Fernando, el tren va rápido, tal vez más rápido de lo que yo misma hubiera querido.
Hay viajes que se hacen en compañía y viajes que se hacen solos, algunos solos pero con la mente y el corazón lleno, y otros solos completamente.
Un día abres los ojos y sabes que algo pasó, que algo cambió, que algo que ya venía llenándose de grietas finalmente se quebró, que por más que trataste de contenerlo, de protegerlo y de cuidarlo... no logró superar las inclemencias del tiempo, que éstas hicieron lo propio, no más, no menos, sino solo lo justo, lo que debían de hacer.
Sabes, vivo en un lugar muy cálido, extremadamente cálido, tengo algunas plantas a las que les tengo un cariño especial, algunas de ellas estaban conmigo desde Monterrey y me acompañaron a este nuevo lugar, al principio batallaron mucho para sobrevivir, aquí el calor es abrumador, poco a poco se fueron adaptando, pero este verano ha sido difícil, demasiado intenso, y aunque las riego a diario con todo el cariño, el sol las está secando, dejó solo algunas raíces débiles y bueno, hoy las voy a subir a ese tren acogedor y me las llevaré antes de que el sol terminé con la última célula verde que queda en ellas. Sé que las plantas volverán a tornarse verdes algún día, tal vez en el invierno o en la primavera ¿quién puede saberlo?, siempre habrá nuevos paisajes, nuevos climas, nuevos entornos...
Gracias por las veces que viajaste conmigo en este tren o en alguna de las historias que escribí contigo y para ti, fueron paseos increíbles; debo decírtelo: eres un gran compañero de viaje, guapo como pocos, tu compañía es cálida, mágica, sensual... y bueno apasionadísima, también.
Gracias por haber abierto en mi mente el cofre de las palabras, de las historias, nadie lo había logrado en cuarenta y pocos años, así es que tienes un gran mérito y siempre te lo agradeceré.
Sé cómo se juega este juego, pero más allá de lo que dice el protocolo, las reglas silenciosas, la sociedad colunguera y el mundo entero, te diré algo con todas sus letras... me duele profundamente tu indiferencia y tu frialdad, mis fuerzas para tratar de contener esta ilusión, se han agotado. Me sé de memoria todo ese rollo que a veces nos repetimos como un mantra de sobrevivencia: *que si él nos dijo tal cosa, que si no nos dijo lo otro, que si bla, bla, bla*, y con esta carta no busco regaños o consejos, ni pretendo remiendos, ni compasión, ni caras agrias, solo necesitaba decirte eso que ardía en la garganta, que muy seguramente ya lo sabías, porque sé que no estoy dándote el hilo negro ni el agua caliente, pero necesitaba desahogarme CONTIGO y con nadie más, necesitaba decírtelo, no puedo fingir demencia y hacer como que no pasa nada y que veo todo bien, cuando no es verdad... quiero dejarte muy claro que hablo únicamente desde mi perspectiva, desde lo más profundo de MI CORAZÓN, y es una opinión completamente personal.
No sé si algún día el tren me traiga de regreso en solitario. Antes, necesito reencontrar las razones que me hacían llenar la mente de sueños contigo, necesito buscar a ese Fernando que un día encendió una chispa que luego se hizo hoguera, necesito saber en dónde quedó.
Alguien en alguna ocasión me dijo que andaba de *quejosa* y que a ti eso no te gusta, y tal vez esa persona tiene razón, pero bueno, las dosis de ignorancia emocional que me fueron puestas en el alma, no ayudan, y hay cosas que nada más no me entran en la cabeza y en el corazón menos... sé que no hay promesas, ni tampoco las busco... excusas aún menos, no busco respuestas, ni caminos, solo quería comentarte lo que siento y que no es nuevo.
Quiero decirte que fue buenísimo mientras duró, qué digo buenísimo, fue hermoso y lleno de magia, pero como todo en esta vida, hay principios y hay cierres de ciclo, algunos duelen como heridas en carne viva, y este es uno de ellos.
Gracias FERNANDO, gracias por los espacios que me regalaste a mí como Lorena de Colunga, para hacer locuras, para ser atrevida, para soñar contigo, para crear, para aprender, para sanarme, para tratar de acercarme a ti. Fueron cuatro años y medio padrísimos.
No digo que nunca me volveré a asomar... simplemente hibernaré por un largo tiempo.
Gracias FER, porque todo pasa por algo... Aún te tengo cariño, pero ahora con los ojos abiertos.
Lorena S.
Cierro con candado este tema