El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
Desde la llegada al aeropuerto han descubierto
un mundo nuevo, en un departamento en el barrio bohemio rodeado de artistas de
todas partes del mundo.
Tía Benita ha causado sensación con su
simpatía y sus recetas de cocina, ha
conquistado el corazón de los locales.
Milagros visita los médicos para concretar su
tan esperada operación. Soñando con volver a nadar, caminar y bailar
Sofía, en cambio, desde que descubrió la luz
entrando por su ventana ha retomado la pintura. Recreando de memoria esa imagen de sus sueños. Se ha vuelto
callada, introvertida. Durante la noche se levanta a buscar la remera de la
universidad que usó esa noche en al departamento de Martín, él se la obsequió
como un recuerdo, la huele, la abraza y recuerda tantos momentos vividos junto
a él. Desde el día que lo conoció hasta esa tarde en la habitación del hospital
cuando él la despidió. Muchas veces tía Benita la ha descubierto con la mirada
perdida en los recuerdos y sosteniendo entre sus manos la medalla que comparte
con Martín.
Él dedica las horas en su habitación con
escritos y dibujos para Sofía. Todo lo que le gustaría decirle y los planes que
tenía con ella, lo escribe y lo dibuja.
Sólo sonríe cuando ve a Santiago que entra a
visitarlo. Como una lucecita que ilumina su mundo sombrío.
Y cuando duerme sueña, sueña con ella, revive aquella noche que Sofía se
quedó en su departamento, cada palabra, cada gesto. ¡Dormida a su lado la ve tan tierna! Se acerca
buscando con sus labios los de ella y la despierta con un beso tímido. Ella
abre sus hermosos ojos celestes, él espera su reacción, su rechazo. Lo
sorprende con una sonrisa y se acerca pidiendo más, ella está dispuesta, él
encantado. Quieren repetir otro beso y es más intenso, entonces otro y otro. Se
acercan, se unen en un abrazo. Les hierbe la sangre, se agitan.
Ella sigue muy tímida. Él, en cambio, toma la
iniciativa y desliza suavemente su mano por sus curvas. Su piel suave tiembla
con su tacto. De pronto se detiene, la mira a los ojos, sonríe y toma su mano y
la lleva a recorrer su cuerpo, disfruta sus caricias. Se excitan, se entregan.
Entonces Martín se despierta acalorado, su
corazón late con fuerza y hasta duele. Si duele y más al descubrir que sólo es
un sueño de lo que pudo ser y no fue. Abraza la almohada y susurra su nombre:
-Sofía
Los médicos ven que se ha recuperado
físicamente, pero les preocupa su ánimo taciturno y se lo hacen saber a sus
padres. Recomiendan tratamiento y continuar con los cuidados en el hogar
rodeado por el cariño de su familia. Ya que temen que caiga en depresión.
Lorena está dispuesta a todo para verlo feliz.
Ha recuperado a su familia y por nada del mundo los volverá a perder.
- ¿Te gusta
como ha quedado todo hijo? Aquí al lado
está la habitación de Santi.
- Está todo
muy lindo mamá. Gracias
- Bueno
corazón te dejo para que te instales a tu gusto. Nos vemos en la cena.
- Si mamá,
voy a ver a mi hijo.
Santiago lo ve y corre a sus brazos. Se
abrazan. Martín le hace cosquillas, ríen.
En el despacho Franco espera a Lorena ansioso, ni bien cierra la
puerta la interroga:
- ¿Y? ¿Cómo
está?
- Bien ¿qué
pasa?
- Mira- le
muestra el diario de Martín- pensé que su amor por Sofía era algo pasajero.
- Tal parece
que no- ve cada página- se va a enfermar. Tenemos que hacer algo para que se
olvide de ella.
- ¿Qué? No
se me ocurre nada. Está realmente enamorado.
- Mmm, no
sé, dicen por ahí que ?un clavo saca otro clavo?.
- ¿Qué estás
diciendo? Estamos hablando de los sentimientos de nuestro hijo.
Lo abraza de espaldas, aprieta su cintura y
apoya su cara en sus hombros.
- Pronto
volverá a trabajar ¿no?
- Sí, eso
que tiene que ver.
- Déjamelo a
mí, conozco gente en ese museo que me debe favores.
Lo besa en el cuello y lo gira para continuar
con más besos y caricias.
- Lorenaaa- Franco ha conocido en carne propia las
villanías de su mujer. La sabe capaz de todo. Es un títere en sus manos.
En la cena los cuatro reunidos festejan las
ocurrencias de Santi y planean juntos su educación y su futuro. Hasta que Martín
pregunta:
- Mamá ¿Que
sabes de las Robles? No me has comentado nada.
- Están bien
hijo, no te preocupes.
- ¿Cómo lo
sabes? ¿Te llamó Sofía? ¿Cuándo?
- No es que
- Sofía ha mandado
un mail- la interrumpe Franco- hace unos
meses.
- ¿Puedo
leerlo? ¿Mamá?- la mira con insistencia.
- ¿Ahora? Hijo
está en la computadora del despacho y
- ¿¡Por
favor!?
- Hice una
copia para ti- Franco le alcanza un papel. Mientras Lorena le lanza una mirada
fulminante.
Martín lee cada palabra, como queriendo leer
entre líneas. El texto es breve agradeciendo amablemente la ayuda recibida y
envía una foto de las tres en la torre Eiffel.
- Eso es
todo Martín. No ha escrito más.
- Se ven muy
felices.
- Hijo
tienes que continuar con tu vida- le suplica Franco- tienes al niño que te
necesita. Y ya verás, que después de un tiempo, te volverás a enamorar. La vida
sigue.
- Mi hijo es
lo más importante en mi vida y siempre estaré para él- lo enfrenta- pero papá
¿qué dices? Precisamente tú me hablas de volverme enamorar cuando no dejaste de
amar a mi madre.
- Es
diferente hijo, Lorena es la mujer de mi vida.
- ¡Y Sofía
lo es para mí! ¿Por qué en todos estos meses todavía no lo entienden?- su reacción
fue algo exagerada, los sorprendió. Recapacita- disculpen yo no quería
gritarles. Pero, es que- abraza al niño- ven Santi vamos a prepararnos para
descansar. Buenas noches.
Ambos se miran:
- Ten cuidado Lorena, piensa muy bien lo que vas a
hacer.
En la soledad de su habitación Martín se
desespera, lleva sus puños hacia la frente y llora. Cae en su cama, y ahoga el
grito en la almohada. Lo atormenta el recuerdo de tratarla con desprecio y no
saber nada de ella. Sofía es la mujer que está hecha para él, lo sabe con todos
sus sentidos y no se quiere resignar. Pero esa foto y la distancia revuelven
todo su ser. Busca nervioso el teléfono. Marca su número. Espera
- Hola- responde Sofía- hola, hola
Martín cuelga. No sabe que decirle, como
disculparse. Arroja el teléfono. Tan lejos y tan cerca, su voz. La extraña.
- ¡Soy un cobarde! ¿Cómo le digo? Tengo que encontrar
un modo de recuperarla.
Pasan los meses.
Restablecido comienza su rutina diaria, lleva
a su hijo a la escuela y retoma su trabajo en el museo colonial. Allí, una
muchacha morena tropieza con él, arroja sus cosas al suelo, él la ayuda a
recogerlas
- ¡Hay,
perdón! Es que estoy un poco nerviosa, es mi primer día y todavía no sé dónde
está mi lugar de trabajo- lo mira fijamente a los ojos mientras se mueve
seductora, mostrando sus curvas, levantando uno a uno lo que tiró
¿accidentalmente?
- No te
preocupes. ¿en qué vas a trabajar?
- Tengo que
terminar una restauración con el señor Martín Santamaría.
- Encantado-
le da la mano- yo soy Martín Santamaría, estás en el lugar correcto.
- Hola, soy Silvia
Requena, su servidora- con una voz y una sonrisa encantadoras.
En la hacienda, Lorena cuelga el teléfono
satisfecha:
- ¡Listo! Mi
plan ha comenzado
- ¿De qué
hablas?
- Del clavo
que sacará otro clavo jajaja. Silvia Requena, una muchacha morena de largos
cabellos negros y ondulante figura. Con toda la confianza y la habilidad que
necesito, ¡Martín no se podrá resistir!
- Lorena, si
Martín se entera que estás detrás de todo esto. Lo puedes perder.
- Cuando
esté enamorado me lo agradecerá. Ya verás.
- De una
mujer que contrataste, lo dudo. ¿Estás segura que luego no te chantajeará? ¿Y
si le cuenta la verdad? No pensé que caerías tan bajo ¡Es tu hijo, no un negocio! No mujer, no cuentes
conmigo- enojado a toda prisa sale de la habitación, Lorena quiere detenerlo.
- ¡Franco!
¿qué haces? No le dirás nada- le grita- ¿me oyes? ¡Franco, espera por favor!-
lo toma del brazo, él la rechaza, voltea, tropieza y cae por las escaleras- ¡Franco!
Noo
Los gritos alertan al hombre musculoso. Lorena
baja rápido las escaleras y se arrodilla frente al cuerpo de su marido.
- ¡Corre,
busca una ambulancia! Franco, por favor, despierta.
- ¿Mamá que
pasó? ¡Papá!- le grita desesperado.
- Martín-
balbucea Franco- búscala- lo agarra de la camisa y se desmaya.
- Papá, no
papá no hables ¡Papá!
Los paramédicos entran y se lo llevan
rápidamente, Lorena y Martín los acompañan.
En Francia
- Tía Benita
ya llega Sofía- le grita milagros
- ¿Cómo
sabes niña?
- El vecino
comenzó a cantar. Cada vez que la ve lo hace. ¡Que linda voz que tiene! ¿no?
- Si,jajaja
, es el único que ha logrado arrancarle una sonrisa a tu hermana en meses. Si
sigue así la conquistará.
- ¿Te parece
tía? Ella ama a Martín.
Tía Benita sentada en la mesa distribuye las
cartas del tarot y saca una.
- Mis cartas no me fallan, mira salió el 6, ¡los
enamorados!
Paul Cloutier es un vecino, disfruta de su
trabajo como médico. También le gusta cantar, lo hace muy bien en un bar local.
Dicen por ahí que ha sufrido por amor, su esposa murió al dar a luz junto con
su hijito.
Ayudó a las Robles a instalarse en el
departamento y quedó prendado de Sofía. Ella lo ignora pero él es tenaz y de a
poco, como trabajo de hormiga, se la está ganando. Le ha robado unas cuantas
sonrisas y Sofía lo ha dejado que un par de veces la lleve al estudio, cuando
no está de guardia.
Se ofreció como su guía turístico para
conocerla mejor y darse cuenta le gusta cada vez más.
Martín pasa los días con Silvia, comparten
muchos momentos juntos. Van a ver a Franco al sanatorio, llevan a Santiago de
paseo. Él le ha contado de Sofía. Ha sido muy sincero con ella.
Silvia pensó que sería un trabajo fácil
enamorarlo, pero pasan los días y es difícil encontrar un momento ideal para
acercarse más, intimar. Debe cumplir con lo pactado con Lorena, y aunque ella
aún no la ha vuelto a llamar, sabe que lo hará muy pronto, porque para eso la
contrató. Sigue en el juego aunque a veces prefiere renunciar. Se pregunta si
tal vez se ha enamorado de él. Le gusta estar a su lado. A veces se muerde y se
desespera cuando le habla de Sofía. Los ojos de Martín brillan cuando pronuncia
su nombre y a veces su voz se quiebra.
Están almorzando:
- Prepárate Silvia,
pronto tendremos otro desafío que develar del pasado. Ha quedado pendiente la
restauración de una estatua, anoche trabajé hasta tarde organizando los
preparativos para unirla a la parte original. Quiero terminar con esta obra que
es parte del pasado que me une a Sofía.
- ¡Qué
bueno! ¿Ves qué trabajar te hace mucho bien?
- Si,
necesito ocupar mi tiempo. Después de todo no puedo arreglar las cosas. Sofía me
ha demostrado que ya no soy importante para ella. Tengo que resignarme.
- Bueno, ya
te resignarás.
- Sí, tal
vez, pero bueno, siempre hemos hablado de mí, quiero saber un poco de ti.
Silvia duda ante la respuesta. Le da la
versión que armó con Lorena o le cuenta su verdadera historia, se decide por la
segunda:
- Bueno,
vengo de una familia numerosa, estudié arte. Buscando trabajo decidí probar
suerte aquí. Tú sabes lo difícil que es dedicarnos a los que nos gusta.
- ¿Tienes
novio?
- Tuve novio
pero rompimos antes de la boda. Otra mujer se interpuso en nuestro camino. Él
la prefirió a ella y a mí me rompió el corazón- los ojos se le llenaron de
lágrimas. Silvia se ha jurado no volver a creer en el amor. No quiere salir
lastimada de nuevo.
- Mira, que
te parece si no hablamos más del pasado. A los dos nos afecta ¿verdad? Volvamos
al trabajo y más tarde te invito a tomar algo. No te pongas triste- le tomó la
mano y ella le sonrió.
Más tarde están bailando en un bar, abrazados
al ritmo de una melodía romántica. Silvia está muy cariñosa y Martín se deja
llevar:
- ¿La estás
pasando bien?- le preguntó ella.
- A tu lado
siempre la paso bien.
- ¿Qué te
parece si vamos a mi departamento? Quiero que me conozcas.
- Vamos
Ella lo invitó a pasar:
- ¡Qué
bonito departamento tienes!
- Siéntate,
voy a servirte una copa- se sentó a su lado, bebieron un sorbo. Ella se acercó
para darle un beso breve. No sintió resistencia de su parte. Dejaron las copas
en la mesita. Ella se acercó más y volvió a besarlo, comenzó a acariciarlo.
Martín se levantó de repente. Ella continuó y lo besó en el cuello, y
lentamente volvió a sus labios. Por un momento breve pareció que Martín
disfrutaba de sus atenciones. Pero suavemente la apartó.
- Perdóname Silvia
- ¿Qué pasa?
- Es mejor
que me valla, perdóname.
En la hacienda.Tendido en su cama repasó en su
mente lo ocurrido con Silvia.
- ¿Acaso no me voy a volver a enamorar? ¿El amor
puede ser tan rebelde que sólo pueda amar a una sola mujer?- luego de un rato
recordando al amor de su vida, se durmió.
A kilómetros de allí Milagros se acerca a su
hermana:
- Sofí no
quiero verte triste. Mírate, eres preciosa, puedes enamorarte otra vez y quien
sabe casarte, formar una familia.
- ¿Tú crees
que podré amar a otro hombre como lo amo a él?
- Tía Benita
dice que sí.
- ¿Sí? ¿Y
cómo sabe ella? Siempre fue soltera ¿Acaso lo leyó en las cartas?
- Bueno, sí.
Pero tampoco hay que perder las esperanzas ¿no? Sino mírame a mí.
- Hay
hermana, a veces estoy tan metida en mis pensamientos que me olvido lo
maravillosa que eres. Te amo. Por supuesto que volverás a caminar, a nadar y a
enamorarte- la abraza.
- Si también
quiero eso eh?
Al día siguiente Milagros se interna, los
médicos son muy optimistas en el diagnóstico final. Luego de horas de espera,
se despierta somnolienta y ve a su hermana que acaricia sus cabellos.
- Hola
hermosa- la besa.
- La
operación ha sido un éxito. Descansa, aquí estaremos- tía Benita está tan
emocionada no puede contener las lágrimas de alegría.
El médico cirujano recibe la llamada de Lorena,
ella cuelga y le da la noticia a Martín
que está pendiente de su padre al pie de su cama. Franco, luego de la última
intervención, no se ha despertado.
- ¡Qué buena
noticia mamá!- se contenta. Martín está un poco parco de palabras desde lo
sucedido con Franco, piensa que su madre no le ha contado toda la verdad- ahora
¿me dirás que pasó con papá?
- Ya te lo
he dicho muchas veces hijo.
- Necesito
volver a escucharlo, todavía me cuesta verlo en este estado.
- Estaba
nervioso, salió rápido de la habitación, tropezó y cayó por las escaleras.
- ¿Por qué
estaba nervioso?
- No lo sé,
ya te dije.
- Es que no
entiendo, tú estabas con él. ¿discutieron? ¿por qué?
- No. Bueno
¡Basta! Termina de una vez con este interrogatorio sin sentido.- sale de la
habitación. Martín está más insistente cada día. ¿Sospecha? No lo creo, se dice
a sí misma.
- Mamá
discúlpame- sale de la habitación y la abraza- ya quiero que despierte.
- Yo también
hijo- aunque sabe que Franco, inmediatamente recobre el sentido, le dirá la
verdad sobre Silvia. Debe pensar.
Luego de un tiempo, Milagros se recupera en el
departamento, Sofía llega con flores, pan recién horneado con queso fresco
derretido, el favorito de su hermana y un vaso de jugo de frutas. Le cuenta que
aceptó la invitación de Paul a pasear a la tarde. Milagros la anima eligiendo
la ropa para la cita.
Caminaron y disfrutaron de las luces en una de
las plazas más bonitas de París, la Plaza Vendome.
- Nunca pensé que existiera un lugar tan hermoso- Sofía
camina al lado de Paul, mira con atención una pareja enamorada que se besa
apasionadamente.
Paul la observa, le toma la mano y ella vuelve
a verlo a los ojos. Él sabe que ese es el momento que esperaba.
- Siempre
supe que volvería a enamorarme aquí, en París- con la otra mano toca su
mejilla- y necesito decirte que estoy enamorado de ti, Sofía.
- Paul, yo
no.
- Lo sé,
sólo te pido que me dejes entrar en tu corazón, quiero que me conozcas. Y tal
vez, llegues a sentir lo mismo que yo por ti- le besa la mano.
- Yo no sé
si estoy lista para comenzar una nueva relación. He quedado muy herida por Martín.
- ¿Cómo
sabes si no estás lista si no lo intentas? Date una chance, dame mi oportunidad.
Yo sabré ganarme tu amor.
Sofía asiente esbozando una sonrisa tímida.
Paul se acerca y le roba un beso en la boca. Siguen caminando abrazados. Él le
cuenta de sus planes para el futuro en su profesión, hablan de música y él se
anima a cantarle delante de todos
- Esta vez, ya no
soporto la terrible soledad;
yo no te pongo condición.
Harás conmigo lo que quieras bien o mal.
Llévame, de ser posible, hasta la misma
eternidad.
Donde perdure nuestro amor,
porque tú eres toda mi felicidad.
Llévame, si
quieres hasta el fondo del dolor;
hazlo como quieras, por maldad o por amor.
Pero esta vez, quiero entregarme a ti en una
forma total;
no con un beso, nada más;
quiero ser tuyo, sea por bien o sea por mal.
La despide en la puerta del departamento con
un largo beso y una rosa.
- Hasta mañana mon amour.
Sofía entra al departamento con una sonrisa,
se mira al espejo, viene a su mente Martín, sostiene la medalla, la saca de su
cuello y la guarda.
- Martín me has demostrado que ya no soy importante
para ti.
Sobre
la mesa hay un sobre, lo abre y lee.
Lorena y Martín entran en la casa
- Mira hijo, allí hay correspondencia sobre la mesa ¿puedes hacerte cargo de ella? Estoy agotada.
Martín se tira sobre el sofá, abre cada sobre
y los separa, entre ellos hay otro más decorado:
?Deseamos de todo corazón poder contar con la
presencia de todos ustedes para juntos celebrar Nuestra Unión etc. Etc. Carla y
Eladio?
A la mañana siguiente durante el desayuno
- Recibimos
una invitación a la boda de Carla Laime, la periodista.
- No estoy
para bodas hijo.
- Yo tampoco
pero es la periodista del pueblo de la estatua que estamos por ensamblar
¿recuerdas? Quiero terminar con esto cuanto antes.
- Está bien
¿qué propones?
- Tenemos
que ir, hacer acto de presencia unas horas.
- Estoy de
acuerdo ¿irás solo?
- Contigo y
con Silvia, por supuesto.
- Esta
periodista, Carla, es amiga de Sofía ¿verdad?
- Son del
mismo pueblo.
- Entonces
estará en la boda.
- No sé, tal
vez.
Desde que leyó la invitación no ha podido
conciliar el sueño, está inquieto y no quiere que su madre lo descubra. La idea
de volver a ver a Sofía mueve su mundo.
Mientras tanto ella
- Carla al
fin logró que Eladio pida su mano.
- Si y
pensar que todos creíamos que eso era imposible. Estará viviendo un sueño esa
muchacha. Tú deberías ir con Paul.
- ¿Tú crees tía?
Esta tarde se lo diré.
Dentro de un coche cubierto de lirios blancos
entra Carla en la plaza. En la Parroquia, Eladio la espera en el altar.
A la boda asistieron todos. No faltó nadie. La
fiesta se celebró en la plaza igualmente decorada y con las iniciales de los novios en todos
los lugares posibles. En la mesa principal, los importantes de la política,
arte y sociedad, allí Lorena.
En una mesa un poco alejada Martín y Silvia.
Escuchan a la novia gritar de felicidad y abrazarse a una muchacha. Martín no
la ve bien, un hombre alto moreno está con ella. Hasta que al fin los ve, son
Sofía y Paul, recién llegados.
- ¿Quiénes son?-
pregunta Silvia
- Sofía
- Parece que
no está sola.
Martín furioso se levanta
- Ya regreso
- ¿A Dónde
vas? Martín- él la mira y le hace un gesto para que se quede allí y callada. Se
acerca a la pareja, de repente Sofía lo tiene frente a frente. Paul se
interpone.
- Hola ¿cómo
estás?
- Hola. Paul
te presento a Martín Santamaría.
- Hola- Paul
le estrecha la mano pero Martín lo ignora y sigue mirándola fijamente.
- ¿Podemos
hablar?- insiste
- No es el momento,
ni el lugar. Vamos Paul- le da el brazo.
Martín queda parado en el medio de la pista de
baile. Lorena lo está observando. Y algunas personas que saben la historia de
ambos, comentan.
Martín vuelve a la mesa. Silvia está molesta,
tomó unas copas de más. Lorena busca a Sofía se sienta a su lado y disimuladamente, ante la mirada atenta
de Paul, le dice.
- Me
disculpo por la conducta de mi hijo. Bienvenida.
- Gracias
señora. Usted siempre tan amable.
Lorena le muestra a Martín con Silvia. Sofía
se siente dolida cuando los ve.
- Lamento
que su relación no resultara. Pero así es la vida, y debemos resignarnos ¿Verdad?
Martín ahora es muy feliz ¿Tienes todavía la medalla que te dí?
- Si
- ¿Me la
devuelves? Comprenderás que ya no tienes derecho a llevarla ¿no?
- No se
preocupe, se la entregaré- Sofía no pude creer la falta de cortesía de Lorena y
el cambio con ella.
A pesar de la escena, Paul se mostró muy
cariñoso con Sofía durante la fiesta, Silvia pasada de borracha se desmayó, el
hombre musculoso y Lorena se la llevaron. Martín quedó solo. Eladio le pide a Paul
una canción para la novia.
Aprovechando que Sofía está sola, Martín se
acerca
- Sofía
- No tenemos
nada que hablar.
- Ven, vamos
a un lugar donde no nos interrumpan- la lleva hacia la parroquia.
- No creo
que lo que tengas que decir dure hasta la madrugada
- Ya no
quieres nada conmigo ¿verdad?
- Por
supuesto que no, después de que me echaste de tu lado y que no hiciste nada en
todos estos meses, sería una tonta si todavía
- Ya sé, ya
sé que te he lastimado mucho.- interrumpe- Cometí un error, estoy arrepentido.
- Tu arrepentimiento
llega demasiado tarde.
- ¿De veras Sofía?
¿lo dices en serio?
- ¿Qué te
has creído? Me humillaste frente a tu padre.
- Fue una
artimaña, lo admito. No quería que las lastimaran los matones del marido de Camila.
Luego esperé todo este tiempo que me llamaras, aunque sea para insultarme. No
lo hiciste. Sofía ¡Yo te quiero! ¡Eres mi vida entera!- la rodeó con sus brazos
y la beso tiernamente, Sofía se apartó- No te resistas, tu también lo deseas,
lo acabo de sentir
- No puedo
- Me sigues queriendo
igual que antes. Tienes que volver conmigo.- él la acerca hacia su cuerpo.
Sofía tiembla.
- ¡No! ¿Crees
que con sólo tocarme lo puedo olvidar todo?
- Por
supuesto que no, pero puedo explicarte
- ¿También
me vas a explicar lo que hay entre tú y esa mujer? No te preocupes tu madre ya
me explicó, están enamorados.
- No es
cierto, ella es una compañera de trabajo. Nos hicimos cercanos, nada más.
- ¿Por qué
habría de creerte?
- Cuando
quieras te lo demuestro. Tú también no estás sola. Mi amor, aunque en un
principio dude, pero ya no.
- ¿Por qué
no? Crees que me tienes rendida a tus pies. ¿Que eres el único hombre que hay
sobre la tierra? Me echaste de tu lado como si yo fuera una rogona que
mendigaba tu cariño- sus ojos se llenan e lágrimas.
- A mí me
dolió más que a ti, Sofía- una lagrima recorre su mejilla- no quería que
sufrieras.
- ¿No querías
que sufriera? ¿Crees que gocé todos estos meses?
- Perdóname,
te lo suplico, perdóname- la volvió a abrazar como queriendo asegurarse de que
así no la perdería jamás. Cuando va a besarla
Paul los encontró
- Sofía
¿estás bien?
- Llévame de
aquí por favor- Sofía se soltó de los brazos de Martín y buscó refugio en los
brazos de Paul.
- ¡Aléjate
de ella!- le advirtió.
Martín no pudo decir nada, el dolor lo
envolvió. La vio irse abrazada con Paul.
Se secó las lágrimas. Llegó a la hacienda en
su moto a toda velocidad. Entro en la casa, pasó al lado de su madre que quiso hablarle. Fue al despacho,
cerró la puerta. Se acercó a la mesita, se sirvió un trago y lo tomo de
golpe, hasta la última gota. Dejó el
vaso y lloró.
Lorena del otro lado intentó entrar, lo llamó
varias veces. Fue inútil. Al rato salió, le dio un beso en la frente y subió
las escaleras tranquilo a la habitación de su hijo que dormía. Lo arropó y lo
beso. Cuando regreso a su cuarto, Lorena lo estaba esperando
- ¿Qué te
pasa? Quiero tratar de entenderte. Sé que tu padre no está ahora para
escucharte pero puedes confiar en mí.
- Mamá no
quiero hablar ahora, por favor. Necesito estar solo. La cabeza me va a
estallar. Por favor.
- Está bien,
descansa.
En la habitación de Sofía
- Dime ¿qué
fue todo eso? Te encontré en los brazos de Martín.
- Paul, no
fue una buena idea venir. Lo siento. Martín puede ser muy insistente cuando se
lo propone. Quería que de una vez me diga todo y ya
- ¿Todavía
lo amas?
- No, por
favor, no me preguntes eso.
- Entiéndeme,
necesito saberlo.
- Ven,
necesito que me abraces- ella siente su rechazo
- Cuando
vengas a mí será porque me amas y no porque quieres consuelo- se levanta, la
besa en la frente- que tengas buena noche- la deja sola.
Sueña su celular, tal vez sea Paul. Va rápido
a ver. Es un mensaje de texto de la Fundación FG invitándola a una sesión de
fotos para promocionar la unión de ambas
estatuas en la plaza del pueblo.
Sofía llega a la Fundación temprano, una
secretaria la lleva a la sala de juntas y le pide que espere. Sobre la mesa hay
fotos del trabajo de restauración y ensamblaje y un grabado con la idea del
escultor original. Está concentrada observando hasta que cae en cuenta del logo
de la Fundación FG: Fuentes Guerra. Martín ya había entrado y estaba
observándola.
- Que pequeño
es el mundo ¿verdad?- le dijo acercándose.
- Sí, eso
parece. Quien iba a pensar que lo que empezó como la investigación sobre el
origen de una estatua terminara, entre otras cosas, por reencontrarte con los
padres que tanto anhelabas.
- Cierto los
Peñalver y Beristaín y los Fuentes Guerra pertenecen a la misma familia. Mi
madre es la única heredera.
- Y por lo
tanto tú y tu hijo. Supongo que lo de la sesión de fotos fue una trampa para
vernos no?
- No, te
equivocas.
- Sofía
querida, pronto comenzaremos- interrumpe Lorena
- Señora le
traje lo que me pidió- le entrega la medalla. Martín mira a su madre con
desaprobación
- Muchas
gracias, es una reliquia familiar. Ha pasado de generación en generación. Voy a
guardarla.
Sofía y Martín se quedan solos
- Disculpa a
mi madre.
- No hay
nada que disculpar.
- Sofía
quiero preguntarte algo ¿vas a volver conmigo? Si o no- Sofía queda en
silencio, su pregunta la tomó por sorpresa- ¿por qué no contestas?
- Es que no
es fácil responder. Yo ya me había hecho el propósito de no volver contigo.
- ¿Tan difícil
te es perdonar?
- No se
trata sólo de eso, son problemas míos a los que tú no les darías importancia
- Todo lo
tuyo para mí es importante
- Entonces
respeta mi voluntad y no trates de imponerme algo que no deseo.
- No quiero
imponerte nada ¡Sino convencerte!
- Digamos
que no quiero ser convencida.
- ¿¡Porque
tanta necedad!?
- No, más
necedad es la tuya. Según tus mismas palabras me echaste de tu lado para
evitarme un sufrimiento ¿Por qué ahora insistes en que vuelva? ¿Qué ha
cambiado?
- Ya no hay
nadie que pueda hacernos daño. Sólo me faltas tú. Te necesito.
- Tú y yo no
podemos volver ¿Te olvidas de Paul? Él es mi pareja ahora.
- No lo
amas, lo sé y tú también. Déjalo. Tendrá que resignarse.
- ¿Es que yo
no cuento? ¿No tengo voluntad, deseos? Por eso vine, no sólo por las fotos sino
para pedirte que no insistas.
- No, te
puedo conceder lo que quieras. Pero eso nunca. No por orgullo, sino porque eres
la mujer que más he querido en mi vida- se acerca a ella- tú y yo estamos
hechos el uno para el otro. Déjame demostrártelo.
- ¡No!- ella
se aleja. Martin vuelve a acercarse
- Hace tanto
tiempo- la abraza, sus labios buscan los suyos lentamente. Sofía no se puede
resistir, lo besa, comienza a acariciar su rostro. Se unen en un beso
apasionado. Respiran agitados, entonces Martín le ruega
- Vuelve
conmigo- le susurra
- No quiero
- Si si
quieres- susurra- Martín acaricia con las yemas de su dedos, sus labios.
- No me
hagas esto, por favor- él sigue tocando suavemente su boca.
- Ya está
todo listo Sofía, ven- vuelve a interrumpir Lorena
Sofía se va con ella y antes de atravesar la
puerta se detiene, se da vuelta y sus miradas vuelven a encontrarse.
En recepción Paul y Silvia esperan sentados
uno cerca del otro. Pasa un par de horas. Paul rompe el hielo con una carcajada.
- Disculpe
¿usted de que se ríe?
- Hace rato
que los dos estamos esperando que salga alguien del ascensor. Si seguimos así,
seremos dos estatuas más de la fundación jajaja
- Si verdad
jajaja
- Me
presento, soy Paul Cloutier
- Hola, Silvia
Requena. Yo lo conozco lo vi en la boda.
- Cierto, tú
estabas con Martín. No fuimos presentados.
- Ahora sí.
Ambos fueron al encuentro de sus respectivas
parejas. Cada cual por caminos distintos.
Silvia no lograba que Martín ignorara a Sofía.
Por más besos y caricias que le prodigaba. La dejo sola en el departamento. Se
subió a su moto y partió. Más tarde Silvia recibió un mensaje de Lorena que la
puso nerviosa y luego escucho el timbre de la puerta, era ella con el hombre
musculoso.
- Lo que vi ayer fue suficiente para darme cuenta que
no has logrado lo que te pedí, pero tranquila. Vengo a liberarte, por así
decirlo. Firmarás este documento. No podrás dar a conocer a nadie lo que sabes
sobre mí y sobre mi familia. Si cumples, no te pasará nada. Vivirás muchos años
tranquila querida.
Silvia firmó, recibió una cantidad de dinero y
se comprometió a abandonar el país en 48 hs.
Sofía y Paul regresaron a la casa de ella en
el pueblo.
- Sofí ¿recuerdas que te comente que tengo amigos
aquí en la capital?
- Si, lo
recuerdo
- Esta noche
quedamos en vernos ¿vamos?
- Hay no mi
amor estoy muy cansada. Ve tú. Además no conozco a nadie. Voy a ser un estorbo.
- ¿estás
segura?
- Si, ve
- Llevo mi
celular, me llamas. Trataré de regresar temprano.
- No te
preocupes, conduce con cuidado- besos
Paul partió en su auto de alquiler.
Afuera en la vereda de enfrente un joven con
una campera de cuero, en una moto lo vio salir. Es Martín. Esperó un tiempo
prudencial y entró en la casa. Dejó la moto en el jardín. Fue por la parte de
atrás y entró.
En su dormitorio Sofía dormía. El entró al
cuarto en silencio y se sentó en una silla contemplándola descansar. Pero la
alarma de su celular sobresalto a Sofía que gritó.
- No grites
soy yo, Martín
- ¿Martin?
¿qué haces aquí? ¿cómo entraste?- sentada se cubre con la sábana - la remera
que usaba para dormir era ajustada, pegada a su cuerpo y revelaba su figura y
la ausencia de ropa interior. Martín la mira con deseo.
- No me
dejaste otra alternativa. Recordé donde tía Benita dejaba la llave del patio.
- Paul
vendrá en cualquier momento, vete.
- No me
importa, no me voy si no hablamos.
- Necesito
ponerme algo encima.
- ¿Tienes
miedo de que te vea?
- Dame mi
bata- el ayuda a ponérsela y huele en su cabello el perfume que le fascinaba.
- Sofía
vuelve conmigo- la abraza
- Ya no Martín-
ella se suelta y se queda sentada en la cama. Él se sienta asu lado.
- ¿Por qué
te resistes? Yo sé que sigues queriéndome
- ¡No seas
vanidoso!- disgustada
- ¿Vas a
casarte con Paul?- se para de repente golpea el tocador con los puños.
- No sé, tal
vez- Martín la levanta y la sostiene de la cintura y la aprieta hacia su
cuerpo.
- Déjame Martín-
trata de soltarse.
- ¿No ves
que estoy desesperado? Te quiero conmigo, no soporto verte con otro hombre.-
comienza a besarla casi a la fuerza y la escucha gemir, eso lo enloquece.
- ¡Basta Martín,
por favor!
Martín la suelta un poco y le da un beso
suave. Apoya su mejilla en la suya
- Déjate llevar, no digas nada, nada, por favor. Eres
tan suave tan tierna- la fue besando y acariciando suavemente, lentamente en su
frente, en su boca. Sofí se colgó de su cuello y lo abrazó. Él despejó la bata
para besar sus hombros, pasó las manos debajo de la remera acariciando su piel,
no quiere soltarla. Ella lo ayuda a desvestirse.
Ambos se dejan llevar por la pasión, como una
asignatura pendiente, se entregaron a los besos y las caricias intensamente. Sofía
se descubrió sensual, atrevida entregándose al hombre que la ama con todo su
ser.
- Sólo quería
que te dieras cuenta que aún me quieres como yo a ti
- En todo
este tiempo desde que me alejaste puse barreras para olvidarte y luego llegas
en la noche, te metes en mi cama, me amas y destruyes todas mis defensas.
- Para mí no
hay ni habrá otra como tú. Es lo único que puedo decirte y no voy a renunciar a
ti. No quiero hacerlo.
- Por favor
vete, pronto regresará Paul. Por favor
- ¿Le dirás
que vuelves conmigo?
- Si
- Me quedo y
se lo decimos juntos.
- No, mejor déjame
a mí,
- Ven, ven-
vuelve a abrazarla y besarla. Nos vemos en unas horas, en la plaza, quiero que
todos sepan que te amo, que eres mía- se va.
Casi de inmediato Paul entra en la casa.
Por la parte de atrás, tratando de no hacer
ruido Martín se va.
- Hola mon
amour ¿estas despierta?
- Hola- Sofía
lo abraza fuerte.
- ¿Qué
tienes? Pareces cansada
- No nada te
preparo el desayuno.
- Te ayudo.
Dime ¿de veras estás bien?- ella le responde con un gesto.
Más tarde, desde su casa se escucha la banda
musical del pueblo y las campanas. Se ha instalado una Feria Colonial, hay
venta de trajes típicos, comidas de la época, libros, artesanías. Se ha
recreado un puente para los duelos con espadas de los más valientes, juegos para
los niños, y bailes. La prensa, lugarenos e invitados colman el lugar.
- Sofi, ya
comienza la ceremonia de apertura.
- Un segundo
por favor.
Mientras suena el celular de Sofía una y otra
vez insistentemente.
- ¿Puedes contestar? Seguramente Pamela me está buscando,
es muy detallista con el protocolo.
Paul mira el móvil, es Martín que
insistentemente llama, ya ha dejado varios mensajes. Paul, en un arranque de
celos, bajó el volumen y ha borrado los mensajes.
Han llegado a la, plaza desde el palco Sofía busca a Martín en todas
partes pero no lo encuentra. Luego ve que Lorena se va abandonando el acto, no
puede preguntarle por él, ella no le dirá nada. Deja mensajes en su móvil y
llama repetidas veces. Martín no contesta.
Sofía se angustia. Otra vez siente que le aprietan
el corazón, está aterrorizada con la idea que la uso para desquitarse las ganas
y se aferra a Paul. Que la disfruta tan
cariñosa sin sospechar absolutamente nada.
En el podio, Sofía revela la historia: hace
muchos años los hermanos Rafael y Aurora Manrique encargaron en Italia como
regalo de aniversario de sus padres esta escultura familiar. En su viaje, el
barco que los transportaba fue atacado por piratas al mando de ?El Antillano? y
sólo se pudo recuperar ?La Madre con sus hijos? que quedó abandonada en una
bodega y luego de años comprada por Matilde Fuentes Guerra para decorar su
hacienda.
En la costa casi medio enterrada un paisano
que iba para el pueblo en su carro encontró al Caballero y lo llevó al pueblo, lo
entregó en la Iglesia, el párroco de aquellos tiempos la guardó en la sacristía
y cuando se inauguró la plaza, el nuevo sacerdote propuso ponerla en su centro.
De allí surge el nombre de ?La Plaza del Caballero?.
Ambas estatuas han sido unidas. Lucen
relucientes. Lorena entregó la ?La Madre con i suoi figli? (la madre con sus
hijos) al caballero solitario de la plaza.
Ya son una familia.
Al pie una placa conmemorativa revela el misterio de la letra ?c? perteneciente a una frase favorita del Conde Luis Manrique: ?Cuando el amor se rebela, nada es imposible?
Regresan a la casa para preparar su equipaje y
volver a Francia.
Sofía encuentra en su mesita de luz la medalla
de la Virgen de Guadalupe y una pequeña nota:
Siempre
tuyo, siempre mia, nada es imposible. Martin
- ¿Te
encuentras bien? Te vi muy distante esta tarde, algo te pasa, dime.
- Paul,
tenemos que hablar, ven- Sofía lo toma de la mano y de sientan en el sofá
- Paul no he
sido sincera contigo. Anoche después que te fuiste?.
Y así Sofía le contó todo lo que sucedió en su
ausencia. Se levanta, la mira y con voz triste le dice:
- Tenía la
esperanza que cuando lo volvieras a ver ya no sintieras nada más por él.
- Perdón,
debí ser más sincera contigo.
- ¡Te
despreció, prácticamente te hecho de su lado!
- Me apartó,
es cierto, pero fue para protegerme.
- Desde el
principio, él se interpuso entre nosotros.
- No, no él
no se interpuso. Es decir, si bien teníamos poco tiempo como pareja, nuestro
amor siempre fue verdadero. Debí confiar más en mis sentimientos y hacerle caso
a mi corazón cuando me pedía a gritos que volviera con él. Sufrimos mucho
tiempo distanciados uno del otro.
- ¿Lo amas
verdad?-
- Si, lo
amo.
- Te deseo
suerte- dolido tomó su equipaje y le dio un beso en la frente.
Ella lo vio salir por la puerta principal y
partir en el auto de alquiler. Se volvió a sentar junto sus manos tomando la
medalla y con toda la fuerza de su corazón le pidió a la virgen que sea feliz.
Insistentemente tocan el timbre de la puerta.
- ¡Con qué
aquí estás!
- ¿Pamela? ¿Qué
haces aquí?
- Ayudando
al amor ¡Que más podía hacer! Martín te ha llamado y te ha mandado mensajes
todo el día y no le respondes.
- ¿Por qué? ¿Qué
ha pasado?
- Su padre, Franco
ha despertado y quiere hablar contigo.
Sofía tomó su abrigo y salió rápido de la
casa.
En el aeropuerto, Paul está sentado esperando
la llamada para arribar a su vuelo con destino a París. Se lo ve realmente
afectado, concentrado en sus pensamientos.
- Permiso- le
dice una joven morena de largos cabellos negros y ondulante figura. Paul
despeja el asiento contiguo, saca su maleta de viaje. Le sorprende verla ahí.
- Hola, otra
vez, fuerza una sonrisa. ¿También te vas Silvia?
- Vuelvo a
la casa de mis padres ¿tú?
- Igual-
suspira- ¿Tienes tiempo para un café? Siento que necesito hablar con alguien ¿Ya
sale tu vuelo?
- En un par
de horas ¿Será suficiente?
- ¿Quién
sabe? ¡Sólo el destino!- sonrió picarón, ella también. Ambos tomaron sus
maletas y comenzaron a caminar juntos.
Sofía llega al hospital, Martín sale a su encuentro
y la abraza fuerte, con los ojos llenos de lágrimas.
- ¡Al fin mi amor! Ven, mi padre te espera- ambos
entran en la habitación.
Lorena totalmente demacrada esta junto a Franco,
que agoniza conectado a los cables del aparato que lo mantiene con vida.
Martin toma su mano. Franco despierta. Sofía
se acerca y se sienta en la cama.
- En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que dios te bendiga Sofía, que dios bendiga a mi hijo, que dios los bendiga- y así,
haciendo la señal de la cruz quedó inmóvil.
Un frío helado llenó el ambiente y en el
corazón de ambos, la certeza de la despedida.
Sus ojos se fueron humedeciendo. Tiernamente Martín
cerró los ojos de su padre y abrazó al amor de su vida.
Lorena se abalanzó en la cama, tomo su mano y
besó su frente.
- ¡Franco! No te mueras ¡Dios no!
Devastada y vestida de negro, luego de la
cremación de los restos de su esposo, Lorena decide hablar a su hijo y Sofía.
Sobre sentados en el living ella toma las manos de ambos.
- Quiero
disculparme con ambos. Sofía espero que puedas perdonarme, no creí que tus
sentimientos hacia mi hijo fueran verdaderos y traté de separarlos.
- ¿Mamá que
dices?- la suelta
- Contraté a
Silvia Requena para sepáralos. Quería que olvidaras a Sofía. - se levanta y
camina dándoles la espalda. Siente una vergüenza atroz- tu padre lo supo la
noche del accidente- Sofía está sorprendida y callada, Martín la abraza.
- ¿Por qué
lo hiciste?
- Te vi tan
angustiado hijo, que tenía miedo que te enfermaras. Habíamos empezado a ser
familia de nuevo y no quería que nada arruinara nuestra felicidad.
- Entonces,
papá siempre lo supo.
- Si?y
cuando reaccionó, antes de partir, me pidió que te lo contara.
- Lorena, yo
no tengo nada que perdonarle. La entiendo
- Si
muchacha tienen que hacerlo, ambos. Sino la muerte del amor de mi vida. De mi Franco,
será en vano. Si yo lo hubiese escuchado más?-rompió en llanto.
Sofía se levantó y fue a abrazarla, Lorena
lloraba desconsoladamente. Busco la mirada de Martín, que se encontraba con sus
manos tapando su rostro en estado de shock. Lorena le tendió la mano, como queriéndolo
atrapar. Pero Martín se levantó de golpe cuando la vio.
- Señora,
Franco Santamaría, mi padre, siempre estuvo en los momentos más importantes de
mi vida- habla entre lágrimas, con un nudo en la garganta- me da orgullo
llamarlo papá y usted me ha dejado sin esa dicha, él ya no está junto a mí- se
aleja- sólo puedo decirle que necesito tiempo. Hoy no me pida que la perdone- y
subió las escaleras rumbo a la habitación de su hijo que preguntaba por el
abuelo.
- ¡Martín!
- Lorena, déjelo
solo, necesita pensar.
- Me odia
¿verdad?
- No, no es
eso. Está muy dolido. Yo sé que con el tiempo el entenderá
- ¿Tú crees?
- Si, lo
conozco, lo hará. Usted es su madre.
Lorena comprendió que no debía forzar ahora la
relación con Martín. Llamó al hombre musculoso para darle indicaciones. Preparó
su maleta y salió de la casa llevándose los restos de Franco. Sofía fue a
buscar a Martín. Golpeó su puerta llamándolo
- Pasa Sofí
Encontró a Martín jugando con Santiago con bloques de colores. Ya no lloraba,
mostraba esa sonrisa encantadora y los ojos llenos de luz al ver la carita de
su hijo y ella supo que sería cuestión de tiempo, que todo se resolvería. Que
volverían a ser una familia.
Días después?
Martín se reunió con sus hermanos adoptivos.
Aquellos muchachos olvidados en el orfanato que franco apadrinó, y ahora eran
hombres de bien, padres y profesionales (médicos, profesores, ingenieros, abogados).
Refundaron el orfanato como?Franco Santamaría Hogar Escuela. Juntos, los
hermanos Santamaría, trabajarían, con el propósito de construir un futuro mejor
para todos los niños desamparados. Siguiendo el legado de Franco.
Sofía volvió a Francia y supo de algunas
novedades, Milagros le presentó a su novio, un campeón de natación que hacía
rehabilitación con ella.
Tía Benita había conquistado el corazón de un
panadero francés especialista en baguetes. Iba y venía como una adolescente. Se
había vuelto imparable.
Martín se escapaba a visitarla seguido. Sofía
lo llevó a conocer la plaza más linda de Francia, la Plaza Vendome. Allí le dio
un beso que lo dejó sin aliento. Y queriendo más y más.
Pero una vez más el destino?de regreso a casa Sofía
se desmaya y es hospitalizada de urgencia. Tía Benita junto con Milagros,
esperan al médico que traerá el resultado de las pruebas preliminares. Benita y
Milagros se abalanzaron sobre él
- ¿Doctor
qué le pasa a mi niña?
- ¡Apúrese
doctor nos tiene en un hilo!- las tres tomadas de las manos. El médico dirigió
la mirada a Sofía
- Señorita,
usted está embarazada.
- ¡Voy a
tener un hijo de Martín!- se abrazaron y gritaron de alegría hasta que la
enfermera las calló.
- Llámalo, cuéntale
la buena noticia.
- ¿Por teléfono?
No
- ¿Cuándo
vuelve Martín?
- En un par
de días. Mejor espero. Quiero ver su rostro cuando lo sepa.
- ¿y si le
preparas algo?
- ¿cómo?
Las horas pasaban lentas hasta la llegada de Martín.
Milagros le trajo de regalo un libro sobre el desarrollo de los bebés en la
panza de la mamá. Miró cada página con ilusión. Sueña el móvil.
- Hola mi
amor, te extraño muchísimo
- ¿De veras?
¡qué casualité! Yo también ¿sabes mi amor? Te tengo una sorpresa.
- ¿Me la
puedes decir?
- No, mejor
cuando vengas.
- No olvides
que te amo ¿sabes qué todos los días sueño con nuestra boda?
- ¿En serio?
Me pasa lo mismo
Horas después Martín llegó. Lo esperaba Sofía
en el aeropuerto dando saltitos como una nena. Luego de un largo abrazo con
beso dulce con pasión. Fueron al departamento. Tía Benita y Milagros habían
organizado todo para estar en otra parte de la ciudad con sus respectivos
amores.
- Bueno mi
amor, dime ¿cuál es la sorpresa que me tienes?
- Ven a mi
habitación
Se deja llevar con los ojos tapados con un
pañuelo. Cuando entran Martín escucha una canción de cuna. Sofía le saca el
pañuelo y delante de sus ojos una caja con música, la abre y se encuentra con
un chupete. Inmediatamente se da cuenta y la abraza feliz
- ¡Estas
embarazada! Voy a tener un hijo- la alza
- No, los
voy a tener yo.
- Bueno tú,
pero yo soy el papá ¿no? Ahora, ven siéntate,
desde hoy tienes que cuidarte mucho. No hacer esfuerzos?
- ¡No seas
exagerado!
- ¿Exagerado?
¡un hijo Sofí! Me vas a dar un hijo de Nuestro Amor.
Luego se arrodillo delante de ella, sacó una
cajita y le pidió la mano
- Ahora mi
sorpresa. Sofía ¿quieres casarte conmigo? Y hacerme le hombre más feliz sobre
la tierra
- ¡Si!
Y en una capilla antigua, en la campiña
francesa. Se bajó de un carro, adornado con lirios blancos, Sofía, escoltada
por Milagros y Santiago, que lleva los anillos. En el altar, Martín la esperaba
junto a Benita y Lorena. Con una boda sencilla unieron sus vidas para siempre.
Meses después...
Martín espera nervioso, caminando de un lado
para el otro. Lorena y sus hermanos que en vano tratan de tranquilizarlo. Se
detiene a escuchar, detrás de la puerta
escucha a la partera decir:
- ¡Ya puja
más!
- ¡Hay Dios!
Solo de verte me da miedo- le dice asustada Milagros.
- ¡Entonces
salte niña!
- No tía,
aquí me quedo.
- ¡Puja una
vez más por favor!
Y así amigas termina mi novela
Con un nacimiento
Una Alborada para todos
Escrita con amor por Marsofisan / Marcela
Agradeciendo mi lugar en la casa de Fernando
Mi Fuente de inspiración.
Hola Marce,muchísimas felicidades,tu novela estuvo maravillosa,la disfrute con gusto hasta el final ,con todas esas trampitas que tuvieron que superar Sofía y Martin para estar juntos.Sin duda en la ficción como en la vida real el AMOR lo puede todo. Gracias amiga por compartir y por regalarnos tan linda historia .un abrazo fuerte
Marce, me gusta leer las historias cuando ya están terminadas, pero en tu caso la historia seguía y seguía y no pude resistir ir leyendo antes de que la finalizaras. Quedé intrigada. ¿Qué más infortunios le aguadaría a esta pareja? Al final hubo karma. El nacimiento del bebé es un renacer de esperanza y un broche de oro para una bonita historia donde hubo de todo para todos los gustos. Gracias por compartir tu talento y por ser parte de Cuéntame. Abrazos colungueros.