estaba empezando a ceder, pero no continuó el juego. 

-Fer debes descansar- le puso la mano en su pecho, por encima de su pectoral formado. Fernando tuvo una sensación de calor en esa parte de su cuerpo. 

-¿Por qué no quieres estar conmigo?- Fernando no comprendía su actitud. 

-Mi cielo no pienses mal, quiero que duermas un rato, estás sensible, tuviste una fuerte pelea, por favor hazme caso- tomó su rostro con una de sus manos y lo acarició con suavidad- te amo, eso nadie lo podrá cambiar.

Fernando hizo caso, se recostó y se quedó dormido casi al instante, Alex se sentó a su lado y lo contemplaba, Fernando estaba tan relajado, era aún más guapo, a pesar de estar en los plenos cincuenta, lo miraba así y reiteraba que era el hombre de su vida.

-Te amo Fernando Tellez- dijo en un susurro, se acercó y le dio un beso en la comisura de los labios- te amo, no lo dudes nunca. Salió de la habitación y fue a ver a su hijo. 

Al dia siguiente, Fernando despertó casi al amanecer, vio a Alex que dormía a su lado, sonrio y le dio un beso en la frente, la dejó ahí y se levanto, la herida del brazo no le molestaba así que se puso ropa deportiva, salió de la casa en silencio y se puso a trotar, necesitaba mantener su mente entretenida y corrió unas millas lejos de casa. Las vecinas que lo sonrojaron la otra mañana, estaban detrás de él, trotando y hablando despacio, se pusieron coloradas cuando él las vio. 

Fernando decidió ignorarlas y continuar su rutina, así que usó unos auriculares y puso música desde su teléfono, mientras corría de vuelta a casa, recibió una llamada. 

-Señor buenos días, espero no despertarlo- era la voz de un hombre. 

-No te preocupes, ya estoy despierto- dijo Fernando- ¿Alguna novedad?

-Si Señor, nuestro objetivo estuvo en el muelle anoche, llegó a su departamento a eso de las 23 horas, logre colocarle un dispositivo de rastreo, y lo sincronicé a mi teléfono, vi su recorrido, él bajó y se entró a casa y me acerqué, el coche tenía manchas de salitre.

-¿Cómo estaba vestido?-Fernando recordó algo que le habían comentado los testigos de la casa de apuestas.

-Tenía un traje negro.

-Por favor necesito que guardes toda esta evidencia, es vital, para probar su culpabilidad. y por favor avisame cualquier novedad. 

-Si Señor.

-Gracias. 

Fernando llegó a su casa, cortó la llamada y entró rápidamente para no ser visto, se fue directo a la regadera  

Alex estaba dando de comer a su hijo cuando vio a su novio llegar a la cocina, listo para irse a trabajar.

-¿Saliste a correr?-le preguntó

Fernando no contestó, estaba pensando en toda la información que acababa de recibir. 

-¿Fer? Amor ¿Donde te fuiste?

Fernando dejó sus pensamientos

-Perdón mi niña ¿Dijiste algo?

-¿Qué te pasa amor? Pregunté si habías salido a correr. 

-Si mi niña, tenía que despejarme un poco. 

-Pero te quedaste pensativo.

-Es que -Fernando tenía que dar una excusa- ya sabes, las vecinas me intimidan cada vez que me ven. 

Alex se acercó a él, sonriendo. 

-El agente Shadow, famoso fiscal y agente secreto ¿Le teme a un par de jovencitas?, no lo puedo creer, aunque debo sentirme celosa, de que alguien más esté mirando a mi novio. 

-Soy tuyo, mi niña, todo tuyo.- Fernando la besó- pero ahora debo ir a trabajar, nos vemos en la oficina. 

-Si amor, termino de darle de comer a Carlos Manuel y voy a la oficina. 

Fernando se despidió de su hijo y salió de la cocina, Vicky llegó a despedirse cuando Fernando salía de la casa. 

-Estoy preocupada Vicky- dijo Alex, al ver a la mujer entrando a la cocina. 

-¿Por qué?

-Fernando está muy extraño, lo siento irritado con el caso de Becker, y temo que haga una locura. 

-Fernando es cauteloso, no creo que haga algo que lo perjudique. 

-No lo sé Vicky, pero tengo miedo de que pase algo, tengo miedo. 

Fernando estaba escuchando atento en la sala de interrogatorios, detrás del espejo unidireccional, viendo como el comandante intimidaba a los detenidos, no estaban diciendo nada relevante. 

Fernando estaba pensando que todo era muy extraño, los detenidos no estaban para nada asustados y al parecer tenían la certeza de que saldrían libres. 

Rubén después de un buen rato, se reunió con Fernando.

-¿Cómo ves este caso Shadow?- le preguntó.

-No han dicho nada útil, parece que estuvieran seguros de que saldrán. 

-Fer, sé que este caso ahora ocupa todo tu tiempo, pero necesito que estes concentrado, te he notado muy sombrío, alejado y sobre todo preocupado, hermano sabes que puedes contar conmigo. 

-Estoy enfocado, solo que no poder tener a Becker por segunda vez, está terminando por mi paciencia, hay algo aquí que no es razonable. Me toca conversar con ellos. 

Fernando entró a la sala de los detenidos, respiró hondo y los miró de manera frenética, buscando intimidarlos. 

-Ustedes saben por qué estoy aqui-. dijo Fernando. 

-Ya dijimos todo lo que sabemos- dijo uno de ellos. 

-Se lo que han declarado con el comandante, pero yo sé que no es todo- dijo Fernando. 

-No diremos nada más.

-Miren, no acaben con mi paciencia-Fernando golpeó la mesa.

-No diremos más nada, porque no hay pruebas contra nosotros, usted nos encontró en el muelle, pero estaba solo, no tiene testigos de que lo atacamos. 

-Están demasiado seguros. 

-Así es agente Shadow.

-El ataque no es relevante, sino que los vi junto a Becker, que es declarado como prófugo, eso es suficiente para poder retenerlos. 

-Pero de igual forma pasará el tiempo mínimo de detención, y sin pruebas, saldremos libres. 

-Vaya que están muy bien informados, será que alguien aqui dentro les ayuda con este problema. 

-¿Acaso es delito ser un ciudadano informado?- el detenido se mostraba victorioso,pero Fernando no le dio más motivos. 

-Te comerás tus palabras muy pronto- Fernando salió de la sala. 

-No puedo más- dejo en un susurro de regreso a su oficina, tenía que comunicarse con su contacto, debía cerciorarse de algo muy importante. En eso vio en el pasillo a Duarte. 

-Shadow- le dijo muy serio. 

-Duarte- lo miró seriamente y siguió su camino, pero de repente se le ocurrió algo. 

-Eduardo ¿Será que podemos hablar a solas?

Esta vez tendría que ser muy astuto, así Duarte mostraría su verdadero rostro. 

-Claro Shadow, era tiempo de que tengamos una plática civilizada. 

Fernando le ofreció entrar a su oficina, Eduardo entró y Fernando cerró la puerta tras de él. 

-Espero no estés enojado o alterado- dijo Eduardo. 

-¿Dónde estuviste anoche Duarte?- Fernando se lo preguntó sin rodeos y con la mayor calma que podía tener en ese momento.

-¿Perdón?

-Sólo responde, por lo que me han contado, dijiste que saldrías a cubrirme. Y pues no apareciste. 

-No soy tu niñera Shadow, para andar cubriendote, además a ti no te gusta tener compañeros, así que ahora no vengas a reclamarme nada. 

-No estoy tocando el tema de los compañeros, pero esta era una operación muy importante, se supone que este caso no se puede dilatar mucho más y es la segunda vez, que desapareces. 

-No es mi culpa tu incompetencia, señor abogado. 

-Duarte no me provoques- Fernando perdía la paciencia. 

-No naciste para agente encubierto, te dejas llevar por tus emociones, no eres astuto y sobre todo, hábil para engañar. 

-¿Acaso tú si?- Fernando no se aguantó, se acercó a él y lo miró fijamente- Se que escondes algo Duarte.Se nota a la distancia el arte del engaño en tus ojos 

-¿Tienes pruebas Shadow?

-No las suficientes, pero ten por seguro, no te dejaré lograr tu cometido. 

Duarte sonrió burlonamente y salió de la oficina, Fernando en su ira, golpeó su escritorio, debía actuar cuanto antes.

En eso, llamaron a la puerta. 

-Shadow ¿Puedo pasar?- dijo Rubén. 

-Adelante. 

-Vi salir a Duarte ¿Todo bien?

-Si, sólo que no lo soporto más, necesito descubrir qué trama. 

-Fernando esta situación te está afectando demasiado. 

-Estoy casi seguro que Duarte es un doble agente, trabaja con Becker, por eso es que ya dos veces, él desaparece, mientras yo estoy a punto de atraparlo, sabe exactamente cómo despistarnos, nos ha metido a un círculo vicioso del que no podemos salir. 

-Sabes lo que pienso sobre ese asunto- dijo Rubén.- y sin pruebas, él puede alegar en su defensa que es un absurdo problema de celos. 

-No te preocupes, ahora no te lo puedo asegurar, pero ya estoy reuniendo las pruebas necesarias.

Fernando salió apresurado de su oficina, sin mirar a nadie, sacó su teléfono del bolsillo del traje negro que llevaba, y empezó a marcar números. 

-Amor ¿Cómo te fue?- Alex había llegado a la comandancia y estaba buscándolo para saber sobre el interrogatorio. 

-Luego te cuento ¿Va?- Fernando casi no le tomó importancia a su novia y se dirigió al ascensor. 

Alex estaba más preocupada que nunca, iba caminando sin rumbo, pensando que su novio tenía un grave problema de obsesión y tenía que hablar seriamente con él. 

No se dio cuenta y chocó con Eduardo, bruscamente.

-Lo siento mucho Eduardo- estaba muy apenada y le sonrió. 

-Tranquila Alejandra ¿Te encuentras bien?

-Si, lo siento es que andaba pensando. Eduardo ¿Tienes tiempo?

-Si Ale, el que tú quieras. 

-Podemos ir a mi oficina- Alex y Eduardo se dirigieron a la oficina de ella y al entrar, él dejó la puerta entreabierta. 

-Disculpa por todo este secretismo, pero necesito conversar de esto con alguien. 

-Sabes que somos amigos. Alejandra por favor tenme confianza. 

-Es que estoy muy preocupada, no veo nada bien a Fernando. 

-Shadow está perfecto.no veo nada raro en él. 

-Físicamente no, pero sé que algo está pasando en su mente, está como obsesionado por atrapar a Becker. 

-Sí lo sé. 

-Temo que vaya a cometer alguna locura. 

-No lo creo Alejandra, él solo está pasando por un cuadro de estrés, el no poder atrapar por segunda vez a un mafioso, quizás le moleste que eso pueda dañar su reputación de súper agente secreto. 

-No Eduardo, Fer no es de esos hombres tan orgullosos. No lo conoces. 

-No sabemos que puede estar pasando por su cabeza, pero es verdad que quizas está perdiendo el toque. 

Alex respiró hondo, en serio estaba muy preocupada. 

-Tranquila preciosa, sé que esto pasará pronto. 

-Temo por su vida, sé que esa maldita mujer está detrás de todo esto. 

-¿La Güera?

-Si Eduardo, ya una vez quiso matarlo, además Fer sospecha que hay alguién aquí en la comandancia que está pasando información. 

-¿Cómo crees?

-No soportaría perder a mi novio Eduardo, Fernando en mi vida. 

Eduardo la abrazó, y le ofreció su hombro para llorar. Alex aceptó el abrazo porque sabía que su amigo de años quería lo mejor para ella. 

Fernando estaba llamando a su informante, pero le enviaba directo al buzón de voz, sentía que algo no iba bien, iba a regresar a la sala de juntas para hablar con Rubén, pero decidió ir a la oficina de Alex, hace unos momentos se había comportado mal con ella, al no hablarle bien, tenía que reconocer que se había portado paranoico con toda esta situación. Así que se dirigió donde Alex, al llegar vio que la puerta estaba entreabierta, y escuchó una voz masculina dentro. 

-Tranquila preciosa, sabes que yo siempre estaré para tí. Haría lo que sea por ti Alejandra

-Gracias Eduardo- dijo Alex. 

Eduardo tomó la barbilla de Alex con sus dedos, Fernando veía todo desde la puerta entreabierta. 

-Sabes que eres linda Alejandra, siempre me gustaste mucho. 

-Eduardo, yo?

Alex no pudo terminar la frase, Eduardo la besó apasionadamente. Fernando no soportó la escena y abrió la puerta de golpe. 

-Fernando- Alex vio con horror la cara llena de ira de su novio, Fernando estaba demasiado iracundo y tenía ganas de matar al infeliz a golpes, pero ella estaba ahí, así que se dio media vuelta y se fue caminando a grandes zancadas. 

-¿Qué te pasa Eduardo?- Alex empujó a Eduardo con mucha fuerza y salió corriendo detrás de Shadow. Eduardo había logrado su cometido, volver loco de celos a su enemigo. 

Mientras tanto Fernando en su oficina, estaba golpeando el escritorio, y dando vueltas para calmarse. 

-Fer por favor no es lo crees- dijo Alex casi llorando al llegar, entró rápidamente y cerró la puerta. 

-Mira. te dije muy claramente, que no quería verte cerca de ese hombre Alejandra. 

-Amor por favor ¿Puedes escucharme?

-¿Desde cuando andan muy cercanos?

-Fernando por favor no malinterpretes las cosas. 

-Alejandra dime una cosa ¿Aún me amas?

-¿Que pregunta es esa?

-Sólo responde- Fernando estaba perdiendo los estribos- SOLO RESPONDE. 

-Cálmate por favor Fer. 

-SOLO RESPONDE- Fernando golpeó de nuevo el escritorio con su puño, Alex saltó del susto, pero no dijo nada. 

-Ahora entiendo porque no quieres hacer el amor conmigo, seguro que cuando están de vigías ambos están muy juntos. Por eso no quieres estar conmigo. 

-Por Dios Fernando no es lo que parece, déjame explicarte, él solo me estaba consolando.

-¿Por qué?

-Por que estoy preocupada por ti. MIra como te pones, estoy empezando a creer que sólo son tus celos. 

-¿CELOS YO?

-Fer por favor mira como estas, no estas bien. 

-NO ESTOY LOCO, y sabes si crees que estoy loco por desconfiar de él, entonces no me conoces lo suficiente. Ese hombre es peligroso, y de seguro está aliado con la Güera. 

-Por Dios Fer, eso no es cierto. 

-¿Prefieres confiar en ese fulano que en mi?

-No es eso, Fer por favor cálmate. 

-Mejor sal de mi oficina, pensé que confiabas más en mí, pero estuve equivocado todo este tiempo. Anda y sigue besándote con él. Quizás con él si haces el amor. 

-¿Qué dices Fernando? No me voy a ningún lado. 

-¿HACE CUANTO TIEMPO QUE ME ENGAÑAS CON ÉL?- Fernando estaba fuera de si, golpeaba la mesa con furia. 

Alex se sintió ofendida.

-¿Cómo puedes dudar de mí?

-Lo hago por lo que acabo de ver, no es difícil para nadie suponer que me pones el cuerno desde hace meses. 

Eso fue todo, Alejandra no aguantó más y le pegó una cachetada. Fernando volteó la cara con el golpe, y supo que había llegado lejos. 

Alex se puso a llorar y ahogó un grito con las manos en su boca, jamás se había imaginado que podía abofetear a su novio, a ese hombre que tanto amaba, pero sus dudas le dolieron más en ese momento. 

Fernando seguía de pie tocándose el rostro. 

-Está bien Alejandra, no diré nada más- Fernando se fue, aún con su mano en el rostro, de alguna forma le dolió mucho esa conversación agitada, pero debía salir de ahi, ir a conseguir las pruebas para que Eduardo no acabe con su familia, pero eso ya era el inicio de toda su pesadilla. 

Fernando apretaba con furia el teclado de su teléfono, tratando de localizar a su informante, pero ya era la décima vez que lo mandaba a buzón, esto cada vez era más extraño, salió al parqueadero y se subió a su coche blanco, golpeando el timón. 

-Maldito seas Duarte, maldito seas. 

Sabía muy bien que ese hombre lo había planeado todo, pero ahora estaba en una pésima posición frente a la única persona que podía creerle. Haberle hablado así a Alex le dolió aún más que la bofetada que ella le dio. 

-Maldita sea, ¿Porque no me controlé? Soy un idiota. 

Siguió recriminando, cuando vio un movimiento extraño, era Duarte saliendo al parqueadero, no se contuvo y salió de sus coche. 

-Eres un infeliz- gritó Fernando, Duarte se dio la vuelta en el momento exacto para que Fernando le propinara un puñetazo en la cara. El golpe le causó una pequeña hemorragia en la comisura de su labio inferior. 

-Eres un animal Tellez, esto te va a costar caro. 

-A ti te va costar mucho más el haber engañado a mi mujer- dijo Fernando. 

Eduardo se limpió la sangre y lo miró sonriendo sarcásticamente. 

-No sabes con quien te metiste, Shadow. 

-Lo sé muy bien. Sólo necesito pruebas para demostrar quien eres. 

Eduardo volvió a sonreir y se marchó, Fernando había descargado su furia y sentía ganas de matar a ese hombre, pero debía tener paciencia. 

Regresó a su coche y salió de la comandancia, necesita poner la mente en blanco y pensar las cosas fríamente.

Eduardo también había subido a su coche , pero no se movió llamó a Becker por teléfono. 

-Es hora Becker, debemos desaparecer a Shadow del mapa. 

-¿Estás seguro?

-El maldito está tan obsesionado conmigo, que irá a donde yo vaya, esta es nuestra única oportunidad. 

-Esta bien, vamos a hacerlo. 

-Te veo en la entrada de la ciudad en media hora- y Eduardo colgó. 

Arrancó el coche en sentido contrario a Fernando y se dirigió a la entrada de la ciudad. 

Alex estaba perdiendo la paciencia, estaba llamando a Fernando y no había respuesta. 

-Fer amo contesta por favor- decía entre lágrimas- mi amor por favor no hagas algo loco. 

Rubén interrumpo, estaba llegando y la vio tan triste. 

-Alex ¿Qué pasó? Me dijeron que tuvieron un percance. 

-Rubén- Alex empezó a llorar de nuevo- No sé qué hacer, tuve un problema con Fer, se fue furioso y no me contesta el teléfono. 

-¿Se peleó con Duarte?

-¿Cómo lo sabes?

-Toda la oficina sabe que Duarte poco a poco ha provocado a Fernando, lo estaba llevando al límite ¿Qué fue lo que hizo esta vez?

-Me besó delante de Fer, eso lo enfureció, intenté explicarle, pero estaba fuera de sí, se fue hace quince minutos y no me contesta. 

-De seguro va en el coche, déjalo un momento, él sabe que se extralimitó contigo, me lo dijo varias veces, pero se preocupa por ti y por tu hijo, creemos que Duarte es un doble agente pero no hay pruebas, por eso le dije que lo llevara con calma, porque sino él podría caer en manos peligrosas. 

-¿Te refieres a la Güera? ¿Eduardo trabaja con ella?

-Fernando estaba buscando pruebas, porque sabía que, si la Güera tenía algo que ver con todo esto, ustedes corrían peligro. 

-¿Por qué tenía que ocultarme toda esta información? ¿Acaso no confía en mí?

-Claro que confía, pero no confiaba en Duarte, el que haya sido amigo tuyo, te hace más vulnerable a soltar cierta información, y Fer lo sabe muy bien. 

-Pero lo pone en peligro a él. 

-Alex cálmate, esperemos que Fernando piense mejor las cosas, mejor ve a casa con tu hijo, te estaré llamando para saber si se comunicó contigo. 

-Está bien, por favor si te llama a tí no te olvides de llamarme. 

-Lo haré -dijo Rubén- No te preocupes. 

Alex salió del edificio y se dirigió a casa, esperando que su novio pudiera estar a salvo.

Fernando iba manejando cerca a la entrada de la ciudad, había disfrutado del trayecto y pensando con más claridad, era obvio de Duarte había planeado besar a Alex, dejando la puerta entreabierta, sabía que él llegaría y los vería juntos. 

-Mi niña, soy un imbécil, me enloquecí y te hice daño, merezco el golpe que me diste y más. 

Estaba con el aparato de manos libres, y llamando a su informante, pero sin éxito, seguía enviando a buzón. 

-Es increíble, por Dios algo no está bien. 

En eso vio un coche negro, con una placa conocida, Fernando dejó de llamar y siguió a ese coche. 

-Es él- dijo Fernando. 

El coche llegó  a la entrada de la ciudad, era una zona muy alejada y por ende de campos espaciosos, donde las casas eran escasas, el coche en cuestión se detuvo y Fernando tuvo que estacionarse unos metros detrás. 

El conductor apagó el motor y salió, era Duarte, que llevaba el traje negro de costumbre, estaba esperando una llamada, a los segundos contestó su teléfono y se puso a hablar por varios minutos. 

-Esto se está poniendo bueno- Fernando activó la cámara de seguridad que llevaba en su coche, no podía perder de vista ningún detalle. 

En eso Duarte colgó el teléfono, y esperó a que otro coche, que llegaba de fuera de la ciudad, se estacioanara a su lado, era negro y las lunas blindadas, de ahi bajaron dos hombres altos y musculosos, tambien de traje oscuros, y abrieron la puerta par dejar pasar a Bruce Becker. 

Fernando estaba radiante, había logrado su cometido y comprobado su teoría, ahora debía actuar en consecuencia. 

Tomó su arma de reglamento, guardó su teléfono en el bolsillo y bajó. 

Los hombres estaban entrando al jardín de una casa enorme y deshabitada, Becker y Duarte iban delante y conversaban, los guaruras iban detrás mirando todo a su alrededor. 

Fernando dejó prendido el motor de su coche, así todo quedaba grabado en su camara de seguridad frontal. Se acercó sigilosamente por detrás, poniendo su revólver por delante. 

-ALTO AHI- Gritó Fernando, todos los hombres voltearon- Están detenidos. 

-Vaya, vaya miren señores a quien tenemos aquí, el famoso Agente Shadow- dijo Becker muy complacido.

-Por fin estamos donde debemos estar- dijo Duarte- al fin. 

Fernando se veía muy determinado, levantando el arma con firmeza, sabía que tenía las de perder, eran sólo él contra 4 personas 

-Sabes Shadow que estás perdido.-dijo Duarte.

-Lo sé idiota, pero eso no quita que pueda demostrar quien eres- dijo Fernando mirandolo fijamente a los ojos- Esta vez no te saldras con la tuya. 

-Pues que así sea- dijo Becker. 

Fernando no presintió lo que ocurriría después, un gran golpe lo dejó desmayado, de pronto vio todo negro. 

Fernando cayó al piso, detrás de él estaba un tercer guarura, que había golpeado al agente con un bate de béisbol, cayó totalmente inconsciente su arma voló varios centímetros, y el hombre pateó el revólver lejos.

-Bien hecho hombre- dijo Becker- llegaste justo a tiempo, llevenlo adentro, no debe vernos nadie. 

Los tres hombres levantaron a Fernando y lo arrastraron hacia la casa, Becker y Duarte sonreían con ironía. 

Se escuchó un ruido de teléfono, Duarte detuvo a los hombres y busco entre los bolsillos del hombre desmayado. en uno de ellos encontró el aparato y vió quien era quien llamaba.

-Ay Shadow si tu novia supiera donde estás ahora, bueno pues que siga sin saberlo porque su encuentro en la comandancia fue el último. 

En la pantalla salía el nombre de Alex, ella estaba llamando y era la treintava llamada sin responder. Duarte apagó el teléfono y lo guardó. 

-Llevenselo- ordenó a los guaruras, y entraron a la casa.

-Por Dios Fernando ¿Dónde estás?- Alex daba vueltas en su sala, el teléfono de su novio estaba apagado- mi amor por favor contesta.

-¿Nada aún?- dijo Vicky, llevaba al bebé dormido en sus brazos.

-No, esto me preocupa, no sé cómo localizarlo. 

-No creo que esté en peligro, creo que debes darle un tiempo, tuvo mucho estrés y no quería decirte nada. 

-No puedo creer que Fer me haya ocultado tanta información. 

-No lo juzgues, él no quiere preocuparte. 

-Pues lo está haciendo ahora.

Volvió a marcar su número, seguía desconectado, tenía que esperar, solo le quedaba esperar. 

Fernando poco a poco abría los ojos, la luz no era muy fuerte, estaba en una habitación muy oscura y vacía, al parecer era un depósito, al abrir bien los ojos vio que estaba en lo que parecía una cochera, la cochera de la casa, pero no había coches, en la pared había una zona despejada y unos ganchos para colgar algo, luego un cilindro lleno de agua y unas cuerdas. Esto no pintaba nada bien. 

En eso abrieron la puerta, entraron los tres guaruras, llevando un par de sillas de plástico, y entró Duarte, Fernando optó por quedarse estirado en el suelo, para ver cuál sería el siguiente movimiento.

-Nuestro invitado exclusivo, gracias por haber venido- dijo Duarte, hizo una señal a uno de los hombres, y éste se acercó para levantar bruscamente a Fernando y sentarlo en una de las sillas. Fernando sabía que estaba perdido, sólo obedeció. Sin dejar de mirar a Duarte con una mirada asesina. 

-Nos vamos a divertir Fernando, te vas a morir de la emoción. 

-¿Por qué no me matas de una buena vez?- dijo  Fernando, estaba sentado en la silla de plástico, dos de los guaruras iban detrás de él, apretando sus hombros con mucha fuerza, obligándolo a permanecer sentado, Duarte y el otro guarura estaban delante, sonriendo sarcásticamente. 

-Tranquilo Shadow, ese momento llegará, pero nos divertiremos antes, estamos esperando a nuestro invitado. 

En eso entró Bruce Becker, con mirada de triunfo, cerró la puerta tras él. 

-Mi querido ex fiscal, nunca pensé vivir este momento, es un excelente momento para disfrutar. 

-¿Qué quieren de mi?- gritó Fernando

-Pues queremos divertirnos, ya sabes, recordar viejos tiempos, y saldar algunas cuentas pendientes- Eduardo  les dio una señal con los ojos a los hombres, levantaron bruscamente a Fernando, y lo sujetaron, Eduardo le dio un gran puñetazo en la cara, Fernando se tambaleó, sabía que esto iba a ocurrir, no podían simplemente matarlo, debía hacerlo sufrir primero. 

-El agente Shadow no es de hierro, veremos si hoy sangra- dijo Becker, y fue su turno de golpearlo, Fernando recibió el golpe y se mantuvo firme lo más que pudo. 

-Par de cobardes- dijo Fernando, no quería rendirse tan fácilmente- sabía que estaban juntos en esto. 

-Fuiste el único que dudó de mi- dijo Eduardo

-Y no me equivoqué.

-Pues el secreto morirá contigo, así que es mejor que lo sepas todo. 

Becker sonrió y ordenó a los guaruras que sujetaran a Fernando del cabello, sintió toda la fuerza que ejercían, Eduardo se acercó para disfrutar de su ventaja. 

-Pues verás, aqui Bruce me contactó hace unos años, antes de que tu lo encerraras en prisión. 

-Fueron muchos años infeliz- Becker le dio una patada en el estómago, haciendo que Fernando tosiera.

-¿Puedo continuar?- dijo Eduardo, Becker le sonrió de manera triunfante. 

-Adelante. 

-Bueno, aquí mi colega me explicó que es lo que quería de ti, además de tu trágica historia familiar. 

Que hablen de su tragedia familiar, molestó a Fernando, pero no podía moverse para partirles la cara. 

-Es una pena, como murieron tu esposa y tu hija, me conmovió tanto. 

-Desgraciado, maldito, no menciones a mi familia- Fernando se sacudía, tratando de zafarse, los guaruras no lo soltaban, su esfuerzo era inútil. 

-No  te molestes, por lo que vimos te consolaste rápido con esa niña, tan bella e inocente, jugando a ser policía- dijo Becker riendo. 

-Cuando Becker salió libre nos reunimos, y planeamos darte una pequeña lección, eso sí, nos cayó una aliada del cielo, o del infierno. 

Fernando sabía lo que seguía.

-Yo tuve problemas con la policía, y me desaparecí por buen tiempo, en ese lapso conocí a una bella mujer que tenía una seria obsesión contigo, Sara, tu la debes conocer. 

-La Güera- dijo Fernando. 

-Esa bella mujer, es una gran negociante, que tu encerraste, me sentí tan identificado con ella- dijo Becker. 

-Ella me había contado lo que le hiciste, así que antes de que cayera en prisión me dijo que quería un aliado, pero como la encerraste tuvimos que alejarnos.

-Hace poco regresé a la ciudad, conversé con Bruce y le dije que podríamos contar con Sara, él para recuperarse económicamente, y yo para poder ayudarla en su venganza, así que la visité en prisión. 

Fernando se sacudía tratando de zafarse, pero esos hombres eran muy fuertes. 

-Armamos juntos un plan, haciendo que yo regresara a la Policía, y poder trabajar a tu lado, la Güera nos cedió derechos sobre sus negocios, y así Becker recupera su fortuna, y yo podría matarte. Pero no  contamos con un regalo del destino. 

-No te atrevas- dijo Fernando, pero uno de los guaruras apretó su cuello con el brazo, haciendo que empezara a asfixiarse. 

-La bella y tonta agente Alejandra Vega, con la que yo trabajé hace años, estaba en esa oficina, fue lo mejor que me pasó, porque con ella en medio, podía volverte loco de celos, y hacer que nunca atrapes a Bruce, tu amor por Alex te desubicó, te desconcentró y fue la excusa perfecta para hacerte daño. Para que cayeras en desgracia. 

-Y Así fue Shadow, todo lo que viviste estos meses fue un gran plan, para tenerte aquí, y poder vengarnos- dijo Becker y volvió a darle un golpe en el estómago a Fernando, él tosió de nuevo, el aire se le iba. 

-Si Shadow, yo planee los encuentros, yo planté evidencia falsa, yo hice que estuvieras solo y pudiéramos terminar contigo, pero siempre te salvabas, estabas solo y aún así salías ileso, yo hice que fueran a ese evento donde te dispararon, yo llevé al informante a la casa de juegos, el maldito desgraciado quiso retractarse, pero lo maté. 

-Desgraciado- dijo Fernando, tenía mucha ira contenida.

-Yo te empujé en el muelle, quise ahogarte, pero tu dulce novia corrió a salvarte. Pero eso no fue todo, al final sabía que lo que más te molestaba era que me acercara a Alejandra, así que hice que ella se volviera más cercana a mi, te llené de dudas, y  la besé, sabía que te volverías loco y  lo logré.

-Eres un infeliz, maldito- Fernando trataba de salirse del apretón.

-La verdad a mi siempre me gustó Alex, desde que la conocí, pero te escogió a ti, aunque, como ya no serás un estorbo, podré disfrutar de ese bomboncito, y gozar de su hermoso cuerpo. 

Fernando no resistió más, sacó toda la entereza que tenía y logró soltarse de los dos hombres, se abalanzó sobre Eduardo y lo golpeó en la cara más de una vez, dando grandes puñetazos.

Eduardo no vio venir esa reacción y lo sorprendieron los golpes. Fernando lo tumbó al piso y recibió varios golpes, pero los guaruras lograron reducir a Fernando, entre los tres lo agarraron y le propinaron patadas, haciendo que Fernando gritara de dolor, fue una ronda de golpes y patadas, dañando su cara y estómago, le hicieron sangrar el labio inferior, haciendo que tosiera y sangrara al mismo tiempo. 

-Ay Shadow, ni todos tus golpes te salvarán de esta- dijo Eduardo, recuperándose, vio sangre en su labio superior y se la limpió- Estás perdido. 

Becker estaba quieto mirando, le hizo señas a los hombres y dejaron de golpear, sujetaron a Fernando y sacaron unas sogas de una caja al fondo, amarraron las muñecas del agente y lo elevaron, las sogas se sujetaron a los ganchos que habían en la pared. Fernando tenía todo el cuerpo molido, pero no quería rendirse. 

-¿Eso es todo?. Duarte- dijo desafiante, sentía el peso de su cuerpo, le faltaba el aire y todo le dolía. 

-No finjas ser valiente Fernando, en estos momentos no te queda. Pero si quieres más, no te puedo negar eso.

Chasqueó sus dedos y los tres hombres empezaron a golpear a Fernando, varios golpes en la cara y el estómago, Fernando ya no sentía su cuerpo, quería morir ahí mismo, no tenía más fuerza. Los dos socios salieron de la cochera.

Fueron varios minutos, Fernando sentía que fueron horas, los tres hombres disfrutaron de golpearlo mientras estaba amarrado, luego lo tiraron al piso y patearon su estómago, solo pararon cuando él escupió un montón de sangre. 

-El agente Shadow está a punto de dejar su puesto- dijo Eduardo, de regreso a la habitación. 

Fernando ya no tenía fuerzas, se habían divertido bastante con él, respirar le dolía demasiado. 

Eduardo se acercó con una soga en la mano, y la colocó en el cuello de Fernando ejerciendo presión. Fernando se estaba mareando, se ponía morado por la falta de aire, daba manotazos en el piso y trató de alejar la cuerda de su cuello, pero no podía. Después, Eduardo ordenó a uno de los hombres que lo levantara, sujetándole las muñecas con una mano y con la otra, metió la cabeza de Fernando en el barril de agua que estaba ahí, sin duda no quería desaprovechar ninguna oportunidad, Fernando sintió la llegada del agua a su cuello, su boca llenada a la fuerza, sólo pedía morir, no aguantaba más, empezaba a ver una luz segadora hacia adelante, lo estaban ahogando.

-No voy a matarte, no te apures, aún hay mucho por hacer Shadow, esto es solo una advertencia, de lo que sucederá al final. 

El hombre sacó la cabeza de su víctima del agua, Fernando tosio más fuerte al regresar el aire a sus pulmones y siguió botando más sangre, ellos lo estaban matando lentamente. 

Los hombres volvieron a levantarlo jalando del cabello, esta vez Becker entró con un aparato, al parecer un transmisor de shocks eléctricos, lo puso en el pecho de Fernando y sintió la punzada y la corriente como si fuera un puñal, salto y dejó caer su cuerpo, mientras los cinco hombres reían. Era la forma más cruel de dejarlo morir, los shocks eléctricos fueron la cereza del pastel, ya no le quedaba nada de fuerzas y sentía que vería a Sofía muy pronto. 

El cuerpo de Fernando cayó con mucha fuerza ante el último electroshock, ya no había fuerzas para continuar. 

-Es todo agente Shadow, fin del interrogatorio- dijo Duarte riendo- ahora es momento de llevarte a donde perteneces, será un excelente regalo de despedida. 

Alex daba vueltas en su sala, llevaba a su hijo en los brazos, porque lo había hecho dormir, pero en su mente estaba Fernando, era ya de noche y no tenía ninguna noticia de él. 

-Dios mío mi amor ¿Dónde estás?

-¿Aún nada?- dijo Vicky.

-No Vicky, estoy muerta del susto, hace horas que no aparece. 

-Tranquila Alex, de seguro ya nos llama. 

-Tengo miedo de que haya cometido una locura 

-No pienses eso. 

-O lo peor Vicky, que Rubén tenga razón, y esté en manos peligrosas. 

En eso, Alex tuvo un dolor repentino en el pecho, como una punzada, la cual traspasó su corazón. 

Vicky reaccionó a tiempo y tomó al bebé, porque Alex se tambaleó un poco, como si estuviera mareada. 

-Alex ¿Qué pasó? ¿Te sientes bien?

-Ay Dios mío, siento que Fer no está bien. Es un mal presentimiento. 

-Esperemos que se comunique pronto.

-Por favor que así sea- Alex se tocó el pecho, orando que Fernando se comunique. 

-¿Estás seguro de esto?¿No será peligroso?- Becker empezaba a desconfiar del plan inicial, estaban en la cochera, viendo a Fernando que parecía muerto, estirado en el piso, junto a un gran charco de sangre, poco a poco estaba sin posibilidades de vivir. 

-¿Miedo Becker?- dijo Eduardo, tenía un brillo maquiavélico en la mirada. 

-No es miedo, pero no estás siguiendo el plan, no debiste contarle todo,¿Qué tal y sobrevive?

-Es casi seguro que morirá en el trayecto de vuelta, míralo, con las justas respira. 

Becker se acercó y puso su mano en el cuello de Fernando para sentirle el pulso, aún lo conservaba. 

-Aún vive Duarte. 

-Pero falta poco para que no sea así, le falta poco, en unos días la Güera saldrá bajo fianza, con Shadow muerto, ella volverá al negocio y ambos cobramos mucho dinero por nuestro trabajo. 

-¿Por qué tanto empeño en matarlo?. 

-La Güera lo pidió a cambio de muchos billetes, creo que es justo ayudar. 

-Está bien, ahora dime lo siguiente del plan. 

-Pues llevar a casa a nuestro invitado, y para que estés tranquilo, te daré la certeza de que Shadow estará fuera de juego al final. Yo me encargo luego de consolar a la viudita.

Ordenó a dos de los guaruras a levantar el cuerpo de Fernando y llevarlo fuera de esa casa. Los hombres llevaron a Fernando hacia una camioneta, lo aventaron hacia el rincón del vehículo y cerraron la puerta. Eduardo y Becker se despidieron y el doble agente  subió en el asiento del copiloto. 

-Este es tu último viaje Shadow, disfrutalo- Eduardo miraba a Fernando, el agente no tenía ya fuerzas ni siquiera para responderle, el aire entraba de manera escasa a sus pulmones, porque todo su cuerpo estaba adolorido, le estaba pidiendo a Dios que al menos pueda ver a Alex al menos una vez, antes de partir, sentía que ya era tiempo de dejar todo, su cuerpo no daba para más, estaba totalmente destruido, le daba mucha rabia dejar a su amada y a su hijo solos, sobretodo con un patán como Duarte, pero no saldría vivo de esto. Sólo suplicó que pudiera ver a su  novia antes de morir. 

Estaban por llegar a la casa de Fernando, Duarte le pidió al chofer que redujera la velocidad, hasta que se detuvieron unos metros antes. 

-Es hora Shadow, aquí termina nuestra cita- sacó el teléfono de Fernando y lo encendió. 

Habían muchas notificaciones y empezaron a sonar.

-Orale, estabas muy solicitado, mira que te enviaron muchas notificaciones. Pues entonces habrá que responder. 

Marcó unos números y esperó que timbrara. 

Alex seguía desesperada rondando la sala de su casa, cuando su teléfono sonó. 

-Por Dios amor ¿Dónde estabas? te estuve llamando todo el día. 

-Bonitas palabras Alejandra- Eduardo habló con voz grave, Alex brincó del susto al no escuchar la voz de Fernando.

-¿Eduardo?- escuchar esa voz, no era nada bueno. -¿Qué le hiciste a Fernando?

-Tranquila mi preciosa ¿Por qué no sales afuera y lo compruebas?- Eduardo colgó

Alex se puso nerviosa, lo primero que hizo fue guardar el teléfono en el bolsillo, fue al estudio de Fernando y buscó en un cajón escondido en el librero, ahí estaba un revólver, el cual había guardado ahí para casos de emergencia. Luego salió hacia la puerta de su casa. 

Eduardo arrastró a Fernando y lo levantó, el pobre agente ya no tenía fuerzas para luchar, pero sentía que al final había llegado a casa, al menos podría ver a Alejandra antes de partir. Duarte sacó un puñal de la cajuela de la camioneta y esperó a que la novia de Shadow saliera de la casa. Al verla salir, se bajó arrastrando a su prisionero. 

Alex se estremeció al ver a Fernando tan golpeado y sangrando. Estaba aterrada. 

-Eres un maldito, Fernando siempre tuvo razón- dijo nerviosa y puso el revólver delante de ella. Amartilló su arma, estaba dispuesta a matar a ese infeliz ahí mismo

-No creo que seas tonta para disparar Alex, pero soy tan bueno, aquí te traigo a tu novio, para que te despidas de él- Eduardo clavó el puñal en el estómago de Fernando, él no pudo gritar simplemente dejó que su cuerpo recibiera la estocada final. Eduardo sonrió y soltó el cuerpo. 

-NOOOOOO- Gritó Alex, vio como Eduardo subió a la camioneta y gritó desde adentro.

-Es un regalo de la Güera.

Alex disparó, pero la camioneta ya estaba en movimiento, vio alejarse el coche mientras corría para ver a Fernando. 

-FERNANDO ?? NOOOO? MI AMOR.

Vicky y varios vecinos salieron tras escuchar los balazos, todos asustados ante la escena. 

Alex tomó el cuerpo de Fernando, yacía en un charco de sangre, la puñalada era profunda. 

-Ay Dios mío ¿Está bien? ¿Qué pasó Alex?- Algunos vecinos trataron de ayudar. 

-LLAMEN A UNA AMBULANCIA? POR FAVOR, AYÚDENME.- gritó Alex, se sentó en el asfalto y puso con suavidad la cabeza de Fernando en su regazo. Uno de los vecinos sacó su teléfono y marcó el número de emergencias. 

-Fer, mi amor despierta, por favor quédate conmigo.-Alex acarició su rostro, vio todos los golpes, en la cara, los brazos y la enorme mancha de sangre en todo el cuerpo de su novio. 

Fernando parecía no respirar, Alex buscó su teléfono y marcó a Rubén.

-Rubén por favor ven pronto- dijo Alex llorando. 

-¿Qué pasó Alex?

-Se me va, Fer se me va, por favor ayúdame. 

Fernando tosió y un montón de sangre salió de su boca, Alex asustada soltó el teléfono, acarició de nuevo su rostro. 

-Mi amor, despierta por favor, no me dejes.

-Alex- Fernando hizo una mueca de dolor, con todas las fuerzas que le quedaban respiró hondo y empezó a hablar despacio- te amo Alex. 

-No te esfuerces amor, ya llega la ambulancia, quédate conmigo, quédate conmigo. 

-Escúchame-Fernando juntaba todas las fuerzas que podía tener, ya su cuerpo no resistía más- Cuida a nuestro hijo- Volvió a toser y la sangre volvió a salir. 

-No Fer, ambos lo cuidaremos, por favor no me dejes, solo mírame. mírame por favor. No vayas a la luz.

-¿Me das un beso por favor?- Fernando quería despedirse de ella y no podía irse sin decirle lo mucho que la amaba.

Alex llorando se acercó y lo besó, no le importó que el rostro de Fernando estuviera bañado en sangre.

-Te amo mi amor, quédate conmigo- a lo lejos se escuchaba el sonido de las sirenas- La ambulancia estaba cerca.

-Te amo Alejandra- Fernando dijo esa frase en un susurro y cerró los ojos, ya estaba en paz. Ahi vio una fuerte luz en el camino.

-NOOOOOO-Alex sacudió a Fernando para que despertara- FER, AMOR, MÍRAME

Un grito desgarrador alertó a todos los vecinos, Alex Vega se sentía morir.

-AHHHHHHHHHHH FERNANDOOOOOOOO

Todos miraban como Alex entraba en desesperación, las mujeres estaban llorando. 

Vicky había entrado a la casa a ver al bebé y regresó a la calle con él en brazos. Al ver la escena empezó a llorar. 

-No Fer, no te puedes ir, por tu hijo no te puedes ir- dijo llorando. 

-Fernando, mi amor- Alex tocaba el rostro de su novio con fuerza, tratando de hacer que despierte, pero Fernando no abría sus ojos- MI AMOR ABRE LOS OJOS, NO ME DEJES FER. 

La ambulancia llegó y los paramédicos bajaron la camilla, uno de ellos se acercó donde estaba Alex.

-Necesito medir su pulso señorita- dijo el muchacho, tomó la muñeca de Fernando con sus dedos, miró su reloj de pulsera. 

-El pulso es débil, debemos trasladarlo de inmediato- dijo el joven- ¿Que pasó?

-Mi esposo es policía y estuvo secuestrado, lo trajeron así- Alex no sabía cómo explicar la situación. 

-Vamos entonces al Hospital de Policía- subieron con cuidado a Fernando en la camilla y abrieron la puerta trasera de la ambulancia- Suba señorita.

-Gracias- Alex volteó para ubicar a Vicky- Vicky, Rubén estará con ustedes, cuida mucho a mi hijo. 

-Tranquila, aquí lo esperamos, anda con él. 

Alex subió a lado de su novio y la ambulancia arrancó, haciendo sonar su sirena, para evitar el tráfico. 

Durante el trayecto, Alex sujetaba la mano de Fernando como si pudiera transmitirle algo de vida, estaba desesperada y solo lloraba, Fernando había perdido totalmente el conocimiento, pero aún latía su corazón.

Llegaron al Hospital Policial, Fernando fue internado en el área de Trauma Shock, donde estaba de guardia, el doctor Estrada, amigo de la pareja. Alex vio como era llevado y no le permitieron ir más adelante, la enfermera de turno le pidió que esperara. 

-El doctor Estrada saldrá en un momento.

La espera era más cruel, todo lo acontecido daba vueltas en la cabeza de Alex, su novio siempre tuvo razón, y pagó caro su desconfianza, ahora su novio estaba al borde de la muerte, y quizás nadie podría evitarlo.

Había pasado una hora y Alex seguía dando vueltas en la sala de espera, quiso llamar a Vicky para saber de su hijo, pero recordó que había dejado tirado su teléfono, para su alivio, llegó Rubén y la abrazó para darle su apoyo. 

-¿No sale el doctor?

-No Rubén, Fer lleva una hora en cirugía. 

-¿Sabes quién lo está atendiendo?

-Según me dijo la enfermera, el doctor Estrada está de guardia. ¿Y Vicky?

-Tranquila, ella y tu hijo están en mi casa con Emilia, las dejé muy bien vigiladas, a propósito, toma- sacó de su bolsillo el teléfono de Alex -Dejaste tu teléfono en la pista, apenas llegué lo recogí. 

-Gracias Rubén.

-Ahora dime ¿Qué pasó?

-Ay Rubén, fue horrible, cuando estaba ya pensando en salir a buscar a Fernando, sonó el teléfono, vi su nombre y me alegré, al contestar escuché la voz de Eduardo, estaba en la puerta de la casa y llevaba a Fer todo golpeado, me dijo que era un regalo de la Güera y lo apuñaló. Fue horrible. 

Alex estaba llorando al recordar, cuando salió el doctor a la sala de espera. 

-Rubén, Alex- dijo el doctor, se notaba cansado y triste.

-Erick, dinos cómo está Fernando- Alex se acercó a él. 

-La cirugía fue exitosa, logramos detener la hemorragia producida por el corte en el estómago. La verdad fue muy complicado, dañó la pared del estómago y esa zona ya presentaba una secuela de la puñalada de hace años. 

-Eso fue obra del Chacal, de hecho, su última obra- dijo Rubén, tratando de explicarle a Alex, lo que significó para Fernando su primer trabajo como agente. 

-Así es, sin embargo tiene muchas más contusiones y las siguientes horas son cruciales.

-¿Qué quieres decir Erick?- preguntó Alex.

-Por lo que vimos, Fernando tiene muchas contusiones graves, en cabeza, pecho, espalda y extremidades, marcas de asfixia y ahogamiento, e incluso quemaduras por contacto con electricidad.

-¿Eso quiere decir?-preguntó Rubén. 

-Ellos querían torturar a Fernando antes de matarlo, hay marcas en el cuello, producto de ahorcamiento, esto puede tener secuelas físicas, y también psicológicas. 

-Dios mio, Dios mio- dijo llorando Alex, esto era muy triste.

-Nosotros hicimos todo lo posible, lo demás está en manos de Dios y de él mismo, depende de su fortaleza que pase estas horas críticas. Les estaré informando. 

El doctor dio una palmada de consuelo a Alex y salió. 

-Tranquila Alex, Dios no abandonará a Fer, mi hermano se salvará.

-¿Cómo puede haber gente tan mala? ¿Por qué la Güera quiere matar a Fer?¨¿Qué fue lo que le hizo?- Alex no pudo más y se sentía morir, Rubén la abrazó para consolarla.

-Ella se creó una película en la cabeza con Fernando, él nunca quiso estar con ella, sólo era parte de su trabajo, ella se obsesionó, pero eso no es lo peor.

-¿Hay algo peor?- dijo Alex.

-Sara Gonzáles consiguió pagar una cuantiosa fianza, y saldrá libre bajo comparecencia restringida la próxima semana, ella estará libre, de seguro por eso Eduardo decidió darle el regalo más preciado para ella, matar a Shadow.

-Fer todo este tiempo tuvo razón y nadie le hizo caso. 

-Eduardo manejo el asunto muy bien, Fer como es muy impulsivo, era una presa fácil, y más, cuando se trata de ti. 

-Lo creí inmaduro y celoso, Dios mio, por mi culpa está en ese estado. 

-No Alex no es tu culpa, Eduardo jugó muy bien sus cartas. Eso sí, ahora hay que andar con pies de plomo, sabe muy bien que puede hacer daño y con la Güera libre, debemos tomar todas las medidas. 

-Lo único que me importa es que Fer sobreviva, no puedo vivir sin él.

En eso el doctor, ya vestido con su bata blanca, volvió a la sala de espera. 

-Alex, ya Fernando está en un área privada de Terapia Intensiva, sólo puedes verlo un momento.

Alex se secó las lágrimas y siguió al doctor Estrada hacía el cuarto de enfermería, debía usar ropa especial ya que era un lugar sumamente sanitizado, ya lista entró en la habitación.

-Sólo tienes un par de minutos- dijo el  doctor- cualquier cosa , presionas el botón.-señaló un pequeño botón pegado a la cama.

Fernando estaba conectado a la máquina de signos vitales y al respirador artificial, tenía los ojos cerrados y había sido conectado a la sonda, su cara estaba sin sangre, pero los moretones y hematomas, producto de los golpes, eran notorios, en la sienes, en las comisuras, en la nariz, se veía demasiado golpeado, lo que provocó las lágrimas de su novia. 

-Mi amor, mi vida ¿Qué te hicieron?- se acercó para tomarle la mano- Fer mi vida, por favor, tienes que recuperarte, tienes que estar a mi lado, a nuestro lado, tu hijo te necesita, yo te necesito, te amo mi amor. 

Fernando seguía inmovil, era muy difícil para Alex verlo en ese estado, se acercó lo más que pudo, y le dió un beso en la frente, aún con el cubre bocas puesto, pero quería que Fernando supiera que no estaba solo, más no hubo respuesta, Fernando seguía inconsciente. Ahora solo le queda esperar, esta noche sin duda era la más peligrosa, porque si no reaccionaba favorablemente podría irse para siempre. 

Alex tenía todos estos pensamientos en la cabeza, cuando de pronto, sintió un escalofrío traspasando su espalda, la máquina de signos vitales, que tenía un sonido intermitente, cambió a uno continuo y chillante, demasiado perturbador. 

-Señorita debe salir- una enfermera ingresó muy apresurada, a controlar la máquina, apretó el botón para llamar a sus compañeras.  Vino otra mujer más. 

-Equipo de resucitación, el paciente tiene un infarto. Llama al Doctor Estrada. 

Alex, entendió sólo las palabras -resucitación- e -infarto- y empezó a llorar más fuerte. 

-Debe salir de aquí señorita- dijo la enfermera y la hizo salir de la habitación. 

-¿Señorita que tiene mi esposo?

-Está sufriendo un infarto, debemos atenderlo, por favor salga. 

-Señorita es mi esposo no me puede sacar de aquí. 

-Por favor déjenos hacer nuestro trabajo.- la enfermera, al ver que Alex no le dejaba continuar gritó más fuerte- DESFIBRILADOR A TERAPIA INTENSIVA, URGENTE. PACIENTE CON INFARTO. 

-ES MI ESPOSO SEÑORITA, POR FAVOR NO SE PUEDE MORIR. 

El equipo de resucitación fue traído por un enfermero, entró a la habitación, Alex sabía que no podía interrumpir a esas personas, pero el solo hecho de que Fernando muriera era algo que no soportaría. 

-Señora, entiendo que está alterada, pero por favor, ayúdeme a salvar a su esposo, salga de aquí, yo le prometo que haré todo por salvarlo, debo ir a buscar a su médico. 

Alex asintió llena de lágrimas y salió de ahí, estaba afuera mirando desde la puerta, cómo le colocaban en el pecho de Fernando las palas de resucitación, y trataban de darle shocks eléctricos, el cuerpo de Fernando se elevaba unos centímetros de la cama, pero no reaccionaba, lo intentaron unas dos veces, sin resultados. Alex miraba con horror lo que pasaba ahí adentro, se llevaba las manos a la boca para evitar gritar de dolor, no podía perder al amor de su vida, simplemente no era justo. 

En eso llegó el doctor, la vio ahí y se acercó un momento. 

-Alex, por favor sal a la sala de espera. 

-Erick- Alex puso sus manos delante de él en señal de súplica- Por favor, por lo que más quieras, sálvalo, te lo ruego, te lo imploro, sálvalo- no pudo más y cayó de rodillas, Erick triste la levantó del piso.

-Alex, confía en Dios, yo haré todo por salvarlo, te lo prometo, pero no depende de mí solamente, reza, reza mucho, Dios nunca abandona. 

Erick entró en la habitación y dejó a Alex sola, ella no tuvo más remedio que salir a la sala de espera, donde estaba Rubén. Al verla él se acercó. 

-Alex ¿Qué pasa?

-Se muere Rubén, se muere, no puede ser- Alex sentía que se le abría el suelo a sus pies, era mucho dolor para ella, no podía resistir que Fernando muriera, sólo podía llorar, solo llorar. 

Rubén la llevó hacia los asientos y ahí la abrazó. 

-Recemos Alex, para que Dios se apiade de nosotros, solo podemos pedir fuerza para este momento, vamos. 

Rubén la llevó hacia la capilla del Hospital, ambos rezaron un par de rosarios con mucha fe, la oración tuvo un efecto relajante en ambos, así que estuvieron más tranquilos, después de unos minutos, decidieron regresar a la sala de espera, por si había noticias. Ahí los esperaba Erick. Rubén llegó un poco más rápido. 

-Erick-dijo él. 

-Tengo noticias.

-¿Cómo está Fer?

-Logramos resucitarlo a tiempo, pero?

-¿Pero qué?- ante el silencio de Erick, Alex se puso aún más nerviosa- Por favor habla. 

-Sus funciones vitales primarias se paralizaron, lo siento mucho Alex- el doctor respiró hondo- Fernando está en COMA. Lo siento mucho. 

Eso fue todo, Alex sintió que su cabeza daba vueltas, su cuerpo estaba muy pesado y solo cerró los ojos, Rubén y Erick no reaccionaron a tiempo y  vieron cuando ella cayó al piso, se había desmayado.

POV FERNANDO: 

Yo estaba seguro que había seguido esa cegadora luz, tras un túnel totalmente oscuro, no sentía dolor, ni pena, ni sufrimiento, estaba entrando en un ambiente de paz interior, esa que anhelamos todos tener algún día, pero crecía en mi pecho una inmensa sensación de miedo a lo que no conozco.

De pronto pasé de la luz, a un verde campo lleno de flores amarillas, recordé que esas flores eran las favoritas de mi madre, cuando era niño, íbamos a la Hacienda familiar y los campos estaban repletos de estas flores, con un aroma magnífico que me recordaba tanto a mi hogar y a esos días de felicidad, ahora parecía que había regresado a esa época. 

No sabía dónde estaba y eso me hacía sentir incómodo, pero tuve que parpadear varias veces para entender que estaba lejos del dolor en ese campo abierto lleno de tranquilidad, quizás era tiempo de descansar, no debía tener miedo, así que empecé a caminar. 

Mi cuerpo lo sentía muy ligero, miré mis manos y estaban suaves, y me sentía como pluma, así que empecé a andar por el camino de piedras que había aparecido de la nada, me conducía a un lugar literalmente al fondo del ámbito de visión. 

Caminé un centenar de pasos, cuando recordé lo que me había traído aquí, a mi mente llegaron como una hilera de fotografías, mi vida, los momentos más felices y tristes y sentí un dolor en el pecho, tenue pero consistente. 

-Se supone que aquí ya no hay dolor- dije en voz alta. 

-El dolor nos acompaña siempre- dijo una voz muy añorada por mis oídos. 

Al darme la vuelta, mis ojos me regalaron la visión más bella, mis padres estaban viéndome sonrientes, me sentí un niño pequeño, que había estado separado de ellos mucho tiempo, y corrí para abrazarlos. 

Berta y Jonás Tellez me recibieron con los brazos abiertos. 

-Mi niño- dijo mi madre. 

-Te extrañé mamá, te amo. 

-Yo también mi Fer, te amo mucho- su madre lo abrazaba con mucha emoción.

-Mi muchacho- dijo su padre- Eres mi orgullo, nuestro orgullo, estamos felices de tenerte aquí. 

Los miré emocionado, a pesar de haber perdido a mis padres hace algunos años, esto no lo sabía nadie, pero extrañaba mucho su compañía, y cuando mi vida cambió con mi tragedia familiar, pedía al cielo reunirme con ellos.

-Papá, mamá, cuánta falta me han hecho estos años. 

-Hijo mío a nosotros igual- dijo doña Berta

De pronto sentí las ganas de ver a dos personas que faltaban en ese cuadro perfecto, mis padre sonrieron porque al parecer los pensamientos suelen ser escuchados en aquel lugar. 

-Ellas ya vienen, la pequeña moría por verte- dijo mi padre, señalando hacia la lejanía. 

Vi en esa dirección y llegó un pequeño torbellino de ojos miel como los míos, corriendo hacia mí, mis ojos no aguantaron las lágrimas, mi pequeña había vuelto. 

-Papi, papi- mi Camila se abalanzó sobre mí, tenía un vestidito blanco con volantes, uno muy parecido al que yo le había regalado en su último cumpleaños. 

-Mi sol- le dije y la abracé con fuerza, sentí que pertenecía a este lugar- mi hermosa Camilita.

-Papi ¿Me extrañaste?

-Por supuesto mi sol y no sabes cuanto.

-Yo también, ¿Te gusta mi vestido?

-Mi niña te ves preciosa- mis ojos se llenaron de lágrimas de emoción, nunca pensé volver a escuchar esa vocecita, mi hija estaba abrazándome y yo me sentía totalmente fascinado. 

-Mi mami tiene uno igual, ahora que la veas le dirás que es hermosa ¿verdad?

Sentí ese golpe de emoción, si esto en serio estuviera pasando vería a Sofía de un momento a otro. 

Y así fue, Camila dejó de abrazarme  y corrió de regreso a su camino de llegada, ahí estaba ella, tan bella como cuando la conocí, con el vestido muy parecido al de mi hija, cuando éramos jóvenes, yo era muy tímido, pero ella lo cambió todo, por eso me enamoré de Sofía, por su mente intrépida y su manera de ver la vida, la amé desde que la conocí, y ella ahora estaba frente a mi. 

-Sofía- le dije llorando, esto en verdad es la parte más bonita de lo que estaba viviendo ese momento. Solo me acerqué y la abracé, no era el abrazo que esperaba, ahora la sentía algo distante, pero verla de nuevo me llenaba de mucha alegría.

-Carlos Fernando- ella era la única mujer que me llamaba por mi nombre completo- te ves terrible. 

Me reí algo avergonzado, ella siempre me ponía así. 

-Te extrañé amor- fue lo único que pude decirle, no sabía cómo expresarle mis sentimientos- No sé que más decir, había pensado en todas las cosas que tenía por decir.

-Lo sé- tomó mi mano con ternura- te veo siempre, te cuido siempre, yo también te extraño mucho.

-No quería que esto terminara así- mi sentimiento de culpa habló por mi esta vez.- Me puse como loco al saber que las había perdido y busqué venganza, me comporté como las personas  a las que atrapaba, todo esto es mi culpa.

-No fuiste tu, es Dios quien maneja nuestro paso por el mundo. Nadie se merece sufrir, pero a algunos les toca y a otros no. 

-Siempre fuiste la más sensata de los dos- le dije y tomé sus dos manos. 

-También lo sé, por eso nos amamos. Pero no quería que tu vida terminara así, así que hice algo loco. Le pedí a Dios tiempo para tí. 

-¿A qué te refieres?- le pregunté bastante intrigado, de pronto sonó a lo lejos un ruido de maquinaria, esa que te ponen en el hospital en el área de hospitalización.

-Aún no es tu hora Fer, mi amor. 

-¿De qué hablas?- el ruido cada vez aumentaba. 

-Tienes una familia que proteger, ellos te necesitan ahora. 

Sofía siempre tenía razón, esta vez Alex y mi hijo aún esperaban por mi. 

-Te amamos tanto, y no queríamos que estuvieras solo, por eso te enviamos a ellos para que cuiden de ti- me dijo Sofía, en ese momento a mi mente llegó los ojos marrones de Alex, me pareció extraño, pero mi corazón quería partirse en dos, una parte quedarse aquí y la otra regresar con Alex.

-Se que quieres seguir aquí, pero no es tu hora- maldije la hora en que en ese lugar podían oír tus pensamientos

-Es verdad, no quiero irme -le dije, era cierto, la emoción se iba desapareciendo, pero también sentía pena por dejar a mi otra familia ante el peligro.

-Los debes proteger a ellos ahora, es como si lo hicieras con nosotros- Sofía continuó- Alex me pide mucho por ti, ahora mismo lo hace, pero ella está en peligro. Debes ir. 

-Anda hijo- me dijeron mis padres, los miré con amor- estamos orgullosos de tí, sigue luchando, la vida es una lucha constante. 

-Anda con mi hermanito- dijo mi hija, tan pequeña y hermosa- te quiero papá. 

El ruido de esa máquina aumentaba frenéticamente con el paso de los segundos, eso quería decir que aún no pertenecía a ese lugar.

-¿Los volveré a ver?- pregunté temeroso.

-Siempre estamos contigo mi cielo- dijo mi Madre.

-Los amo- dije en voz alta, mis ojos se sentían pesados de nuevo, ese ruido se tornó ensordecedor. 

-Te esperaremos aquí siempre mi amor- Sofía me dio un beso tierno en los labios, pude ver sus lágrimas cristalinas, luego me dijo adiós con la mano, sentí su voz cada vez más distante, mis ojos se pusieron aún más pesados. 

-Te amo Fernando- fue lo último que la voz de Sofía me dijo al oído, luego vi otra vez esa luz cegadora.

-Despierta, despierta- esa voz era de Alex, pero era muy bajita, tan bajita que sólo la escuchaba mi corazón, entonces decidí seguir esa voz, porque era el amor quien me estaba llamando, decidí abrir los ojos de nuevo. 

Ese ruido de la máquina ahora se sentía más débil, pero otro me perturbó de sobremanera, era la respiración agitada de mi novia, aún no abría mis ojos, pero sentía miedo de lo que me esperaba al abrirlos, ahora era consciente que el momento que viví hace unos minutos si fue real, porque se me impregnó en la fosas nasales ese aroma de las flores amarillas, pero mi cuerpo estaba inerte en algún lugar que pronto descubriría, lo único importante ahora era proteger a Alex.

La luz cegó mi vista unos segundos, cuando mis ojos se abrieron, un techo blanco me recibió, sentí una total incomodidad en la boca, porque tenía un tubo incrustado, el exceso de oxígeno me hizo entender que mi respiración estaba siendo asistida, moví mi cabeza ligeramente y entorné mis ojos, quería saber qué estaba pasando, Sofía me dijo que Alex estaba en peligro, y no se equivocó. 

Tenía que hacer algo, ella estaba en riesgo, con un arma apuntándole en la cabeza y ese infeliz abusando de ella, pero mi cuerpo seguía inmovil, debía buscar una salida, traté de pensar, algo se me debía ocurrir, así que sentí un botón en mi mano derecha.

-Es mi tabla de salvación- pensé

Apreté con toda la fuerza que la mano tenía en ese momento, de seguro la ayuda llegaría pronto, pero para no despertar sospechas, cerré mis ojos, ayudándome con mi sistema auditivo para esperar cualquier reacción, Eduardo esta vez no podría con él, no podría. 

De pronto sentí pasos que llegaban corriendo a la habitación, un ligero chillido y un cuerpo cayendo al piso, luego los gritos desesperados de la enfermera y mucha gente corriendo. Recé con todas mis fuerzas que el peligro ya hubiera pasado, así podría decirle a su novia que estaba de vuelta. 

Algunos gritos, de seguro la enfermera que vino, se escuchaban pasos, estuve tentado a abrir los ojos, pero no estaba seguro de hacerlo, cuando sentía que alguien tomaba impulso para ponerse de pie, el aroma suave y dulce de Alex, llenó mis fosas nasales, haciendo que el olor a flores se fuera. Ella se había acercado a mi cara, para ver si yo estaba bien. 

-Fer mi amor- dijo en un susurro cerca a mi oído, su voz me tranquilizó, estaba comprobando que estaba bien, ahora ya que no había moros en la costa, era el momento preciso, para decirle a Alex, que había regresado, Shadow regresaba más vivo que nunca.

-Fer mi amor- dijo Alex, estaba aún muy asustada, cuando se puso de pie, Eduardo había escapado de milagro de esa habitación, en su huida había hecho caer a Alex al piso, y había empujado a las enfermeras que llegaron como enviadas del cielo. 

-Agente Vega ¿Se encuentra bien?- le preguntó una de ellas. 

-Si señorita, muchas gracias. Una pregunta ¿Cómo fue que llegaron a la habitación?

-Vimos que el botón de emergencia se encendió, creímos que algo malo había pasado con el paciente, como ya había sufrido un infarto, por eso llegamos, pensamos que usted había apretado el botón. 

-No lo hice- dijo Alex muy extrañada- pero su llegada fue providencial. 

-Debemos reforzar el ingreso de visitas a esta habitación. 

-Yo me encargo de eso- dijo Alex.

La enfermera se retiró y cerró la puerta tras ella, Alex sacó su teléfono del bolsillo de su chaqueta, y llamó a Rubén para contarle. 

-Hola Rubén- dijo ella. 

-Alex ¿Cómo te va?- dijo Rubén en el teléfono- ¿Pasó algo?

-Eduardo estuvo en el hospital, quiso matar a Fer. 

-¿Cómo?

-Estaba aquí cuando volví después de hablar con Erick, se había escabullido y estaba apuntando a Fer con su arma de reglamento. Cuando vi esa imagen me desesperé, pero él logró reducirme. 

-Pero ¿Tú estás bien?

-Si Rubén, milagrosamente unas enfermeras llegaron y lo hicieron huir. 

-Debemos poner vigilancia en el Hospital, enviaré agentes  ahora mismo.

-Si para eso te llamaba- Alex estaba mirando hacia la cama de Fernando, para ver cómo es que el botón de emergencia había funcionado, y lo encontró en la mano de Fernando, lo miró con detenimiento y se puso a pensar-¿Podría ser posible?- dijo en voz baja. 

-¿Qué cosa Alex?

-Luego te llamo, voy a comprobar algo. 

Alex colgó el teléfono y se concentró, se acercó al rostro de su novio. 

-Fer mi cielo ¿ Me escuchas?- le acarició la mano que tenía el botón de emergencia, los días anteriores estaba muy fría, pero hoy empezó a entibiarse. 

-Amor, mi cielo, hazme saber que me escuchas- Alex le puso la otra mano encima de la frente y sintió un leve movimiento. Fernando empezó a mover los párpados, tratando de abrir los ojos. 

-MI Amor, Fer mi vida, aquí estoy- Alex estaba sollozando, viendo como el amor de su vida volvía a despertar. 

Fernando empezó a parpadear, ya la luz de la habitación no le molestaba, sus retinas se habían acostumbrado hace unos minutos, ahora debía abrir los ojos, para encontrarse con los ojos marrones de su mujer. 

-Alejandra- dijo con suavidad, el respirador no le dejaba hablar con fluidez. 

-MI CIELO- dijo Alex en un chillido, no podía creerlo- fuiste tu. 

Se acercó para besarle la frente, estaba muy emocionada hasta las lágrimas, pero el respirador era incómodo para Fer, así que esta vez fue ella la que apretó el botón, tenía una sonrisa radiante, la enfermera tocó la puerta y pasó. 

-Por favor señorita, creo que ya no necesita el respirador, ya volvió. 

-Bienvenido de nuevo agente Tellez- dijo- nos da gusto volver a verlo.

La muchacha revisó los signos vitales, sacó de la boca de Fernando el tubo del respirador que le había intubado, pero dejó la cánula de aire en sus fosas nasales, acomodó de nuevo al paciente. 

-Le sugiero que no se mueva mucho aún, debemos ver si el coma no ha dejado secuelas. Avisaré de la reacción al doctor Estrada. Por favor deje al paciente descansar, sería bueno que tome una siesta.

Fernando asintió con la cabeza, sin decir ni una palabra, tenía mucha adrenalina acumulada. Sabía que debía asimilar todo de nuevo

-Muchas gracias señorita, así lo haré- dijo Alex, se volteó a ver a Fernando mientras la enfermera salía de la habitación.

-Te amo- dijo Fernando en un susurro.

-Yo te amo mi cielo, ahora descansa- Alex también habló muy bajito, las lágrimas salieron de sus ojos sin poder evitarlo, se acercó a él y le dio un beso en la frente- Ahora duerme, tenemos una vida para amarnos. 

Fernando sonrió y cerró los ojos, sabía que había vuelto a nacer, era mejor descansar un poco, para poder retomar su vida y defender a su familia, el sueño y la relajación llegó a él muy pronto, quedándose dormido.