El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
Juan XXIII | ||
---|---|---|
Juan XXIII en 1959
|
||
Papa de la Iglesia católica |
||
28 de octubre de 1958-3 de junio de 1963 | ||
Secretario personal | Loris Francesco Capovilla | |
Predecesor | Pío XII | |
Sucesor | Pablo VI | |
Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | 10 de agosto de 1904 por Giuseppe Ceppetelli |
|
Ordenación episcopal | 19 de marzo de 1925 por Giovanni Tacci Porcelli |
|
Proclamación cardenalicia | 12 de enero de 1953 por Pío XII |
|
Culto público | ||
Beatificación | 3 de septiembre de 2000 por San Juan Pablo II |
|
Canonización | 27 de abril de 2014 por Francisco |
|
Festividad | 11 de octubre | |
Venerado en | Iglesia católica | |
Información personal | ||
Nombre | Angelo Giuseppe Roncalli | |
Nacimiento | Sotto il Monte, Lombardía, Italia 25 de noviembre de 1881 |
|
Fallecimiento | Ciudad del Vaticano 3 de junio de 1963 (81 años) |
|
Padres | Giovanni Battista Roncalli Marianna Giulia Mazzola |
|
Alma máter | Pontifical Roman Seminary | |
Firma | ||
Ob?dientia et Pax (Obediencia y paz) |
||
Juan XXIII (latín: Ioannes PP. XXIII), de nombre secular Angelo Giuseppe Roncalli (Sotto il Monte, Bérgamo, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881-Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), fue el 261°. papa de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1958 y 1963.
En su dilatada labor apostólica, ocupó varios cargos de relevancia en la Iglesia católica en el período de preguerra. Como obispo titular de Areopoli y, más tarde, de Mesembria, desempeñó el cargo de visitador apostólico en Bulgaria desde 1925, luego como delegado apostólico en la misma Bulgaria desde 1931. Fue designado arzobispo titular de Mesembria y delegado apostólico en Turquía y Grecia el 30 de noviembre de 1934, cargo que desempeñó durante la mayor parte de la segunda guerra mundial. A fines de 1944 fue designado nuncio apostólico en Francia, donde permaneció hasta 1953. Creado cardenal presbítero de S. Prisca en el consistorio de ese año, fue patriarca de Venecia hasta su elección como sumo pontífice en el cónclave de octubre de 1958. Su pontificado, relativamente breve, fue sin embargo sumamente intenso.
Sus encíclicas Mater et Magistra ('Madre y Maestra', 1961) y Pacem in Terris ('Paz en la Tierra', 1963), esta última escrita en plena guerra fría luego de la llamada «crisis de los misiles» de octubre de 1962, se convirtieron en documentos señeros que marcaron el papel de la Iglesia católica en el mundo actual. Pero el punto culminante de su trabajo apostólico fue, sin dudas, su iniciativa personal, apenas tres meses después de su elección como pontífice, de convocar el Concilio Vaticano II, que imprimiría una orientación pastoral renovada en la Iglesia católica del siglo XX. Con todo, al momento de su muerte acaecida el 3 de junio de 1963, apenas había transcurrido la primera de las etapas conciliares ?que finalmente alcanzarían el número de cuatro?, sin haberse promulgado ningún documento y sería Pablo VI quien enfatizaría los propósitos básicos del concilio y lo guiaría a través de las tres etapas conciliares siguientes hasta su final.[Nota 1]?
Caracterizado por un notable sentido del humor,[Nota 2]? en Italia se recuerda a Juan XXIII con el cariñoso apelativo de Il Papa Buono («el papa bueno»). Fue beatificado por el papa Juan Pablo II durante el «Gran Jubileo» del año 2000. El 5 de julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autorizó la canonización de Juan XXIII, que se efectuó conjuntamente con la de Juan Pablo II el día 27 de abril de 2014, según lo anunciado en el consistorio realizado el 30 de septiembre de 2013.[1]? A dicha ceremonia, también asistió el papa emérito, Benedicto XVI.[2]? Junto a Juan Pablo II es uno de los papas más recientes en ser venerado como santo.
Angelo Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, en Lombardía, Italia. Fue el cuarto hijo de un total de catorce,[3]? del matrimonio formado por Giovanni Battista Roncalli (1854?1935), de distante ascendencia noble, y Marianna Giulia Mazzolla (1854?1939). Trabajaban como aparceros. El ambiente religioso de su familia y la vida parroquial bajo la guía del padre Francesco Rebuzzini, le proporcionaron a Angelo formación cristiana.
Angelo Roncalli entró en el seminario de Bérgamo en 1892 y recibió la tonsura dos años más tarde.[4]? En 1896 fue admitido en la Orden Franciscana Seglar por el director espiritual del seminario de Bérgamo, el padre Luigi Isacchi.[3]? Hizo una profesión de esa Regla de vida el 23 de mayo de 1897. En septiembre de 1900 se trasladó a Roma para continuar su formación sacerdotal en el Pontificio Seminario Romano, formación interrumpida en 1901-1902 por el servicio militar.[4]? El 13 de junio de 1903 se doctoró en Teología, frente a un tribunal constituido entre otros por Eugenio Pacelli, quien sería más tarde Pío XII.[4]? El 10 de agosto de 1904 fue ordenado sacerdote en la basílica de Santa María de Monte Santo, en la Piazza del Popolo.[3]? En 1905, fue nombrado secretario del obispo de Bérgamo, Giacomo Radini-Tedeschi, un pastor impulsado por un fuerte compromiso por los desamparados.[4]? En el año siguiente se le encargó la enseñanza de Historia y Patrología en el seminario de Bérgamo. Ocupó estos puestos hasta la muerte de «su» obispo, como siempre recordaría a Radini-Tedeschi, acaecida en 1914.
Durante la Primera Guerra Mundial, ejerció primero como sargento médico y más tarde como capellán militar. En diciembre de 1920, fue llamado desde Roma por el papa Benedicto XV para ocupar el cargo de presidente para Italia del Consejo Central de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, y en 1921 fue designado prelado doméstico por Benedicto XV.[5]?
El papa Pío XI lo designó simultáneamente arzobispo de Areopoli y enviado oficial para Bulgaria el 3 de marzo de 1925. El 19 de marzo de 1925 Angelo Giuseppe Roncalli fue consagrado arzobispo titular de Areopoli;[6]? eligió como su lema episcopal "Obedientia et Pax", divisa que tomó del cardenal Caesar Baronius, de quien había escrito un libro y a quien consideraba modelo de obispo.[4]? En Bulgaria, realizó su labor apostólica visitando las comunidades católicas y estableciendo relaciones de respeto y estima con otras comunidades cristianas, en especial de la Iglesia Ortodoxa. En una ocasión en Bulgaria fue a visitar a unos heridos internados en un hospital católico que trataba gratuitamente a todas las personas, independientemente de su religión. Estos heridos fueron víctimas de un atentado contra el rey Boris III en una catedral ortodoxa de Sofía, siendo ortodoxos que frecuentaban su lugar de culto. El rey búlgaro quedó tan impresionado que lo recibió en audiencia privada, siendo un acto inédito porque los visitadores apostólicos no gozaban de ningún estatuto diplomático y las relaciones entre la minoría católica y la mayoría ortodoxa eran muy tensas. Hechos como este constituyeron las bases de la futura delegación apostólica. En efecto, su labor fue tan fructífera que se lo designó delegado apostólico para Bulgaria el 16 de octubre de 1931.[6]?
El 30 de noviembre de 1934 fue designado arzobispo titular de Mesembria,[6]? delegado apostólico para Turquía[6]? ?vicario apostólico de Estambul, antigua Vicaría Apostólica de Constantinopla?, y Delegado Apostólico para Grecia.[6]? Desde Estambul, atendió los asuntos relativos a ambos países y estableció una oficina para localizar a los prisioneros de guerra.[7]? Por cuestiones territoriales, Grecia estaba en conflicto constante con Turquía, y mantenía una mala relación con la Iglesia católica. Angelo Roncalli fue quien introdujo la lectura del Evangelio en turco, y logró acortar las distancias entre la Santa Sede y las jerarquías ortodoxa y musulmana.[5]?
Su intervención para socorrer a miles de judíos de la persecución nazi mientras servía como delegado apostólico de la Santa Sede en Turquía durante la Segunda Guerra Mundial fue proverbial.[8]?
El 23 de diciembre de 1944, el papa Pío XII lo nombró nuncio apostólico de Francia.[6]? Contribuyó a normalizar la organización eclesiástica en Francia, desestabilizada por los obispos acusados de colaborar con los alemanes. Gracias a su cortesía, sencillez, buen humor y amabilidad pudo resolver los problemas y conquistar el corazón de los franceses y de todo el Cuerpo diplomático. De los 87 prelados católicos acusados inicialmente de colaboracionismo con el régimen de Vichy, finalmente solo tres fueron removidos de sus sedes, merced a las gestiones de Angelo Roncalli que superaban los formalismos diplomáticos.[5]?
El 12 de enero de 1953 el papa Pío XII lo creó cardenal presbítero con el título de Santa Prisca, siendo designado tres días después como patriarca de la diócesis de Venecia.[6]? Durante los seis años en que permaneció en ese cargo, tuvo un desempeño esencialmente pastoral, impulsando el sínodo diocesano.[9]?
Como patriarca de Venecia, solía navegar por los canales de la ciudad sin la vestimenta de cardenal, y detenerse para hablar con los gondoleros, las prostitutas y menesterosos, quienes le contaban sus problemas.[10]? Su forma de ejercicio del poder se caracterizó por el servicio y el perdón.
Era patriarca de Venecia. Supo que uno de sus sacerdotes llevaba una vida turbia y que frecuentaba un lugar poco digno para un eclesiástico. Pudo suspenderle en sus funciones; pudo aplastarle con su poder; pudo ejercer toda la fuerza de su autoridad. Pero ¿qué hizo? Lo esperó un día en el lugar que solía frecuentar. El sacerdote palidece. El patriarca lo toma del brazo y con naturalidad le pide que le acompañe al palacio. Y una vez en su despacho se arrodilla ante el sacerdote caído y le pide: «Por favor, confiéseme». Y lo hace con toda humildad y naturalidad.
El sacerdote lo absuelve y el patriarca abrazándolo le dice: «Hijo mío, me gustaría que reflexionases acerca del don maravilloso que Dios te ha dado de perdonar los pecados a los hombres, incluso a tu mismo arzobispo. Que esto te anime a evitar lo más posible el pecado en tu misma vida y como gratitud a Cristo».[11]?Juan Arias, El Dios en quien no creo
El 28 de octubre de 1958, en el cuarto día del cónclave y contando con casi 77 años,[9]? Roncalli fue elegido papa ante la sorpresa de todo el mundo. Escogió el nombre de Juan (nombre de su padre y del patrón de su pueblo natal, aunque escogió este nombre en razón de Juan el Bautista y Juan el Evangelista).
Elijo Juan... un nombre dulce para nosotros porque es el nombre de nuestro padre, querido para mí porque es el nombre de la humilde iglesia parroquial donde fui bautizado, el nombre solemne de innumerables catedrales esparcidas por todo el mundo, incluyendo nuestra propia basílica San Juan de Letrán. Veintidós Juanes de legitimidad indiscutible (que han sido papas), y casi todos tuvieron un breve pontificado. Hemos preferido ocultar la pequeñez de nuestro nombre detrás de esta magnífica sucesión de papas romanos. Amamos el nombre de Juan, porque nos recuerda a Juan el Bautista, precursor de nuestro Señor... y al otro Juan, el discípulo y evangelista, quien dijo: «Hijos míos, amaos los unos a los otros, amaos unos a otros porque este es el gran mandamiento de Cristo». Tal vez podamos, tomando el nombre de esta primera serie de papas santos, tener algo de su santidad y fortaleza de espíritu, incluso -si Dios lo quiere- hasta el derramamiento de la propia sangre.[12]?Juan XXIII
Fue entronizado el 4 de noviembre (21 días antes de su cumpleaños 77) por el cardenal Nicola Canali, protodiácono de San Nicola in Carcere Tulliano.
Después del largo pontificado de su predecesor Pío XII, los cardenales parecieron escoger un papa de transición a causa de su avanzada edad y de su modestia personal. En referencia a la expresión «papa de transición», su secretario personal comentó:
Ni siquiera debe leerse en sentido negativo esta calificación, porque ahí estaban sus 77 años, y él mismo afirmó: «No puedo mirar demasiado lejos en el tiempo». Sabía que era ya un anciano, no se preocupaba de lo que podría hacer. Habituado a vivir comunitariamente y a no considerar los problemas desde el punto de vista personal, citando a Tibulo, decía Est nobis voluisse satis, para el honor de un hombre es ya mucho haber concebido una empresa, haber pensado, ideado, iniciado algo. Recuerdo su comentario a mi perplejidad y a mi falta de entusiasmo cuando me comunicó la idea del Concilio. Me dijo: «No hay que preocuparse de sí mismo y de quedar bien. En la concepción de las grandes empresas basta con el honor de haber sido providencialmente invitados. Hemos sido llamados a poner en marcha, no a concluir».[13]?
Ni los cardenales ni el resto de la Iglesia esperaban que el temperamento alegre, la calidez y la generosidad del papa Juan XXIII cautivaran los afectos del mundo de una forma en que su predecesor no pudo. Al igual que Pío XI pensaba que el diálogo era la mejor forma para dar solución a un conflicto.
Enseguida empezó una nueva forma de ejercer el papado. Fue el primero desde 1870 que ejerció su ministerio de obispo de Roma visitando personalmente las parroquias de su diócesis. Al cabo de dos meses de haber sido elegido, dio ejemplo de obras de misericordia: por Navidad visitó los niños enfermos de los hospitales Espíritu Santo y Niño Jesús; al día siguiente fue a visitar los prisioneros de la cárcel Regina Coeli.
En su primera medida de gobierno como papa, que le enfrentó con el resto de la curia, redujo los altos estipendios (y la vida de lujo que, en ocasiones, llevaban los obispos y cardenales). Asimismo, dignificó las condiciones laborales de los trabajadores del Vaticano, que hasta ese momento carecían de muchos de los derechos de los trabajadores de Europa, y además retribuidos con bajos salarios. Por primera vez en la historia nombra cardenales indios y africanos.
Tres meses después de su elección, el 25 de enero de 1959, en la Basílica de San Pablo Extramuros y ante la sorpresa de todo el mundo anunció el XXI Concilio Ecuménico ?que posteriormente fue llamado Concilio Vaticano II?, el I Sínodo de la Diócesis de Roma y la revisión del Código de Derecho Canónico. Este Concilio fue inspirado en la figura del papa Pío IX precursor del Concilio Vaticano I y quien, según el papa Juan XXIII, nadie en la historia de la Iglesia había sido tan amado y tan odiado a la vez.
Durante su pontificado nombró 37 nuevos cardenales, entre los cuales por primera vez un tanzano, un japonés, un filipino, un venezolano, un uruguayo y un mexicano.
El 3 de enero de 1962 se difundió la noticia de que el líder cubano Fidel Castro habría sido excomulgado por la Santa Sede en una iniciativa amparada en condenas decretadas por el papa Pío XII en 1949 a todo aquel que difundiera el comunismo, y se atribuyó a Juan XXIII tal decisión.[15]?[16]? La noticia se divulgó en el marco de uno de los momentos más críticos en la relación entre Cuba y la Santa Sede.[17]? Con todo, el especialista vaticano Andrea Tornielli confirmó en nota en el Vatican Insider del periódico La Stampa que no existió ninguna excomunión ad personam para Fidel Castro, ni Juan XXIII tomó ninguna decisión en ese sentido.[18]?
SOLEDAD TORRES ACOSTA. UNA VIDA HECHA SERVICIO
SOLEDAD TORRES ACOSTA.
NOVENA A SANTA Mª SOLEDAD (3 AL 11 DE OCTUBRE) pdf
GRACIAS MADRE SOLEDAD. 132 AÑOS EN LA CASA DEL PADRE. (Power Point)
El día 2 de Diciembre de 1826 en el hogar de Manuel y Antonia, en la C/ de la Flor Baja - hoy Gran Vía - de Madrid, nació una niña que el 4 de Diciembre de 1826, en la Parroquia de San Martín de Madrid fue Bautizada y se le pusieron tres nombres: Bibiana, Antonia y Manuela. Tres nombres que hoy pocos recuerdan. Porque esa niña hoy lleva otro nombre. Un nombre propio, con el que es conocida oficialmente por la Iglesia. Es un nombre evocador, que encierra toda una vocación, que es una verdadera profecía y que revela la misión providencial que ella va a cumplir en la Iglesia: María Soledad.
Un nombre que es la condensación y la síntesis de su Carisma, de su espíritu y de la misión que ella y el Instituto por ella fundado están llamadas a realizar.
El 15 de Agosto de 1851 al ser admitida por el Cura Párroco de Chamberí D. Miguel Martínez y Sanz para completar el número de siete con las que quiere iniciar el Instituto de Siervas de María, MANOLITA cambiará su nombre por el de:
María Soledad. Un nombre que evoca un rico contenido, que traduce una experiencia y que cumple un sentido. Fue elegido por ella, pero impulsado por el Espíritu Santo.
A los cinco años - nos cuentan - una pequeña travesura de niña le ocasionó un castigo por parte de su madre: El castigo de rezar tres Avemarías a la Stma. Virgen de los Dolores, que ella va a rezar todos los días y que más tarde va a convertir en siete, precisamente en recuerdo de los Siete Dolores de la Virgen.
Mª Soledad. se va identificando cada vez más con la Virgen en este misterio de tal forma que llegará a tener los mismos sentimientos de MARÍA y a traducir frente a los demás su mismo amor maternal.
Mª Soledad era de complexión débil, enfermiza, escasa de fuerzas; al mismo tiempo, tenía una gran energía de temperamento y de carácter. Desarrollaba una asombrosa vitalidad, siempre destacando en la humildad, fe y caridad. ELLA quedó sola con la nave del INSTITUTO a punto de hundirse, pues hasta el mismo D. Miguel emprendió otra "empresa" y sólo una mujer con el temple de M. Soledad, mujer entregada a la configuración con CRISTO Doliente, atenta a su mirada y con el apoyo y sostén de las muchas horas de oración junto al SAGRARIO, fue capaz de llevar a cabo la obra de Dios. Llevó el timón de la CONGREGACIÓN de SIERVAS DE MARÍA, desde 1856 hasta 1887 fecha de su muerte.
Treinta y un años encarnando y personificando el Carisma: "Estuve enfermos y me visitasteis....lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos a Mí me lo hicisteis" (Mt. 25,26), el don de la gracia, que el Espíritu Santo había suscitado en la Iglesia y convirtiéndose por la misma fuerza del Espíritu Santo, en Maestra, Madre y Fundadora de las Siervas de María.
Un autor escribe: "Contemplamos a Mª Soledad, como una presencia visible o casi como una "encarnación" de María en el misterio de su amor misericordioso, de su ternura infinita, de su amor maternal, precisamente hacia los hijos más necesitados: Hacia los enfermos. Mª Soledad pequeña de estatura, gigante de espíritu. A través del Instituto de las Siervas de María, se convierte para la Iglesia en presencia continuadora del Cristo sufriente que quiere proyectarse en el amor a los otros cristos que sufren en la tierra".
Santa María Soledad es, pues, una vida que deja huella? su biografía nos presenta una interesante panorámica de cómo es posible encarnar LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR superando el mal a fuerza de hacer el bien a todos, ?llevando la sonrisa en los labios y la humildad en el corazón?. En su perfil hay algo de sobrehumano, de sencillamente divino, es como el reflejo de Jesús manso y humilde de corazón, como si la misericordia y la amistad de Dios llenaran su vida y desbordaran en su trato.
En ella podemos encontrar todos los matices descritos por San Pablo en el Himno a la caridad (I Cor13). Supo decir con hechos que es posible ser paciente y vivir en paz. Ser pacífica y sembrar paz. Ser feliz entre las Hermanas que tenía a su lado y procurando suavizarles la vida. Supo, en definitiva, ser un testimonio vivo de Cristo.
El día 11 de Octubre de 1887 a los 61 años de edad, M. Soledad se dormía en el amor de Dios, en el regazo del Padre, dejándonos a todas sus Hijas como testamento el mensaje de JESÚS: " Que tengáis Paz y Unión".
El día 5 de febrero de 1950, es elevada a los altares por SS. Pío XII, declarándola Beata.
Es Canonizada por SS. Pablo VI el 25 de Enero de 1970. La Iglesia fija su fiesta para el día 11 de Octubre.
La Mujer que toda su vida destacó por su poca apariencia y mucha humildad, la Iglesia en la persona del Papa, Juan Pablo II ha bendecido su imagen y ha sido colocado en la "Logias" Vaticanas de la Plaza de San Pedro, pudiéndola contemplar junto a otros muchos santos y Fundadores.
Con M. Soledad una vez más se cumplen las Palabras de Cristo: El que se humilla será ensalzado. Cual humilde violeta, abismada en su poquedad, M. Soledad se oculta y exhala el olor de su perfume en el Instituto a través de sus Hijas.
.
¡Hola, Soledad, Fina, Mercedes y visitantes!
Fina,
gracias por la hermosa música. Al igual que Soledad, no conocía al
brasileño Altemar Dutra. Tenía un timbre de voz bien agradable y
unos boleros preciosos. Qué lástima que haya muerto tan joven. Su hijo, Altemar Dutra Jr. también es cantante, aunque no tiene la voz del padre.
¡Feliz fin de semana! Abrazos colungueros.
Altemar Dutra, padre
Altemar Dutra Jr.