Fondo

El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.

TU, MI MEJOR HOSPEDAJE...

 

 

Querido Fernando.

 

Sabes que me gusta escribir para ti, pensar imaginar una historia en la que ambos nos adentremos y disfrutar su recorrido juntos.

Es lo que deseo también, con ésta que hoy inicio y que a medida que me sea posible respecto a tiempo, la continuaré. Ya sabes que me gusta ir escribiéndola aquí en el momento, y de dejarla en tema aparte, es precisamente porque no se si a diario voy a poder dejar unas líneas, unos párrafos o cuanto más, a según vaya surgiendo. Y prefiero tener este espacio para escribir tranquilamente cuando vaya pudiendo, como un archivo adjunto a nuestro otro tema, donde te indicaré si me dio tiempo de escribir algo o no...ja.

¿Recuerdas aquel PD2 que me salté en el tema de febrero?... pues ahí ya me hubiera gustado haberme puesto, pues desde que vi este banner que dejó en mi tema Valentina, me gustó, pero al final aquella noche no pude encabezarlo y mucho menos ponerme a escribir, así que por lo mismo lo fui postergando.

Y bueno, que mejor que este día para hacerlo, dejándotelo como un pequeño detalle que continuará... Espero que sea de tu agrado, confío en que sí y es lo que me importa, nada más. 

 

Deseándote lo mejor hoy y siempre. ¿Nos adentramos?. Tu, mi mejor hospedaje.

Por ti, Fernando. Un abrazo enorme.

 

 

 

 

 

 

TU, MI MEJOR HOSPEDAJE...

 

 

La tarde iba cayendo y el cielo comenzaba a oscurecer, haciendo que aquel lugar le pareciera aún más hermoso y acogedor. Bajó del taxi fascinada, abstraída totalmente en aquella fachada, la misma que había visto desde su ordenador antes de emprender aquel largo viaje, cuando decidió desconectar por un mes en algún bonito destino perdido.

Tras ayudarla con el equipaje el taxista se retiraba, momento en el que ella le agradecía por su amabilidad durante todo el trayecto y lo hacía con una amplia sonrisa, provocada por lo a gusto que desde ya se sentía en aquel lugar.

Comenzaba a caminar, saliendo de su ensimismamiento cuando se encontró de frente con la presencia de aquel hombre, quien la dejaba casi sin respiración. Tal vez porque se esperaba al dueño de aquel Hostal algo más mayor... diferente. Y para nada, montado a caballo mirándola sorprendido y casi diría, con cara de pocos amigos.

Habiéndosele pasado aquella primera impresión, reaccionó con la misma sonrisa que traía momentos antes.

- Buenas tardes, o quizás ya debería decir noche, ¿cierto?.

 - Buenas tardes...

- Ah... si, quería hacer una reserva de una habitación. Estuve llamando, pero me fue imposible contactar con alguien. La pagina web me daba error y bueno, pensé que lo mejor era venir directamente. Eso si... con la esperanza de que cuando llegara no estuviera completo. ¿No es así, verdad?. Si me dice que si, va a tener que hacer algo, pues elegí este sitio descartando muchos otros.

- ¿Reservar una habitación... dice?.

Contestaba él, asombrado aún más, de ver aquella resuelta mujer, hablando sin parar y con lo que le acababa de contar.

- Si... .

- Creo que ha habido un error...

- No... no puede ser. Tampoco veo esto tan concurrido como para que esté todo ocupado.

- No si no lo está. Esto no es un Hostal, señora.

- ¿Cómo dice...?. Me está tratando de decir que he venido hasta aquí y que esto no es... Pero si que es, es la misma casona que vi por internet y de la que me quedé prendada junto al lugar. Mire me parece fatal que de ser así no haga ninguna indicación en la página...

- Disculpe, probablemente ha debido meterse en algún enlace antiguo que no esté anulado, aunque según dice...

- ¿Sabe que podría estar en un problema si decido...?. ¿Sabe que viajé desde muy lejos, solo para venir aquí...?. ¿Le parece normal que se quede tan tranquilo con lo que me está diciendo?.

Al ver que ella aumentaba el tono de sus palabras, no se pudo contener.

- Ese no es mi problema... y lo que no me parece normal es que usted se meta en el primer enlace que vea y sin comprobar que le confirman nada, se aventure hasta el lugar.

- ?

- Disculpa, no era mi intención... La llevaré de nuevo hasta la ciudad y allá podrá hospedarse en algún hotel, buscar otros lugares con más tranquilidad y no verá perdida su avent?, su viaje.

- Le dije que viajé para venir exclusivamente a este lugar. No quiero que me lleve a ningún otro lado, sino que me de hospedaje aquí nada más. No me importa pasar la noche en el sofá del recibidor hasta que se quede libre la próxima habitación.

- Hace un par de años que esto dejó de ser un Hostal. Ahora es mi propiedad, se la adquirí a un antiguo conocido. Quien ahora anda disfrutando, como lo hace usted, viajando. Y siento que sus planes no hayan sido como esperaba, pero le repito que le llevo hasta donde necesite.

- Ahora solo necesito una cosa...

- Dígame...

- Pasar unas horas en este lugar. Le prometo que luego llamo un taxi y me vuelvo. Permítame que la vea por dentro y disfrute de la agradable acogida de este lugar un poco más.

Tras escuchar decirle aquello de la forma en que se lo estaba pidiendo, tragó saliva... mientras bajaba del caballo, aún sorprendido con él mismo, de que aun estuviera allí subido, disculpándose con ella por no haberse bajado en cuanto la vio llegar, ocultándole que la falta de reacción se debía a la perplejidad en que lo había dejado.

- ¿Me está pidiendo que la hospede durante unas horas... aquí, en mi casa?.

Tras verlo bajarse con esa seguridad y caminar hacia ella con esa firmeza los escasos pasos que le separaban, es que sintió como sus piernas flaqueaban. Aquella propia reacción no se la esperaba y titubeando, ante la atenta mirada de aquel atractivo hombre que retiraba su sombrero ante ella, es que respondía con apenas un hilo de voz:

- Si... por favor.

 

 

 

 

 

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 02/03/2019 21:47 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

El silencio se apoderó de ellos durante unos largos segundos, mientras sus miradas permanecían fijas la una en la otra en aquella poca distancia que los separaba, ante el cielo anochecido que los cubría y la calidez de las luces de aquella casona, motivo por el que en ese momento se encontraba allí frente aquel desconocido, al que sin saber por qué no le resultaba nada extraño.

Antes de que él pudiera contestar, ella interrumpía aquel silencio con su risa entrecortada, que aumentaba y que trató de ocultar llevándose las manos a la cara. Una risa nerviosa, algo de lo que él se percataba tras ver el brillo de sus humedecidos ojos y tan sorprendido por aquella situación que no podía reaccionar, haciéndolo ella entre carcajadas, resultándole aún más atractiva.

- Le debo parecer una auténtica loca... ¿verdad?.

Evitando la mirada de él, la cual ya no podía aguantar por más tiempo, no porque le molestara, sino porque le atravesaba por dentro inquietándola, es que caminó un poco más adelante sentándose sobre la pequeña pared de piedras que había tras de ellos. En ese momento él cerraba sus ojos unos segundos tratando de asimilar todo aquello, algo que ella no pudo ver, pues aun él se encontraba de espalda. Al girarse, pudo contemplarla allí sentada, formando parte de aquel bonito paisaje que comenzaba a bañar el anochecer. 

Mientras ella seguía hablando el se acercó y sin más se sentaba a su lado, escuchándola aún nerviosa.

- Y lo peor es que tiene razón, no es normal que yo esté aquí. Fue absurdo dejarme guiar por el entusiasmo que me embriagó aquel día. La página me decía que no estaba disponible en ese momento y yo insistía. Pero luego pensé que no habría problema una vez aquí se resolvería, así que reservé el vuelo y sin más...

- Igual no es tan absurdo....

- Si, si lo es... Y ahora mismo llamaré un taxi. La ciudad está a cuánto... ¿noventa... cien kilómetros?. Pero habrá pueblos más cercanos, supongo. Por lo que estuve viendo, si... seguro que algún hospedaje encuentro con algún encanto como éste, bueno como éste no creo...

- Olvídese del taxi y de viajar a estas horas solas a la ciudad con un extraño... Yo puedo acercarla.

- Jajaja... eso estuvo muy bueno. ¿ Y acaso usted no es tan extraño para mí como el señor que acaba de traerme...?.

- ¿Le parece que lo soy...?.  

Y ante aquella pregunta que ninguno se esperaba, el silencio de nuevo los sorprendía ante la caricia de sus profundas miradas.

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 05/03/2019 01:14 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

 

Ahora era él el que se sentía intimidado por la manera en que ella fijaba sus ojos en los suyos, reaccionando en cuanto pudo, viendo que ella iba a decir algo.

- Eh..., disculpa. Como ve mi pregunta si es absurda. Mejor, dígame... ¿viaje de turismo o por trabajo?.

- Igual la pregunta no es tan absurda, como cree... Y, no... viajé por placer. Bueno, para desconectar más bien.

- Ah... ¿por unos días?.

- Por un mes...

- ¿Tiene pensando quedarse aquí un mes...?.

- Tenía... no se preocupe, me marcharé. ¿Y tú, vives aquí?.

- Eh... no. Suelo venir por temporadas. Normalmente, cuando tengo que preparar un proyecto nuevo y necesito aislarme para estudiarlo, estar a solas, me refugio aquí. Como es el caso ahora.

- Comprendo... Y yo aquí molestándole. ¿Puede ayudarme, por favor, con lo del taxi?. Ya es hora de que me vaya.

- No molesta y no, no le pediré ningún taxi. Voy a hacer lo que me pidió. Le daré hospedaje esta noche y mañana ya veremos como hacemos.

Aun sin saber por qué, era la respuesta que ella deseaba escuchar. No pudo evitar sonreír cuando él se levantó y le ofrecía entrar a la casa, recogiendo sus maletas.

Él tampoco lograba entender por qué hacía todo aquello pero se alegraba de que se quedara y escuchar aquel "gracias".

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 24/03/2019 23:40 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

 

 

Caminaron en silencio hacia el interior, cada uno  conciliándose con sus pensamientos, como si ambos hubiesen actuado en un impulso y en aquel instante su mente les recordara la situación, conscientes a la vez por separado en que en otra situación no hubieran actuado así. O de haberlo hecho, no estarían sintiendo aquello que sentían en su interior.

Probablemente ella hubiera querido resolver cuanto antes aquel malentendido y marchar de inmediato al comprobar que aquel lugar ya no era tal, en taxi o tal vez aceptando el ofrecimiento de él, de haber comprobado que era lo más fiable. Y él hubiera tratado de ayudarla igual, pero seguramente no hubiese optado por la opción de hospedarla o de ser así la situación le estaría resultando más incómoda de lo que le estaba resultando aquella, lo cual le inquietaba a la vez.

Tratando de evadir aquellos pensamientos es que justo cuando entraban, él interrumpía aquel silencio que de pronto les había embargado a los dos, pues ambos se sabían desconocidos pero como si se conocieran desde siempre.

- Siento si he resultado grosero al preguntar si todo un mes estaría por aquí. Me refería a si todo ese tiempo...

- No ha sido grosero, sino directo. Y bueno fueron solo unas horas las que le pedí que por favor me hospedara, lo suficiente para apreciar un poco más este bonito lugar, después puedo marchar al pueblo más cercano, no debe de quedar lejos.

Sus miradas volvían a cruzarse tras él soltar las maletas y ella siendo pillada observando como lo hacía.

- Lo siento, pero aquí no se hospeda por horas, sino por noche...

La profundidad con la que la miró mientras le había pronunciado aquello la dejó sin respiración, a pesar de la sonrisa pícara que a continuación él le ofreció a modo de humor.

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 26/03/2019 00:05 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TU, MI MEJOR HOSPEDAJE...

 

 

 

La tarde iba cayendo y el cielo comenzaba a oscurecer, haciendo que aquel lugar le pareciera aún más hermoso y acogedor. Bajó del taxi fascinada, abstraída totalmente en aquella fachada, la misma que había visto desde su ordenador antes de emprender aquel largo viaje, cuando decidió desconectar por un mes en algún bonito destino perdido.

 

Tras ayudarla con el equipaje, el taxista se retiraba, momento en el que ella le agradecía por su amabilidad durante todo el trayecto y lo hacía con una amplia sonrisa, provocada por lo a gusto que desde ya se sentía en aquel lugar.

 

Comenzaba a caminar, saliendo de su ensimismamiento cuando se encontró de frente con la presencia de aquel hombre, quien la dejaba casi sin respiración. Tal vez porque se esperaba al dueño de aquel Hostal algo más mayor... diferente. Y para nada era así, montado a caballo mirándola sorprendido y casi diría, con cara de pocos amigos.

 

Habiéndosele pasado aquella primera impresión, reaccionó con la misma sonrisa que traía momentos antes.

 

- Buenas tardes, o quizás ya debería decir noche, ¿cierto?.

 

 - Buenas tardes...

 

- Ah... si, quería hacer una reserva de una habitación. Estuve llamando, pero me fue imposible contactar con alguien. La pagina web me daba error y bueno, pensé que lo mejor era venir directamente. Eso si... con la esperanza de que cuando llegara no estuviera completo. ¿No es así, verdad?. Si me dice que si, va a tener que hacer algo, pues elegí este sitio descartando muchos otros.

 

- ¿Reservar una habitación... dice?.

 

Contestaba él, asombrado aún más, de ver aquella resuelta mujer, hablando sin parar y con lo que le acababa de contar.

 

- Si... .

 

- Creo que ha habido un error...

 

- No... no puede ser. Tampoco veo esto tan concurrido como para que esté todo ocupado.

 

- No, si no lo está. Esto no es un Hostal, señora.

 

- ¿Cómo dice...?. ¿Me está tratando de decir que he venido hasta aquí y que esto no es...?. Pero si que es, es la misma casona que vi por internet y de la que me quedé prendada junto al lugar. Mire me parece fatal que de ser así no haga ninguna indicación en la página...

 

- Disculpe, probablemente ha debido meterse en algún enlace antiguo que no esté anulado, aunque según dice...

 

- ¿Sabe que podría estar en un problema si decido...?. ¿Sabe que viajé desde muy lejos, solo para venir aquí...?. ¿Le parece normal que se quede tan tranquilo con lo que me está diciendo?.

 

Al ver que ella aumentaba el tono de sus palabras, no se pudo contener.

 

- Ese no es mi problema... y lo que no me parece normal es que usted se meta en el primer enlace que vea y sin comprobar que le confirman nada, se aventure hasta el lugar.

 

- ? (silencio).

 

- Disculpa, no era mi intención... La llevaré de nuevo hasta la ciudad y allá podrá hospedarse en algún hotel, buscar otros lugares con más tranquilidad y no verá perdida su aventu..., su viaje.

 

- Le dije que viajé para venir exclusivamente a este lugar. No quiero que me lleve a ningún otro lado, sino que me de hospedaje aquí nada más. No me importa pasar la noche en el sofá del recibidor hasta que se quede libre la próxima habitación.

 

- Hace un par de años que esto dejó de ser un Hostal. Ahora es mi propiedad, se la adquirí a un antiguo conocido. Quien ahora anda disfrutando, como lo hace usted, viajando. Y siento que sus planes no hayan sido como esperaba, pero le repito que le llevo hasta donde necesite.

 

- Ahora solo necesito una cosa...

 

- Dígame...

 

- Pasar unas horas en este lugar. Le prometo que luego llamo un taxi y me vuelvo. Permítame que la vea por dentro y disfrute de la agradable acogida de este lugar un poco más.

 

Tras escuchar decirle aquello de la forma en que se lo estaba pidiendo, tragó saliva... mientras bajaba del caballo, aún sorprendido con él mismo, de que aun estuviera allí subido, disculpándose con ella por no haberse bajado en cuanto la vio llegar, ocultándole eso si, que la falta de reacción se debía a la perplejidad en que lo había dejado.

 

- ¿Me está pidiendo que la hospede durante unas horas... aquí, en mi casa?.

 

Tras verlo bajarse con esa seguridad y caminar hacia ella con esa firmeza los escasos pasos que le separaban, es que sintió como sus piernas flaqueaban. Aquella propia reacción no se la esperaba y titubeando, ante la atenta mirada de aquel atractivo hombre que retiraba su sombrero ante ella, es que respondía con apenas un hilo de voz:

 

- Si... por favor.

 

 

 

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 09/06/2019 19:29 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

 

 

 

 

 

 

 

El silencio se apoderó de ellos durante unos largos segundos, mientras sus miradas permanecían fijas la una en la otra en aquella poca distancia que los separaba, ante el cielo anochecido que los cubría y la calidez de las luces de aquella casona, motivo por el que en ese momento se encontraba allí frente aquel desconocido, al que sin saber por qué no le resultaba nada extraño.

 

Antes de que él pudiera contestar, ella interrumpía aquel silencio con su risa entrecortada, que aumentaba y que trató de ocultar llevándose las manos a la cara. Una risa nerviosa, algo de lo que él se percataba tras ver el brillo de sus humedecidos ojos y tan sorprendido por aquella situación que no podía reaccionar, haciéndolo ella entre carcajadas, resultándole aún más atractiva.

 

- Le debo parecer una auténtica loca... ¿verdad?.

 

Evitando la mirada de él, la cual ya no podía aguantar por más tiempo, no porque le molestara, sino porque le atravesaba por dentro inquietándola, es que caminó un poco más adelante sentándose sobre la pequeña pared de piedras que había tras de ellos. En ese momento él cerraba sus ojos unos segundos tratando de asimilar todo aquello, algo que ella no pudo ver, pues aun él se encontraba de espalda. Al girarse, pudo contemplarla allí sentada, formando parte de aquel bonito paisaje que comenzaba a bañar el anochecer. 

 

Mientras ella seguía hablando él se acercó y sin más se sentaba a su lado, escuchándola aún nerviosa.

 

- Y lo peor es que tiene razón, no es normal que yo esté aquí. Fue absurdo dejarme guiar por el entusiasmo que me embriagó aquel día. La página me decía que no estaba disponible en ese momento y yo insistía. Pero luego pensé que no habría problema una vez aquí se resolvería, así que reservé el vuelo y sin más...

 

- Igual no es tan absurdo...

 

- Si, si lo es... Y ahora mismo llamaré un taxi. La ciudad está a cuánto... ¿noventa... cien kilómetros?. Pero habrá pueblos más cercanos, supongo. Por lo que estuve viendo, si... seguro que algún hospedaje encuentro con algún encanto como éste, bueno como éste no creo...

 

- Olvídese del taxi y de viajar a estas horas sola a la ciudad con un extraño... Yo puedo acercarla.

 

- Jajaja... eso estuvo muy bueno. ¿Y acaso usted no es tan extraño para mí como el señor que acaba de traerme...?.

 

- ¿Le parece que lo soy...?.  

 

Y ante aquella pregunta que ninguno se esperaba, el silencio de nuevo los sorprendía ante la caricia de sus profundas miradas.

 

 

 

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 09/06/2019 19:31 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

 

 

 

 

 

 

 

Ahora era él el que se sentía intimidado por la manera en que ella fijaba sus ojos en los suyos, reaccionando en cuanto pudo, viendo que ella iba a decir algo.

 

- Eh..., disculpa. Como ve mi pregunta si es absurda. Mejor, dígame... ¿viaje de turismo o por trabajo?.

 

- Igual la pregunta no es tan absurda, como cree... Y, no... viajé por placer. Bueno, para desconectar más bien.

 

- Ah... ¿por unos días?.

 

- Por un mes...

 

- ¿Tiene pensando quedarse aquí un mes...? - preguntaba sorprendido-.

 

- Tenía... no se preocupe, me marcharé. ¿Y tú, vives aquí?.

 

- Eh... no. Suelo venir por temporadas. Normalmente, cuando tengo que preparar un proyecto nuevo y necesito aislarme para estudiarlo, estar a solas, me refugio aquí. Como es el caso ahora.

 

- Comprendo... Y yo aquí molestándole. ¿Puede ayudarme, por favor, con lo del taxi?. Ya es hora de que me vaya.

 

- No molesta y no, no le pediré ningún taxi. Voy a hacer lo que me pidió. Le daré hospedaje esta noche y mañana ya veremos como hacemos.

 

Aun sin saber por qué, era la respuesta que ella deseaba escuchar. No pudo evitar sonreír cuando él se levantó y le ofrecía entrar a la casa, recogiendo sus maletas.

 

Él tampoco lograba entender por qué hacía todo aquello, pero se alegraba de que se quedara y escuchar aquel "gracias".

 

 

 

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 09/06/2019 19:32 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

 

 

 

 

 

 

 

Caminaron en silencio hacia el interior, cada uno conciliándose con sus propios pensamientos como si ambos hubiesen actuado en un impulso y en aquel instante su mente les recordara lo sucedido, conscientes a la vez por separado de que en otra situación no hubieran actuado así. O de haberlo hecho, no estarían sintiendo aquello que sentían en su interior.

 

Probablemente ella hubiera querido resolver cuanto antes aquel malentendido y marchar de inmediato al comprobar que aquel lugar ya no era tal, en taxi o tal vez aceptando el ofrecimiento de él, de haber comprobado que era lo más fiable. Y él hubiera tratado de ayudarla igual, pero seguramente no hubiese optado por la opción de hospedarla o de ser así la situación le estaría resultando más incómoda de lo que le estaba resultando aquella, lo cual le inquietaba a la vez.

 

Tratando de evadir aquellos pensamientos es que justo cuando entraban, él interrumpía aquel silencio que de pronto les había embargado a los dos, pues ambos se sabían desconocidos pero como si se conocieran desde siempre.

 

- Siento si he resultado grosero al preguntar si todo un mes estaría por aquí. Me refería a si todo ese tiempo...

 

- No ha sido grosero, sino directo. Y bueno fueron solo unas horas las que le pedí que por favor me hospedara, lo suficiente para apreciar un poco más este bonito lugar, después puedo marchar al pueblo más cercano, no debe de quedar lejos.

 

Sus miradas volvían a cruzarse tras él soltar las maletas y ella siendo pillada observando como lo hacía.

 

- Lo siento, pero aquí no se hospeda por horas, sino por noche...

 

La profundidad con la que la miró mientras le había pronunciado aquello la dejó sin respiración, a pesar de la sonrisa pícara que a continuación él le ofreció a modo de humor.

 

 

 

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 09/06/2019 19:33 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

 

 

 

 

 

 

 

Sonrisa que fue ampliando a medida que se volvía más dulce y cálida, haciendo que ella se sosegara.

 

- Creo que lo mejor ahora es que deje de pensar en marchar y disfrute de la estancia, de este lugar que tanto deseaba habitar... ya que tiene la oportunidad, ¿no cree?.

 

- Si, tienes razón.

 

Y tras devolverle la sonrisa, es que apartaba la mirada de él, para impregnarse de cada detalle del acogedor espacio en el que comenzaba a adentrarse. El cual podía apreciar a simple vista decorado con muy buen gusto y conservando elegantemente lo antiguo con un toque de modernidad.

 

Siendo consciente, por lo que apreciaba en la expresión de su cara, de la ilusión que le haría recorrer la vivienda, es que antes que nada quiso enseñársela. Ella accedió encantada sintiéndose como una cría consiguiendo eso que quería, transmitiéndole a su vez a él ese entusiasmo. Justo comenzaba a comentarle sobre los años aproximados de la casona e indicarle sobre el interior de la misma, cuando les interrumpía cierto relinchar desde el exterior.

 

A ambos les pilló de sorpresa, provocándoles una amplia sonrisa, a la vez que él se disculpaba con ella.

 

- Perdona... ¿te importa si atiendo un momento a mi amigo?. Creo que está celoso.

 

Las risas resonaron en el plácido recibidor.

 

- La verdad es que tiene motivos, pues desde que ha llegado, me he olvidado por completo de él.

 

Y una vez más la profundidad de su mirada la dejaba sin poder reaccionar. Algo de lo que él se percataba y sin más le ofrecía que se pusiera cómoda mientras regresaba, a lo que ella le contestaba, que prefería esperarle allí donde estaba.

 

 Tras marchar, a pesar de que le podía la curiosidad por entrar en el salón del que llegaba el resplandor de las luces que estaban prendidas así como la claridad natural que aún entraba por el ventanal, es que no pudo evitar girarse viéndolo de espaldas, caminar.

 

La forma de caminar de aquel hombre, la manera en que pasaba su mano por el pelo hacia atrás, provocó cierto revuelo en la zona de su abdomen, haciendo que fuera acercándose despacio hasta la puerta, viéndolo continuar su paso con una firmeza y elegancia que no la dejaba ni pestañear, percibiendo a su vez, la seguridad que eso provocaba en ella. Como si no acabara de llegar a ese lugar.

 

La complicidad y el tacto con el que se dirigió al caballo, acariciándolo, la estremeció. Así como la respuesta del animal hacia él. Como si estuviera hablándole. De hecho ambos se comunicaron y se comprendieron. Tras quitarle la montura y dándole una cariñosa palmada es que su amigo se alejaba hasta su sitio de descanso cuyo camino bien conocía.

 

Seguía tan ensimismada en ese emotivo espectáculo que sin darse cuenta, siguió apoyada sobre el quicio de la puerta, mientras él caminaba de regreso con todos los aparejos en las manos, ante la atenta mirada de ella. Pero ya lo tenia demasiad cerca para volver hacia dentro. Se paraba frente a ella y manteniéndole la mirada, la volvía a sorprender.

 

- ¿Qué cree que me ha dicho de usted...?.

 

Ella se tomaba unos segundos en responder..., pero aquel atractivo hombre parecía estar retándole y sin mucho pensar respondía.

 

- Que no se fía de mi compañía... Al igual que tú, ¿cierto?. 

 

Sin duda esa respuesta no se la esperaba. Y riendo es que hacía un movimiento de cabeza en negativo, mientras se acercaba, dejando sobre la mesa del porche lo que llevaba en sus manos. Una vez libres, es que delicadamente la miraba con intensidad y le ofrecía que volviera a la casa, posando una de sus manos sobre su espalda, resultándole más interesante a medida que la trataba.

 

A su vez ella se giraba y le agradecía el detalle con una grata sonrisa.

 

 

 

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 11/06/2019 18:56 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944

 

 

 

 

 

 

 

 

El recorrido por el interior de aquella hermosa vivienda le resultó mucho más agradable de lo que ella se esperaba. No sólo por la originalidad de la estructura y la acogedora como estilosa decoración, sino por la complicidad que hubo entre ambos a medida que aquel apuesto hombre le enseñaba cada rincón.

 

Las explicaciones de él atendiendo a cada curiosidad de ella le resultaron no solo agradables también interesantes, como le resultaba él. Todo ello acompañado de instantes silenciosos donde las miradas de ambos se cruzaban con intensidad y con prudencia a la vez, de alguna que otra sonrisa tímida y de sorpresa por parte de ambos, ella ante la amabilidad y lo que iba percibiendo de la personalidad de aquel hombre que acababa de conocer y él, ante la ilusión reflejada en la cara de ella con cada sencillo detalle de lo que veía y la forma de preguntar sobre las curiosidades que le llamaban la atención, desde la arquitectura hasta algunos aspectos de la decoración.

 

Sin duda, a ella le resultaba un lugar acogedor y hermoso, delicado y con un estilo propio, cuyo dueño había sabido conservar la originalidad del edificio y darle su toque personal. Con aire rústico y algo vanguardista, donde la piedra, la forja y la madera conectaban en sintonía con los tonos cálidos de paredes y tejidos. Donde algunos objetos decorativos y el contenido literario de algunas estanterías visibles, activaban aún más su curiosidad por todo aquello que no veía a simple vista, mucho más por el interior de él que intuía bastante interesante.

 

Aparte del recibidor y un cuarto de baño al fondo del pasillo, había un gran salón con  amplios ventanales hacia el porche frontal de la casona y también con vistas a la parte de atrás, custodiado por un chimenea en el centro del misma y una interesante biblioteca; del otro lado, una cocina holgada con una zona de comedor incluida y cuyo mayor atractivo era el porche lateral que le continuaba, cuyo cierre de cristal y cortinas correderas hacía de aquel un espacio muy acogedor en cualquier momento del día, así como la enorme piscina que se encontraba metros más allá y el extenso y cuidado jardín que rodeaba a toda la casa.

 

En la planta de arriba se encontraban la habitaciones con cuarto de baño individual en el interior de las mismas. Tres de ellas daban a la zona este y las otras tres al oeste, coincidiendo con la parte principal de la fachada, con dos ventanas en cada una. Así como la estructura exterior, las puertas seguían siendo las originales, manteniendo su llave colgando de la cerradura, algo que le llamó la atención así como los nombres que cada puerta contenía, dotando a cada cuarto con nombre propio. Fue lindo cuando estando ambos en la mitad del pasillo, justo donde les había dejado el final de la escalera, ella escuchaba la voz de él:

 

- Como inquilina especial, puedes elegir la que quieras...

 

Algo nerviosa se giró hacia él sonriente y el primer nombre que vio tras su mirada, correspondía a la habitación que estaba justo frente a ellos, la que desde ese instante eligió sin aún verla por dentro.

 

- Gracias... Pues me quedo con esa.

 

- Ah... con "Atardecer", vaya!, muy buena elección a simple vista. Es la más amplia de todas ellas y con unas puestas de sol espectaculares desde el centro de la fachada. De ahí su bonito nombre... Le tengo un cariño especial, era la que elegía cuando esto era aún Hostal. El Sr. Andrés siempre me la reservaba para los días que venía. Me encantaba observar a través de sus ventanas, no sólo el atardecer... también ver llover. Muchas horas gratificantes organizando parte de mi trabajo y estudio, pasé en ella. También de descanso y relax.

 

El silencio los invadía de nuevo tras el cruce de sus miradas. Un revuelo aparecía otra vez en la zona abdominal de ella. Más cuando entraron en dicha habitación y se percató del delicado y acogedor interior. Sin pasar desapercibida para ella el semblante del guapo rostro del dueño, que desprendía un gratificante anhelo con toque de alegría. En ese instante a ella le vino algo a la mente, y curiosamente, cuando iba a preguntarle, él se le adelantaba tras ver su expresión:

 

- No, no te preocupes, no me estoy quedando aquí aunque a veces entro, pues me sigue gustando pasar un rato en ella, bien para recostarme, para leer y deleitarme con el reflejo de la luz del atardecer.

 

Continuaron con el resto de habitaciones, cuyo interior y decoración contenía pinceladas del nombre que en cada entrada aparecía, resultando todas ellas acogedoras: "Alborada" que estaba justo en frente quedando las ventanas en la zona este y siendo algo más pequeña por estar la escalera justo al lado. Le seguían a un lado y otro "Brisa" y "Floración", y de frente, "Canícula" y "Constelación". A dicha planta, se podía acceder directamente, por una pequeña escalera de piedra que había en uno de los laterales y que daba justo al pasillo, cuya puerta quedaba cerrada con la seguridad de la principal. En su momento su función había sido más como una salida de emergencia. Actualmente, para entrar en ocasiones, sin pasar por la planta baja, directamente a los dormitorios.

 

Tras la emoción de todo lo disfrutado, siguieron subiendo el tramo de escalera que ascendía hasta la plata alta, la zona de la buhardilla. La puerta se encontraba abierta. Ella prudente se quedó parada... mientras que él amablemente le ofrecía que pasara. Aquel espacio gratamente le impresionó, quedando disipadas sus dudas de cual era la habitación que estaba ocupando. Más que habitación, se dijo, la planta que habitaba. Él rio, cuando viéndola girar y mirar hacia la puerta, la escuchó decir en un susurro, como para sí:

 

-  No podría llevar otro nombre que "Pasión".

 

 

 

 

 

 

Publicado por atardecer
Publicado el 15/06/2019 21:10 - Total Temas: 301 - Total Mensajes: 11944
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