El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
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Buenas tardes Margarita y contertulias.
A pesar Margarita, de que ya has comentado varias veces que hay mucha diferencia entre la mentalidad de las mujeres latinas y las europeas, no ha podido dejar de llamarme la atención el título de tu post y mucho menos los comentarios que se han vertido en él.
Con todos mis respetos hacia todas vosotras, me voy a permitir la licencia de opinar, y quizás incluso la de recriminar alguna que otra opinión (espero que no me lo toméis a mal), pues creo que la palabra SORPRENDIDA, se queda algo corta ante mi sentir con respecto a los comentarios que aquí se leen, escritos por mujeres.
Condenando el hecho de que Julia actuó mal al casarse con alguien a quien no amaba solo por despecho, condenando incluso la terrible injusticia que cometió ilusionando a un hombre al que sabía que no podría corresponder ante la certeza de que él sí la amaba; independientemente de todo eso, somos mujeres, sabemos de las torturas y abusos a los que otras mujeres se ven sometidas a manos de sus compañeros de vida (aunque eso no es vida), todas conocemos casos terribles con finales penosos que han llegado hasta la muerte de muchas de ellas a manos de sus parejas.
Por todo esto queridas, disculpad si no entiendo vuestros comentarios y vuestra solidaridad ante un maltratador que, aunque en lo físico aún no lo hemos visto ejercer violencia extrema sobre su esposa (pero sí sobre Monserrat), psicológicamente la anuló como persona hace mucho tiempo.
Estableciendo como base que el matrimonio o cualquier relación de pareja es una cosa de dos, son dos los que tienen que decidir por donde y de que manera se conduce esa relación.
Aunque novela, la historia que nos están contando está situada en nuestra época actual; no afirmaré que no entiendo la solidaridad hacia un hombre posesivo, irascible, dictador, egoísta y dado a los malos tratos hasta con su propio hijo (y me da igual que crea que no es suyo, lo ha criado y eso debería ser motivo suficiente para quererlo), porque la realidad es que me indigna que se justifiquen actos de ese calibre.
La infidelidad es infidelidad y no tiene ni excusas, ni disfraces: ¿Eladio puede ser infiel para desahogarse, pero Julia no puede buscar el cariño que jamás ha tenido?.
¿De verdad pensáis que se puede "cumplir" como esposa después de una violación la primera noche de convivencia?.
¿Lealtad?, está claro que de pensamiento Julia no ha sido muy leal, pero ¿dónde ha estado la lealtad de Eladio en los 25 años de relación con la persona que supuestamente más ama en la vida?. Claramente, en toda negación a los derechos de su mujer, ¿Y por qué? porque no cumplían sus propósitos.
Me resulta imposible pensar que defender una postura o punto de vista individual sea una provocación para que alguien merezca la vejación y anulación como persona.
En la sociedad actual se han perdido muchos valores, y otros simplemente se han puesto en su sitio, el término "Dama" ahora se puede utilizar para referirse a cualquier mujer adulta respetable, y hasta donde yo he visto la sufrida esposa aún no ha perdido esa condición.
La frustración y el desamor no pueden de ninguna manera llevarte a extremos que te hagan perder tu humanidad, los celos son una enfermedad terrible, pero no los provoca ningún fantasma del pasado, si no la cruda realidad de una enorme falta de confianza en el yo interior.
¿Qué Julia no ha hecho nada bien hasta ahora?. Es cierto
Pero no condenemos un desliz, ante años de errores cometidos por ambas partes.
En esta novela no hay angelitos, ni tampoco villanos; en esta novela hay personas llenas de defectos, miedos y decisiones equivocadas, como la vida misma.
Y si alguien merece realmente lo que tiene, ese es Arturo, un hombre a quien todo le llegó heredado, y ante un futuro fácil fue incapaz de conservar lo único que debió haber cultivado.
Solo espero que lo pierda todo y sea Eladio el que lo saque de su ruina; sería un buen final para alguien que pese a no dudar de su paternidad, fue incapaz de amar a su primogénito porque solo veía en él el reflejo de un error.