El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
BENDECIDO Y FELIZ DOMINGO EN EL SEÑOR
HOY QUIERO COMPARTIR CON USTEDES LA SAGRADA ESCRITURA.
DIOS, NUESTRO PADRE LLEGA A CADA LUGAR CADA DIA DE LA MANERA MAS INSOSPECHADA, NO LO RECHACEN.
<ABBÁ>, JESUS SE DIRIGIA ASÍ A SU PADRE, QUE, DEL ARAMEO, SU IDIOMA MATERNO SIGNIFICA <PAPÁ>, USTEDES SE IMAGINAN SALUDO MAS CARIÑOSO HACIA EL PADRE.
HOY TE PIDO YO, PADRE QUE EL ESPIRITU SANTO ABRA LOS OJOS DEL CORAZÓN QUE LEA TU PALABRA Y SE LLENE DE TU AMOR.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 7-11. Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto
En aquel tiempo Juan predicaba diciendo: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.»
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
El bautismo de Nuestro Señor Jesucristo
Este sábado pasado celebramos la fiesta de la Epifanía, de la manifestación de Dios a los reyes...
Hoy celebramos otra epifanía divina: el Bautismo del Señor.
En el Bautismo de Jesús se revela, por primera vez, el misterio de la Trinidad. Las tres personas divinas se hacen sensibles: el HIJO en la persona de Jesús que está siendo bautizado por Juan; el ESPÍRITU SANTO en forma de paloma; el PADRE mediante la voz del cielo.
Uno de los momentos más importantes de la vida de todo cristiano es el bautismo. A diferencia de otros momentos, nos acordamos muy poco de él. No sólo porque, cuando nos bautizaron y nos ?mojaron? la cabeza, no teníamos uso de razón, sino también porque no siempre lo valoramos en su justa medida.
El Evangelio de hoy nos presenta el bautismo de Jesús. Él, que era Dios, que no tenía ningún pecado, acudió a Juan, el Bautista, para ser bautizado. ¡Qué sorpresa para el Bautista ver que el mismo Dios se inclinaba ante él para recibir este sacramento! Con este gesto, Jesús nos demuestra la grandeza de este misterio y nos da una lección más de humildad.
En efecto, por el bautismo nos hacemos hijos de Dios. Somos curados del pecado original. Gracias a este sacramento se nos abren las puertas del cielo y comenzamos a ganar méritos en la gran competición que es la vida. Dios nos da su gracia. A nosotros nos corresponde hacerla fecunda, hacerla crecer día tras día. ¿Hasta dónde? «Y descendió el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma, sobre Él, y se dejó oír del cielo una voz: ?Tú eres mi Hijo amado, en Ti me complazco?. Hemos de lograr que el Padre también exclame de cada uno de nosotros: ?Éste es mi hijo amado... en él me complazco...? Y todo ello porque tratamos de agradarle en todo, correspondiendo a ese don tan maravilloso que nos vino por el bautismo, el don del Espíritu Santo.
Que todos aquellos con los que convivimos descubran en nosotros esa paloma invisible que se traduce en santidad y en donación hacia nuestros hermanos los hombres. Una vez que Cristo se hizo bautizar, comenzó de lleno su misión apostólica. Seamos apóstoles y portadores del mensaje redentor y salvífico de Cristo a un mundo que, a veces, parece caminar a ciegas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.