El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
En la regadera (Parte 1)
Suena la música melodiosa del Despertador, en estos días de Cuarentena, a pesar de quizás tener más tiempo para descansar un poco más, el cuerpo se acostumbra a las rutinas matutinas, llevábamos ya dos meses metidos aquí, Fernando y yo ya habíamos superado la etapa de aburrimiento, aunque valgan verdades, ¿Quién podría aburrirse con un hombre como él?
Lo conocía hace cinco años, sin querer en un concurso de escritores, donde él era un amante de la literatura amateur, y yo una primeriza con una novela romántica en las manos, ese día, como dirían los muchachos, hicimos click, nadie podría pensar que después de varias visitas al parque y acompañados música y lecturas, ambos estábamos listos para el siguiente paso, vivir juntos.
Fernando es un hombre de mundo, ha pasado muchas experiencias y sobre todo, ha aprendido mucho, aunque las apariencias no nos delaten, nuestra diferencia de edad es notable, pero eso para ambos no es para nada importante, al final, no hay ninguna barrera para la confianza y el amor.
Ese día era mi turno de traer provisiones, éramos muy organizados con las cosas de la casa, eso le fascinaba a él, y a mi lo que le gustaba a mi Fer no me incomodaba en lo más mínimo, así que me levanté de la cama para alistarme y ponerme toda la protección necesaria para salir del apartamento. él no estaba en la cama, por lo menos ya llevaba una hora en el pequeño gym casero que habíamos organizado, así que estaba ya haciendo unos minutos de pesas, así que no lo quise interrumpir, me vestí con unos pants negros y tennis rojos, mis favoritos, llevé las llaves y mi teléfono en la mano, los audífonos, la identificación y el dinero en el bolsillo de la chaqueta, llegué a la cocina para preparar el desayuno.
-Buenos días preciosa- Fernando todo lleno de sudor, con sus pantalones negros de ejercicio y sin playera llegó a tomar su desayuno.
-Buenos dias mi amor- le dije, le serví el jugo de sandía que le había preparado y yo tomé la leche con cereal que me había preparado.
-Regreso al rato Fer, voy al super-le dije al terminar mi desayuno.
-No te vayas- se acercó asi como estaba. me tomó por la cintura y me atrajo a su cuerpo.
-Fer estás sudado- le dije tratando de no pegar mis cachetes a su pecho.
-¿Y eso no te gusta?
-Pues si-traté de deshacer el abrazo, pero en parte no quería hacerlo- pero no quiero perder más tiempo- puse uno de mis dedos en su pecho desnudo y empecé a juguetear- ¿Te parece que dejemos esto para cuando regrese?
-Picarona mi niña, sabes que eso es lo que me gusta de ti- Fernando me alzo unos centímetros del piso. Me dió un beso tierno y me liberó del abrazo.
Le sonreí coqueta y super sonrojada, él me miró tierno, me dio un beso en la frente, dejamos los trastos del desayuno en el lavaplatos y me acompañó hasta la puerta.
Toda protegida salí a la calle, con lo necesario para ir al supermercado de unas cuadras adelante y comprar los alimentos de los próximos días, tratamos de abastecernos que lo estrictamente necesario, a pesar de las dietas de Fernando, era algo maniático con eso y con sus horarios, pero ya me había acostumbrado, así que cuando llegué al supermercado lo encontré algo despejado, busque la cosas que Fer me había pedido, lo que faltaba en nuestra despensa y un buen vino para después de las comidas.
La salida a las calles, aunque sean cerca a mi apartamento, resultaron muy peculiares en estos días de pandemia, no sólo porque lucían vacías, sino porque se sentía el miedo, ante lo desconocido, saber que estás caminando y ese enemigo mortal te asecha a cada lado, siempre te hacía sentir un poco de pánico y suspenso ante esta nueva normalidad que se avecinaba.
Reflexionaba sobre estas cosas de regreso a casa, escuchando música y sentía que ese lugar donde permanecía encerrada, se había convertido en un pequeño nido de amor, no me sentía para nada claustrofóbica, al contrario, Fernando y yo habíamos aprendido a encontrar en cosas tan simples como escribir juntos, o ver una película con un buen vino y palomitas, a pasar la vida y encontrar felicidad, sentí ahora más que nunca que en sus brazos fornidos, encontraba lo que las almas gemelas buscan, cariño y pertenencia.
Busqué la llaves entre mis bolsillos y abrí la puerta, Fernando había dejado la canasta para colocar mi ropa, la cual primero llevaría a la lavadora automática, y otro cesto más pequeño para mi teléfono, las llaves, los audífonos y el cambio de las compras. Dejé las cosas pequeñas, tenía lista mis zapatillas de baño y la bata para después de dejar la ropa en la lavadora, me diera un regaderazo, así que hice todo, se notaba que Fernando estaba sentado en el pequeño estudio, haciendo su teletrabajo, él era actor, y si bien no había llamados físicos para ir a grabar, él se mantenía activo mediante las redes para ir incrementando su conocimiento sobre la construcción de su personaje, así que de seguro estaba hablando con el director de escena sobre todas estas cosas.
Lo ví desde lejos, sonreí, porque lo amaba, así tal como era, estaba muy orgullosa de él, porque era el mejor, era disciplinado, exitoso y sobre todo, único, y a veces me preguntaba porque se había fijado en mí, siendo quizás su polo más opuesto.
Me contuve de seguir pensando en eso y me metí de lleno a la regadera, estaba el agua en su punto, tibia y refrescante, estaba con los ojos cerrados e iba pasando el jabón en algunas partes de mi cuerpo, tratando de recordar alguna canción para cantarla, cuando sentía unas manos fuertes guiando el recorrido del jabón por mi cuerpo.
-Fernando- dije aún con los ojos cerrados, feliz de esa sorpresiva invasión.
-Carla- dijo él, me atrapó en sus brazos y totalmente vestido se dejó mojar con el agua.
-Fer ¿Que haces?
-Amarte- me volteó y limpió con su mano libre la espuma de mis ojos, así los pude abrir, estaba totalmente mojado mirándome de frente con esos ojos miel, era increíblemente más alto que yo, pero eso carecía de importancia en ese momento- dejame sentir que me perteneces.
Yo no dije nada lo miraba y le agradecía a la vida por estar en ese momento, mis manos cerraron un círculo en su cuello, así que él me elevó, con su ropa bien mojada, y nos besamos, mientras el agua fluía entre nuestros rostros, el beso más largo de esos dias, como si a pesar de estar viviendo juntos 24/7 estos dias, nos extrañamos cada día, Fernando a pesar de las apariencias era muy romántico, esos pequeño detalles que eran espontáneos en él, eran la prueba de lo que sentía en ese momento.
Seguiamos besando el agua cada vez se calentaba más, yo pasé mis manos, de su cuello hacia la camisa azul que estaba totalmente mojada, desabotoné con locura para que me mostrara su pecho , luego bajé a los pantalones, todo eso mientras nos besábamos, él no luchaba mucho ante mi desnudez, se sentía su ímpetu entre el agua y el jabón que ya iba desapareciendo.
-Te amo- le dije al tratar de separarnos, y le mordí ligeramente el labio inferior, él cerró los ojos, y su ímpetu se incrementó, yo sabía el siguiente paso, y termine de desvestirlo.
-Yo tambien te amo, Mi niña
Y el agua seguía cayendo, como las cataratas mágicas que estaban en el exterior, afuera el mundo estaba en pánico, mientras nosotros gozamos del agua y del amor, gracias Dios, me das la oportunidad de pasar esta cuarentena con el hombre de mis sueños.
Querida Lore, sonrisa es la que me has dejado al finalizar la lectura del inicio de tu cuento. ¡Gracias! Quedo esperando la continuación, para compartir el queso y el vino . . . nada más.
Carlita, ¡muchas gracias! Tu cuento plasma muy bien, de forma casual, la realidad aterradora de la pandemia; también, vemos la búsqueda de consuelo en el encierro, tal vez inconsciente, en el acercamiento sexual, cuya experiencia sensual y erótica describes genialmente. Dicho esto, veo esta unión de dos seres como una reacción natural en el encierro, por la proximidad del otro ser. Estoy de acuerdo con los que observan que dentro de nueves meses la población habrá aumentado a un ritmo exponencial, y no es broma.
Amor en línea durante cuarentena
Ya son 2 meses de confinamiento sin salir de casa, solo he podido salir más que para lo necesario, durante esta cuarentena me ha sucedido de todo, pero no ha sido en vano y sin duda esto sirvió para que sucediera lo que tanto había anhelando, al fin se animó me dio a conocer sus sentimientos y si?por fin nos hicimos novios.
Nos conocimos por un grupo que teníamos en común, nunca me percaté de que él estuviera en dicho grupo, solo estaba en ese grupo por cuestiones de trabajo y porque lo que compartían a veces me era valioso, como era un grupo muy diverso el grupo pues en el grupo había gente de todos lados y de varios lugares. Un día recibí un mensaje que decía: Hola obvio era número desconocido, no había foto de perfil ni nada, (aunque yo si tenía foto de perfil) trate de checar si tenía algún contacto con ese número y oh sorpresa era del grupo en común que teníamos, revisé la lada y era una lada de Estados Unidos, la verdad no le di importancia al mensaje y lo deje en visto.
Al siguiente día había otro mensaje, pero este ya era mas largo: ?Hola que tal ¿cómo estás? Me llamo Fernando saludos.
la curiosidad ahora si fue mayor y entonces contesté Hola mucho gusto me llamo Nohemí, me sorprendió que contestara tan rápidamente y así empezó todo platicamos del ligar de residencia, edad, gustos, empleo, etc. Me dijo que radicaba en Miami EEUU pero que viajaba constantemente a México por su trabajo y que además era mexicano. Así platicamos por bastante tiempo; días después cuando ya había más confianza, le pedí una foto y accedió.
Debo admitir que con solo verlo en foto casi me desmayaba de la impresión pues es sumamente guapo.
Y así pasaron los días con mensajes de buenos días, de buenas noches,
emojis y uno que otro meme y sticker, la verdad siempre tan amable y educado
que me fui enamorando perdidamente de él, pero no pasaba nada solo seguíamos conversando
como amigos y punto.
Pero a raíz de esta pandemia por el covid19 algo empezó a cambiar, y como ahora todos estamos en casa él y yo nos mensajeamos constantemente, y hacíamos videollamadas muy seguido, reíamos, charlamos por largas horas sin parar, en fin, un día me dijo que era su mejor amiga, la verdad eso me gusto, pero aquí entre nos? yo no solo quería ser su amiga quería ser algo más.
En una ocasión me dijo que esta pandemia lo había hecho pensar y reflexionar sobre muchas cosas y que se arrepentía de no poder decir sus sentimientos a una persona especial y de no haberla invitado a salir para conocerla en persona y de no haberle invitado mínimo un café cuando todavía todo era normal , yo me puse algo triste porque de inmediato pensé que le gustaba alguien más , en fin seguimos platicando y así nos despedimos, al día siguiente me dijo que nos comunicáramos por video llamada en la noche y acepté la cita fue a las 9 pm, nos conectamos y me dijo que subiera a lo más alto de la casa y que mirara la luna y así lo hicimos el allá y yo en casa, ese día la Luna se veía hermosa y brillante.
y entre la plática y todo me dijo: MI niña te quiero decir algo: en este tiempo que nos hemos mensajeado y todo , he descubierto que era una gran mujer, eres linda, guapa, amable y una gran persona, me gusta platicar contigo, el tiempo contigo se pasa volando, me gustas me agradas mucho y ahora que estoy en casa me he podido dar cuenta que te extraño, que te quiero y por eso te marco constantemente. Me gustas Nohemí y quiero pedirte que seas mi novia.
Cuando escuche esas palabras no lo podía creer, mi corazón se salía de la emoción era algo que la verdad yo estaba anhelando, me lleve la mano derecha a la boca tapándola de lo grande que la había abierto de la sorpresa y comencé a sonreír como loca y a gritar de la emoción, el solo sonrió y me dijo ¿qué pasa? Yo solo le dije nada nada, ¿
_entonces ¿qué dices?
Aun no me reponía de la impresión, pero contesté: si claro? claro que si acepto
Y desde entonces todo ha sido mágico nos hablamos nos decimos cariñitos, mimos nos mandamos besos y abrazos virtuales.
yo le digo mi Fer, él me dice mi niña, bueno la verdad es que los 2 estamos super ansiosos por que acabe esta cuarentena pues tenemos nuestra cita pendiente para estar frente a frente, para abrazarnos y obvio para darnos ese gran ¡primer beso!
P.D la verdad no sé si fue por el encierro no lo sé. lo que sí sé, es que es mágico muy hermoso y lo estoy disfrutando al máximo.
Mimí, ¡felicitaciones!, ya que de sólo amigos en línea, la relación se ha convertido en algo maravilloso. Espero que nos narres ese primer encuentro en persona.
Rubby, ya visualizo a los dos tortolitos frente al ventanal. A través del cual, "él" le ofrece a su amada otro mundo, un mundo idílico.
¡Gracias a las dos por crear quimeras!
Mi Lorewoooow esa segunda parte estuvo de nervios... mira que el guapo la tenía bien vigilada y todo, lo emocionante es que viven cerca, que emoción algo me dice que rebasaran la sana distancia jajajjaja.
Oye eso de los triates suena super! y si... tienes razón me tocó el romántico y soñador, pero siendo sincera también me gustó el atrevido de Carli, el trabajador y detallista de Rubby y viéndolo bien no son triates son cuatrillizos porque, el tuyo nos salió persistente y picarón jajajaja.
Oigan estén al pendiente eh? porque les contaré el encuentro que se dé después de la cuarentena y veremos cómo será el encuentro jajaja
Lore, conque la llamada fue sin querer, queriendo. Veamos qué sigue con este joven tan comedido.
¡Lindo miércoles a todas!
Dejar volar la imaginación durante este encierro, libera el estrés. Así que, aquí les dejo mi granito de arena para agradecerles y apoyar este tema.
Franco, Rhett y yo
¡Cuál fue mi sorpresa al toparme en el parque con Franco, mi viejo amor!, cinco años después de nuestra ruptura. Estaba de espaldas a él, pero lo reconocí por su metal de voz único. Cuando escuché esa voz, me estremecí. Me di la vuelta para ver de donde venía. ¡Era él! No podía confundirme. Paseaba a un perro y le hablaba como a un humano. Cómo iba a olvidar esa voz que me fascinaba, que tantas veces me susurraba al oído, que aun a pesar del tiempo, al recordarla me hacía vibrar.
Él tuvo que haber sentido mi mirada penetrante como un flechazo, porque levantó la suya y me miró fijamente. Al encontrarse nuestras miradas, fue como una descarga que me recorrió todo el cuerpo, como antes cuando éramos amantes. ¡Me reconoció! Sonreía, con esa sonrisa suya tan espectacular, a la vez que se acercaba hacia mí.
Yo temblaba de la emoción, pues había pasado tanto tiempo desde nuestro último encuentro. Habíamos discutido por una toalla mojada sobre un mueble, que él había dejado tirada desde la noche anterior y que se resistía a recoger por, según él, mis persistentes reclamos. Nuestra relación era una lucha de poderes y ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Los dos en ese entonces éramos muy jóvenes y tercos. Se me colmó la paciencia, recogí mis cosas y me marché sin mirar atrás. Él hizo otro tanto. A los pocos días, supe que se había marchado a Italia a terminar sus estudios, algo que habíamos planeado hacer juntos. Me dolió.
Yo me mudé de ciudad para asistir a una universidad en otro estado, y perdimos todo rastro. Apesar de que había hecho nuevas amistades, nunca pude tener una relación seria con nadie. Seguí con mi vida y pasaron los años.
Actualmente, acababa determinar mis estudios y de volver a mi ciudad natal. Bastaba una melodía, un aroma, una imagen, un lugar o roce de una brisa para avivar mis sentidos, y, por ende, los recuerdos. No podía olvidarlo por más que trataba.
Ahora lo tenía frente a mí y los nervios me traicionaban. ¿Qué hacer?, ¿qué decir?, que no se diera cuenta de que aún me derretía por él.
De golpe, su perro se me lanzó encima, moviendo la cola en señal de alegría. ¡Era Rhett!, el mismo perro que habíamos adquirido juntos y nombrado después de ver Magnolias de acero. Corrió hacia mí y con sus enormes patas me dio un fuerte abrazo mientras me lamía el rostro. Franco y yo nos mirábamos y nos moríamos de la risa al ver la emoción de Rhett, quien, con su instinto animal y alegre explosión, había salvado un momento que pudo haber sido torpe para los dos.
Entonces, Franco me habló, mirándome dulcemente:
_No creo que pueda competir con el entusiasmo de Rhett al encontrarte, pero haré todo lo posible si tú me lo permites.
Nos abrazamos fuertemente, como si ninguno quisiera soltar al otro. Me susurró al oído:
_Abandonaste mi vida, pero jamás a mi corazón. Aunque nadie sabía tu paradero, siempre has estado aquí.
Se daba golpes en el pecho mientras en sus ojos se asomaban unas lágrimas.
Nos abrazamos de nuevo, acariciándonos el rostro con lagrimas que rodaban de gozo. Yo lloraba de la emoción, y, entre balbuceos, logré decirle:
_Tú siempre has estado en la mía y nadie ha podido reemplazarte en mi corazón.
Han
pasado otros cinco años desde
ese momento mágico en
que Rhett nos unió. Somos
felices, juntos y
enamorados apasionadamente como la primera vez. No
quiere decir que de vez en cuando no tengamos alguna desavenencia,
pero Rhett
es testigo de que hemos
madurado. Nos hemos prometido
no acostarnos enojados ni discutir por algo tan pueril como una
toalla mojada.
En la regadera (Parte 2)
La regadera fue testigo del amor de dos personas, pero se despidió pronto del idilio, porque aunque fue breve, si que lo disfrutamos, la aplastante realidad enfrió el agua, porque entró una llamada al teléfono de Fernando, que era imposible de ignorar. él me miró algo culpable, yo lo miré con cariño.
-Anda mi vida- le dije mientras el agua caía sobre mi rostro.
-Te amo mi niña- me tomó el rostro con las mano, me acercó a su boca y me besó, luego salió a contestar la llamada, solo poniendo la toalla sobre la cintura.
Yo terminé de bañarme y recogí la ropa de Fernando para ponerla en la lavadora, fui a nuestra recámara para cambiarme y ponerme algo más cálido y poder preparar el almuerzo, tomé por un momento para responder en el chat de mi oficina, yo estaba también haciendo teletrabajo, ya que me había convertido en colaboradora en una casa editorial, así que había estado revisando algunas historias para publicarlas via virtual y mi jefe me estaba preguntando sobre los últimos detalles.
Respondí con algunos emojis y salí de la habitación, sujeté mi cabello con una liga, para poder entrar a la cocina, Fernando estaba en el estudio ya vestido y hablando por el teléfono, al parecer era el director de escena de nuevo, estaban haciendo trabajo de mesa con otros actores y Fernando estaba dando algunos aportes, se le escuchaba muy comprometido, sonreí y me ocupé de la comida.
Después de unos 15 minutos de haber batallado con las compras, de haber desinfectado toda el área donde cocinaría, escuche que Fernando había terminado de hablar, lo sentí venir cuando andaba picando algunas zanahorias para nuestra ensalada.
-Por fin terminamos por hoy- me dijo Fernando.
-Que bueno amor- le dije.
-Avanzamos mucho hoy.
-Si, ¿Están en trabajo de mesa?
-Así es, avanzamos hoy casi 20 escenas, los muchachos están muy activos.
-Debe ser amor, ya que todos estamos en casa, trabajar nos despeja la mente, para no caer en pánico.
-Lo sé, y ¿Tu jefe te escribió?
-Si, Lorenzo me pidió que ya le diera el visto bueno a la Historia, la verdad yo amé los relatos desde el primer dia, pero ya sabes como es él, me dijo que lo revisara varias veces.
-¿Y quién ganó?
-Una bella mujer llamada Lorena Salinas.
-Sabía que la escogerías a ella, a mi también me gustó lo que me hiciste leer, la verdad me alegro que ella sea la elegida.
-Lorenzo hablará con el comité y lanzarán los cuentos de Lorena vía virtual en un par de semanas, más tarde le escribiré para darle la noticia.
-Pues creo que esto se merece un brindis- Fernando fue a la despensa, para sacar dos copas de cristal y tomó el vino que había llevado a casa hoy, buscaba el sacacorchos en una de las cajas, sin éxito, yo lo miré y saqué lo que buscaba de otros lado de la despensa, se lo alcancé.
-Gracias mi niña- sirvió un poco de vino y me pasó la copa- toma amor, me agrada estar aquí contigo, disfrutar de este tiempo juntos, quizás eso era lo que nos faltaba.
-No digas eso, yo entiendo el ritmo de tu trabajo, así es la vida de un actor, y en realidad eso fue lo que enamoró de ti Fernando.
-¿Lo dices en serio?
-Claro, mira yo no puedo hacer que acabes con algo que te guste, solo porque no me des tiempo de calidad, eso sería faltar a mi palabra de amor, yo entiendo todo eso, sé que las cosas se deben hacer a tu ritmo, así yo también puedo ocuparme de mis cosas, y cuando tenemos tiempo para nosotros, disfrutarlo al máximo.
Fernando se acercó y me besó, yo feliz porque me encantaba esos arranques de cariño espontáneos.
-Ahora a cocinar, mientras me vas contando sobre tu personaje.
Fernando dejó el vino y me ayudó a cocinar, ambos platicamos alegres, sobre las cosas que extrañamos de la calle, quizás el respirar el aire libre, las caminatas hacia el parque cercano, la gente en los lugares públicos que se le acercaban a él para una foto, los viajes en avión, a mi me fascinaba y en algunas ocasiones las fans de Fernando se tomaban fotos conmigo, alegres de nuestra relación, Fernando no había hecho muchos comentarios, pero eso a mi no importaba, mientras yo supiera que está conmigo, eso era lo más importante.
Fernando puso la mesa y llevó nuestras copas, mientras yo le servía el almuerzo, dentro de casa casi no importaba la hora porque mientras estabas en buena compañía, las horas pasaban como si nada.
-Buen provecho amor- le dije cuando empezamos a almorzar.
-Por supuesto, porque cuando cocinas tu, sabe a gloria mi niña.
-Gracias Fer, y sigue contando como te van en las lecturas.
-Estoy emocionado, la verdad este personaje es muy fuerte e interesante.
-Tu eres un experto en estos personajes.
-Si lo dices tu, para mi todos lo personajes son complicados.
-Lo dice la presidenta de tu club de fans.
Ambos reímos.
-En verdad amor, los personajes de época son tu especialidad, y sabes yo también hice mi tarea.
-¿Así?¿Cómo?
- Pues ya que soy experta en lectura e investigación, me atreví a buscar algunos datos sobre tu personaje. Quizás ayude en algo.
Le mostré mi teléfono, ahí estaba un archivo donde puse apuntes de fechas, lugares, eventos importantes, todo relacionado sobre la vida alrededor del personaje nuevo que estaba preparando, también habían algunas fotos con personas típicas de esos años. Fernando miraba fascinado.
-Es increíble.
-No fue difícil, pedí ayuda a un historiador amigo mio.
-Te adoro- se puso de pie y se acercó a mí, me besó la frente y me abrazó, amaba sus abrazos.
-Te lo iba a entregar ace unos dias, pero se me complicó un poco, supongo que ya estarán escritos los guiones.
-Para nada, estamos en etapa de poder aportar, y esto será genial.
-Y la verdad, estoy muy alegre que hayas aceptado este proyecto, no habrá pierde contigo mi Fer, de seguro será un boom.
-Pues tengo quien me inspira, te amo mi niña, esto es muy importante para mi. Te amo.
-Y yo a ti.
-Sabes quizás creas que estuve algo caliente ahora en la regadera, pero es que no me contuve.
-Tranquilo Fer, no soy santa y somos dos personas de carne y hueso, eso es normal entre las parejas.
-No quiero que creas que soy un depravado.
Esta vez yo me puse de pie, puse mis brazos alrededor de su cuello, a pesar de mi tamaño quise verlo directamente a los ojos.
-Te amo Fernando, y estos dias, quizas ese contacto es necesario, estamos pasando una situación no planeada, yo te entiendo, y en el fondo me gusta, me gustas mucho.
Volvimos a besarnos, quizás alguien que nos vea pueda decir que somos cursis, porque ante el ojo público Fernando era muy serio con esas cosas, pero cuando el amor es verdadero, es solo de nosotros dos, no es una relación de costumbre, es verdadero amor.
-Creo que te debo una sorpresa.
-Fer por favor, no lo hice por esa razón.
-Lo sé, pero aún así, espera a la cena, por favor, esta vez, nadie nos va a interrumpir. teléfonos apagados, solos tu y yo. ¿Está bien?
-Como decirte que no mi Rey.
Era cierto, no podía decirle que no, así que le pedí a Dios que adelantara las horas, quien sabe que sorpresa me esperaba.
¡Gracias, Carlita! ¡Qué bonita pareja!, juntos en la cocina; los dos bien complementados y dándose su espacio. Quedo a ver cuál será la sorpresa de la noche de este compañero ideal.
Rhett les agradece el que les haya agradado el cuento. Dice que después de protagonizar la mini-historia, se ha vuelto bien popular. Los humanos le están pagando por acompañarlos al parque, usándolo de excusa durante el encierro para ellos pasear. Como siga la demanda, piensa aumentar su tarifa de alquiler. Dice que nunca dice nunca, así que no descarta la idea de volver a la actuación algún día en el futuro. Mientras, les envía un saludo canino.
Querida Lore, tu talento para crear historias memorables es inagotable. Leyéndote, sentía en mi piel las emociones que describías. Gracias por permitirnos participar de una manera tan singular. Hasta concierto tuvimos, jajaja. Un fuerte abrazo, querida amiga.
En la regadera (Final)
Eran las 6pm, habían pasado casi dos horas desde que Fernando me había dicho que tenía una sorpresa para mi, la verdad, en medio de la pandemia, no se me ocurría nada que pudiera causarme emoción, la vida nos puso dentro de las cuatro paredes de una casa, para vivir un día más, dentro de este pequeño mundo, hemos aprendido a convivir, con lo claro y oscuro de nuestra vida, he aprendido a conocer a Fernando, y él aprendió mucho de mi vida, pero a veces no sabemos cómo reaccionar ante las cosas que pasan en momentos como éstos.
Yo estaba en la habitación, preferí dejar solo a Fernando, parecía molesto, hablaba por teléfono, quizás con alguien de su staff, en los momentos en los que veía a Fernando realmente enojado, prefería flamear la bandera la paz, tenía un carácter bastante indomable, pero sé que eso lo hizo llegar a donde estaba ahora, siendo una estrella muy reconocida, eso nadie se lo discute, así que mientras pensaba esto escuché varios gritos, y decidí bajar a la sala a ver qué sucedía, porque la verdad lo escuché muy eufórico.
-Te dije que te controlaras, en serio, como te puedo hacer entender, no hay sitio en mi vida para ti.
Mientras bajaba las escaleras, noté que el monstruo de los celos crecía en mi interior de manera violenta, y como mujer chismosa escuché sin ser vista.
-A ver, sabes que no me gusta la prensa y la gente latosa, quiero una vida tranquila, pero tu no me la haces nada fácil, pusiste más leña al fuego con esa declaración, me dijiste que lo que pasó entre nosotros no entorpecería nuestra relación laboral, me acuerdo que tu y yo hemos terminado de manera cordial, y que hace años que no cruzamos palabras, creía que eras una persona madura y querías que tu carrera no se manche con cosas con esta, por eso la producción y yo estuvimos de acuerdo en citarte al casting, pero luego sale esa nota amarilla y tus amigos la difunden, no quiero problemas por Dios.
Yo de inmediato saqué el teléfono del bolsillo, y revisé la notas del espectáculo, no lo hacía por respeto a Fernando, porque habíamos acordado que el trabajo no se mezclara con nuestra vida, al cerrar la puerta el mundo era sólo nuestro, pero la bendita duda me impulsó a darle una leída. En la mayoría de revistas virtuales y portales web aparecía una foto de Fernando y su antigua novia, una actriz con la que iba a trabajar en la nueva novela, él jamás me había mencionado nada de eso, y lo peor, fue que un grupo de personas allegada a ellos, decían que ellos iban a retomar su relación amorosa gracias al proyecto.
Era una cosa realmente sin importancia, pero el encierro me había dado libertad de ponerme histérica algunas veces, tenía ganas de largarme de ese lugar, pero no podría, a donde podría ir, si yo había vendido mi pequeño departamento para irme a vivir con Fer, no podía llegar a la casa de alguien así de la nada y decirles que discutí con mi novio, no se podía salir a ningun lado, asi que me senté en las escaleras, para terminar de escuchar la gran revelación que Fernando estaba haciéndome.
-Mira sabes que estas cosas me enojan y la verdad estoy arto de las notas amarillas que provocas, no es la primera vez, por favor te ruego, no eches más leña al fuego, sino actuaré legalmente, te lo digo en serio, ya sabes no responderé ante la prensa, eso jamás lo verás de mí, y por lo que se refiere a la novela, soy muy profesional así que seguiré el protocolo, pero no esperes nada de mi, si quedas en el elenco, no te hagas ilusiones, yo solo cumpliré mi trabajo.
Y cortó, al hacerlo cerré los ojos y una que otra lágrima salió, sabía dentro de mi que no debía enojarme, pero los celos y la cuarentena explotaron como un globo esperando el momento oportuno.
Fernando se quedó quieto al verme ahí sentado, no quise mirarlo a los ojos, no quería que todo terminara tan mal, había sido un hermoso dia de convivencia, pero al menos creía que merecía una explicación.
-¿Que escuchaste Carla?- su tono era muy serio, no esperaba menos de él.
-Lo suficiente, para pensar que no me tienes la confianza de decirme algo que quizás es muy simple, pero que lo ocultes me duele Fernando.
Fernando agachó la cabeza, su reacción me tomó por sorpresa, nunca lo había hecho delante de mí, se veía tan imponente siempre, tan recio y eso me gustaba demasiado de él, pero ahora me sentía más enojada. Se quedó callado varios segundos.
-¿No vas a decir nada?, bueno eso quiere decir que esa era mi sorpresa, gracias señor, lograste sorprenderme en realidad.
Me dí la vuelta y subí de nuevo a la habitación, Fernando subió también tratando de alcanzarme.
-Espera Carla, por favor.
-¿Que vas a decir?
-Lo siento mi niña, en serio lo siento, de verdad quise decírtelo.
-No te preocupes Fernando, demostraste que aún nos falta confianza, no pienso decirte nada más, prefiero que las cosas se enfríen, te amo y no quiero huir, pero recuerda que esto me dolió, por favor déjame sola- cerré la puerta de nuestra habitación, el monstruo de los celos quería seguir luchando pero las lágrimas lo estaban derritiendo, me senté en la cama, mientras Fernando tocaba la puerta, no me iba a dejar, quería hablar y aclarar todo, pero yo muy sentada en mi macho no le abrí.
-Amor por favor abre la puerta, te lo ruego, Carla por favor, no seas niña, abre la puerta.
Dejé de oírlo a los diez minutos porque mi llanto se oyó más fuerte que sus golpes, Fernando también se dio cuenta que era inútil, así que la puerta ya no fue tocada más. al parecer se había ido a la sala. Yo seguía ahí, llorando, sintiéndome una verdadera niña berrinchuda como lo dijo él, pero la verdad lo amaba tanto que a veces ese amor me cegaba, lo quería sólo para mi, pero debía convivir con el hecho de que Fernando era del mundo y mío al mismo tiempo, su nombre era demasiado deseado por muchas, y sobre todo por las que habían sido parte de su vida, que querían volver a tenerlo, porque fama y fortuna no se consiguen de la noche a la mañana, yo aunque fuera el hombre más pobre de planeta, aún lo amaría intensamente, porque las cosas que me gustaba de él, eran lo menos parecido a la fama y la fortuna, esos detalles de él, su forma de vivir, su hiperactividad, eso era lo que más me gustaba de él, era mi niño grande y ahora alguien quería malograr nuestra vida.
Pensando en eso decidí darme un baño con agua caliente, en ese mismo lugar donde habíamos hecho el amor hace unas horas, me quité la ropa y me metí a la corriente de agua, mientras mi calor corporal bajaba sus revoluciones, el agua me relajó de tal modo que no sentí que alguien entro a la habitación velozmente y volvió a salir.
Volví a la habitación, encontré una notita sobre la cama, junto con un vestido azul, uno que yo no recordaba que hubiera comprado ni lucido antes. Leí la nota algo enojada aún.
-¿Te pones ese vestido por favor? Te espero en el balcón- FC.
Una nota muy fría, a lo mejor se enojó él también, quería saber qué pretendía con el vestido nuevo, así que le hice caso, el baño me había hecho mucho bien, y tampoco me podía ocultar de él encerrada toda la vida en esa habitación, tenía que tomar al toro por los cuernos y decidir qué hacer.
Me puse el vestido que me entalló muy bien, me sequé y recogí el cabello en un chongo algo elegante, me maquillé superficialmente, no creía necesario tanto esmero, mejor era primero arreglar el entuerto, me puse unos tacones negros que combinen con el vestido y salí al campo de batalla, era obvio que Fernando me esperaría serio, es de los hombres que no le gustan las mujeres demasiado tóxicas y me había comportado como una.
Llegué al lugar de nuestra cita de cuarentena, él estaba muy guapo, vestido totalmente de negro, la camisa abierta y los botones del pecho libres y mostrando los pectorales que me traían loca, si quería reconciliación, pues lo estaba logrando. me acerqué muy sorprendida, nuestra mesa del balcón estaba muy arreglada, una botella de vino y dos copas, con dos platos, y cubiertos, la comida italiana que a Fernando le gustaba, de seguro había pedido delivery, un par de velas blancas y una vista impresionante, afuera el frescor de la noche era mágico y una hermosa luna llena que nos iluminaba, perfecta escena de Novelas, de esas que Fernando sabía demasiado bien.
-Por favor mi niña, pasa.
Me acerqué en silencio, muy sonrojada por la escena de celos de hace dos horas, pero aún queriendo saber qué fue lo que pasó con esa llamada. Me senté en la silla que Fernando me ofrecía, él también estaba callado, quizás hasta nervioso, me acomodó la silla y sentí ese aroma tan varonil que siempre llevaba puesto, ese que sus admiradoras tanto deseaban oler, entró por mis poros y me hacía temblar. Fernando hizo algo que no pensé que haría, Se arrodilló delante mio, asi la luna brillaba en sus ojos miel.
-Perdóname Carla, por favor- agachó un poco la cabeza, segunda vez que lo hacía en el día- te lo ruego, a veces creo que parezco idiota con estas cosas, pero la verdad tienes razón no te tuve la confianza suficiente para decirte que ella volvería a trabajar conmigo, creí que no era necesario porque es una parte de mi vida que ya no quiero mencionar, y estaba tranquilo, hasta que hoy varias personas entraron el juego del chisme en las redes y demás, mi representante me llamó, me enfureci y yo la llamé para detuviera todo.
Lo miré directo a los ojos, esta vez no quería parecer celosa, pero yo también debía darle una explicación.
-Fernando yo no puedo juzgarte por haber tenido relaciones anteriores, eso es parte de tu pasado, yo también tengo un pasado y esas cosas no se borran de la noche a la mañana, peor lo que me dolió hoy es que no hayas comentado al menos una vez sobre eso, ¿No crees que lo hubiéramos hablado con calma? No quiero que pienses que soy celosa, pero creo que al hablarlo en confianza hasta lo hubiéramos tomado en broma, pero me tuve que enterar de la peor manera, ¿Esa era la sorpresa que querías darme hoy?
-Por supuesto que no, yo había planeado esta cena, porque no se si te acuerdas, pero hoy cumplimos un año más de relación.
Me quedé helada, era increíble que haya olvidado ese detalle, nunca lo habíamos celebrado antes, pero al menos lo mencionabamos y nos íbamos a cenar en tiempos normales, la cuarentena me traía muy desconcentrada en algunas cosas, pero a él parecía no afectarle nada.
-Mi amor lo siento, lo olvidé- le dije, con todos los colore en la cara
-Esa era mi sorpresa- se puso de pie y me tomó de la mano, luego me atrajo a su cuerpo con su típica forma de conquistar, no había mucha diferencia de la ficción a la realidad, Fernando era el mejor conquistador dentro y fuera de su trabajo- Perdóname Carlita, mi vida, este día quise celebrarlo contigo, a pesar que todo se cae afuera, mi verdadero mundo está en tus ojos, y no quiero que lloren por mi, por favor perdóname.
Mirarlo a los ojos era muy fuerte para mi alma culpable así que desvié mi mirada de la suya, pero él hábilmente puso su mano en mi mentón y nuestros ojos volvieron a conectarse.
-Perdóname tu a mi, me comporté como una novia tóxica, de esas que tanto odias.
-Te amo mi niña, no se diga más, no quiero terminar mal nuestro dia, por culpa de una mujer que no se merece nada de nosotros ¿De acuerdo?
-Si mi Fer, yo también te amo.
Los tacones negros me acercaban más a su estatura, así que puse mis brazos alrededor de su cuello y lo besé, en esas horas me faltaba sentir su amor, él no me dejó libre por varios minutos, con su mano en la cintura y la otra en la nuca, sabiéndose dueño de mí por completo, y yo sin oponer resistencia.
-Feliz aniversario mi niña- me dijo y sonrió nervioso, lo tranquilicé con otro de esos besos largos que había aprendido de él.
La Luna nos acompañó el resto de la velada, tan bella y luminosa, mientras reíamos del mal rato que pasamos, Fernando terminó de contarme el problema con su ex novia, y que mientras yo andaba de Magdalena en la habitación, él había llamado a Omar, su manager, para que pudieran negociar con los medios y borraran todos los datos de esas noticias, y que el chisme se perdiera por lo menos hasta que la nueva producción se inicie. Yo también le comenté que al final de cuentas era su trabajo, yo no podría ponerme celosa del hecho que media humanidad lo amaba, pero que debíamos trabajar en eso de la confianza. Él me miró complacido, tranquilo y feliz, no había nada que pudiera romper los lazos que estábamos afianzando en el confinamiento, yo lo amaba y él a mí, dentro de las cuatro paredes, era nuestra vida y sólo nuestra, ya cuando salgamos de nuevo a la nueva normalidad, podremos gritar nuestro amor, porque el verdadero amor no se esconde.
Carlita, gracias por compartir el final de tu bonita historia.
¡Uff!, la protagonista hizo un berrinche por nada. Si uno conoce al ser amado cuando ya éste es famoso, no deben existir celos o desconfianza, porque se debe aceptar el paquete con todo lo que envuelve. La estrella se debe a su público y siempre habrá habladurías, que entre personas maduras se deben ignorar. La permanencia e intimidad de una relación amorosa se protegen con seguridad en uno mismo, y con amor y confianza de parte de ambos.
Al final, Fernando y Carla se reconciliaron, pero ¿cuánto durará?, pienso que hasta el próximo berrinche de ella, ¿no?
Gracias por entretenernos con tu creatividad desde tu colunguitis aguda, que yo comparto. Abrazos.