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San Isidoro de Sevilla | ||
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San Isidoro de Sevilla (1655) de Bartolomé Esteban Murillo, Catedral de Sevilla. |
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Arzobispo, confesor y doctor | ||
Proclamado Doctor de la Iglesia el 25 de abril de 1722 por el papa Inocencio XIII | ||
Nacimiento | Aproximadamente en 556 Cartagena |
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Fallecimiento | 4 de abril de 636 Sevilla |
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Venerado en | Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana, Iglesias viejo católicas de la Unión de Utrecht | |
Canonización | Culto inmemorial | |
Festividad |
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Atributos | Obispo latino, con un libro y a veces montado sobre un caballo blanco y sosteniendo una espada. | |
Patronazgo | Internet[4]?, humanidades, topógrafos, informática, estudiantes. | |
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Isidoro de Sevilla (en latín: Isidorus Hispalensis; nacido probablemente en Cartagena, c. 556-Sevilla, 4 de abril de 636) fue un eclesiástico católico erudito polímata hispanogodo. Fue arzobispo de Sevilla durante más de tres décadas (599?636) y canonizado por la Iglesia católica. Es uno de los Cuatro Santos de Cartagena.
Se desconoce el lugar real de nacimiento de Isidoro, aunque su familia era originaria de Cartagena. Era hijo de Severiano o Severino, el cual pertenecía a una familia hispanorromana de elevado rango social[5]? y al cual se le adjudica el título de dux (si bien su hermano Leandro menciona que era simplemente un ciudadano); su madre Teodora o Túrtura, en cambio, de acuerdo con algunos, era de origen visigodo y, según parece, estaba lejanamente emparentada con la realeza, pero todavía los matrimonios mixtos estaban prohibidos.[cita requerida] Su familia era originaria de Cartagena y se distinguió por su contribución a la conversión de los reyes visigodos (arrianos) al catolicismo.
Antonio Hernández Parrales, archivero-bibliotecario del arzobispado de Sevilla afirma que en el ?año de 554, Severiano y su mujer, cuyo nombre se ignora, abandonan Cartagena, que había pasado al poder bizantino, y en un exilio forzoso o voluntario, vienen a establecerse en Sevilla acompañados de sus tres hijos, Leandro, Fulgencio y Florentina. Así nos lo cuenta el mismo San Leandro, al asegurar que la familia de Severiano y Turtur tiene que iniciar su exilio en el año 554 con sus tres hijos, con lo que nos viene a indicar que San Isidoro, el cuarto y menor de los hijos, no había nacido todavía?. Y escribe a continuación: ?En Sevilla se señala hasta el sitio de la casa de su nacimiento, que es el lugar donde se levanta la parroquia de San Isidoro. Así lo hizo constar el padre Antonio de Quintana Dueñas, en su libro 'Santos de la ciudad de Sevilla y su Arzobispado', al decir: «Su insigne Parroquial, erigida en el sitio que presumen fue del Palacio de sus padres y de su nacimiento, es fundación del Santo Rey Don Fernando». Y el erudito Nicolás Antonio, en su ?Biblioteca hispana vetus', dejó consignado que había nacido en Sevilla, porque generalmente se cree que todavía no había nacido Isidoro, cuando su padre Severiano vino exilado a esta ciudad: «Hispali natus vulgo creditur. In eam enim Urbem fama est exulen venisse, nondum eo nato, Severianum». Con lo que queda claro que, a pesar de los constantes e históricos intentos de negar la procedencia hispalense de San Isidoro, el filósofo fue sevillano.?[6]?
Al parecer, la familia de Isidoro huyó a Sevilla tras la conquista bizantina al ser éstos defensores del rey Agila I frente a Atanagildo, aliado de los bizantinos.
Miembros de esta familia son su hermano Leandro, su inmediato predecesor en el arzobispado de Sevilla y oponente del rey Leovigildo (llegó al arzobispado al inicio del reinado del nuevo rey, el ya católico Recaredo); su hermano Fulgencio, que llegó a ser obispo de Cartagena y de Astigi (hoy Écija), y también su hermana Florentina, de la que la tradición dice que fue abadesa a cargo de cuarenta conventos. Los cuatro fueron canonizados y se les conoce colectivamente como los Cuatro Santos de Cartagena, siendo los patrones de la diócesis cartagenera. Isidoro también es mencionado como hermano de Teodora o Teodosia, reina de la Hispania visigoda por su matrimonio con el rey Leovigildo. Isidoro y sus hermanos Leandro, Fulgencio y Florentina serían tíos maternos, por tanto, de los hijos de Leovigildo y Teodora: Hermenegildo (posteriormente también canonizado) y Recaredo, el rey visigodo que se convirtió al catolicismo. Todavía, la primera mujer de Leovigildo fue ciertamente una visigoda, de nombre desconocido, puesto que, al tiempo, los matrimonios mixtos eran prohibidos.[cita requerida]
La maestría de San Isidoro en griego y hebreo le dio reputación de ser un estudiante capaz y entusiasta. Su propio latín estaba afectado por las tradiciones locales visigodas y contiene cientos de palabras identificables como localismos hispanos (el editor de su obra en el siglo XVII encontró 1640 de tales localismos, reconocibles en el español de la época).
En una época de desintegración de la cultura clásica, de violencia e ignorancia entre las clases dominantes, Isidoro impulsó la asimilación de los visigodos, que ya llevaban dos siglos en Hispania, a fin de conseguir un mayor bienestar, tanto político como espiritual, del reino. Para ello, ayudó a su hermano en la conversión de la casa real visigoda (arrianos) al catolicismo e impulsó el proceso de conversión de los visigodos tras la muerte de su hermano (599). Presidió el segundo sínodo provincial de la Bética en Sevilla (noviembre de 618 ó 619, durante el reinado de Sisebuto), al que asistieron no sólo prelados peninsulares sino también de la Narbonense (que formaba parte del reino visigodo de Toledo) y Galia.
En las actas del concilio se establece totalmente la naturaleza de Cristo, de acuerdo con los concilios ecuménicos de Nicea del año 325 y de Constantinopla del año 381 y posteriores, rebatiendo las concepciones arrianas.
A edad avanzada, también presidió el IV Concilio de Toledo (633), que requirió que todos los obispos estableciesen seminarios y escuelas catedralicias. Siguiendo las directrices establecidas por Isidoro en Sevilla fue prescrito el estudio del griego y el hebreo, y se alentó el interés por el estudio del Derecho y la Medicina.
También marcó la unificación litúrgica de la España visigoda (rito hispano, mozárabe o isidoriano, utilizado en toda la España cristiana hasta la progresiva imposición del rito romano en el siglo XI) e impulsó la formación cultural del clero. El concilio fue probablemente un reflejo de las ideas de Isidoro. Pero el concilio no sólo produjo conclusiones de carácter religioso o eclesiástico, sino también político. El lugar ocupado por el rey y la deferencia a él debida en el concilio es también destacable: la Iglesia es libre e independiente, pero ligada mediante una solemne lealtad al rey. Para muchos autores fue uno de los primeros pensadores en formular la teoría del origen divino del poder regio: «Dios concedió la preeminencia a los príncipes para el gobierno de los pueblos».[cita requerida]
Desde dicha ciudad, sus restos fueron, en 1063, trasladados a la basílica de San Isidoro de León, donde permanecen desde entonces; ese año el monarca leonés Fernando I comisionó a los obispos Alvito de León y Ordoño de Astorga para obtener las reliquias del rey de la taifa de Sevilla, Al-Mutadid, tributario suyo. Existen también algunas reliquias suyas en la catedral de Murcia.
En el altar mayor de la parroquia de la Anunciación de Abla (Almería) también se encuentra una reliquia de San Isidoro, donada por la Curia Romana en el mes de diciembre de 2008 con motivo de la consagración de dicho altar.
Fue canonizado en 1598, y en 1722 el papa Inocencio XIII lo declaró doctor de la Iglesia.
San Peregrino Laziosi | ||
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San Peregrino.Giacomo Zampa, siglo XVII |
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Nacimiento | 1265 Forlì, Italia |
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Fallecimiento | 1 de mayo de 1345 Italia |
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Festividad | ||
San Peregrino Laziosi (Pellegrino Laziosi, también llamado Pellegrino da Forlí) nació en Forlí (Italia) entre 1265 y 1266, falleció el 1 de mayo de 1345. |
En sus años de juventud ingresó en un movimiento que se oponía al papa Martín IV. Durante los enfrentamientos conoció a san Felipe Benizi, cabeza de la Orden de los Servitas. Se cuenta que el mismo Peregrino abofeteó a Felipe Benizi cuando llegó a la ciudad de Forlí. Pero posteriormente, Peregrino cambió de actitud e inició un proceso de conversión. Entró a los treinta años en la misma orden que San Felipe: la Orden de los Servitas, en la ciudad de Siena.[1]?
Según la tradición, una de las penitencias especiales que eligió fue el estar de pie en tanto no fuere necesario estar sentado. No se sabe si será por este motivo, pero lo cierto es que al cabo de unos años, desarrolló venas varicosas y después cáncer en un pie. La noche antes de la cirugía para amputarle la pierna, pasó mucho tiempo en oración. Se durmió y cuando se despertó las llagas estaban curadas al igual que su pie y su pierna. No fue necesario amputarle ni el pie ni la pierna. Por esta razón, es considerado oficiosamente por algunos como patrón de los enfermos de cáncer, pero es necesario señalar que la Iglesia Católica no lo ha proclamado en ningún momento de esa manera.
Murió en Forlí en el año 1345 y actualmente, su cuerpo se conserva incorrupto en la Iglesia de los Siervos de María en Forlí.[2]? Peregrino fue canonizado por el papa Benedicto XIII en el año 1726.