El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
Resumen del Capítulo 1: Gabriela Ortiz se
entrevista con José Antonio San Román y logra ser contratada para los servicios
de decoración de inmuebles de la empresa de Bienes y Raíces de José Antonio.
Capítulo
2
Hace una tarde fresca,
la calle está llena de hojas de los
frondosos árboles que se mueven cadenciosos al son de la brisa, a lo lejos se
oyen algunos pájaros cantar. Gaby cruza la calle y llega a una hermosa casa,
toma su bolso y saca un juego de llaves, juega un poco con ellas y selecciona
una, la introduce en la cerradura y abre la puerta, se encuentra con una
habitación algo vacía y de repente!
-Pepillo! mira lo que
nos ha llegado.
Eran dos muchachos,
rateros que habían ingresado a la casa; Gaby se había quedado paralizada, uno
de ellos la agarro por la espalda y le dijo al oído.
-Muñequita que traes de
valor en tu bolso.
Mientras el otro se lo
arrancaba y comenzaba a revisarlo, cuando se da cuenta que un hombre que se ha
bajado de su automóvil se dirige a la casa.
-Pepillo! Un hombre se
acerca y creo que es policía.
La policía estaba
atenta a las casas que estaban deshabitadas, que eran varias; ya que los
habitantes de la zona les habían alertado de la presencia de rateros. El inspector
Walter Smith, había visto a Gaby entrar a la casa y pasaba lentamente por el
frente, cuando detallo el movimiento brusco de la joven cuando el ratero la agarro
por la espalda; inmediatamente paro su automóvil se comunicó con la central.
El muchacho que tenía
agarrada a Gaby por la espalda la empuja y la tira al piso, el otro suelta el
bolso y salen corriendo hacia la parte trasera de la casa para salir por donde
habían entrado. El Inspector Walter se da cuenta de que algo extraño está
ocurriendo dentro de la casa y con pistola en mano, empuja la puerta que estaba
parcialmente abierta y encuentra a Gaby que no puede articular palabra tirada
en el piso. Gaby estaba impactada no había podido salir del susto que la había
dejado paralizada.
El Inspector guardo su
pistola, se agacho, tomo el brazo de Gaby y le preguntaba qué si estaba herida.
Gaby lo veía pero no lo escuchaba, para ella parecía todo en cámara lenta,
hasta que el Inspector la agarró por los hombros, la sacudió y le dijo: por
favor señorita dígame su nombre.
Gaby reaccionó, comenzó
a llorar y lo abrazó con fuerza, tanto que el Inspector no hallaba como zafarse
de ella.
-Gracias señor agente,
gracias por llegar a tiempo.
-Dígame por favor, ¿tiene
alguna herida?
-No, no, no estoy herida,
solo el susto y mi nombre es Gabriela Ortiz.
-¿Qué hace en esta casa? ¿es suya?
-No, no es mía, trabajo
en la Corporación San Román de Bienes y Raíces; esta casa la acabamos de
adquirir y le tengo que hacer la inspección inicial.
-Espere aquí, por favor, mientras reviso la casa y veo por donde entraron y
salieron los rateros.
-Está bien, está bien (A
Gabriela todavía le costaba articular palabra, pero sabía que ya estaba a
salvo)
El Inspector Smith
regreso a donde estaba Gabriela y le dice:
-Quiere que la lleve a
la estación para hacer la denuncia?
-Si, está bien; pero déjeme llamar a mi jefe para informarle de lo sucedido.
Gabriela tomo su
celular y llamo al Arquitecto Asdrúbal, su jefe directo y le contó lo sucedido.
-Gabriela pero tú estás
bien? no te hicieron nada?
-No Asdrúbal no me
hicieron nada, solo que todavía no salgo del susto; el agente de la policía me
dice que vaya a la Estación a poner la denuncia.
-Está bien yo me acerco
a la casa y la reviso, luego hablamos.
Gabriela se dirigía,
con el Inspector Walter, a la Estación y no le quitaba los ojos de encima y al parar el
auto, salto rápidamente para abrirle la puerta y ayudarla abajar.
Gabriela puso la denuncia y al salir de la central, se
tropezó con el Inspector Walter.
-Señorita, disculpe.
Gabriela lo ve
directamente a los ojos y pudo notar al
hermoso hombre que habitaba en él. Walter era hombre joven, un policía
impecable, de ojos claros, cuerpo atlético, con el cabello rapado, se veía muy bien.
-Señor agente; por favor, discúlpeme usted a mí, no le había
dado las gracias por lo oportuno de su llegada a esa casa.
-Mi nombre es Walter
Smith. Ya teníamos varias denuncias, pero realmente estamos rastreando al pez
gordo que los pone hacer esos saqueos y a traficar drogas. ¿Puede tomarse una
taza de café conmigo? (Walter había quedado impactado con Gabriela)
-Si por su puesto. ¿Por
qué no usa uniforme?
-Porque ando en comisión
especial, como le dije estamos en la captura de un narcotraficante importante.
********************
Mientras tanto,
Asdrúbal entraba a la oficina de José
Antonio y le informaba lo sucedido.
-Asdrúbal, ¿Por qué la
dejaste sola?; la Srta. Gabriela es
nueva en la empresa y nueva en la ciudad.
-Sr. José Antonio, no
pensé que hubiese ningún problema y recuerde que tenía la primera consulta de mi esposa.
José Antonio, suspiro y
le dijo:
-Tienes razón no es una
zona peligrosa, de todas formas, esas inspecciones iniciales no debe hacerla
una sola persona. En cuanto a lo otro, dime ¿todo bien con tu esposa y el bebe?
-Sí, todo bien.
-Y la señorita Gabriela,
¿ésta bien?
-Si, solo esta impactada
y fue a la Estación de la policía a poner la denuncia.
-Por favor averigua como esta ella y me mantienes informado.
José Antonio, había
quedado prendado de Gabriela, desde el día que la entrevisto, pero le parecía que la diferencia de edad era
un obstáculo, bastante difícil de saldar.
********************
Habían pasado dos
semanas desde el incidente, José Antonio estaba en su oficina cuando, tocaron
la puerta semi-abierta; era Gabriela exquisitamente vestida iluminando todo a
su alrededor.
-Buen día, Sr. José Antonio, ¿quería verme?
José Antonio, levanto
la mirada y suspiro; rápidamente retomo lo que estaba haciendo y sin levantar la mirada, le dijo a Gabriela.
-Pasa, por favor, solo
quería felicitarte por el éxito financiero obtenido en el negocio de las
oficinas y preguntarte ¿has sabido algo de los rateros de la casa?
-Gracias por las
felicitaciones, ese fue un éxito del equipo; en cuanto a lo otro no he sabido
más nada; fue un gran susto, pero
afortunadamente la policía estaba vigilando la zona y la situación no paso a
mayores.
-Perfecto, entonces todo
bien (José Antonio seguía revolviendo papeles porque no quería que Gabriela se
diera cuenta de que le atraía)
Sobre el escritorio de
José Antonio estaba unos folletos de un curso de defensa personal y manejo
exitoso del pánico, que se dictaría el siguiente fin de semana. Gabriela tomo
uno y le dijo:
-¿Y estos folletos?
José Antonio con cara
de despistado le dijo:
-No se esos folletos me
los trajo alguien, no recuerdo, llevan días allí.
-Pues, como dice mi
madre: Mejor llegar a tiempo que ser invitado, voy a llamar para inscribirme.
Bueno Sr. José Antonio tiene algo más?
-Solo que veo que te has
adaptado muy bien al ritmo de la empresa.
-Sí, me encanta lo que
hago y los retos que se generan cada día me tienen fascinada.
José Antonio se relajó
un poco y mientras Gabriela le
explicaba que su madre e hija las
traería a vivir con ella en unos meses, la veía y la detallaba hasta lo más profundo
que sus ojos y sus gestos le permitían, luego se despidieron y José Antonio suspiro pensativo.
Gabriela estaba en su
oficina leyendo el folleto, tomo su celular y marco para concretar la
inscripción en el curso.
-Buenos días.
-Dígame.
-Estoy llamando por lo
del curso de defensa personal y manejo
exitoso del pánico, planificado para este fin de semana.
-Si, ésta planificado
para este fin de semana, ya que el viernes es día libre. ¿Tiene toda la
información de los requerimientos para poder realizar el curso?
-Si tengo un folleto
donde explican con detalle lo que debo llevar, la hora de ingreso el día jueves y que pasaremos el fin de semana casi
que encerrados.
-Perfecto, recuerde que
el objetivo del curso es lograr el descubrimiento de habilidades destinadas al
combate callejero, que todos tenemos potencialmente, pero no desarrollamos
hasta el momento en el que nos damos cuenta de esta necesidad, cuando hemos sido víctimas de algún ilícito.
-Listo ya hice la
transferencia.
-Perfecto, pase un
correo con los datos de la transferencia, a la dirección que aparece en el
folleto para registrar la inscripción y le informo que al llegar el día jueves
se le asignará un grupo de trabajo y el instructor.
Gabriela cerró la
llamada y se alisto para salir de la oficina, tenía una cita con el Inspector Walter,
habían quedado de acuerdo en ir a cenar a un restaurante de comida Árabe.
La noche fue encantadora,
Walter no escondía lo atraído que estaba de Gabriela y a ella como que no le
molestaba esta situación, al caminar al departamento de Gabriela, Walter se
arriesgó a tomarle la mano, llegaron a la puerta del edificio y cuando se
estaban despidiendo Walter le robo un beso.
-Walter que haces (Le
pregunto Gabriela entre risa y susto)
-Nada, me arriesgo,
sabes que me gustas mucho.
-Sí, y me siento muy
honrada por eso, pero creo que vas muy rápido, siempre he pensado que para
enamorarse hay que conocerse y que eso solo ocurre compartiendo durante un
tiempo prudencial.
-A ver? ¿Cuán largo es ese
tiempo prudencial?
-No sé, 5 meses de
compartir para conocernos, establecer un lazo y saber si nos aceptamos el uno
al otro tal cual somos.
-Gabriela (Le dice
Walter poniendo una cara de duda) se ve que tú no te has enamorado de verdad.
Está bien iremos a tu ritmo. ¿Qué vas hacer este fin de semana largo?
-No te dije? Como no
contártelo; voy a un curso de defensa personal y manejo exitoso del pánico; y
estaré todo el fin de semana ocupada.
-Pero habérmelo
solicitado a mí, yo te lo hubiese dado gratis.
-Walter, mañana tengo
que madrugar, así que, gracias por la invitación, la pase muy bien, y espero
que se repita (Gabriela con una gran sonrisa pero invitándolo a que se
despidiera)
-Está bien ya me voy,
pero que conste que yo voy a seguir tú ritmo a duras penas.
Gabriela y Walter se
despidieron y en los dos días que faltaban para el jueves Gabriela compro y
preparo su maleta para el curso y converso varias veces por teléfono con
Walter.
Era jueves y Gabriela
estaba lista, llego al club, donde se realizaría el curso; había mucha gente,
de diferentes edades. Gabriela hizo una cola para chequear la maleta y que le dijera el grupo.
-Bienvenida Srta. Ortiz
usted ha sido asignada al grupo ?F? y su
instructor es el Sr. José.
Gabriela se dirigió a
la mesa identificada con la letra ?F?, en la cual estaba, de espalda un hombre
alto y corpulento trajeado con un uniforme deportivo y una gorra de visera
-Disculpe busco al
instructor José
El hombre giro para
responderle a Gabriela
-Hola Gabriela quedaste
en mi grupo (Cual sorpresa)
-Sr. José Antonio,
¿Usted será mi instructor?
-Por lo que veo si,
¿Algún problema con eso?
-No, para nada; solo que
usted me dijo ?.
-Si, ya sé que te dije
en la oficina pero es que no me gusta hablar de lo que hago en mi tiempo libre
y además no quería influir en tu decisión
Gabriela estaba
impactada, no dejaba de verlo y pensaba:
-Caramba, caramba, el
Sr. José Antonio es atractivo en traje y corbata, pero con esa pinta y esa
gorra esta de muerte lenta
Era un grupo de diez
personas adultas 6 mujeres y cuatro hombres. Esa primera noche fue para que
cada uno del grupo contara las razones por las cuales estaba en el curso y cuáles
eran sus mayores temores. El instructor, tomo nota y puso mucha atención a lo que cada quien contaba, Gabriela le
tenía pánico a los sitios cerrados y no sabía nadar. Esa noche Gabriela salió
del cuarto común que les habían asignado a las mujeres y camino hasta la
alberca, parada cobijándose con los brazos cruzados porque tenía frío, sintió
que alguien le había llegado por la espalda.
-Tranquila Gabriela, soy
yo, te vi salir de la habitación y te traje esta manta porque está haciendo
frío.
Gabriela no se volteó
y José Antonio le coloco la manta en la
espalda y puso sus manos sobre sus hombros ambos se estremecieron y él la acerco un poco a su cuerpo, Gabriela no atinaba a pronunciar palabra,
su cuerpo le estaba hablando en un idioma que ella no conocía.
-Sr. José Antonio,
cuando entro en pánico no me salen las palabras (Pensó: Santo DIOS que estoy
diciendo)
-No te preocupes,
esperemos que al salir del curso tengas las herramientas para manejar el pánico
y poder defenderte; sabes Gaby defenderse no es solo saber dar los golpes
físicos certeros también es saber decir las cosas con las palabras adecuadas y
en el momento oportuno.
-Gracias por la manta
Sr. José Antonio.
-Una cosa importante,
aquí llámame José.
-Está bien.
Se quedaron un rato sin
pronunciar palabras y José Antonio le dijo:
-Vamos a dormir porque
mañana nos espera un día bastante atareado.
El curso estaba bien
organizado, había horario para las comidas, para teoría, para prácticas que
incluían hacer ejercicios y también había horas libres. Todo el fin de semana
Gaby y José Antonio la pasaron juntos, se reían, conversaban y José Antonio se
empeñó en darle unas clases de natación. Algunas chicas de otros grupos
piropeaban a José Antonio y más de una dijo que pagaba buena lana a quien le
cediera el cupo en el grupo ?F?.
Estaban en la alberca
terminando la clase adicional de natación y Gabriela le dice:
-José Antonio no tenía
idea de lo agradable que eres, es más creo que nadie en la empresa tiene idea
de eso, me has hecho reír, me has enseñado cosas, te he visto enseñar a otros,
para mi eras tan lejano y ahora te siento tan cerca de mí.
-Bueno mi querida
Gabriela ahora somos dos los que sentimos lo mismo.
Estando los dos en la
alberca y finalizada la clase comenzaron a lanzarse a la alberca otros
compañeros, era la hora libre para divertirse y José Antonio al tratar de
proteger a Gaby se acercó mucho más a ella y sus cuerpo se encontraron, la tomo
por la cintura en un gesto casi automático y Gabriela en lugar de apartarse se
acercó más al cuerpo de José Antonio.
Llego la noche del sábado
y habían dicho que a media noche verían
una lluvia de estrellas fugaces y José
Antonio invito a Gabriela a que se quedaran a esperar y ver el acontecimiento. José Antonio llevo un
mantel, unas frutas y una botella de vino.
El Club tenía una gran
extensión de áreas verdes, había una loma cubierta de grama y libre de árboles,
bastante retirada de las instalaciones, donde colocaron el mantel y se sentaron a conversar y a esperar la media
noche. La noche era fría, José Antonio sirvió las copas y brindaron por los
resultados del curso, él le tomo la mano, se la beso tiernamente y le dijo:
-¿Sabes que me tienes
hechizado?
-Eso me ha parecido y me
emociona mucho saberlo.
-Eso quiere decir que
también te tengo hechizado.
-Si (Gabriela al mismo
tiempo que lo decía asentía con la cabeza, ella ya había entendido los mensajes que su cuerpo le estaba
enviando en las últimas 50 horas de su vida)
José Antonio tomo una
fresa la mordió y le pregunto señalando la fresa mordida por él
-¿Quieres?
-Si , si quiero.
José Antonio le dio la
fresa en la boca y comenzó a besarle el
cuello, luego la frente y finalmente la
beso en la boca, José Antonio tenía el control de la situación y Gaby no hacía
más que disfrutarla. Se abrazaron en un acto apasionado, lleno de amor y ternura,
sin llegar a intimar. Se recostaron sobre el mantel y José Antonio abrazo a
Gabriela tanto para sentirla como para darle calor.
Gaby recostada sobre el pecho de José Antonio
le dice:
-José, nunca me había pasado
esto, desde que te conocí me gustaste pero te veía tan lejano, lo que he vivido
este fin de semana no cuadra con la estructura de mi pensamiento.
-Bueno, yo siento que te
amo desde el día que te entreviste y yo no tengo estructura de pensamiento para
el tema del AMOR, porque el amor se siente no se explica ni se razona.
-Y ahora como nos vamos
a tratar.
José Antonio suspiró
profundamente y le dijo
-Bueno, en el trabajo
nos trataremos como lo hemos hecho hasta
ahora y cuando estemos solos nos tratamos como lo estamos haciendo en estos
momentos (Sonrió de manera traviesa)
-José tómame en serio.
-Eso hago mi amor, deja
que las cosas fluyan con naturalidad y ya veremos que resulta.
Pasaron el rato conversando
cuando se dieron cuenta eran las dos de la mañana y no llegaron a ver ninguna
lluvia de estrellas fugaces, cada quien se fue a su habitación.
Llego el domingo, terminó
el curso y José Antonio la llevo hasta su departamento y subió con ella
llevándole la maleta. Al despedirse Gaby lo abrazo tan fuerte que a José
Antonio no le quedó más que doblegarse ante
los besos de Gaby, la cargo y le pregunto, sin dejar de besarla, le dijo:
-No sigas por favor
porque no respondo.
-Cierto, disculpa, ahora
la que acelero el ritmo fui yo.
-¿Qué dices?
-Nada, yo me entiendo.
Haciendo gala de su
ternura José Antonio tomo a Gabriela por la cintura la levanto y le dijo:
-Eres tan suave como me lo
había imaginado, pero mi vida, tengo que
irme. ¿Me dejas ir?
-No, no quiero que te
vayas, me escucho y no me reconozco.
-No te creas yo tampoco
imagine que todo esto iba a pasar, pero es que me gustas mucho, creo que te amo
desde el día que te vi por primera vez, pero me debo ir porque si no lo hago
ahora no voy a parar. Mañana nos vemos, como a las 8:00 am y nos tomamos un
café en la cafetería de enfrente de las oficinas, ¿Te parece?
-Está bien, José, seguro
que soñare contigo.
José Antonio le dio un
beso en la frente y otro en la boca, se paró y se fue a su casa.
Había amanecido y Gabriela estaba profundamente dormida,
cuando el repicar de su celular la despierta
-Diga
-Gabriela, donde andas
son las 9:00 am y no has llegado recuerda la cita que tenemos hoy para ver las
oficinas que recién compró la corporación
Gabriela salto en la
cama
-Asdrúbal no me digas
que esa es la hora, DIOS ya llego José, digo (Rectifico rápidamente) el Sr.
José Antonio?
-Si llego muy temprano y
pregunto por ti.