El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
BIENVENIDOS A *CUENTAME*, LOS INVITO A SENTIR ESTA MINI NOVELA QUE ESCRIBI INSPIRADA POR Y PARA OBSEQUIAR A FERNANDO COLUNGA, A QUIEN LE AGRADEZCO PERMITIRME SER PARTE DE COLUNGATEAM.
DEDICADA A MIS HERMANOS VENEZOLANOS, EN ESPECIAL A LAS QUE CONOZCO. DESDE ARGENTINA EN LA DISTANCIA LAS ABRAZO.
NUNCA PUDE SUBIR EN EL PRIMER INTENTO TODO MI CAPITULO POR LO QUE LES PIDO A TODOS LOS QUE DESEEN COMENTAR, QUE LO HAGAN A PARTIR DE MI FIRMA AL FINAL DEL CAPITULO DIARIO.
MUCHAS GRACIAS.
DE PAMELAARGENTINA
En algún lugar de la ciudad de Córdoba, en Argentina, vive Cecilia Echagüe, de 30 y tantos años, profesora de inglés, quien ha decidido tomar un año de descanso escolar para traducir una novela inédita al español. Ella es una joven llena de vitalidad, bella, alegre, amable, que aún no ha encontrado su alma gemela.
Es sábado a la noche, y se prepara para salir.
Se celebra el casamiento de una de las amigas del grupo, esperan esta fiesta desde hace un mes y todas están muy ansiosas.
PRESIONE LA MUSICA PARA COMENZAR LA FIESTA
Cecilia luce un vestido de color rojo intenso, la pasan a buscar por su departamento, el salón de fiestas está como a una hora en automóvil, las 5 mujeres no hacen mas que hablar de lo mucho que se van a divertir.
_Ya saben, la conductora asignada es Lucía_ Dice Mara.
_Claro, porque saben que nunca bebo, no puedo mezclar alcohol con los antialérgicos que tomo_ Contesta ofuscada Lucía.
_Por eso mismo lo digo, dale, se buena, y si estoy mareada me llevas de regreso a casa.
_Y que no se pierda ninguna_ Dice Mónica. _En caso de encontrar galán y chofer avisan a Lucía.
_Esta bien_ Contestan todas.
Llegan a la fiesta, todas con vestidos largos y de color rojo intenso.
Mariana es la novia, al verlas corre a abrazarlas.
_Chicas al fin llegaron, estaba nerviosa porque no llegaban.
_¡FELICIDADES!_ Gritan todas al unísono.
_Cual nervios, ya estamos aquí, ¡wow! déjame verte, estás preciosa mujer_ Dice Lucía.
_Estoy temblando de nervios, espero que todo salga bien.
_Tú tranquila, espera unas horas y tendrás tu recompensa_ Bromea Mara haciéndole un guiño.
Todas sonríen y entran al salón de fiesta.
Un día antes había tenido lugar la ceremonia civil y religiosa.
Mariana es una novia feliz, a sus 30 años se casa enamorada de Pedro.
Hay una cena exquisita y después del postre los meseros retiran las mesas para el baile, a un costado están las mesas de platos dulces (pasteles) y salados (rebanadas de jamón crudo y pan), enfrente la barra de tragos y saliendo del salón hay una barra de helados, nada falta, después del vals de los novios, se bajan las luces y comienza el gran baile.
Todo es alegría y diversión.
Hay varios hombres solos en la fiesta, seguro amigos del novio.
Las chicas salen a bailar, apenas las invitan, pero Cecilia se queda sentada en una banqueta alta, apoyada sobre la barra de tragos, y no es que estuviera bebiendo si no que acompañaba a Mara, hasta que un hombre la invita y se la lleva a bailar, dejando sola a Cecilia.
Un tipo se acerca a la barra y le guiña un ojo, cabeceando hacia la pista de baile, pero por el olor que tiene, ella se da cuenta de que esta ahogado en alcohol, con la música tan alta le responde moviendo la cabeza negativamente.
El hombre se pone insolente insistiendo, hasta se atreve a tomarla del brazo y tironearla en dirección hacia las parejas que bailan en el centro del salón.
Cecilia con mas seriedad le dice:
_¡NO, NO BAILO!_ con voz fuerte para que la escuche.
El hombre se aleja un poco, levantando una mano en señal de disculpa pero no le saca la vista de encima, y en cuanto ella lo mira, él le hace un guiño sin dejar de beber su trago, expresando su mejor sonrisa de borracho.
La situación ya la estaba fastidiando, y el humo del lugar era asfixiante, quiso salir afuera, a los jardines, buscó a sus amigas pero al verlas tan divertidas bailando, le dio pena interrumpirlas.
Salió lentamente del salón, en el camino saludó a unos familiares de Mariana, y recorrió los jardines del lugar, la noche era plácida bajo la luna nueva.
Inspiró el aire oxigenado del jardín y se alegró de perder de vista al tipo impertinente.
PRESIONE LA MUSICA PARA SEGUIR LEYENDO
Estaba cerca de los portones de entrada cuando de repente sintió unas manos vigorosas sujetándola de los brazos, se dio vuelta para ver quien era, vio a un hombre alto, de piel morena y ojos marrones.
_¿Qué pasa?.
No le contesta.
Trata de defenderse, lo golpea con las piernas pero el sujeto es muy fuerte. Le suelta uno de los brazos y le pone un pañuelo sobre la nariz y la boca, ella alcanza a ver un automóvil oscuro con la puerta trasera abierta, sostenida por otro hombre calvo, de aspecto rudo, el captor la lleva alzada en brazos sin que ella pueda impedirlo.
Había un tercer hombre sentado detrás del volante del coche en marcha, con su brazo derecho apoyado sobre el respaldo del asiento del acompañante, la miraba con atención. Luego pierde la conciencia.
El coche en marcha se aleja raudamente del lugar, sin que nadie pueda socorrer a Cecilia.
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Cecilia al despertar abre los ojos y descubre que la han inmovilizado.
_¿En dónde estoy?_ Se pregunta.
Estaba en un cuarto pequeño, amarrada a una silla, había una cama con sábanas verdes y una mesa de luz con una lámpara de madera arriba.
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Pam, nos has dejado con una situación tensa, pendientes de la próxima entrega. Despertaste mi interés por saber más. ¡Muy buen comienzo! Abrazos colungueros.