Fondo

El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.

CONTINUACION DEL CAPITULO 102 Y CAPITULO 103 (CONTINUACION) DE AMOR REAL

PERD\'ON PERO AYER NO SUBIO EL FINAL DEL 102 Y AHORA LO TERMINO.
ESTA CONTINUACION NO ESTA EN VIDEO ALGUNO, ES ALGO QUE ESCRIBI PENSANDO EN LA MAGIA DE AMOR REAL.


_No, Manuelito, este cuarto no es para ti. Este lo hemos preparado para un nuevo miembro de la familia que llegará dentro de poco. También es un niño, pero más pequeño que tú.

_ ¡Ya sé para quién es! Para mi primito- dedujo con su lógica infantil- Él es más pequeño que yo y mis tíos me prometieron venir a verme y traerlo con ellos.

_ No, mi amor-negó Matilde acariciándolo y mirándolo a la cara- No es para tu primito.

_Manuel, ¿Qué te parecería tener alguien con quien jugar y cuidar?- le preguntó Manuel- ¿Qué te parecería tener un hermanito o una hermanita?

 

El niño miró a sus padres, serio y no dijo nada de momento. Pasó su mano por la carita en ese gesto que había heredado de su padre cuando pensaba y luego una inmensa sonrisa iluminó su rostro. Se abrazó a los cuellos de sus padres y gritando de alegría:

 

_ Un hermanito para mí, ¿de verdad? ¡Hurraaaaaaaa!- y saltando al suelo salió a buscar a su tía  y su Nana para darles la noticia. Manuel y Matilde se abrazaron contentos y felices.

 

Ya en la puerta Manuelito se dio cuenta que  algo faltaba y regresó contento corriendo hacia sus padres que lo recibieron sorprendidos cuando plantó un sonoro beso en las mejillas de ambos  diciéndoles:

 

_ ¡Gracias mamita, eso era lo que yo más quería, un hermanito!- y salió corriendo y saltando de alegría

_ ¡Es un niño fabuloso, Matilde, Gracias!- le susurró Manuel al oído

_ Gracias a ti- lo besó con dulzura ella- Es maravilloso que nos quieras y consientas tanto. Me parece mentira que después de haber sufrido tanto estemos juntos y felices, en nuestra casa.

_ Así es mi amor, pero estoy seguro que ya hemos superado todas las dificultades y que nuestro amor ha salido vencedor y se ha hecho más grande y más profundo. Ahora solo nos queda disfrutar de nuestros hijos y de toda una vida juntos.  

 

CAPITULO 103


CAPÍTULO 103

 

 

Matilde descansaba  bajo la sombra de un árbol de magnolias que endulzaba el aire del jardín con su perfume. Doña Prudencia tejía una chambrita sentada en un banco con una mesita a su derecha donde había una jarra de agua de limón y unas pastitas para picar. Manuelito sentado junto a su Nana oía un cuento que ésta le narraba.

 

La tranquilidad y sobre todo la felicidad le habían devuelto a Matilde la lozanía y con el cese de sus preocupaciones, también habían ido desapareciendo los malestares que agobiaban a la joven, por lo que el embarazo marchaba muy bien y todos en la hacienda lo disfrutaban a la par de los felices padres.

 

Manuel estaba decidido a disfrutar al máximo esta nueva experiencia, porque cuando el embarazo de Manuelito no había podido y quería desquitarse no perdiéndose ni un solo momento importante. Para él ver crecer el vientre de Matilde era algo totalmente nuevo y muy hermoso.

 

 

Seferina se acercó sonriente hasta Doña Prudencia y le habló en voz baja

 

_ Doña, acaba de llegar  Matías con el correo y venía esta carta para el patrón.

_ ¿Y por qué no se lo dejaste en su despacho? – le preguntó Prudencia sin dejar de tejer.

_ Pos, porque el patrón no estaba allí y tal vez es algo urgente, por eso se la traje.- respondió la muchacha un tanto contrariada.

_Bueno, está bien. Dámela que yo se la entregaré a Don Manuel en cuanto lo vea- aceptó Prudencia tomando la carta y despidiendo a la criada que regresó a sus quehaceres.

_ ¿Qué quería Seferina, tía?

_Mi cielo, despertaste- dijo con mortificación viendo a Matilde sentarse en el mantel donde dormía restregando el sueño que aún nublaba sus ojos- ¡Quería que descansaras un poquito más!

_ ¿Qué hora es?

_ Debe ser ya casi hora de almorzar.

_ ¡Y querías que siguiera durmiendo!- le reprochó Matilde- Un poco más y duermo hasta la tarde. Dime a que vino Seferina

_ Lo necesitabas, mi vida. Vino a traer esta carta para tu marido que llegó en el correo- y le entregó el sobre.

_ ¡Qué bueno, es carta de Sixto! Manuel se pondrá muy contento – le comunicó Matilde sonriente al leer el remitente.-  Y Manuelito, donde está.

_ Fue con Esperanza al huerto y luego ella lo iba a llevar a almorzar.

_ Entonces voy a buscar a Manuel para entregarle la carta y preguntarle si va a almorzar con nosotras- y diciéndolo se levantó con un poquito de esfuerzo, besó a u tía sonriente y salió hacia la casa.

 

No quiso entrar por la galería que daba al jardín, sino que dio la vuelta por la entrada de la hacienda. Casi llegaba al arco que dividía el patio exterior del patio interior de la hacienda cuando sintió que se acercaba un caballo. Se detuvo y al volverse descubrió que era Manuel el que hacía su entrada y regreso sobre sus pasos para recibirlo con una gran sonrisa.

 

Manuel que llegaba cerca del arco, detuvo el caballo que montaba de un firme tirón de las riendas y bajó con agilidad del mismo. Le entregó las riendas a un peón que se acercó corriendo para hacerse cargo del animal y avanzó hacia su esposa con una gran sonrisa que iluminaba sus ojos.

 

_ ¿Qué haces aquí?- le preguntó mientras la abrazaba y la miraba con ternura

_ Te buscaba y algo me dijo que por aquí te podría encontrar- le contestó coqueta mientras alzaba sus brazos y lo abrazaba por el cuello, mirándolo a los ojos- Tenía deseos de verte.

_ ¡Así que ahora también me adivinas y presientes!- le contestó mientras colocaba uno de los rizos de ella tras su oreja con dulzura

_ Si.

_ Yo también tenía unos deseos enormes de verte, por eso me apresuré en regresar - le confesó- No puedo estar mucho tiempo alejado de ti. No sé qué me has hecho, Matilde, pero no puedo vivir sin ti. Se que te lo dije una vez, pero si creyera en eso, pensaría que es brujería.

_ No, Manuel, es que somos el uno para el otro y la vida se ha encargado de demostrárnoslo con pruebas muy duras. Me resistí un poco pero, terminé tan enamorada de ti que el mundo parece acabar cuando estás lejos de mí. Nunca pensé que llegaría a amarte tanto- replicó con seriedad mirándolo a los ojos.

_ ¡Te amo, Matilde, te amo más que a mi vida!- le dijo y la besó con tanta pasión que Mati correspondió con total complicidad de sentimientos, que olvidaron que estaban en el patio a la vista de todos los trabajadores de la hacienda y la casa  que irrumpieron en gritos de alegría al ver la demostración del amor que todos y cada uno sabían que sus señores se tenían.

 

Matilde fue la primera en tratar de apartarse al darse cuenta de lo que sucedía. Realizó intentos muy sutiles de separarse, pero al ver que su esposo no reaccionaba logró apartar la cabeza y susurrarle al oído:

_ ¡Manuel, Manuel, que todos nos están viendo!

 

Al oírla Manuel se apartó y mirando a su alrededor notó que varios de sus empleados celebraban  su felicidad y  sin soltar a Mati, que sonrojada trataba de cubrirse el rostro, saludó a su gente y se encaminó hacia la casa con su mujer tomada del talle.

 

Manuel saludó a sus hombres y entró con su esposa a la casa, dirigiéndose al despacho y cerrando la puerta tras ellos al entrar.

 

_ Te buscaba para darte una carta que llegó en el correo. Es de Sixto_- le explicó Matilde aún toda sonrojada y dándole la carta.

_Espero que sean buenas noticias. Cada vez que gozamos de un tiempito de paz sucede algo que lo echa a perder- comentó Manuel mientras tomaba la carta, la abría y leía su contenido

 

Matilde se sentó en un pequeño sofá de dos plazas esperando que su esposo leyera la misiva. Con aire distraído acarició su vientre que ya mostraba su embarazo de seis meses. Al desaparecer los malestares la joven había comenzado a disfrutar de su embarazo y ya desesperaba por saber si esta vez Dios le mandaría una niña.  Cerró los ojos al sentir una pequeña patadita.

 

_ ¿Te sientes mal, mi cielo? – le preguntó Manuel suavemente.

 

Matilde abrió los ojos al sentir la mano de su esposo sobre su pancita y lo encontró arrodillado ante ella.  Le sonrió con cariño mientras negaba con la cabeza.

 

_ ¿En qué piensas entonces?

_ Pensaba en nuestro nuevo hijo. En cómo será. ¿Qué te gustaría que fuera, Manuel; niño o niña?- le preguntó acariciando su rostro.

 

Manuel le atrapó la mano y depositó en ella pequeños besitos que fueron subiendo por todo el brazo de Matilde, hasta el hombro y el cuello hasta llegar a los labios que se abrieron a los suyos como pétalos recibiendo el rocío. El beso se profundizó con un erotismo tan sensual, que pronto ya ninguno de los dos recordaba de que estaban hablando y solo importaba sentirse mutuamente, desearse con  dulzura, amarse con pasión.

 

Sin decir nada, Fuentes Guerra tomó en sus brazos a su esposa y besándola aún se dirigió hacia la escalera, para subirla hasta su recámara. Mati, reía entre beso y beso, pero no se oponía. Había llegado a apreciar en todo su valor estos momentos espontáneos de amor con su esposo. Ninguno notó a varias criadas que se encontraban limpiando el salón, ni a Silvano que venía a buscar a Manuel pero que se quedó parado en seco al verlos. Una gran sonrisa iluminó su rostro. Cuando los señores desaparecieron en el piso de arriba, se miraron entre todos y rieron pícaros y felices por la pareja, mientras seguían con sus quehaceres.

 

Después de hacer el amor con una dulzura tan sensual que había sido uno de los más hermosos momentos de intimidad, descansaban abrazados entre las  cortinas corridas del lecho.

 

_ Me gustaría que fuera una niña – le confesó Manuel mientras le acariciaba los cabellos y retomando la conversación  en donde la habían dejado en el despacho – Una niña tan hermosa como su madre: con tus mismos ojos y tu sonrisa y tu dulzura.

_ A mi también me gustaría que fuera una niña, para ponerle Rosario como tu mamá – admitió  ella – La recuerdo mucho y la extraño.

_ Yo también la echo de menos. Se fue cuando apenas nos estábamos conociendo – dijo él.

_ Quisiera que nuestra hijita fueran tan noble, dulce y fuerte como tu mamá - le confesó Matilde y sintiendo una patadita tomó la mano de Manuel y la colocó sobre su vientre para compartir ese milagro que habían creado juntos- Siente, creo que ella está de acuerdo con el nombre que queremos para ella.

Publicado por angelitafer5
Publicado el 11/03/2009 14:11 - Total Temas: 59 - Total Mensajes: 247

El bebé pateó más fuerte y Manuel se maravilló del prodigio de ver crecer su bebé dentro de la única mujer que había amado en el mundo. Miró a los ojos a su esposa y con los suyos llenos de lágrimas de amor y felicidad le susurró:

 

_ ¡Gracias! ¡No tengo palabras para decirte cuánto te agradezco este milagro!

_ ¡Es nuestro milagro, Manuel! ¡Nuestro milagro de amor!

 

 

Poco después bajaban ambos al comedor donde ya los esperaban Doña Prudencia, Manuelito, La Nana y Silvano. Matilde comenzó a servir la cena.

 

_ No me dijiste que decía Sixto en su carta – le dijo a su esposo

_ Se va a casar con Antonia y quiere que vayamos a su boda – le contestó Manuel y la miró indeciso.

_ ¿Cuándo quieres que partamos?- le preguntó Matilde con naturalidad

_ ¿Irías conmigo?

_ Por supuesto. Sixto es tu mejor amigo y le debemos mucho. Y ya hice las paces con Antonia. No hay motivos por los que no pueda ir.

 

Manuel acarició la mano de su mujer sobre la mesa en muda acción de gracias por su respuesta.

_ ¿Y tu embarazo, Matilde? – le preguntó Doña Prudencia

_ Hace mucho que no tengo mareos, náuseas o malestar de ningún tipo. Además falta mucho para mi alumbramiento y con un médico en casa no creo que corra peligro- le contestó a su tía - ¿No crees, Manuel?

_ No se preocupe, Doña Prudencia – la tranquilizó Manuel – Yo cuidaré de ellas.

_ Estoy segura que si, hijo. Siempre lo has hecho, pero dijiste ¿Ellas? – se sorprendió Prudencia.

_ Si, por que estoy seguro de que Matilde me va a dar una hijita tan hermosa como su madre – aseguró Manuel mirando a la aludida con amor y volviéndose hacia su hijo que los miraba agregó- Ya tengo un hijo hermoso, fuerte y muy valiente, que es mi orgullo.

_ ¿Yo también puedo ir?- preguntó Manuelito

 

Mati y Manuel se miraron

 

_ Claro que si- accedieron los dos al mismo tiempo.

_ Tú también vienes con nosotros, tía. Quiero que me ayudes a comprar algunas cositas para el niño, aunque yo también pienso que esta vez Dios nos mandará una niña – agregó Matilde mirando a su marido y sonriéndole.

 

Prudencia la miró y sonrió con indecisión

_ No te molestes hijita, pero preferiría pasar los días que ustedes estén en la capital en Ciudad Trinidad con tu madre. Sabes que no me gusta viajar mucho y entre líneas en la carta de tu mamá me parece ver que se siente sola. También quisiera ver a Betico, Finita y al niño. Debe de estar muy crecido. Y cuando vuelvan me recogen; por que ni pienses que te voy a dejar sola cuando vayas a tener al bebé.

_ Claro que no me molesta, tía – la calmó Matilde con una sonrisa – Me hubiera gustado que vinieras con nosotros, pero si deseas pasar estos días con mi mamá y mi hermano, por supuesto que estoy de acuerdo.

_ Por cierto, ¿cuántos días piensan estar por la capital? – le preguntó Prudencia a Manuel

 _ Al menos dos semanas, quiero que Matilde conozca la capital y no me olvido que aún le debo una luna de miel y un viaje a Europa. Aprovecharé el pretexto que me da la boda de Sixto y al menos cumpliré parte de lo que no le he cumplido.

 

 Prudencia los miró a ambos y contuvo a duras penas una sonrisa y una mirada maliciosa que le asomaba a los labios y continuó comiendo. Matilde muy colorada se llevó una copa de agua a los labios para esconder su sonrojo, mientras trataba de no ver a su esposo. Manuelito hablaba en voz baja con su nana y Manuel sonreía muy pillo mientras miraba a su esposa.

 

 

Cae  la tarde. Las nubes comienzan a teñirse en una fiesta de colores que van desde el gris, rosáceo, violeta, lila, iluminados por los débiles rayos del sol poniente. La brisa fresca levanta algunas hojas caídas de los árboles que dan sombra a la alameda que desemboca en una plaza. Al fondo se encuentra una pequeña iglesia y a la derecha se encuentra uno de los mejores hoteles de la Ciudad de México.

 

Un coche cubierto de polvo se detiene frente a la escalinata seguido de varios hombres a caballo; uno de ellos vestido como un señor baja rápido y abriendo la portezuela del coche ayuda a bajar a un niño y a dos mujeres, una de ellas en avanzado estado de gestación.

El niño lo mira todo con ojitos asombrados: las casas, la calle, los coches que pasan sin parar, las gentes. Hace un comentario y el caballero echa a reír, mientras la joven embarazada sonríe fatigosamente. Manuel toma entre sus fuertes brazos a su hijo y guía a una cansada Matilde hacia el hotel.

 

Ya en sus habitaciones:

 

_ Bueno, ya estamos aquí- le dice Manuel a Matilde, adelantándose para abrir los ventanales que daban a un precioso balcón sobre la plaza- Ya acomodé a Manuelito y su nana en la habitación contigua. Tiene su propio baño al igual que nosotros.

 

Mati le contestó con una semi sonrisa, mientras dejaba su bolso y sombrilla en una mesita. Con dedos torpes desató la cinta de su sombrero y se lo quitó, dejándolo en el mismo lugar.

_ ¡Qué bueno! ¡Pensé que no llegaríamos nunca! ¡Dios, estoy tan cansada!

_ Si ha sido una jornada larga- aceptó Manuel acercándose a ella y sosteniéndola cuando la vio tropezar del cansancio. La cargó en brazos y la llevó hasta el lecho- vamos, estás muy cansada y tú y nuestra hija necesitan descansar. Pediré nos suban algo de cenar y luego a dormir

_ No Manuel- trató de negarse- Sólo necesito asearme y cenaré contigo

_ De eso nada señora, usted y mi hijo van a descansar para mañana estar listas para conocer la capital con su hijo y esposo- negó Manuel mientras acariciaba su rostro y colocaba un rizo rebelde en su lugar- Pediré nos traigan algo de cenar.

 

Se levantó y llamó. Instantes después un sirviente recogía el pedido y una doncella llegaba con una jarra de  agua fresca.

 

Manuel vació un poco de agua en una jofaina y se acercó a su esposa que descansaba en el lecho.

_ Vamos- díjole ayudándola a recostarse en las almohadas y cojines y mojando un lienzo en el agua- Esto te ayudará a refrescarte y a descansar mejor.

_ Manuel- le sonrió ella- No me siento mal. Sólo estoy muy cansada. Puedo perfectamente darme un baño y cenar y después acostarme.

_ No lo dudo, pero como tú misma lo has dicho, estás muy cansada y no quiero que quedes exhausta. Necesitas recuperar fuerzas. Una vez te hayas refrescado y cambiado de ropa y hayas comido algo estarás lista para dormir- Le contestó él mientras pasaba el paño humedecido por su rostro cuello, hombros y pecho. Luego depositaba un dulce y tierno beso en la huella húmeda que quedaba.

_ De acuerdo- soltó una risilla de placer y rendición- pero yo puedo cambiarme sola, no es necesario que….

_ No, no, no, no, no, señora. Eso es privilegio del esposo y órdenes del doctor- Negó Manuel riendo.

 

Terminó de asearla y se dirigió hacia el equipaje de su esposa, Sacó un salto de cama y regresó junto a Matilde. La ayudó a cambiarse y después fue a hacerlo él. Cuando  tocaron a la puerta con el servicio, se puso su bata roja para abrir.

 

_ Mi vida,¿ que quieres cenar? Ordené frutas, carnes frías, pasteles, leche….., Matilde, Mat…- dijo mientras revisaba el servicio.

 

Al darse cuenta que no le respondía se volvió y vio que Mati se había quedado dormida. Sonrió y sirvió leche en una copa. Se sentó en el lecho y observó el rostro relajado de su amada que denotaba cansancio. Suspiró y besándola suavemente la despertó solo lo suficiente para que bebiera la leche.

 

_ Vuelve a dormir- le susurró y ella sólo le contestó con una sonrisa ligera, pues ya estaba dormida.

 

Regresó junto a la mesita donde estaban las viandas y cenó. Con una copa en la mano se asomó al balcón.

 

La ciudad donde había pasado hambre y apuros antes de ser reconocido por su padre, y donde también había sido feliz, se abría ante sus ojos y a sus pies.

 

_“Una felicidad pobre y correteada, viviendo al día y ejerciendo mi profesión entre la gente del barrio. Tan lejos de este al que nunca pensé dejar. ¿Qué habría pasado si Don Joaquín no me hubiera reconocido? Nunca hubiera regresado a San Cayetano, no sería su dueño, ni rico; no hubiese conocido a Matilde, el amor de mi vida. Jamás nos hubiéramos casado y no tendríamos a Manuelito ni estaríamos esperando otro hijo. Tampoco habría tenido la posibilidad de conocer a mi madre…. ¡Sí! Creo que en cierta forma debo estarle agradecido a Don Joaquín por lo que hizo. Estoy seguro que no lo hizo deliberadamente y que de haberlo sabido no lo habría hecho, pero me hizo muy feliz”

 

Entró en la habitación y se sentó a escribirle una nota a Sixto anunciándole su llegada, pero lo pensó mejor y decidió darle la sorpresa al día siguiente.

 

La tarde cedía su lugar a la noche. Afuera comenzaban a encenderse los faroles de las calles y las plazas. Manuel se cercioró que su esposa dormía y fue hasta la habitación  que ocupaban Manuelito y su nana.

_ ¡Papito!- gritó el niño al ver aparecer a su padre y saltó de la cama donde estaba preparándose para dormir a los brazos de Manuel, que lo recibió riendo.- ¡Viniste!

_ ¡Claro que sí! Te prometí leerte un cuento antes de dormir- le dijo  mientras lo besaba- ¿Cenaste? ¿ya dijiste tus oraciones?

_ Ya cenó, señor, pero no quiso decir sus oraciones esperando por usted- le informó Esperanza sonriente.

_ Vaya a cenar usted. Esperanza- le sugirió Manuel a la nana- Yo me encargo de este jovencito.

_ Gracias, señor, con su permiso. Hasta mañana, Manuelito

_ Hasta mañana, nana.

_ Bueno, ahora a decir tus oraciones- ordenó Manuel.

 

Manuelito se  arrodilló junto a la cama y rezó sus oraciones junto a su papá, luego Manuel lo arropó y sentándose en el lecho a su lado tomó un libro que había en la mesita junto a la cama, dejó que el niño le indicara la página  de la historia que quería oír.

 

_ ¿Y mi mamá no viene a darme las buenas noches?- le pregunto el niño justo cuando iba a comenzar la lectura.

_ Hoy no hijo. Tu mamá estaba muy cansada por el viaje y se quedó dormida. Pero te mandó sus besos.

_ ¿Está enferma? Ya casi no juega a las escondidillas conmigo.

_ No está enferma, pero ¿recuerdas lo que te conté sobre que pronto vas a tener un hermanito?

_ Si

_ Pues ya falta muy poco y mamá se está preparando para ese momento. Por eso se cansa mucho y no puede jugar contigo a las escondidillas. Después que nazca tu hermanito todo volverá a ser casi como antes. Ahora vamos a leer el cuento.

Manuelito se acomodó bajo las sábanas  y muy junto a su papá para escuchar la lectura. Manuel leía cambiando las voces cada vez que un personaje distinto aparecía o haciendo los sonidos de los animales o las cosas. Mucho antes de terminar la lectura ya el niño estaba profundamente dormido. Se levantó con cuidado para no despertarlo, lo arropó y le dio un besito en la frente; con ternura hizo la señal de la cruz dándole su bendición y salió del cuarto.

 

Esperanza regresaba de cenar en ese momento.

 _ Está dormido. Si necesita alguna cosa nos avisa enseguida- le dijo a la nana.

_ No se preocupe, señor. Duerma tranquilo. Buenas noches

_ Buenas noches.

 

Ya en su cuarto se preparó para dormir. Apagó las velas encendidas junto al lecho y se acomodó bajo las mantas. Matilde, dormida, al sentirlo a su lado se acercó buscando su calor. Manuel la acomodó junto a su cuerpo y le acomodó la cabeza en la curva de su hombro

_ Manuel- murmuró en sueños

_ Descansa- Besó sus cabellos y la abrazó- Te amo


BESITOS MAGICOS DESDE CUBA


GRISEL

Publicado por angelitafer5
Publicado el 11/03/2009 14:13 - Total Temas: 59 - Total Mensajes: 247


GRACIAS GRISEL...MUY LINDOS CAPITULOS...BESOS...JANA


Publicado por JANA
Publicado el 11/03/2009 14:33 - Total Temas: 8511 - Total Mensajes: 51585

GRISEL Q BONITOS ES GENIAL SEGUN LEO ME VOY IMAGINANDO LAS ESCENAS MUCHAS GRACIAS ESPERO CON ANSIA EL SIGUIENTE.BEATRIZ

Publicado por betymadrid
Publicado el 11/03/2009 14:45 - Total Temas: 46 - Total Mensajes: 1920

Gracias.


Publicado por mivillu
Publicado el 11/03/2009 15:02 - Total Temas: 130 - Total Mensajes: 2985

MUCHAS GRACIAS POR EL CAPITULO DE HOY.

Publicado por macarena
Publicado el 11/03/2009 15:27 - Total Temas: 1930 - Total Mensajes: 43249

muchas gracias por el nuevo capitulo muy lindo y tierno. 

Publicado por cucha06
Publicado el 11/03/2009 15:35 - Total Temas: 31 - Total Mensajes: 4266
QUE BELLA HISTORIA ,ME ENCANTA -SALUDOS-MERCHI
Publicado por MERCHI
Publicado el 11/03/2009 15:53 - Total Temas: 611 - Total Mensajes: 6623

Ya es muy tarde aquí en España. Esperaré con ansias el siguiente capítulo. Gracias Grisel.


Publicado por aina
Publicado el 11/03/2009 16:30 - Total Temas: 36 - Total Mensajes: 517

MUCHAS GRACIAS POR EL CAP.UN MUTSU

Publicado por ANA.Z
Publicado el 11/03/2009 17:19 - Total Temas: 13 - Total Mensajes: 4065

MUCHAS GRACIAS GRISEL ,, POR LOS CAPITULOS.

DISFRUTO MUCHO LEERLOS NUEVAMENTE Y AL

MISMO TIEMPO ES HERMOSO IR IMAGINANDO

LAS ESCENAS .... UN BESO y SALUDOS.

\"\"

Publicado por MAYELA
Publicado el 12/03/2009 13:19 - Total Temas: 110 - Total Mensajes: 5409

MUCHAS GRACIAS POR EL CAPITULO DE HOY MUY BONIT0 ROSARIO

Publicado por maya
Publicado el 12/03/2009 15:37 - Total Temas: 25 - Total Mensajes: 5023

GRISEL PRECIOSO .........UN TIERNO CAPITULO, MUCHAS GRACIAS

Publicado por montse
Publicado el 12/03/2009 16:55 - Total Temas: 85 - Total Mensajes: 7928
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