El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
Magia
La música se escuchaba fuerte y se metía por cada poro estallando rítmicamente dentro de los
cuerpos. Cada persona que entraba al local comenzaba instantáneamente a seguir
con movimientos lo que escuchaba. De solo mirar esa marea de gente que se movía
casi coreográficamente sentías más ganas de unirte.
Era un lugar divertido, vacío de inhibiciones aunque frecuentado por
gente adulta.
Era grande, a media luz y daba a la playa por lo que era bastante
informal. Muchos optaban por ir hacia esa zona incluso llegaban a meterse al
agua aunque ya era de noche. El sector de la playa estaba ambientado con
pequeñas farolas de hierro forjado que pendían de unos rústicos postes de
madera obscura.
Un poco cansada del ruido también opte por caminar hacia allí,
recordando que la música y las voces no
eran tan estridentes ni te retumbaba en los huesos.
Le hice una seña a mis amigas y seguí caminando, percatándome que las
caras femeninas parecían fascinadas mirando en una misma dirección. Por
curiosidad también mire hacia ese sector. Y lo vi. Evidentemente solo podían verlo a él.
Apoyado en la baranda que daba a la zona de playa observaba calmado a un
grupo que bailaba. Junto tenía a varios
hombres que se movían y reían estruendosamente y gesticulando aparatosamente
para llamar la máxima atención posible, pero como si un halo mágico lo rodeara
el parecía ajeno a todo y sin embargo disfrutaba a su manera.
Mágico, pensé. Ese hombre hasta parece mágico. Sin darme cuenta seguí
caminando hacia él mientras lo miraba, o
lo acariciaba con los ojos, porque como si lo hubiese llamado por su nombre
giró la cabeza hacia mí y clavó su
mirada en mis ojos. Ví como tensaba la mandíbula y sus labios se curvaban en una
media sonrisa muy sugestiva, al menos para mí.
Un suspiro salió de mí misteriosamente y tomé conciencia que semejante
hombre me miraba, bajé la vista y gire noventa grados a la derecha. Cobarde me
dije pero no me volví a mirarlo por miedo a que se hubiese reído. Además quizás
solo fueran fantasías mías y solo creí me miraba. Me sentí sonrojar y me puse
nerviosa. Dí una vuelta enorme para no cruzármelo y bajé a la playa en busca de la paz perdida en esos
ojos y más que nada en el rinconcito de la comisura de sus labios, justo donde
se curvaba. Respire hondo y me reí, que tonta!! Como un desconocido puede
provocar esto pensé? y me quedé colgada buscando una respuesta que no iba a
encontrar.
Seguí un poco más y me descalcé. Alguien por detrás tomó los zapatos de
mi mano.
-Te ayudo-escuché al tiempo que me volteaba a mirar sin soltarlos y
sentí un leve desvanecimiento cuando reconocí su rostro. Aún no me explico como
lo hizo pero me sujetó por la cintura y se quedó con los zapatos también en un
solo movimiento.
Al verme atónita me dijo: magia!! Y rió.
Yo también reí, toda la noche. Muchas veces reí, casi siempre rodeada
por alguno de sus brazos y acariciada por sus ojos; otras tantas solo
observándolo. Es mágico pensé otra vez, muchas veces.
Mágico fue al decirme que no bebía alcohol pero que pidiera lo que me gustaba;
mágico fue que tuviera mil historias aunque contara una parte y tuviera que
preguntar el resto, Mágico fue bailar a su lado sin que moviera más que los
ojos y la sonrisa se hiciera más
traviesa.
-yo no bailo- me dijo sin pena
-pero yo si- le dije moviendome muy cerca.
Al momento que quise alejarme bailando tomo mis manos quedando detrás de
mí. Aproveche el apoyo para seguir bailando subiendo y bajando, dando vuelta
para mirarlo.
Tensaba los brazos para servirme de apoyo pero solo sonreía mirandome pícaro
-No te gusta?
-Me encantaa!!
-Bailar digo..
-Como bailas digo yo-me di cuenta que las mujeres seguían mirándolo y me
dieron ganas de jugarle una broma. Les hice un guiño a unas que bailaban cerca
y les acerque su mano, ellas rieron y entendieron enseguida. Una tomo su mano y
yo me enrosque en su otro brazo.. me miro sorprendido pero no dejo de sonreír.
- y con varias??- una risotada enorme y espontánea llenó todo mi ser y
entregue su otra mano haciendo un paso hacia atrás.
No solo ellas bailaron, fue un desfile de mujeres aprovechando el
momento, incluso un par aprovecho para presentarse. Mágico fue verlo ser atento
con todas pero quedar siempre a mi lado y por supuesto sin hacer el más mínimo
paso de baile.
Mágico fue caminar con él por la playa ya casi a la madrugada.
Nos movíamos despacio contando
los pasos y sin ganas de despedirnos. Hacia calor y se había sacado la playera
hacia un rato.
Recuerdo ese momento con más nitidez que el resto de la noche. Iba un
poco por delante mío sonriéndose. Una dulce ternura me invadió como si me
hubiese acariciado el alma. En ese instante supe que no había otro hombre para
mí. Acaricié suavemente su espalda
-Tengo hambre-le dije y al mirarme parecía más feliz.
-Vamos a desayunar mientras vemos como termina de amanecer.
Y sin dudar lo seguí.
Toda mi vida lo he seguido y soy más feliz asi a veces simplemente
mirando su espalda mientras sé que es tan feliz como yo.
En mi consultorio
_Pase el que sigue. _ Dije desde adentro del consultorio.
Silencio.
_¿Quién sigue?
Nada.
1,2,3.... Nada, me levanté del asiento, ya me dirigía hacia la puerta cuando entró.
_Permiso..._ Dijo él, alto. Moreno, de buen ver.
_Pase, buenas tardes.
_Buenas tardes doctora.
_Siéntese por favor.
_Gracias.
_¿Por qué consulta a dermatología?
_Porque ayer me rasguñaron en la espalda y me duele.
_Uhm! Vamos a ver, siéntese en la camilla y sáquese la camisa, por favor.
Muy obediente mi paciente, así lo hizo, pero yo pensaba que lo que quería era hacerme perder mi tiempo.
_Lesión epidérmica en región dorsal derecha de coloración rojiza, de 2 cm de largo. Semeja rasguño.
_Lo es.
_usted no opine que estoy grabando en su historia clínica.
_Pero lo es. Insistió riéndose.
_me parece que usted es un quisquilloso de esos que hace un mundo de nada.
_¿Le parece doctora?
_Si, venir a consulta dermatológica por semejante insignificancia. Nos está haciendo perder tiempo a todos.
_Es que como usted bien sabe, yo trabajo con mi cuerpo ¿Y ahora qué? ¡Hago la escena así!
_Pues si. Y si trabaja con su cuerpo le aconsejo que cuide los horarios de exposición al sol, mire lo que es esto, está todo enrojecido, use protector solar de alta graduación y amplio espectro.
_está bien, ya me lo habías dicho.
_Y tu nunca me haces caso, ¿verdad?
_Momentito señorita, el que viene a reclamar lo que me hiciste, soy yo.
_¿Y no podías esperar unas horas para hacer el reclamo?
_No... Este es el lugar indicado. Si te vieras cada vez que paso por aquí, hasta te cambia el humor.
_Es que no me gusta que te vean por aquí, después se ponen muy... muy.... pesadas contigo, y termino mordiéndome la lengua, para ser diplomática, ya veeeeeete.Publicado por PAMELAARGENTINA
_Ya veeeeete!
_Espera, ¿Cómo te lo cobro?
_Eh!
_El rasguño.
_Qué? No sé, pero aquí no.
_Mala, aquí si...
_Ay no, por favor.
_Nada, nada, quiero un tratamiento intensivo, a ver si la próxima tienes más cuidado.
_A qué no me convences.
_Uy! Me estas desafiando y llevas las de perder. _ Dijo completamente complacido.
_Porque serás tan seguro de ti...
No era la primera vez que lo hacía, me demoraba horas la consulta, y yo siempre en lo mismo, comenzaba con murallas impenetrables, pero él sabía muy bien como derribarlas, una a una sitiando el castillo.
¡Cómo le gustaba ese juego!
Pero, ¿Por qué en mi consultorio?, esa fantasía lo volvía loco.
A mi también, porque obviamente, se me olvidaba el mundo en ese momento.
Solo que mi consultorio es sagrado...
Bueno ni tanto.
Pamela
Mi nuevo jefe si que era maniático con los horarios, me
quería casi de madrugada para ser mi primer dia con él, pero como amo mi
trabajo no hay de otra.
Cinco años en esto, y aún siguen las murmuraciones con
respecto a que una mujer no puede ser una Guardaespaldas profesional, pero cada
dia demuestro que están equivocados, mi destreza en artes marciales y manejo de
armas de fuego hablan por si solas, esta vez mi agencia me manda un caso nuevo
y que tiene mucha importancia para mi, cuidar las espaldas de un empresario
internacional.
Y no es solo un rico mas, es el más cotizado, querido y
respetado de la industria, pero también el mas asediado por las amenazas en su
contra, peligro por su vida, por lo que le urgía un agente de confianza extrema,
y mi jefe se desvivía en halagos sobre mi trabajo.
Me levanté casi a las 4am, para hacer mi rutina de
ejercicios de costumbre, algo de zumba, boxeo, entre otros, para poder llenarme
de energía y trabajar al 100%. En eso que suena mi móvil, Era mi jefe.
-Laime, estás ahí- Suarez en tono amable me habla.
-Si Jefe, que ya es hora?
-Si, debes irte ya, tu nuevo trabajo, tiene la costumbre de
levantarse temprano, al parecer tiene los mismos gustos que tu para el ejercicio.
-Entendido señor, en un momento estoy lista.
-Y recuerda, Laime, eres mi orgullo, no me defraudes, espero
tu reporte a las 5pm.
-Entendido Señor, y gracias.-y Colgué.
Me dispuse a entrar a la ducha, luego de un breve desayuno,
me alisté, debia llevar un traje de sastre, ya que él necesitaba gente a su
alrededor que vistiera de manera elegante, no era mi atuendo favorito pero era
parte del requisito.
Salí al garaje del edificio, tomé mi motocicleta, con alguna
dificultad por el traje, y me enrrumbe a su mansión, que quedaba a 10 millas de
mi hogar.
Al llegar y anunciarme, me indicaron que debía esperarlo,
para una pequeña entrevista, obvio, el mismo se había encargado de contratarme,
pero todos los tratos los había hecho con Suarez, asi que sería mi primer trato
con el en persona.
Me dijeron que podía recorrer las instalaciones para poder
monitorear el lugar y conocer, empecé a caminar, por el jardín, muy bien
cuidado, llegue hacia la casa, con grandes ventanales, sencilla y sobria, sin
muchos lujos, pero al parecer acogedora, y me dirigí al fondo, hacia unas
habitaciones un tanto alejadas de la casa, en ellas se veían máquinas de hacer
ejercicios y la pared cubierta por espejos, era el Gimnasio.
Yo maravillada me acerqué más y noté a una persona, haciendo
ejercicio, la puerta estaba entreabierta, y por ese espacio abierto vi al
hombre que se ejercitaba, una espalda fornida, morena y muy trabajada estaba
frente a mi, a punto de tomar las pesas que tenia al frente, ninguna mujer en
su sano juicio, no quedaría extasiada con tremendo monumento enfrente, mi mente
simplemente voló lejos, mi mirada solo apuntaba a ese cuerpo perfecto, haciendo
pesas, empezaba a verse el sudor por el esfuerzo, los músculos en acción, ese
cuerpo excelentemente trabajado me había atrapado, pero el no notaba mi
presencia, yo solo tenía ojos para mirarlo, y noté un pequeño rasguño en la
espalda, una mancha roja, que quien sabrá Dios se lo habrá hecho, pero aún con
eso, no dejaba de ser sexy.
Bastó que él intentara voltear, para salir de mi letargo y
darme cuenta que me había quedado embobada en la puerta, sigilosamente salí de ahí
y me dirigí nuevamente a la puerta de entrada, roja como tomate por mi
ligereza, por Dios era mi nuevo trabajo y estaba como chiquilla enamorada de su
actor, pero no se podía negar que extremadamente ATRACTIVO.
Después de unos minutos, el apareció, con ropa deportiva y
una toalla rodeando su cuello.
Me tendió la mano amablemente, clavando sus ojos miel con
ternura y admiración.
-Srta. Laime, es un placer y debo admitir que estoy
impresionado. Nunca pensé que mi agente de seguridad pudiera ser tan hermosa.
-Se lo agradezco Señor- roja como tomate estreché su mano,
ante tal halago cualquiera.
-Nada de Señor dime Fernando. El me mostró su hermosa
sonrisa, y yo estaba a punto de pedirle un beso de verdad que es muy seductor y
atractivo- así que como no te molesta que te diga Carla verdad?
-Por supuesto que no Señor. Digo Fernando- sonreí, tratando
de concentrarme.
-Carla me han dado las mejores referencias de ti, no tenemos
muchas novedades, pero estos días es crucial que estes a mi lado, cierro un
negocio muy importante, pero he recibido amenazas de gente mal intencionada,
cuento contigo?
-Por supuesto Fernando- ya enfocada en mi trabajo, le
respondí, y nuestro juego de sonrisas continuó. Su administrador, llamado Omar,
me indicó mis obligaciones, mis horarios y mis días de descanso, trabajaría
entre semana con otros agentes más, pero Fernando quería mi presencia casi
siempre, así que era momento de ponerme en acción, coordiné lo necesario con
Omar, mientras Fernando desayunaba, y nos dispusimos a salir, en su camioneta
negra, yo al costado suyo. Y el muy amable empezó a hacerme plática.
Ya íbamos a llegar a nuestro destino, cuando un coche se
interpuso en nuestro camino.
-Fernando AGACHATE!!- le grité. Saqué mi arma mientras él
obediente, se agachó y puso su manos sobre su nuca, empezó el tiroteo, traté de
ver a los atacantes pero la escena era confusa, empecé a disparar sin ver muy
bien el objetivo, y traté de abrir la puerta de la camioneta para poder
escapar, Fernando seguía oculto.
Entre todo el jaleo, pude abrir la puerta y sacar a Fer de
ahí, haciendo disparos hacia el enemigo para ayudar en la huida, en un momento
una de las balas rozó mi brazo derecho, haciéndome perder mi revolver.
-CARLA ESTAS BIEN??- Fernando me veía preocupado.
-No es NADA- le dije, mientras me agachaba para tomar de
nuevo mi arma, alguien disparó directo hacia mi, pero Fernando con unos excelentes
reflejos, me trató de cubrir con su cuerpo haciendo que me cayera al piso, la
bala esta vez rozó a Fernando, por la espalda, pero sin graves consecuencias.
-FERNANDO ESTAS BIEN??
-Si preciosa, no fue nada. Yo tomé mi móvil para pedir ayuda
de paramédicos por Fernando, el tomó mi arma y empezó tambien a disparar, la policía
al tanto del tiroteo, llegaron para socorrernos, mientras las sirenas de la
Ambulancia se acercaban.
Los sicarios que provocaron todo, eran contratados por un
enemigo antiguo de Fernando, quien quería verlo muerto, eso fue lo que dijeron
a la Policia, cuando los arrestaban, mientras nos daban los primeros auxilios en la
Ambulancia.
Me curaron la herida del brazo que no representaba ningún dolor,
aunque se había perdido sangre considerablemente, mientras otro paramédico le
pedía a Fernando que se quitara la camisa para curar el roce de la bala, que
justamente había pasado cerca del rasguño que vi en casa. Lo curaron fácilmente
y se volvió a vestir.
-Gracias Carlita- dijo al acercarse- casi no la contamos. Tomó
mi mano y le dio un tierno beso, yo no podía admitir que me gustaba mucho pero
es mejor disimular.
-Es mi deber Fernando.
-Te lo agradezco, y espero que sigas cuidándome la espalda,
Siempre.
-Asi será Fernando, asi será. Ambos sonreímos y nuestras
miradas se conectaron, esa especie de CLICK que solo pasa una vez.
Solo el tiempo, hará su trabajo, mi vida está hecha para
proteger, y daría lo que fuera, hasta mi vida, por Fernando, no solo en un
tiroteo, sino para todo, porque yo soy su GUARDAESPALDAS.
Nat, Lore y Carlita Laime, gracias por este Volumen 3. Quiero sentir la magia de su creatividad sin apresurarme, así que iré leyendo según el tiempo me lo permite.
Nat, ¡qué cuento más romántico! Me gusta cómo lo narraste, desde la primera persona, lo cual me hizo sentir cada emoción de la narradora, por ser más personal.
La selección de mi querido y admirado Chayanne, ¡estupenda! "Bailando apretado, bailando pegado, bailando dos corazones en esta canción de amor", ¡ni hablar!
Genira, tu poema expresa unos sentimientos muy nobles: una entrega total de un amor platónico, puro y fiel, donde basta con contemplar y pensar al ser amado para sentir su magia. Gracias por compartirlo.
Chicas, gracias, muy buen comienzo; luego vuelvo por más. Abrazos colungueros.