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Casi,casi se le hace a José Miguel

¡No puedo creer que Valentina (Lucero) haya dejado al pobre José Miguel (Fernando Colunga) con las ganas! Esa mujer tiene un autocontrol escalofriante. Después de esos besotes, después de haberse descamisado mutuamente, La Dueña tuvo la energía para decir “no” y salir huyendo de la escena de pasión. Debería hacer comerciales promoviendo la castidad.

En serio, a pesar de que no tuvimos consumación, fue un capítulo fantástico de Soy tu dueña. Cada vez que este par se besa estallan más fuegos artificiales que en un Cuatro de julio.

Yo creía que la pareja Colunga-Lucero nunca superaría, en cuanto a escenas de amor se refiere, al primer capitulo de Alborada, pero me equivoqué. Todo comenzó con una carrera de caballos. Como sabemos a La Víbora le gustan los desafíos.

Termina la carrera con un descanso en una cabaña abandonada y ahí Valentina nota que su vecino está sangrando. ¿Cómo no, si aún convaleciente y ya anda galopando como centauro? Muy preocupada la Dueña quiere atenderlo. Lo acusa de “necio” (¡botellita de jerez!) y le quita la camisa. Una sola mirada a esos bíceps y a la Dueña se le pasan las ínfulas de Florence Nightingale. ¡A cualquiera!

José Miguel, comienza a darle besitos suaves para no asustarla y le quita la blusa. ¿También querría revisar si tenía una herida? La vista del brassiere rosado de Valentina, enardece a José Miguel que comienza a besarla con más pasión. Ella le responde con igual entusiasmo, se aferra a él y… sale corriendo, medio desnuda bajo la lluvia (nada como una ducha fría para bajar esos ardores). Ninguna suplica de su “besador” la convence de volver a la cabaña. Bueno, José Miguel como dice el dicho “lo bailado, lo comido…y lo besado nadie te lo quita”