Cupido, ¡sin alcohol!

Mira el lío que nos dejaste la última vez que te emborrachaste.

Un pecador muere y va al infierno.

Satanás le dice:

_ Bueno como eres el 6.666.666.666, te vamos a dar a elegir donde vas a pasar la eternidad.

Y le enseña una sala, con millones de personas haciendo el pino sobre un suelo de moqueta.

_ Éste no me parece del todo mal, pero quiero ver alguna otra, si es posible.

_ Sí, hombre, cómo no, pasa por aquí.

Y le enseña otra sala, con millones de personas haciendo el pino sobre un suelo de parquet.

_ Pues mira, me parece mejor la otra, ¿tenéis más?

- Sí, nos queda la última.

Y le enseña otra sala, con millones de personas tomando café metidos hasta las rodillas en una pringue de mierda.

_Oye, prefiero ésta, la pringue es repugnante, pero es mejor que estar haciendo el pino.

_ Vale, decidido.

Se va el diablo y justo cuando se cierra la puerta se oye una voz que dice:

_ ¡Se acabó la hora del café, todos otra vez haciendo el pino!

Linda Noche Para Todas!!!!

Matrimonio sin peleas de por vida

Una pareja fue entrevistada en un programa de televisión porque estaban casados desde hacía 40 años y nunca se habían peleado.

El periodista, lleno de curiosidad, pregunta al marido:

Pero ustedes, ¿nunca han discutido?

No, respondió el marido.

¿Y cómo es eso?

Bueno, cuando nos casamos mi mujer tenía una yegua que apreciaba muchísimo, era lo que mas quería. Era la criatura que ella más mimaba en la vida.

El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro carruaje tirado por la yegua.

En el camino hacia nuestro destino, la yegua tropezó. Mi mujer le dijo con voz firme a la yegua:

¡Va una!

A mitad de nuestro destino, la yegua tropezó de nuevo. Mi mujer miró a la yegua y dijo:

¡Van dos!

Al llegar a nuestro destino, nuevamente la yegua se tropezó, y mi mujer bajó y le dijo:

¡Van tres!

Acto seguido sacó la pistola y le pegó cinco tiros a la yegua.

Yo totalmente sorprendido y molesto le recriminé: ¡loca!, ¡asesina! ¿Por qué has matado a la yegua?, ¿eres loca? ¡Pero si tu la amabas!

Mi mujer me miró fijamente y me dijo:

¡Va una!

Y desde entonces no hay problemas entre nosotros.

Un señor está con una señora cuando tocan a la puerta.

_Es mi marido, escóndete debajo de la cama.

No es el marido, es otro señor. Ella se acuesta con el señor nuevo, y vuelven a tocar el timbre. 

_Escondete en el armario.

Entra el marido y ve un pie debajo de la cama.

_Oiga, ¿que hace ahí?

_Un momento, que no es lo que parece, yo soy inspector de colchones y me metí para observar el colchon.

_¿Desnudo?

_Sí. Es para notar en mi cuerpo por dónde pierde aire el colchón.

_Bueno, usted perdone.

Abre el armario y encuentra al otro.

_¿Y usted que?

_¿Usted le creyó al de abajo?

_Pues, sí.

_Bueno, pues, cierre el ascensor que voy al quinto.

En el cielo hay dos letreros enormes. Uno dice: "Hombres que hacían lo que sus esposas les decían". La cola de hombres bajo ese letrero se extiende hasta perderse entre las nubes. El otro letrero dice: "Hombres que hacían lo que querían", y bajo él hay un solo hombre.

?Nadie se ha puesto jamás ahí --le dice san Pedro, e intrigado añade: Cuéntame por qué lo has hecho tú.

Encogiéndose de hombros, el hombre responde:

?No hay mucho que contar; mi esposa me dijo que me pusiera aquí.