Ahora se las contaré al viento... pero también las escribiré todas, porque mi corazón todavía tiene una cascada de sentimientos que compartirte, en donde tú eres el protagonista y vas dándoles forma junto conmigo. 

Gracias por haberme llenado de alegría mis años en esta casa, por enseñarme a redescubrir lo que significa soñar en grande, por hacer realidad esos sueños, por darme alas y volar junto conmigo.

Gracias por desempolvar esas mariposas que andaban guardadas en algún lugar recóndito de mi ser... te agradezco por haber marcado mi vida, por haberme enseñado tantas cosas con tu ejemplo, gracias porque tu vida se cruzó con la mía en algún punto y lugar, y desde entonces todo ha sido diferente.

GRACIAS MI FER, gracias por tanto, que Dios te bendiga siempre, te quiero mucho, más de lo que te imaginas y seguiré apoyándote siempre desde la trinchera que sea. 

Eres un gran ser humano y tu sola existencia es una inspiración enorme para mí.

Esto no es una despedida, porque no sé lo que vaya a pasar, es solo un "nos vemos en donde tenga que ser"...

TQM.

Lorena