El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
PARA LEER LA 1° PARTE CLICK EN LA IMAGEN
<Desde la llegada al aeropuerto han descubierto
un mundo nuevo, en un departamento en el barrio bohemio rodeado de artistas de
todas partes del mundo.
Tía Benita ha causado sensación con su
simpatía y sus recetas de cocina, ha
conquistado el corazón de los locales.
Milagros visita los médicos para concretar su
tan esperada operación. Soñando con volver a nadar, caminar y bailar
Sofía, en cambio, desde que descubrió la luz
entrando por su ventana ha retomado la pintura. Recreando de memoria esa imagen de sus sueños. Se ha vuelto
callada, introvertida. Durante la noche se levanta a buscar la remera de la
universidad que usó esa noche en al departamento de Martín, él se la obsequió
como un recuerdo, la huele, la abraza y recuerda tantos momentos vividos junto
a él. Desde el día que lo conoció hasta esa tarde en la habitación del hospital
cuando él la despidió. Muchas veces tía Benita la ha descubierto con la mirada
perdida en los recuerdos y sosteniendo entre sus manos la medalla que comparte
con Martín.
Él dedica las horas en su habitación con
escritos y dibujos para Sofía. Todo lo que le gustaría decirle y los planes que
tenía con ella, lo escribe y lo dibuja.
Sólo sonríe cuando ve a Santiago que entra a
visitarlo. Como una lucecita que ilumina su mundo sombrío.
Y cuando duerme sueña, sueña con ella, revive aquella noche que Sofía se
quedó en su departamento, cada palabra, cada gesto. ¡Dormida a su lado la ve tan tierna! Se acerca
buscando con sus labios los de ella y la despierta con un beso tímido. Ella
abre sus hermosos ojos celestes, él espera su reacción, su rechazo. Lo
sorprende con una sonrisa y se acerca pidiendo más, ella está dispuesta, él
encantado. Quieren repetir otro beso y es más intenso, entonces otro y otro. Se
acercan, se unen en un abrazo. Les hierbe la sangre, se agitan.
Ella sigue muy tímida. Él, en cambio, toma la
iniciativa y desliza suavemente su mano por sus curvas. Su piel suave tiembla
con su tacto. De pronto se detiene, la mira a los ojos, sonríe y toma su mano y
la lleva a recorrer su cuerpo, disfruta sus caricias. Se excitan, se entregan.
Entonces Martín se despierta acalorado, su
corazón late con fuerza y hasta duele. Si duele y más al descubrir que sólo es
un sueño de lo que pudo ser y no fue. Abraza la almohada y susurra su nombre:
-Sofía
Los médicos ven que se ha recuperado
físicamente, pero les preocupa su ánimo taciturno y se lo hacen saber a sus
padres. Recomiendan tratamiento y continuar con los cuidados en el hogar
rodeado por el cariño de su familia. Ya que temen que caiga en depresión.
Lorena está dispuesta a todo para verlo feliz.
Ha recuperado a su familia y por nada del mundo los volverá a perder.
- ¿Te gusta
como ha quedado todo hijo? Aquí al lado
está la habitación de Santi.
- Está todo
muy lindo mamá. Gracias
- Bueno
corazón te dejo para que te instales a tu gusto. Nos vemos en la cena.
- Si mamá,
voy a ver a mi hijo.
Santiago lo ve y corre a sus brazos. Se
abrazan. Martín le hace cosquillas, ríen.
En el despacho Franco espera a Lorena ansioso, ni bien cierra la
puerta la interroga:
- ¿Y? ¿Cómo
está?
- Bien ¿qué
pasa?
- Mira- le
muestra el diario de Martín- pensé que su amor por Sofía era algo pasajero.
- Tal parece
que no- ve cada página- se va a enfermar. Tenemos que hacer algo para que se
olvide de ella.
- ¿Qué? No
se me ocurre nada. Está realmente enamorado.
- Mmm, no
sé, dicen por ahí que ?un clavo saca otro clavo?.
- ¿Qué estás
diciendo? Estamos hablando de los sentimientos de nuestro hijo.
Lo abraza de espaldas, aprieta su cintura y
apoya su cara en sus hombros.
- Pronto
volverá a trabajar ¿no?
- Sí, eso
que tiene que ver.
- Déjamelo a
mí, conozco gente en ese museo que me debe favores.
Lo besa en el cuello y lo gira para continuar
con más besos y caricias.
- Lorenaaa- Franco ha conocido en carne propia las
villanías de su mujer. La sabe capaz de todo. Es un títere en sus manos.
En la cena los cuatro reunidos festejan las
ocurrencias de Santi y planean juntos su educación y su futuro. Hasta que Martín
pregunta:
- Mamá ¿Que
sabes de las Robles? No me has comentado nada.
- Están bien
hijo, no te preocupes.
- ¿Cómo lo
sabes? ¿Te llamó Sofía? ¿Cuándo?
- No es que
- Sofía ha mandado
un mail- la interrumpe Franco- hace unos
meses.
- ¿Puedo
leerlo? ¿Mamá?- la mira con insistencia.
- ¿Ahora? Hijo
está en la computadora del despacho y
- ¿¡Por
favor!?
- Hice una
copia para ti- Franco le alcanza un papel. Mientras Lorena le lanza una mirada
fulminante.
Martín lee cada palabra, como queriendo leer
entre líneas. El texto es breve agradeciendo amablemente la ayuda recibida y
envía una foto de las tres en la torre Eiffel.
- Eso es
todo Martín. No ha escrito más.
- Se ven muy
felices.
- Hijo
tienes que continuar con tu vida- le suplica Franco- tienes al niño que te
necesita. Y ya verás, que después de un tiempo, te volverás a enamorar. La vida
sigue.
- Mi hijo es
lo más importante en mi vida y siempre estaré para él- lo enfrenta- pero papá
¿qué dices? Precisamente tú me hablas de volverme enamorar cuando no dejaste de
amar a mi madre.
- Es
diferente hijo, Lorena es la mujer de mi vida.
- ¡Y Sofía
lo es para mí! ¿Por qué en todos estos meses todavía no lo entienden?- su reacción
fue algo exagerada, los sorprendió. Recapacita- disculpen yo no quería
gritarles. Pero, es que- abraza al niño- ven Santi vamos a prepararnos para
descansar. Buenas noches.
Ambos se miran:
- Ten cuidado Lorena, piensa muy bien lo que vas a
hacer.
En la soledad de su habitación Martín se
desespera, lleva sus puños hacia la frente y llora. Cae en su cama, y ahoga el
grito en la almohada. Lo atormenta el recuerdo de tratarla con desprecio y no
saber nada de ella. Sofía es la mujer que está hecha para él, lo sabe con todos
sus sentidos y no se quiere resignar. Pero esa foto y la distancia revuelven
todo su ser. Busca nervioso el teléfono. Marca su número. Espera
- Hola- responde Sofía- hola, hola
Martín cuelga. No sabe que decirle, como
disculparse. Arroja el teléfono. Tan lejos y tan cerca, su voz. La extraña.
- ¡Soy un cobarde! ¿Cómo le digo? Tengo que encontrar
un modo de recuperarla.
Pasan los meses.
Restablecido comienza su rutina diaria, lleva
a su hijo a la escuela y retoma su trabajo en el museo colonial. Allí, una
muchacha morena tropieza con él, arroja sus cosas al suelo, él la ayuda a
recogerlas
- ¡Hay,
perdón! Es que estoy un poco nerviosa, es mi primer día y todavía no sé dónde
está mi lugar de trabajo- lo mira fijamente a los ojos mientras se mueve
seductora, mostrando sus curvas, levantando uno a uno lo que tiró
¿accidentalmente?
- No te
preocupes. ¿en qué vas a trabajar?
- Tengo que
terminar una restauración con el señor Martín Santamaría.
- Encantado-
le da la mano- yo soy Martín Santamaría, estás en el lugar correcto.
- Hola, soy Silvia
Requena, su servidora- con una voz y una sonrisa encantadoras.
En la hacienda, Lorena cuelga el teléfono
satisfecha:
- ¡Listo! Mi
plan ha comenzado
- ¿De qué
hablas?
- Del clavo
que sacará otro clavo jajaja. Silvia Requena, una muchacha morena de largos
cabellos negros y ondulante figura. Con toda la confianza y la habilidad que
necesito, ¡Martín no se podrá resistir!
- Lorena, si
Martín se entera que estás detrás de todo esto. Lo puedes perder.
- Cuando
esté enamorado me lo agradecerá. Ya verás.
- De una
mujer que contrataste, lo dudo. ¿Estás segura que luego no te chantajeará? ¿Y
si le cuenta la verdad? No pensé que caerías tan bajo ¡Es tu hijo, no un negocio! No mujer, no cuentes
conmigo- enojado a toda prisa sale de la habitación, Lorena quiere detenerlo.
- ¡Franco!
¿qué haces? No le dirás nada- le grita- ¿me oyes? ¡Franco, espera por favor!-
lo toma del brazo, él la rechaza, voltea, tropieza y cae por las escaleras- ¡Franco!
Noo
Los gritos alertan al hombre musculoso. Lorena
baja rápido las escaleras y se arrodilla frente al cuerpo de su marido.
- ¡Corre,
busca una ambulancia! Franco, por favor, despierta.
- ¿Mamá que
pasó? ¡Papá!- le grita desesperado.
- Martín-
balbucea Franco- búscala- lo agarra de la camisa y se desmaya.
- Papá, no
papá no hables ¡Papá!
Los paramédicos entran y se lo llevan
rápidamente, Lorena y Martín los acompañan.
En Francia
- Tía Benita
ya llega Sofía- le grita milagros
- ¿Cómo
sabes niña?
- El vecino
comenzó a cantar. Cada vez que la ve lo hace. ¡Que linda voz que tiene! ¿no?
- Si,jajaja
, es el único que ha logrado arrancarle una sonrisa a tu hermana en meses. Si
sigue así la conquistará.
- ¿Te parece
tía? Ella ama a Martín.
Tía Benita sentada en la mesa distribuye las
cartas del tarot y saca una.
- Mis cartas no me fallan, mira salió el 6, ¡los
enamorados!