El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
BENDECIDO Y FELIZ DOMINGO EN EL SEÑOR
HOY QUIERO COMPARTIR CON USTEDES LA SAGRADA ESCRITURA.
DIOS, NUESTRO PADRE LLEGA A CADA LUGAR CADA DIA DE LA MANERA MAS INSOSPECHADA, NO LO RECHACEN.
<<ABBA PADRE>>, JESUS SE DIRIGIA ASI A SU PADRE, QUE DEL ARAMEO, SU IDIOMA MATERNO SIGNIFICA <<PAPITO QUERIDO>>, USTEDES SE IMAGINAN SALUDO MAS CARIÑOSO HACIA EL PADRE.
HOY TE PIDO YO, PAPITO QUERIDO QUE EL ESPIRITU SANTO ABRA LOS OJOS DEL CORAZON QUE LEA TU PALABRA Y SE LLENE DE TU AMOR.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 20, 19-23.
19.Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos estaban reunidos por la tarde, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!»
20.Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor.
21.Jesús les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.»
22.Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo: 23.Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan.»"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Pentecostés:
Ven Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz. Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio de los hombres. Tú eres descanso en el trabajo, templanza de las pasiones, alegría en nuestro llanto. Penetra con tu santa luz en lo más intimo del corazón de tus fieles. Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, sana nuestras heridas. Suaviza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos. Concede a tus fieles que confían en ti, tus siete dones sagrados. Premia nuestra virtud, salva nuestras almas, danos la eterna alegría.
¡La paz esté con ustedes!
El día de Pentecostés, los discípulos recordaron las palabras de Jesús: "Reciban el Espíritu Santo". Ahora ellos verán las cosas con mayor claridad, tendrán que salir de Jerusalén y entrar en el mundo de los paganos, porque también han sido llamados a la fe. Jesús les dice: "La paz esté con ustedes". El puede dar la paz porque es el vencedor del mundo y de la muerte. Su saludo es el saludo del triunfador que aún tiene en sí los signos de la victoria en sus manos y en su costado. Estos son la prueba del amor que él nos tiene. Sin embargo nos cuesta entrar en la dinámica de la confianza de los hijos de Dios. Los cristianos van a reconocer que Jesús viene del Padre y que nos ha dejado un aliado, el Espíritu Santo. La falta de fe nos lleva a participar de un gozo condicionado, sin alegría y distinto al que mostraron los discípulos al ver al Señor.
Por medio del Espíritu Santo, los discípulos de Jesús podrán llevar a cabo la misión encomendada: animar a la comunidad, asistir a los débiles, respetar las diferencias; y lo más difícil: perdonar las ofensas. En la vida hay ofensas que cuesta perdonar, y no solamente por una cuestión de sensibilidad.
Para el evangelista Juan, el pecado es aquél acto que va en contra de la libertad y de la vida. Entonces, ¿qué significa perdonar la ofensa, la corrupción, el abuso de poder, la mentira, la infidelidad?
Imploramos el juicio de Dios y quisiéramos que él haga justicia por nosotros. Pero, Jesús da el poder de perdonar o no perdonar. Somos testigos de este poder y vamos discerniendo donde está la vida y donde se esconde la muerte.
Jesús va tocando el corazón de quienes lo imitan y desenmascara los intereses ocultos de los poderosos. El Señor no pide a la comunidad juzgar a los pecadores. Su juicio, como el de Jesús, es el de constatar y confirmar la conversión del arrepentido y su adhesión al proyecto de Dios.
Qué Dios nos bendiga.