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"UNA MUJER SOLA EN EL JARDIN" _ 2ª PARTE
De Pamela Argentina
Cecilia sabe que Marcos está desinhibido por el alcohol y esto le facilita entregarse sin control ni obstáculos, aunque después termine reprochándose a si mismo, con un beso se deshace, es arcilla húmeda en manos de ella.
El me ama, comprueba.
El me ama, confirma nuevamente y el cielo baja hasta sus manos.
_¡Te amo preciosa!, que voy a hacer contigo_ Dice Marcos
mirándola a los ojos con amor.
_¡Amarme!
_Créeme que si pudiera...
_¿Otra vez con eso? Te amo Marcos.
_Me vuelves loco, embustera, me estás engañando.
_¡No!, te amo_ Tapó la boca de Marcos con un beso y ya no lo dejó seguir hablando.
Marcos estaba completamente fascinado con tenerla ahí, solo para él y se dejo llevar, amándola con devoción. Cecilia se aprovechó de las barreras bajas en la resistencia de Marcos y también se entregó con pasión porque lo extrañaba y su cuerpo estaba ávido de sus caricias y besos. En el alma pudo sentir todo el tiempo al Marcos que conocía bien, al que ella amaba tanto.
_Tengo que matarte, pero no puedo, te amo_ Habla lento y pausado. El alcohol y el amor lo han dejado exhausto.
_Si Marcos, sabes que me tienes muerta de amor. Publicado por PAMELAARGENTINA
El ya no la escucha, está adormecido.
_No puedo hacerte daño, porque te amo.
Ya no puede decir más, Morfeo lo reclama para dar forma a sus sueños.
Silencio.
Pasan unos minutos.
Ella lo escucha roncar, se levanta un poco y lo mira sorprendida.
_¿Marcos? ¡ups! Rompiste el romanticismo mi amor. Descansa, te quiero tanto, que no sabría como vivir sin ti.
Se viste con su ropa informal mientras escucha la melodía de los ronquidos, no puede evitar reírse, junta las piezas del traje de odalisca, desparramadas por el piso, disfruta de una última mirada al rostro de él, lo besa suavemente y sale de la habitación imaginando la cara de Marcos al despertar solo. Cierra la puerta tras de si.
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Al otro día...
Cecilia llega al departamento y se encuentra con la sorpresa de la visita de Marcos.
_¿Qué tal?_ Dice Marcos, restándole importancia al hecho de haber entrado sin permiso.
_¿Qué haces aquí? ¿y por qué no me has entregado las llaves aún?
_¿Por qué te fuiste sin despedirte? Vengo a hablar de lo de anoche.
_¿Anoche?
_¡Si! Anoche, ¿qué no recuerdas?
_¡No grites! ¿estás de mal humor?
_No, ¿qué fue todo ese número?
_Tu regalo de cumpleaños.
_Estaba un poco ebrio_ Dice Marcos disculpándose.
_Ya lo sé.
_Pero ahora estoy bien, ¿quieres continuar?
_¿Qué?
_Quizás una despedida más cariñosa, un plus.
_La "fiesta" de cumpleaños terminó anoche, ¿acaso, vas a volver a casa?
_No.
_Entonces la fiesta terminó y el "regalo" también, te amo ¿sabes?, pero tengo dignidad.
_¡Ja! A buena hora te acuerdas de la dignidad.
_No entiendo, ¿qué quieres decir?
_Eso no se llama dignidad, lo que pasa es que tu no tienes corazón.
_¿Qué pretendes? ¿Seguir con la fiesta de cumpleaños? Cuando eres tu, quien no entrega su corazón. Mira tengo cosas pendientes para hacer, por favor vete. ¡Ah! y deja tus llaves.
_Eres perseverante en lo tuyo Cecilia, pero yo no soy mi padrino.
A mi no me engañas.
_¿Cuál engaño? ¿De qué estás hablando? ¡Ya! ¿Sabes qué? Esta conversación está agotada, me canse. Cuando te pones en ese plan, decididamente no te soporto_ Cecilia estaba completamente fastidiada y con él perdía la paciencia con facilidad. _¡Ya vete!
_¿Estás segura de que eso, es lo que quieres? ¡Eres despiadada! ¿Qué crees? Que te necesito, ¡mira!_ Hace tronar los dedos. _¡Así de mujeres tengo, si quiero!
_¡FUERA! ¡FUERA DE AQUÍ! ¡NO ERES MAS QUE UN VANIDOSO Y UN INSOLENTE!
_¡Ok! Chau, nos vemos cuando tenga tiempo.
_¡Marcos! ¡Quiero las llaves! ¡MARCOS! ¡Grrrr! engreído.
Marcos sale del departamento enfurecido consigo mismo, no había podido conseguir su propósito enredándolo todo. Solo quería dormir un poco para estar con ella más fresco y al despertar se encontró solo, mordiendo su enojo. Había venido a buscarla desesperado, pero ella ya no estaba dispuesta.
Casi se había ofrecido, con su propuesta, todo entusiasmado. ¡Soy un idiota! Es ella, la que debe rogar, no yo. Tenía que controlar su boca y sus actos. No estaba siendoPublicado por PAMELAARGENTINA
No estaba siendo pensante y él no era así, era frío, calculador, exigente y perseverante en su meta, se estaba dejando llevar por la pasión y debía cambiar de estrategia con Cecilia. Se enfurecía por bajar la guardia con solo una caricia de ella.
En la fiesta de cumpleaños se había permitido, un regalo especial, pero ya no podía dejarse llevar de esa manera.
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