Debo confesar primero, que la historia que aqui le dejo, no es sólo mía, por que el otro regalo que Usted me dio al estar aqui, es la dicha de encontrar otras bellas damas, que lo quieren tanto como yo. Esta vez, la bella Lorena de Colunga y yo, nos atrevimos a soñar despiertas con usted, con el hermoso ser humano, con ese hombre encantador, con todo lo que Usted representa, y pues, dejamos volar la imaginación. 

Parte 1: 

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En alguna parte de la Ciudad de México. 

Ella estaba algo nerviosa, creía sinceramente que era parte de un sueño, el hombre con el cual se encontraría en ese restaurante, era de esas personas INALCANZABLES, pero gracias a sus increíbles habilidades para obtener ayuda y su amistad con la gente correcta, ahí estaba, esperándolo. 

Lo vio entrar, muy bien camuflado, con esos lentes de sol, característicos en él, una camisa blanca que lo hacía brillar y unos zapatos totalmente impecables, sólo de verlo producía una sensación de estar entre las nubes,  viendo a un caballero, de esos que ya no existen. 

-Mi niña, buenas tardes ¿La hice esperar?- dijo él, esa voz era inconfundible.

-Buenas tardes Señor Colunga, yo vine antes, no se preocupe- ella se puso de pie. de los puros nervios 

-No se levante por favor- el Señor Colunga se acercó y le ofreció sentarse, ella lo hizo obediente, sin dejar de ponerse colorada ante tal deferencia, él le acomodó la silla y tomó su lugar. 

-No sé cómo empezar- dijo ella. 

-Pues, tal vez siendo usted misma, y por favor no me diga Señor. 

-No lo puedo evitar. 

-Tranquila mi niña, usted y yo creo que ya nos conocemos. 

-¿En serio?

-Completamente, la conozco por todo lo que ha hecho en nuestro foro, tenga por seguro que sus palabras y sus historias tienen un lugar importante en mi vida, y eso es decir bastante. 

Ella se puso aún más colorada, en eso el mozo se acercó a tomar su orden. 

-¿Ya ordenó algo?- dijo el señor Colunga

-No, no- ella estaba demasiado emocionada para responder con más de dos palabras. 

-¿Está bien señorita? 

-Si, ehhh, yo soy nueva por aqui, yo creo que..-ella se refugió en la Carta del Menú que el mozo le ofreció. 

-¿Te parece si te hago una recomendación?- dijo el Señor Colunga

-Si, claro. 

El Señor Colunga le dio indicaciones al mozo, y el pedido lo hizo para dos, ella estaba tomando valor, para hacer lo que debía hacer. 

-Bueno, mientras nos traen la comida, quiero que sepas, que cuando me indicaron que querías conocerme y hablar conmigo, me sorprendió. 

-Siento incomodar Señor

-Para nada mi niña, para nada, y sabes, dejemos la formalidad, sólo dime Fernando. 

-No sé si sea lo apropiado. 

-Te aseguro que lo es, así que Carlita, cuentame, ¿Cual es el propósito que te trajo aquí?

-No creo que tenga las palabras adecuadas para decírselo- ella tomó el vaso de agua que tenía enfrente y se lo tomó de golpe. 

-No te entiendo. 

-Es que es difícil poder pensar, teniendolo tan cerca, hay muchas cosas que quisiera decir, tantas cosas, pero no sé cómo empezar. 

-Estás empezando a asustarme. 

-La asustada soy yo. 

En eso volvió el mozo con su orden, Fernando tenía un gusto exquisito y empezaron comer casi en silencio. 

-Vamos Carlita, no creo que hayas venido desde tan lejos sólo a cenar conmigo, sé que traes un proyecto en mente para el foro, eso me agrada y por eso acepté reunirme contigo. 

-Y es un honor que haya aceptado, señor- al ver la cara seria de Fernando ella se corrigió- perdón, es un honor que hayas aceptado Fernando, sobre ese proyecto, es algo sencillo, pero de seguro, no querrás participar en ello. 

-No juzgaré antes sin saber de qué se trata. 

Carla tomó valor y empezó a contarle a Fernando, él la escuchaba atento, estaba muy intrigado. 

-Me parece excelente, pero te siento muy nerviosa, ¿Hay algo que te fastidia?

-En absoluto, estar aquí es Mágico, Usted me Fascina. 

Fernando se quedó quieto, Carla no sabía a donde escapar, eso fue muy precipitado. 

-Lo siento, en verdad lo siento mucho. 

-Tranquila

-Espero no piense mal de mi. 

-La verdad, es que me has tomado por sorpresa. 

-Disculpe mi indiscreción, es que no tengo la menor ide de lo que digo, estar contigo me desconcentra. Espero de verdad que no pienses mal de mi. 

-Siendo honesto, lo que me has propuesto no es mala idea, pero creo que deberíamos hablar con más calma. Estamos conociéndonos recien. 

-Lo sé y entenderé si no te gusta. 

Fernando suavemente levantó su mano, sin dejar de tener contacto visual con ella y la puso encima de la mano de Carla, ella estaba punto de desmayarse. 

-¿Tiene algo que hacer mañana, señorita Carla?. la miraba con ternura

Carla no sabía qué responder. 

-Mi agenda está libre

-Me gustaría invitarla a un lugar que es muy especial para mí, es al aire libre. 

Fernando empieza a rozar suavemente la mano de Carla, con tiernas caricias, ella ya estaba a punto de desmayarse, Fernando tenía una mirada de fuego. 

-Será un honor para mi. 

-Entonces paso por ti a las 10am- dijo él sin dejar de mirarla- lleva ropa cómoda, estaremos en contacto con la Naturalez y hay un Río si deseas nadar. 

Carla sonrió y se levantó, se escuchó decir a lo lejos un -Gracias Señor Colunga, la velada fue todo un placer, lo veo mañana-

Cuando estaba por salir, él la tomó de la mano y la atrajo hacia él. 

-No me ha dado su teléfono, y aún no nos hemos despedido. -él le pasó su teléfono y Carla grabó su número con manos temblorosas,  él recibe de regreso el teléfono, ve la pantalla y corrobora que el número de dígitos sea el correcto. Pone su mano en la barbilla de ella, y se acerca despacio y deposita un beso justo es las comisuras de su boca, la mitad de los labios hicieron contacto, la otra mitad besó la mejilla, el beso se contó por segundos, y con voz completamente seductora, le dijo al oído. 

-La veo mañana. 

-Hasta mañana Fernando- Carla salió tan rápido del restaurante como le dieron sus pies, aún no podía creer lo que le había pasado 

Parte 2: 

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En algún hotel de la Ciudad de México

Alguien llama a la puerta, Carla estaba secándose el pelo, ya estaba por terminar, abre muy fresca la puerta, y él estaba parada frente a ella, con esa enorme y bella sonrisa. 

-Buenos dias mi niña- dijo Fernando llevaba ropa casual- ¿Estás lista?

Carla no sabía que decir, su mente no podía coordinar alguna palabra, era un sueño estar ahí viéndolo. 

-¿Gusta pasar Sr. Colunga?

-Preferiría que ya nos fuéramos. 

Y repitió el ritual de la noche pasada, plantando un beso en las comisuras a manera de saludo... es un beso claramente e intencionalmente sensual. 

-¿Un banquetazo?-Carla sonríe nerviosa

~~(banquetazo en México es el golpe que se da con las llantas en el cordón de la calle, es un rozón y se le puede decir banquetazo a un beso así, sin intención, pero que tiene rozón de labios en algún porcentaje)

Fernando sonríe divertido. 

-Si mi niña, un banquetazo

Carla sonríe con cierta inocencia en respuesta y a Fernando se le empieza a mover algo muy dentro, contraste la sensualidad de la noche anterior con la ternura hasta cierto punto inocente y la atracción se hace más intensa. 

Fernando traía su coche blanco, ese que aparecía en las fotos, la ayudó a subir y se sentó en el asiento del piloto. 

-Fernando, le quería pedir disculpas por mi atrevimiento de anoche- dijo Carla algo nerviosa. fui demasiado directa. 

-Creo que no hay nada que disculpar, el amor es espontáneo y cada quien lo manifiesta a su modo- Fernando se sorprendió de su propio comentario- bueno, el que pide perdón soy yo ya estoy hablando de amor y tal vez tú hablabas de convivencia. 

Carla también estaba sorprendida. 

-No tengo nada que perdonar Fernando, en realidad yo provoque esto, y me alegro que no piense mal de mi.

Fernando le hace un cariño tosco en la cabeza y la despeina juguetonamente

-Jamás pensaría mal de ti. ¿Nos vamos?

-Vamos Fer. 

Fernando arrancó su coche , manejaba de manera muy sexy, solo como él lo sabe. Durante el trayecto la charla gira en torno al trabajo y proyectos, Carla estaba fascinada por todo lo que le le contaba sobre su trabajo

Después de unos minutos Fernando frenó el coche. 

-Llegamos, aquí es mi niña. 

-Es hermoso Fernando- dijo Carla, en realidad el lugar era muy hermoso, lleno de Naturaleza y paz. una especie de cascada con un hermoso río. 

-Tal vez dirás que soy muy simple, pero me gusta el contacto con la naturaleza, escuchar los sonidos, nadar en el agua helada. 

-Justamente eso es lo que más me gusta de ti Fernando. 

-Ven vamos. 

Se sentaron a la orilla, Fernando había sacado algo como una hielera, sacó un par de copas y un tipo de jugo de uva. 

-Me gustaría brindar por esta amistad incipiente,  será con jugo porque manejo, pero igual y si quieres algo más fuerte, traigo otras bebidas. 

-Estabas preparado para esto Fernando, el jugo está bien, lo más importante es la compañía. 

Fernando sirvió el jugo en las copas y le alcanzó una a Carla. 

-Salud, por nuestra amistad- dijo él. 

-Porque haya complicidad, 

Ambos tomaron gran cantidad de jugo. 

-¿Tienes hambre o quieres dar un paseo antes de comer?

-Lo que tu desees. 

-Te quiero llevar a un lugar impresionante, está río arriba, pero la corriente es suave, estoy seguro que te gustará. 

-Vamos. 

-Sólo arremángate los pantalones y quítale los zapatos, porque caminaremos a través del río, es bajito, no te preocupes. 

Ella obedeció, también él se quitó zapatos, calcetines, se recogió el pantalón, la camisa ya la traía desfajada. 

-¿Te gusta caminar sobre las piedritas?

-Si si Claro- dijo Carla. 

-Bien, entonces andando,  ten cuidado las piedras pueden estar resbalosas. 

Ella iba caminando, tambaleándose a ratos, él caminaba seguro, era un camino conocido para él.

En una de tantas ella casi cae al agua, ambos rieron.

-A ver dame la mano, caminamos juntos

y caminaron de la mano, ella poco a poco se fue agarrando del brazo, las piedras realmente estaban resbalosas, pero no para él. Hasta que llegó el punto en el que ella iba literalmente abrazada de su brazo, sintiendo con sus manos los músculos marcados, y su olor a hombre, intenso.

-Disculpa Fernando, no lo hago con frecuencia. 

-Mira, ya llegamos, era un claro con una cascada ligera. 

-Es hermoso Fernando- ella estaba muy emocionada. 

-a veces me gusta ir detrás de la cascada, es como un mundo surreal, fuera de esta mundo,  ¿quieres ir?

Ella asintió.

-Es hermoso saber que a estas cosas tan simples y hermosas le das tanta importancia, de seguro muchos no conocen esta parte de ti. 

Fernando la miraba y sonreía. 

El agua ahí era un poco más profunda llegaba casi al ombligo de ella y cubría los muslos de él. 

-¿no te importa mojarte?

-Para nada. 

-Esta  es la parte de mí que casi nadie conoce. y prefiero que así sea, solo lo comparto con las personas que son especiales en mi vida. 

-Gracias Fernando, por compartirlo conmigo. 

Caminaron hasta resguardarse detrás de la cascada, el agua era una cortina completamente cristalina que salpicaba los helechos que había alrededor. 

-¿y bien? ¿qué te parece?- él no soltaba la mano de ella

-Me fascina, esto es mágico,  pero ¿sabes lo que me gusta mas de todo esto?

-¿qué es?

-Que lo estoy disfrutando contigo, hay muchas cosas que has compartido hoy conmigo, estoy infinitamente agradecida con la vida por estar aquí. 

A ella se le salieron algunas lágrimas al decir esto, quería que el mundo se detuviera y poder disfrutar de esa cascada, toda la vida, de su mano. 

-No llores mi niña, disfruta,  para completar la sensación surreal, quiero que te sumerjas conmigo, podrás ver algunos peces, el agua es cristalina, limpia... bueno, claro, tal vez no te quieres mojar completa y lo entiendo- 

-Yo quiero hacerlo,  muéstrame todo. 

-Entonces vamos a sumergirnos, no está hondo, ya lo viste, pero te voy a pedir que mantengas los ojos abiertos para que puedas ver las maravillas del fondo de la cascada. -¿Lista? le dijo él con una sonrisa

Y se sumergieron una vez, ella no podía creer que estuviera viviendo eso con él, lo veía a través del agua, más que ver el fondo de la cascada ella lo veía a él.

A los segundos salieron a tomar aire.

-Es magnífico- 

-¿te gustó? -dijo él con la cara escurriendo y el cabello pegado- ¿lo repetimos?. 

-LO que tu digas Fer. 

Y volvieron a sumergirse, y en esos segundos bajo el agua... las miradas conectaron y no solo las miradas, él se fue directo y le dio un beso en los labios. 

Salieron a tomar aire y ella estaba sorprendida, él sonreía y sin pedir permiso, la empezó a besar intenso. Ella se dejó llevar,  puso su mano en la nuca de él, y la otra sobre su pecho. 

-Te amo FER, te amo- le decía entre besos,  mientras sus manos no aguantaba e iban acariciando su pecho a través de su camisa. la camisa estaba tan adherida al pecho que intentaba sacarla a como dé lugar sin dejar de besarlo. 

Estaban completamente pegados, pero ella a pesar del agua fría, sintió un despertar en el cuerpo de Fernando. Tal vez esto se acabaría de un momento a otro, pero tenía que disfrutarlo, el lugar estaba solitario, la cascada los cubría. 

Ella al no poder con la camisa y en arrebato descendió la mano y lo acarició sobre la ropa, él la miró y el fuego salía de su mirada y en un segundo se quitó la camisa y la dejó flotando, pronto la corriente se la fue llevando

Ella recorría con sus manos ese pecho perfecto, subiendo y bajando, hasta llegar a la hebilla de la correa. 

Las manos de él, tampoco estaban quietas, ella sentía que Fernando recorría su geografía,

cruzando montes y deteniéndose en su cintura,  y ahí tras la cascada con furia y desesperación, pero a la vez con una ternura infinita, él lo no se contuvo, ella lo dejo, lo había soñado tantas veces y era realidad en esa cascada. Y la hizo suya con una intensidad que ni ella misma se hubiera imaginado, un intenso choque de pasiones. 

Cuando él bajó el ritmo y su rostro reflejaba satisfacción y hasta cansancio, ella estaba en estado de fascinación, ni en sus sueños más locos se hubiera imaginado estar en esa posición, pero le agradeció a la vida por ponerla ahí. 

Fernando la abrazó, ella soltó algunas lágrimas y también lo abrazó. 

-Gracias, No sé qué me despiertas, pero lo haces de una manera tan intensa,  perdón. 

-Mi niña -Fernando le dio un beso en la frente. 

-Fernando no reprimas lo que sientes, tal vez tenga que olvidar esto, pero quiero decirte que te amo, eres la persona que inspira todo en mi y si después de esto no nos volvieramos a ver, quiero que sepas que lo que hiciste fue darme el mejor regalo de todos, tu amistad y tu amor, hacerme ver al verdadero Fernando que vive en tu corazón. fue lo más bonito que me diste. 

Él la abrazaba mientras acariciaba los mechones de cabello empapado, ella le acariciaba su rostro, quería grabar en las yemas de sus dedos cada parte de su cara. 

-Ahora me conoces mucho más, en todos los aspectos. 

-Te conozco y te amo mas.

-No sé qué vaya a pasar entre nosotros después, pero sí puedo decirte que siempre que venga a esta cascada, tu recuerdo estará aquí, nuestra unión estará siempre detrás de esta cortina de agua, este es nuestro rincón en la tierra

y la volvió a besar, como sellando ese momento