El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
-Bueno?
-El Señor José Antonio San Román?
-Si señor a sus ordenes.
-Soy el comandante Felix Valdez, de la Policia, le llamo para comunicarle sobre la muerte de la Señorita Melisa Marrero, ocurrida hace unos días en Miami.
El vaso de jugo hizo un ruido fuerte al hacerse añicos con la caída. José Antonio estaba estupefacto y asustó a su novia y a su suegra con su reacción. Otra muerta más eso era obra de Walter sin duda?.
-¿Qué dice Oficial? ¿Melisa
muerta aquí en Miami?- José Antonio tenía una sensación de ahogo, se tocaba el
cuello, la nuca, la cara. Gabriela se acercó y lo abrazó por detrás, lo veía
muy mal, tanta maldad no podría ser posible.
-Así es Señor, la encontramos en
una zona apartada de la ciudad, tratamos de ubicar a sus parientes, y son todos
de las Islas Canarias, contactamos a su padre, y nos mencionó que tienen
negocios con Usted aquí en Miami.
-Si es verdad, pero eso que tiene
que ver.
-Pues según el Señor Marrero, su
hija vino aquí a negociar un asunto con Usted.
-Eso no es verdad, comandante,
ella y yo no hemos quedado en nada, no tuvimos comunicación desde el accidente
de avión, ella desapareció y me dejó solo, desconocía su paradero hasta el dia
de hoy.
-Bueno Sr. San Román, le llamó
para que se presente a declarar, ya que el Sr. Marrero indica que Usted fue el
motivo de la visita de su hija a esta ciudad. Lo espero en la Estación. -y
colgó.
-Mi amor como que Melisa está
muerta- Gaby estaba extrañada con la noticia- que hacía aquí.
-Según Marrero vino aquí por mi,
ella mintió, y de seguro fue Walter, el la mató.
Judith se llevó la mano a la boca
llena de indignación, Gabriela solo veía a su esposo muy preocupado. -Pero no
tienes pruebas mi vida, como podemos detener a este psicópata.
-No lo sé Gabriela, no lo sé- Se
abrazaron, ambos sabían del riesgo en el que estaban- Pero debemos actuar ya,
no permitiré que nos hagan más daño. Ahora que vaya a declarar pediré que nos protejan,
hay que pedir garantías de vida a la policía.
-No lo denuncies mi vida, será
capaz de hacerte algo, tengo miedo de su conducta-dijo ella preocupada.
-Seré precavido mi niña, pero hoy
tenemos que hacer algo.
Después de desayunar, se dirigió
a la Estación de policía, pero siempre con esa sensación de que alguien lo
seguía, en el camino, llamó al Sr. Marrero para ofrecerle sus condolencias y
explicarle sobre Melisa, trató de evitar mencionar lo sucedido en ese lugar con
ella, por más que fue cruel, la caballerosidad, ante todo.
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Ya alistaban sus maletas, en
media hora los recogería el taxi para llevarlas al aeropuerto, Josefina lo
quería negar, pero extrañaba a su padre y este encuentro era la ilusión más
grande de su presente, pero no quería vivirla sola, su hermana estaba con ella,
y también llevaba a sus hijas, quería que conocieran a su abuelo.
-Mami nos vamos de vacaciones?-
dijo Nohemí, alistando en su maletita sus muñecas.
-Si mi niña, a Miami, por unos
días.
-Si Hermanita conoceremos al
abuelo, es un buen abuelo mamá?- dijo Carlita más que emocionada.
-Bueno? Bueno y guapo mi
niña-Eleonora sonrió coqueta a su sobrina, captó la mirada indignada de su
hermana de crianza- Yo solo juzgo lo que veo, tu padre Josefina es sumamente
atractivo, y no aparenta la edad que tiene.
-Eleonora, creo que no sería
bueno que no acompañaras, esa clase de comentarios de seguro incomodará a la
pareja de mi padre.
-Ya te dije, yo juzgo lo que veo,
es que como te tuvo muy joven, adolescente prácticamente no parece que fuera tu
padre. Y pues, mis ojos solo ven y lo que ven es un hombre guapo.
-Ya basta y alístate, que me
arrepentiré de llevarte si sigues.
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-Ya era tiempo que nos viéramos
Smith.-El narco de la voz rasposa estaba delante de Walter, en el mismo bar
donde se citaron hace un tiempo para hablar de Daniel.
-Lo sé, por eso te llamé,
necesito un trabajo.
-No soy tu perro para obedecer
ordenes- le dijo- Smith, no sabes con quien estas jugando, por mi estarías
muerto ya hace tiempo, no cumpliste tu trato y Daniel sobrevivió.
-No hables del pasado, ahora
Daniel está muerto reposado en un camposanto, es un tema olvidado.
-Puede ser, pero que no se te
olvide que te he pasado peores cosas, no te acuerdas, que te ayudé a ingresar a
la Policía, a pesar de tu pésimo examen psicológico, eres un demente en
potencia.
Walter golpeó la mesa con su
puño, se tomó de un trago el vaso de tequila, y miró con rabia al narco, los
guaruras apostados alrededor de la mesa, mostraron sus armas, pero su jefe alzó
la mano en señal de calma.
-Y tu ya olvidaste, que todo el
tiempo que estuve con la ley, te ayude a que siguieras en el negocio?.
Avisándote de cada redada, indicándote donde podría vender tus ?productos?-
hizo un ademán con los dedos refiriéndose a la droga- para que no te molestara
la ley.
-Mira Smith, creo que tu y yo
tenemos mucha información, asi que mejor sigamos juntos.
-Está bien, pero quiero que me
ayudes con un trabajo.
-Eso de ayudarte suena mejor,
ahora que es, ya puse bombas en los autos, en los aviones, ahora que haremos.
-Pues ahora nos llevaremos de
paseo a una bella damisela, así su gallardo príncipe caerá en el castillo del
dragón ? Dijo Smith, y una sonrisa macabra se dibujó en su rostro.
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José Antonio estaba nervioso en
la sala de espera del aeropuerto, su hija le había llamado hace una hora
indicándole que ya estaban en pleno vuelo. No podía ocultar su emoción, pero
también traía un hondo pesar, sabía que Josefina debía enterarse de la maldad
de Walter, eso de seguro le afectaría, pero tampoco dejaría que este hombre sea
un obstáculo para la verdad.
Anunciaban la llegada del vuelo
de Canarias y cada vez estaba más nervioso, en eso vio ese pelo rojizo
inconfundible salir a la sala, su mente voló inmediatamente a Geraldine, esa
niña que fue su más grande amor de juventud, en esa tierra del abuelo que le
traía tantos recuerdos.
-Gracias Geraldine, sé que tu
estas feliz por este encuentro- miraba hacia arriba con ojos llorosos, al menos
con este encuentro una parte de su alma rota se componía.
-Papá- gritó Josefina, corrió
hacia el y lo abrazó, Eleonora y las niñas venían detrás de ellas.
-Josefina mi niña, gracias por
venir- le decía José Antonio mientras la abrazaba, luego vio a las dos niñas
que estaban detrás de Josefina, Nohemi algo temerosa, pero Carlita radiante y
mirándolo de frente a los ojos. José Antonio reconoció en ellas su propia
mirada y se llenó de emoción. Se puso de cuclillas y las invitó a acercarse.
-Niñas, el es su abuelo, José
Antonio, ellas son mis hijas papá- José Antonio no tenia palabras, solo las
veía, no se cansaba de ver tan bellas niñas que eran su sangre, sus ojos se
llenaron de lágrimas, nunca se había sentido tan lleno de emoción, ver a su
familia ahí , y ahora que se unia a la familia que había formado junto a otra
mujer tan extraordinaria como Geraldine.
-Ella es Eleonora mi hermana-
señaló a la mujer que las acompañaba, José Antonio se puso de pie y le estrechó
la mano, una joven muy atractiva, ella no dejaba de mirarlo y estaba por decir
una de sus bromas, pero vio la mirada de Josefina, amenazándola.- Es un gusto
señor San Román.
-Dime José Antonio, el placer es
mio, bienvenida a Miami, estoy en deuda con tu familia.
Salieron del aeropuerto rumbo al
coche de José Antonio, decidió llevar su auto porque el chofer acompañaba a
Gaby al hospital, José Luis aún estaba en observación y ella estaba todos los
días cuidándolo, José Antonio iba manejando y conversando amenamente con
Carlita, ella era muy audaz y le preguntaba todo, ella cuando entra en
confianza hablaba sin parar, y su abuelo le fascinaba. Nohemi estaba acostada
en el regazo de su madre, veía a su hermana y sonreía, pero muy relajada y
tranquila, Eleonora en cambio miraba el paisaje, no por aburrimiento, sino que
si volteaba a ver al padre de su hermana su mirada se perdía, si que le parecía
muy atractivo.
Llegaron a casa y Danielita gritó
desde el jardín, corrió hacia el auto y vio bajar a José Antonio.
-Papi, papi, hola papi- José
Antonio se acercó a ella y la alzó en brazos- Mira mi Dani traje a unas personitas
que quiero que conozcas- abrió la puerta del auto y bajaron Carlita y Nohemi,
las niñas miraban a Dani con algo de recelo, pero como siempre Carlita tomó la
batuta.
-Hola me Llamo Carlita y tu como
te llamas? - dijo la niña, su hermana estaba atrás de ella.
-Me llamo Daniela y ella?-
señalando a Nohemi- ella es tu hermana?
-Si. Ella es Nohemi- dijo Carlita-
y tu tienes hermanos?
-Si un hermano, se llama José
Luis, pero está en el hospital ahora, esta enfermito.
Dejaron a las niñas en el jardín,
porque habían entrado en confianza, Judith las recibió, Josefina y Eleonora se
presentaron y todos pasaron a la sala donde Eloísa dejó los refrescos que
trajo, el calor de mediodía era fuerte.
-Papá, has formado una linda
familia aquí-Josefina se sentía feliz por su padre.
-Y esta mi familia es tuya
también, yo no te pido que dejes todo y vengas aqui a vivir, pero quisiera
recuperar el tiempo perdido, talvez llenar ese espacio vacío que la vida te dejó,
y quiero que sientas esa emoción de tener un padre, y contarme todo y poder
confiar en mi, pero es necesario explicar todo, además que hay cosas que
ignoras y que yo también he descubierto hace poco.
En eso llegó Gabriela del
hospital, José Antonio al verla sonrió y la llevó de la mano a la sala.
Josefina y Eleonora sonrieron y se sorprendieron por la belleza y la calidez de
su mirada.
-Mi amor, ellas son nuestras
visitas, Josefina es mi hija- y la señaló- y Eleonora su hermana de crianza-
señalando a la muchacha- ella es mi novia, y la madre de mis hijos, Gabriela.
-Encantada de conocerlas-
Gabriela se acercó a las muchachas y las saludó- me alegro que esten aquí. José
Antonio tenía tantos deseos de verte, y Dani?
-Esta jugando con mis nietas,
puedes creerlo mi vida, ya soy abuelo.
Todos rieron ante el comentario,
Eleonora no podía con su genio y miraba a José Antonio con determinación,
Gabriela lo notó pero decidió ignorarlo, tras una larga charla, decidieron que
Josefina y su padre debían conversar a solas, y salieron de la sala hacia el
jardín, Gaby miraba a su hija jugando tan feliz, y Judith que estaba sentada a
su lado la sentía algo preocupada.
-Hija que pasa, algo mal con el
bebé, o estás celosa de la chamaca.
-Fui tan obvia mamá?
-No tú, sino ella, estaba
comiéndose con la mirada a José Antonio, eso era evidente.
Ambas rieron del comentario
desatinado y Gaby le dijo.
-José Antonio es muy guapo,
cualquiera voltearía a verlo, eso lo sé. Pero eso no me preocupa, solo me
incomoda. Lo que me intriga es si Josefina pueda creer en su papá otra vez, son
muchos años, Walter creó un mundo muy distinto para ella, se ve que ha sufrido
mucho, solo espero que ella pueda entender, se ve que es una mujer muy sensata.
-José Antonio sabrá como contarle
la verdad, y también sabe cómo prevenir a su hija, no creo que tenga alguna
dificultad, hija tranquila, esta tormenta pasará.
-Pasará cuando Walter muera, solo
entonces podré estar tranquila.
José Antonio le contó a su hija cada
detalle de su relación con su madre, todo lo que el investigador había
descubierto, la manera como había perdido la pista de ellas, las trampas de
Walter, y el miedo que ahora sentía con la venganza innecesaria d este hombre.
Josefina escuchaba atónita y también le expresaba lo que había sentido, fueron
un par de horas, pero al fin aclarado todo. Se abrazaron y lloraron juntos,
José Antonio estaba en paz, pudo aclarar sus dudas y encontrar a un padre
amoroso que la quería y la apoyaría siempre. Eleonora, quien se había subido a
la habitación que se les acondicionó en la casa, se puso feliz con la noticia,
bajó a celebrar con todos, en una cena preparada por Gabriela y Judith, las
niñas estaban contentas también, se habían convertido en amigas y contaban todo
lo que habían hecho esa tarde. Al final de la noche brindaron por una nueva
vida juntos y conversaron largo rato.
Al final de la cena, Gabriela
estaba lavando los servicios en la cocina. Eleonora entró y preguntó-
-Puedo ayudarte Gabriela?
-Muchas gracias, pero ya acabe
por aquí, no estaba complicado, eres nuestra invitada además, espero hayamos
sido buenos anfitriones.
-LO son- dijo Eleonora- fue una
velada maravillosa, eres afortunada de tener a un hombre que te ama como él.
-¿Por qué lo dices?
-Lo ves tan fuerte y gallardo
pero se nota que se muere por ti. Lo has conquistado.
-El también me ha conquistado, al
igual que a ti. No creas que no me di cuenta. -Gaby maldijo a su boca por ir
directo al grano.
-Si es verdad, pero el solo te
ama a ti, eso es verdadero amor.
Ambas sonrieron y terminaron el
quehacer de la cocina, se despidieron y se fueron a dormir, Gaby en su
habitación se dirigió al tocador a ponerse la pijama, y fue sorprendida por la
espalda por José Antonio, la abrazó y le besó el cuello, ella con cosquillas y
emocionada solo sonrío.
-Ya lo ves, esa mirada es roba
corazones. Ya conquistaste a una mirada el dia de hoy.
-Mi niña te refieres a Eleonora?
¿No me digas que estas celosa?. Por Dios mi niña, yo solo tengo ojos para ti.
-la besó en la frente y ambos se fueron a acostar, ya en la cama el la abrazó y
estuvieron asi por varios minutos- solo me pesa las angustias que pasas por mi
culpa, lo que le hago pasar a toda mi familia.
-No es tu culpa, es la desidia de
otros que llevaron a Walter a unos celos enfermizos y que acabará con el mismo.
-Felizmente lo entendió Josefina,
le hice una advertencia sobre Walter y espero pueda ser feliz aquí, me dijo que
le caes muy bien, y le recuerdas a los ojos de Geraldine.
-De segura ella nos puso en el
mismo camino mi amor- dijo Gabriela.
-Ahora a descansar, fue un dia de
muchas emociones, eso si, mi vida, jamás olvides lo mucho que te amo, eres lo
más importante- José Antonio la acurrucó y le dio un beso en la frente y ambos
se quedaron dormidos,
Al dia siguiente, ambos se
despertaron con la luz del sol, se besaron en la cama y se entraron a duchar
juntos, José Antonio debía regresar a las oficinas de la Inmobiliaria, debía
atender algunos pendientes, Judith se ofreció a llevar de paseo a las visitas
junto con Daniela y las niñas, y Gabriela iría al hospital a ver al bebé. Todos
se reunirían en el Centro Comercial favorito de Daniela para almorzar y
disfrutar de la tarde, José Antonio estaba planeando ya oficialmente pedir la
mano de Gabriela en matrimonio, y Josefina se ofrecieron a ayudarle.
Gabriela no llevó al chofer esta
vez al hospital, decidió ir en un taxi, para no estar despertando sospechas
sobre la vigilancia, sentía miedo de Walter. Tras estar varias horas en el
hospital, estaba saliendo hacia el parqueo para de nuevo pedir un taxi, cuando
vio a un hombre que la seguía por las espaldas, trató de apresurar el paso pero
también vio a otro más fornido adelante suyo, bloqueándole el paso, no supo que
hacer en ese instante, sacó su celular para marcar a emergencias, pero alguien
le puso una especie de tela blanca en la boca, poco a poco fue perdiendo la
conciencia, solo sintió que soltaba su celular y de pronto todo negro.
Ya era la hora del encuentro en
el Centro Comercial, Estaban todos menos Gabriela. José Antonio empezó a
desesperarse, tomó el celular y empezó a marcar frenéticamente su numero. Sin
respuesta.
-Hijo capaz se le acabó la pila,
no te desesperes, ya debe estar en camino.
-No Judith, esto es extraño, si
no tuviera pila el celular llamaría por otro lado.
-Papá tranquilo, seguro ya viene,
son los nervios por la sorpresa que le tenemos, todo saldrá fabuloso.
-Si José Antonio, tranquilo, de
seguro hasta esta demorando porque esta hablando con el doctor, está realizando
aun otro trámite en el hospital, ya vendrá- Eleonora también quería
tranquilizar al hombre.
-Esta bien, media hora más, no
debo ser pesimista, mejor sigamos disfrutando de la comida.
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Gabriela empezó a abrir los ojos,
lentamente, no reconocía nada de ese lugar, tenía un fuerte olor a humedad, y
la luz era escasa, abrió por completo los ojos y se vio en una cama atada de
pies y manos y con una tela a manera de bozal en la boca, en una habitación
oscura, sin ventanas, solo una puerta enmohecida, no recordaba como llegó a ese
lugar, pero solo pensaba quien la pudo traer ahí, Walter.
Trató de gritar, sin éxito, se
movió en la cama, pero no obtuvo nada, de pronto se abrió la puerta, y entró
uno de los hombres que había visto en el estacionamiento. Llevaba en la mano
una bandeja con agua y comida y la dejó en el piso, luego se fue y dejó la
puerta entreabierta. En eso entró la persona que menos quería ver Gabriela y la
que más odiaba.
-Hola Preciosa- Walter entró y
hablo de manera prepotente, Gaby solo atinaba a hacer ruidos de molestia, ya
que no podía hablar, él se acercó a ella y le empezó a tocar las pernas , de
ahí el pecho y terminó con la cara, tomó con fuerza el mentón de Gabriela, y lo
acercó a su boca.
-Ese tu aroma me encandiló
siempre, estas igual de hermosa.
Gabriela volvió a hacer ruidos de
protesta, y de sus jos salieron algunas lágrimas de miedo y frustración, Walter
las secó con las yemas de sus dedos y dijo:
-No llores preciosa, si cooperas
conmigo esta experiencia será muy placentera.
Gaby hizo más fuertes sus ruidos
de protesta, tenía pánico de ese psicópata. Walter tuvo que sacarle el bozal de
la boca porque empezó a moverse con más brusquedad, quería que este hombre se
alejara. Al sacarle el bozal, ella suspiró hondo- ¿que quieres de mi Walter?
-Sentirte mia, y de paso hacer
sufrir al infeliz de San Román. De seguro esta desesperado porque no encuentra
a su damisela.
-Infeliz, que te ha hecho él,
porque tanto odio.
-San Román es un maldito infeliz,
arruinó mi vida desde que era un niño, no merece lo que tiene.
-Te equivocas, el no te conocía,
no podría hacerte daño.
-¿qué? ¿Ya que te contó el nexo
que nos une?
-El no es culpable de tus
miserias.
- SI LO ES, NO LO DEFIENDAS-
gritó Walter, estaba saliéndose de control, cada vez más iracundo -el y su
adorable familia, destruyeron mi vida, y la de mi madre, ¿Qué, no te contó esa
parte verdad?¿No te dijo que somos hermanastros verdad?
-No es tu hermano, Walter tu
madre te engañó, el no es nada tuyo de sangre.- dijo Gabriela
-NO DIGAS MENTIROSA A MI MADRE-
no se controló y le dio un bofetón a Gabriela, la tumbó a la cama y ella
comenzó a llorar. -Mi madre fue una victima de esa maldita familia, a la que yo
también tenía derecho, pero solo porque el niño Antonio sea un niño de bien y
ejemplo, no podía tener hermanastros, por eso mi padre me ocultó.
Gabriela agarrándose el rostro
enrojecido por el golpe, sollozando habló.
-Te engaño tu madre, tu no llevas
la sangre San Román, ya para con esta locura, por favor déjame ir.
-Lo siento princesa, pero estas
aquí porque eres la mejor carnada para atrapar a ese príncipe encantador, es
más que seguro que si le digo que venga, estará aquí rápidamente.
-No le hagas daño te lo ruego,
por favor Walter déjanos en paz.
-NO LO DEFIENDAS- volvió a gritar
el hombre, este odio no conocía limites. -Todas de igual forma defendían a este
idiota, que es muy bueno, es muy noble, y toda esa tontería, que tiene este
infeliz que encandila a todas, lo mismo me dijo Geraldine, aun sabiéndose
ultrajada y vejada en su virtud, solo lo defendía a él, diciendo que lo amaba,
luego Melanie, que me dijo que mejor era terminar, porque el no se merecía que
lo engañemos, era muy noble, ahora tu diciéndome que he vivido engañado todo
este tiempo.
-Es la verdad, y no me contó José
Antonio, fue un investigador, el me dijo todo esto- dijo Gaby.
-NO ES CIERTO!!!- gritó Walter-
no entiendo cómo es que todas andan locas por este imbécil, tanta devoción a
San Román, pero que pagaron muy caro.
-Matando, violentando, ¿asi fue
como acabaste con Geraldine verdad? ? Gabriela estaba a la defensiva, este
hombre no entendía razones. -Así la mataste maldito.
-Puso su amor por el ante
cualquier otra cosa, y yo enamorado de Geraldine, incluso ya cuando estábamos
aquí en Miami y lo vio junto a su esposa, ni aun en ese momento dejó de
quererlo. Por eso la maté, por necia.
-Eres un infeliz, maldito-
Gabriela volvió a moverse frenéticamente, quería salir de ese lugar, su vida y
la de su familia era mas importante y estaban en riesgo.
-Lo sé. Así de mal me trató la
vida
-Eso es por tu necedad, por favor
deja que te cuenten todo, y no cometas más locuras, has matado a 3 personas sin
motivo.
-Nos falta una, -dijo con una
carcajada y de manera inescrupulosa- yo mate a Melanie.
Gabriela no salía de su asombro
era lo ultimo que quería escuchar.
-Pero si tu la amabas, y ella a
ti.
-puede ser que si, Melanie fue
una mujer muy importante para mí, pero como Geraldine, se puso a pensar en San
Román, dice que lo amaba y que el hijo que esperaba era de su marido, yo lleno
de ira planee el accidente de coche y la explosión.
-Eres un psicópata, déjame ir por
favor, te lo ruego, no diré nada de esto, mis hijos me necesitan, déjame ir.
-No de eso nada, es más ya es
hora que sepa dónde estás.
Sacó un celular de su bolsillo, y
empezó a marcar los números.
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-No es normal, esto es obra de
Walter, Dios mío, donde esta mi mujer- José Antonio estaba en casa, ya habían
pasado más de tres horas y no tenía noticias de Gabriela, ni rastros de celular
ni llamadas, Judith y Eleonora se encargaron de las niñas mientras Josefina
trataba de controlar a su padre.
-Papá tranquilo, debemos mantener
la calma.
-NO PUEDO- gritó José Antonio. Al
ver la cara de susto de su hija se controló- preciosa lo siento, no puedo
controlarme, este maniático tiene a mi esposa, y recuerda que Mató a tu madre.
Tengo mucho miedo por Gabriela.
Tomó de nuevo el celular, y marcó
a Gaby, solo se dirigía directo a buzón- Gaby mi niña donde estás, ven a mi te
lo ruego, donde estás.
En eso empezó a sonar su celular
solo timbró una vez y José Antonio contesto de prisa. Primero se escuchó
silencio.
-Bueno?
-Te acuerdas de mi- Walter
hablaba con cinismo y prepotencia- Andale mi vida háblale a tu amado príncipe y
pídele que te rescate.- puso el celular en la boca de Gabriela que aun seguía
atada.
-José Antonio. ? dijo llorando
Gaby- mi amor.
José Antonio estaba en estado de
shock, escuchar la voz llorosa de su mujer lo paralizó, Josefina que escuchaba
todo no lo podía creer.
-Maldito infeliz, suéltala
imbécil, no le hagas daño y tendré piedad contigo- dijo José Antonio, apretaba
su puño libre, su impotencia era grande.
-No me vengas con amenazas, así
que pórtate bien, o enviaré los restos de tu mujer en pequeñas cajas a tu
nombre.
-DESGRACIADO, DIME DONDE ESTÁ MI
MUJER- José Antonio gritaba de rabia y de desesperació. Mientras escuchaba
llorar a su bella Gabriela.