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El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.

CAPITULO 102 (CONTINUACION) DE AMOR REAL

ESPERO LES GUSTE ESTE

UN BESITO LLENO DE MAGIA DESDE CUBA

GRISEL


Capítulo 102

 

 

L a casa estaba en silencio y el patio interior se encontraba vacío. Matilde buscaba a Manuelito que se había escondido jugando con ella. Al salir del despacho para ir hacia el salón a buscarlo se encontró con Adolfo que había entrado sin anunciarse.

_ Adolfo, ¿qué haces aquí?- le preguntó Matilde extrañada.

_ Vine a verte. A decirte que ya no puedo vivir sin ti y que he venido a llevarte conmigo, para que cumplas lo que me prometiste- le respondió él con una sonrisa triste.

_ ¿Irme contigo, adónde?- no comprendió ella

_Al norte

_ ¿Acaso estás loco, Adolfo? ¿Cómo puedo irme contigo si Manuel está aquí?

_ No, Matilde- otra voz se oyó en el patio- Manuel está muerto.

Matilde se volvió para ver a sus espaldas a Ramón que reía con expresión satisfecha.

_ No, mienten. ¡Están mintiendo!- gritó Matilde y trató de ir hacia la seguridad dela escalera, pero los brazos de Adolfo se aferraron a sus hombros impidiéndole huir.

_ No es mentira- respondió Ramón y su cara se desfiguró en una mueca de odio- Ese perro pagó con su vida el atreverse a entrar en nuestra sociedad siendo un bastardo. Pagó sus aires de suficiencia y superioridad. Murió como un cobarde que era.

_ Vamos, Matilde, ven conmigo. Desde este momento eres mía. Ya nada nos podrá separar- le dijo Adolfo mientras trataba de llevarla hacia la puerta abierta de la calle.

_ ¡No, suéltame Adolfo, suéltame! Es mentira,¡ Manuel no está muerto, no!. Manuel es toda mi vida; él prometió volver..., me lo juró. ¡Suéltame, Adolfo, suéltame! ¡No, Manuel, Manuel,....Manuellllll!

 

Matilde se revolvía entre las manos que la sostenían y lloraba tratando de soltarse. Escuchaba la voz de Adolfo llamándola cada vez más fuerte y en su confusión de repente la voz cambió y era la de Manuel que la llamaba y la sacudía suavemente repitiendo su nombre para que despertara.

 

_ ¡Matilde, Matilde despierta!

Con un último grito Matilde despertó y vió el rostro asustado de su  esposo que la miraba con preocupación. Los gritos lo habían despertado.

_ Manuel- dijo Matilde y se echó a llorar abrazada fuertemente a él.

_Tranquila mi amor, tuviste una pesadilla. Fue solo un mal sueño- la consoló acariciando sus cabellos para retirárselos del rostro y besar sus lágrimas y sus labios y así lograr que se calmara- Tranquila, estamos juntos, nada malo te va a pasar.

_ ¡Me dijo que estabas muerto!- sollozaba Mati con el rostro escondido en su pecho- Quería llevarme lejos.

_ Fue una pesadilla- la calmaba Manuel- Mírame bien, estamos juntos y no estoy muerto. Te tengo en mis brazos y no te voy a dejar nunca, nunca.

_ Prométemelo, prométemelo. Júramelo, júramelo- le suplicó Matilde mirándolo.

_ Te lo juro- le contestó Manuel y besó sus manos y sus labios temblorosos- Nunca te haría algo así otra vez. Tienes que creerme, tienes que confiar en mí y dejar de preocuparte. Estamos juntos y esta vez es para siempre. Te lo prometo. ¿Confías en mí?

_ Si- sonrió ella- Te amo tanto, Manuel, tanto.

_ Y yo a ti mi vida, mi amor, mi Matilde.

 _ ¡Hazme el amor Manuel!

 

Y con mucha dulzura le hizo el amor.

 

A la mañana siguiente cuando Manuel abrió los ojos lo primero que vio fue el rostro de su adorada esposa que descansaba a su lado tranquilamente. Era hora de levantarse, pero Mati dormía tan apacible después  de la terrible pesadilla de la noche anterior que no quería despertarla. Necesitaba descansar. Habían hecho el amor con una ternura y una dulzura infinita y todavía después de lo que habían compartido y de haberse dormido estuvo con estremecimientos nerviosos durante largo tiempo. Un movimiento de ella lo hizo mirarla. Matilde lo observaba aún medio dormida.

 

_  No te despiertes todavía, es temprano- le susurró con dulzura mientras la besaba- Duerme un poco más.

_ No, quiero  desayunar contigo- le respondió Matilde mientras lo besaba.

_ De acuerdo, pero antes voy a revisarte y ver como marcha el embarazo. Ya después podemos ir a desayunar.

_ ¿Es necesario? Me siento perfectamente- protestó Mati

_ Si – no cedió Manuel- No tienes buen aspecto y no quiero correr riesgos innecesarios.

_ ¡Oh! Está bien. Es una lata estar casada con un doctor- se resignó con un suspiro teatral.

 

Poco después Manuel terminaba de reconocerla y contento porque todo estaba muy bien bajaron juntos al comedor. Doña Prudencia dormía aún y Manuelito, cansado del viaje no despertaba todavía. Manuel personalmente le sirvió el desayuno a su esposa y comieron entre risas y miradas encendidas. Casi al final del desayuno le dijo tomándola de la mano y mirándola con la ilusión reflejada en el rostro:

 

_ ¿Quieres que salgamos de paseo al campo?

_ Si- respondió ella con alegría- Esperamos a que despierte Manuelito y nos vamos.

_ No. Iremos tú y yo solos, como cuando empezamos a amarnos- le contradijo con mirada pícara.

_ ¡Ay, Manuel! Está bien, como tú quieras- se ruborizó sonriendo

_ ¡Ay, Matilde, mi Matilde! No sabes cuánto te amo y como te adoro al ver como todavía te sonrojas- le dijo Manuel levantándose y rodeando la mesa para abrazarla por detrás y darle un beso tras la oreja.

 

Ambos salieron juntos del comedor y en el pasillo se separaron: Manuel fue a darle unas instrucciones a Silvano y mandarle una nota a su padrino notificándole la llegada de su esposa y su hijo y que ya no iba a Ciudad Trinidad; y Matilde fue a la cocina donde junto a la cocinera y Seferina prepararon una canasta con viandas para el día en el campo. Luego fue en busca de su sombrero y una sombrilla y al bajar la escalera encontró a Manuel que hablaba con Silvano al pie de la escalera.

_ Buenos días, niña- le saludó Silvano al notar su presencia

_Buenos días, Silvano- le saludó

_ ¿Lista?- preguntó Fuentes Guerra

_ Cuando quieras

_ Nos vamos Silvano, ya sabes que hacer.

_ Vete tranquilo- le aseguró éste.

 

La campiña lucía todo su esplendor. El cielo azul solo tenía pequeñísimas motas de algodón surcándolo y las aves cantaban con alegría en los frondosos árboles. Matilde pensaba que irían al mismo lugar de siempre, pero Manuel se dirigió hacia el río. Caminaron un buen trecho y llegaron al final del sendero. Fuentes Guerra bajó de un salto y tomando a Matilde de la cintura la dejó en el suelo. Ella miró a su alrededor.

 

_ ¿Dónde estamos? Nunca había visto este lugar.- exclamó Matilde

_ Nunca habíamos tenido tiempo de venir aquí- le explicó Manuel bajando las cosas del coche- y pensé que te gustaría.

_ Es muy hermoso- acordó Mati.

_ Todavía hay más- le anunció Manuel feliz- ¡Vamos!

 

Tomándola de la mano caminó por entre las malanguitas de grandes hojas bajando con cuidado hasta casi tocar el agua del río que se desplazaba haciendo remolinos y blanca espuma en unos pequeños rápidos para luego desembocar en una especie de estanque natural donde las aguas se aquietaban. Grandes árboles daban sombra y el aire estaba fresco y perfumado por cientos de florecitas silvestres. Largas lianas se descolgaban de las ramas y algunas llegaban a tocar el agua.

Matilde lo miraba, todo asombrada de que existiera tanta belleza, mientras Manuel tendía el mantel sobre un lecho de hierbas y entre las flores.

 

_ ¿Te gusta?- le preguntó tomándola de las manos y mirándola a los ojos que brillaban llenos de felicidad.

_ ¡Es bellísimo, Manuel!- exclamó ella sin poder creerlo y sentándose.

_ Descubrí este lugar un día que pasaba por aquí de regreso de Santa Rita y me entretuve pensando en ti, aflojé las riendas y mi caballo escogió solo el camino. Aquí fue donde encontré las orquídeas que te mandé  antes de nuestra boda a Ciudad Trinidad- le contó Manuel.

_ Es tan hermoso – le dijo Matilde.

_ No sé porqué me hace pensar en ti- le explicó él- Es bello, perfecto; tranquilo en la superficie pero con una fuerza oculta que denota la pasión de la naturaleza. Exactamente como tú eres mi amor.

_ ¡Ay, Manuel! Eres tan dulce conmigo. Te amo tanto- le confesó Matilde besándolo con dulzura.- No puedo creer que estemos juntos y que nada atente contra esta paz que empiezo a sentir.

_ Ya nada podrá separarnos. Creo que Dios ya nos ha sometido a suficientes pruebas para ver que tan fuerte era nuestro amor y que ya estará satisfecho. Incluso pienso que tantas penas eran necesarias, Si, si, Matilde-detuvo el gesto de protesta que tal afirmación hacía salir de los labios de su esposa- Dime algo y quisiera que fueras sincera, ¿me amarías igual si nuestra vida de casados hubiera sido común y corriente? ¿Si la vida no hubiese puesto obstáculos en nuestro camino que nos obligaran a mostrarnos tal cual somos, no hubieras seguido enamorada de Adolfo Solís?

 

Matilde lo miró unos instantes fijamente y en silencio meditó en lo que le había preguntado.

 

_ Tienes razón. Lo que me hizo enamorarme de ti fue que eres totalmente distinto a los hombres que conocía. Aquellos se la pasaban jactándose de cosas que iban a hacer o dizque habían hecho; pero que no se veían por ninguna parte- lo tomó de la barbilla y lo miró fijamente a los ojos para continuar- Adolfo fue una ilusión. El primer amor en forma de alguien que podría ser aceptado por mi padre y que tenía muy buenos sentimientos. Era dulce, gentil, caballeroso, delicado, tierno. Sus pláticas siempre eran adecuadas y si alguna vez hizo algo indebido creo que fue más por la desesperación al saber que otro había logrado borrar su lugar de mi corazón. Pero tú,... tú desde el primer instante en que nos conocimos me hiciste sentir distinta.

_ ¿Distinta?- se extrañó Manuel- ¿Por qué?

_ No encajabas en nada que yo hubiese conocido antes. Yo no había tenido muchos tratos con hombres a parte de Renato, Humberto y algunos de sus amigos y Adolfo no era como tú. Lucías seguro, confiado de ti mismo; pero de ningún modo engreído. Tus pláticas eran desenfadadas y me tratabas como tu igual. Siempre querías saber mi opinión y no me tratabas como una muñeca a la que hay que consentir. Además...

_ ¿Además?- la urgió a seguir hablando al ver que se detenía indecisa y se sonrojaba.

_Además me hacías sentir cosas que me habían enseñado que no sienten las mujeres decentes. Eras dulce, tierno, galante, gentil, pero hablabas cosas que me hacían y aún me hacen sonrojar de vergüenza y además tú no decías que ibas a hacer algo. No, tú lo hacías porque sabías que era lo que querías y estabas seguro de ello. Poco a poco empecé a desear estar contigo y escuchar tus pláticas y después empecé a desear tus besos, tus caricias. Empecé a comprenderte y a velar tus estados de ánimo y a estar contenta cuando tú lo estabas y triste cuando te sucedía algo y a sentir que mi mundo se acababa cuando no te tenía cerca porque solo a tu lado, entre tus brazos fuertes me siento segura y protegida. Eres mi mundo Manuel, amo a mi hijo, pero tú eres todo para mi.

_ Y tú para mi- la atrajo y la besó con pasión- ¡No puedo vivir sin ti, no puedo! Eres el aire que respiro, la luz de mis ojos, la sangre que corre por mis venas. Eres todo lo que le pedí a la vida y mucho más que no merezco.¡Te amo Matilde!¡Te amo con desesperación!

_ Y yo a ti también te amo; Manuel- le correspondió beso por beso y caricia por caricia.

 

 

 

Ciudad de México

 

La oficina de Sixto Valdés se encontraba en una calle muy popular por los comercios que allí se encontraban. Tiendas de ropas y calzado de hombres y damas se alineaban a todo lo largo y eran de muy buen gusto. El local se encontraba a mediados de calle y constaba de antesala amueblada con gusto y sobria elegancia y donde un secretario recibía a los clientes tras un escritorio que se encontraba cerca de la puerta de acceso a  otro local donde trabajaba Sixto. Su oficina estaba amueblada con un escritorio de caoba, dos sillas tapizadas de color carmelita claro y un pequeño sofá del mismo color. A un costado se encontraba un pequeño archivero con un florero lleno de margaritas que le daba un toque de alegría al despacho.

 

Sixto estaba inclinado sobre unos documentos cuando se abrió la puerta de su despacho y apareció su secretario para anunciarle la visita de su prometida. Antonia entró sonriente y se detuvo frente al escritorio lo que obligó a Sixto a rodearlo para acercarse a ella y darle un tierno beso en el cuello.

 

_ ¿A qué debo el placer de verte tan pronto hoy?- le preguntó entre asombrado y contento.

_ Quise pasar a recordarte que debemos pasar a ver la casa que te has empeñado en comprar. El señor Cepeda nos espera a las diez- le contestó Antonia mientras le miraba.

_ No lo he olvidado. ¿Cómo podría olvidar algo tan vital para nuestra vida?- le dijo mientras la abrazaba. El silencio de ella le indicó que otra vez volvían las dudas- ¿Qué pasa?

_ Es que tengo miedo de que te arrepientas, de que lo pasado en algún momento se interponga entre nosotros y te arrepientas de esto- le confesó Antonia.

_ ¡Mírame Antonia!- le tomó de la barbilla y la hizo mantener su mirada- Lo que sucedió entre Manuel y tú es cosa del pasado. En su momento fue importante para ti y eso hace que lo recuerdes, pero lo has superado y él también. Manuel es como mi hermano y no le guardo rencor. Ustedes tomaron una decisión, vivieron una etapa y esta ya terminó. Yo te amo por lo que eres y por como eres. Quiero que seas mi mujer, la madre de mis hijos, mi compañera para toda la vida; pero si tú tienes dudas o no me quieres, entonces solo puedo aceptar lo que decidas porque nunca te forzaría a hacer nada que no quisieses. ¿Acaso no me amas?

_Si, si te amo- respondió  ella con firmeza- Si dudo es porque tengo miedo de no ser digna de ti, miedo de hacerte quedar mal.

_ Tu siempre estarás a mi altura porque yo te quiero y eres lo más importante para mi.- la besó con ardor- Le mandé una carta a Manuel anunciándole nuestra boda.

_ ¿Crees que venga?

_ Si no hay nada que se lo impida estoy seguro que vendrá.

_ ¿Y Doña Matilde?- inquirió temerosa

_ Estoy seguro que también vendrá. Ella ya no te guarda rencor. Y bueno, mejor nos vamos porque se nos hará tarde para nuestra cita.

 

 

 

San Cayetano

 

 

Manuel descansaba su cabeza en el regazo de Matilde que jugueteaba con sus cabellos mientras se contaban cosas que habían pasado en el tiempo que habían estado separados. La tarde caía y ninguno sentía deseos de regresar a la hacienda. Había sido un día perfecto, especial y no querían que terminara nunca.

 

De regreso  y ya cerca de la casa Manuel le dijo a Matilde:

_ Te tengo dos sorpresas.

_ ¿Dos sorpresas? ¿Qué son?

_ Si te las digo ya no serían sorpresas. Ahorita que lleguemos las sabrás, más antes quiero decirte  que este día ha sido maravilloso.

_Si. Ha sido especial. Gracias Manuel.

 

Llegaron a la hacienda y Manuel bajó de un ágil salto para volverse y tomando a su esposa del talle bajarla al suelo mientras la besaba con pasión. Matilde estaba encantada y esperó que su marido tomara la cesta del picnic y enlazados de la cintura entraron en la casa.

Un Manuelito alegre y con gritos de felicidad los recibió en el salón donde había estado jugando con unos soldaditos bajo la vigilancia de Esperanza y Doña Prudencia. Al ver a sus padres corrió hacia ellos y Manuel lo alzó por sobre su cabeza para cargarlo y besarlo mientras Matilde le hacía cosquillas entre risas.

 

_Papito, mamita, ¿dónde estaban? Me desperté y ya no estaban- les preguntó Manuelito con carita de reproche curioso.

_ Llevé a tu mamá a ver un lugar especial. Quería que fuera bien temprano y tú estabas dormido, por eso no te llevamos con nosotros- le contó Manuel y agregó- Otro día nos acompañarás.

_ Si, mi amor- le besó Matilde- ¿Te has portado bien?

_ Si mamita

 

Entraron en el salón con su hijo en brazos y Prudencia los saludó con una sonrisa y una mirada evaluativa a su sobrina. Lo que vio la dejó satisfecha: Matilde tenía un color envidiable y su rostro irradiaba una luz que la llenaba por completo. Lucía radiante. Levantó la mirada hacia Manuel y le sonrió asintiendo con la cabeza, él le contestó con un mismo movimiento. Se habían entendido.

 

_ ¡Tía!- la saludó Matilde

_ Buenos días, mi cielo. ¡Qué bueno que te encuentras bien!

_ Si, me siento mejor que nunca- afirmó Matilde

_ Buenos días, Manuel. No tengo la menor duda que es el responsable del cambio de mi sobrina.

_ Eso espero, Doña Prudencia- confesó el aludido- Y espero que la sorpresa que le tengo la mantenga así por mucho tiempo. Por favor, vengan todos conmigo.

Todos siguieron a Manuel por las escaleras al piso superior y por el pasillo pasando el cuarto de los esposos y deteniéndose dos puertas más allá. Manuel puso a su hijo en el suelo e inclinándose hacia él le susurró abriendo la puerta del cuarto:

_ Espero que te guste hijo.

 

Si tenía alguna duda la exclamación de deleite de su hijo la eliminó por completo. El cuarto había sido redecorado en tonos azules y verdes. Había estantes llenos de juguetes que harían las delicias de cualquier niño. La cama de Manuelito estaba en el centro de la habitación y lucía enorme para su tamaño actual pero el niño crecería y le estaría perfecta y del otro lado estaba una un poco más pequeña, pero igual de cómoda para la nana. En otro extremo de la habitación había una réplica pequeña de un fuerte con sus muros y baluartes.

_ Manuel, es precioso- exclamaron Matilde y Prudencia.

_ Espero que Manuelito y Esperanza están cómodos aquí- explicó Manuel- Él es pequeño todavía, por eso puse su cama aquí, Esperanza, pero dentro de poco la pasaremos a otra habitación.

_ Gracias, señor, está perfecto así- agradeció la nana, deleitada.

_ Pero todavía quiero que vean otra cosa- les comunicó Fuentes Guerra- Vengan.

Tomó a Matilde de la mano y salió al pasillo para detenerse frente a la puerta más cercana a sus propias habitaciones y que había sido su cuarto de soltero y después y por breve tiempo el de Rosario. Se volvió hacia su esposa y le pidió:

_ Por favor cierra los ojos

_ ¡¿Manuel?!- se le escapó a Matilde entre la duda y la risa.

_ Confía en mi. Esta es la otra parte de la sorpresa. Por favor cierra los ojos.

 

 Cuando comprobó que le había obedecido, abrió las puertas de la habitación y le hizo señas a Prudencia para que no hiciese ruido. Hizo avanzar a su esposa y colocándose tras de ella le susurró al oído:

 

_ ¡Abre los ojos ahora!

 

Matilde obedeció y ante sus ojos apareció el más precioso cuarto para bebés que pudiera imaginarse. Las ventanas tenían cortinas en todos los tonos pastel imaginados. Había una pequeñita tina dorada para el baño del bebé. Una palanganita de porcelana con su jarra de agua a juego una preciosa cunita blanca con un delicado mosquitero de encajes, estantes con juguetes de madera y muñecos de trapo preciosos. Una cómoda a juego con la cunita, un armario y un precioso sillón  completaban el mobiliario.

 

Prudencia palmeó el hombro de Manuel con aprobación y salió. Era mejor dejar a solas a los esposos. Manuel solo tenía ojos para Matilde que despacito recorría la habitación rozando los muebles, las telas. Al llegar a un estante tomó un payasito de trapo y lo abrazó contra su pecho de espaldas a su esposo. Manuel inquieto por su silencio se acercó a ella y tomándola de los hombros:

 

_ ¿No te gusta?- le preguntó con sus mejillas descansando en los cabellos de ella. Al ver que no contestaba la volvió hacia él y vió los ojos de su esposa arrasados en lágrimas de alegría

 

_ ¿Matilde? ¿Por qué lloras? ¿Qué te pasa, qué tienes?- le preguntó asustado.

 

Matilde lo miró a los ojos unos instantes y de improviso le echó los brazos al cuello y lo besó en los labios dulcemente.

 

_ No me pasa nada. Lloro de felicidad. ¡Gracias, Manuel, gracias!¡Nadie había hecho algo tan bonito por mi nunca ¡- le contestó abrazada a él.

_ ¡Mi Matilde! Cuando nació Manuel no estuve a tu lado y por todo lo pasado me perdí sus primeros años y no pude darles a ti y a él todo lo que merecían. Ahora no puede volver a pasar. Vamos a disfrutar a nuestros hijos juntos y desde el primer momento.- le confesó y luego le preguntó-¿Entonces te gusta?

_ Me encanta, es lo más hermoso del mundo. Eres tan lindo, Manuel y me consientes tanto

_ Solo trato de recompensarte por lo mucho que has sufrido y por lo mucho que me has dado- le contestó Manuel besando sus cabellos con ternura.

 

Un movimiento en la puerta llamó la atención de Manuel. Al mirar vio a Manuelito parado en el umbral con su carita reflejando su perplejidad. Abrazó más fuerte a Matilde con un brazo y extendió el otro hacia su hijo, que corrió hacia ellos.

_ ¿Qué ocurre mi amor? – le preguntó Matilde al ver la carita del niño

_ Mami, ¿es que voy a tener dos cuartos para mí? – quiso saber Manuelito que estaba confundido al ver dos cuartos obviamente preparados para niños.

 

Manuel y Matilde se miraron y echaron a reír al comprender que si hijo aún no sabía nada del  hermanito que venía en camino. Tomando asiento en el sillón y sentando a Matilde en una de sus piernas, sentó a su hijito en la otra y le explicó:

 

_No, Manuelito, este cuarto no es para ti. Este lo hemos preparado para un nuevo miembro de la familia que llegará dentro de poco. También es un niño, pero más pequeño que tú.

_ ¡Ya sé para qui&#

Publicado por angelitafer5
Publicado el 10/03/2009 14:23 - Total Temas: 59 - Total Mensajes: 247
MUCHAS GRACIAS ESTA PRECIOSO BESOS ROSARIO
Publicado por maya
Publicado el 10/03/2009 15:41 - Total Temas: 25 - Total Mensajes: 5023

GRACIAS ANGELITA POR COMPARTIR CON TODAS ESTA HISTORIA TAN LINDA

SALUDOS

MERCHI

Publicado por MERCHI
Publicado el 10/03/2009 15:46 - Total Temas: 611 - Total Mensajes: 6623
GISELK.DE VERDAD QUE ERES GENIAL MUY BIEN ESCRITA TU OBRA
Publicado por ANA CECILIA
Publicado el 10/03/2009 16:18 - Total Temas: 13 - Total Mensajes: 3567

MIL GRACIAS POR COMPARTIRLO, PRECIOSO EL CAP.UN BESO

Publicado por ANA.Z
Publicado el 10/03/2009 18:01 - Total Temas: 13 - Total Mensajes: 4065

Uff por fin me puse al día con todos los capítulos, es que estaba de viaje!!! Hermosos, simplemente hermosos, continúa que ya estoy super impaciente jejejeje.


Publicado por Patsypath
Publicado el 10/03/2009 18:53 - Total Temas: 40 - Total Mensajes: 3568

MUCHAS GRACIAS.....

Publicado por macarena
Publicado el 10/03/2009 19:13 - Total Temas: 1930 - Total Mensajes: 43249

MUCHAS GRACIAS POR EL HERMOSO CAP.

UN BESO y SALUDOS ...

\"\"

Publicado por MAYELA
Publicado el 10/03/2009 23:11 - Total Temas: 110 - Total Mensajes: 5409

GRACIAS MUY LINDO.


Publicado por JANA
Publicado el 10/03/2009 23:20 - Total Temas: 8511 - Total Mensajes: 51585

GRACIAS GRISEL MUY HERMOSO!!

UNA PREGUNTA: ESTOS CAPITULOS LOS COMPRASTE CON ALGUN VIDEO DE LA NOVELA, PORQUE YO SOLO HE ENCONTRADO QUE VENDEN PERO HASTA EL CAPITULO 95.

DONDE PUEDO ENCONTRAR LA NOVELA MAS COMPLETA?

MUCHAS GRACIAS

IMELDA.

Publicado por Memelushka
Publicado el 11/03/2009 00:00 - Total Temas: 12 - Total Mensajes: 196

GRACIAS AMIGA ME ENCANTA Y ESTOY ESPERANDO LOS SEGUINTES ...ME GUSTA MUCHO ...

GRACIAS Y BESOS

rosa / de francia

Publicado por rosa maria aires
Publicado el 11/03/2009 01:11 - Total Temas: 6 - Total Mensajes: 520

muchisimas gracias grisel tan emocionantes como los anteriores eres una gran escritora ya espero con ansia el siguiente. beatriz

Publicado por betymadrid
Publicado el 11/03/2009 04:15 - Total Temas: 46 - Total Mensajes: 1920

MUCHAS GRACIAS AMIGA ESTA PRECIOSO......ESPERO EL PROXIMO......UN SALUDO

Publicado por montse
Publicado el 11/03/2009 11:46 - Total Temas: 85 - Total Mensajes: 7928

MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIRLO CON NOSOTRAS ESTAN LINDOS LOS CAPITULOS.... ESPERAMOS MASSS. 

Publicado por cucha06
Publicado el 11/03/2009 12:30 - Total Temas: 31 - Total Mensajes: 4266
nena q capitulo tan lindo ailin barranquilla
Publicado por ailin
Publicado el 11/03/2009 12:57 - Total Temas: 5 - Total Mensajes: 25
Gracias por los capitulos estan muy buenos.
Me gusta mucho tu continuacion de amor real te felicito.
Besos

Publicado por amcc
Publicado el 11/03/2009 13:14 - Total Temas: 275 - Total Mensajes: 4208

Muchas gracias.


Publicado por mivillu
Publicado el 11/03/2009 14:44 - Total Temas: 130 - Total Mensajes: 2985

Muchas gracias Grisel! Tu incondicional lectora. Aina.


Publicado por aina
Publicado el 11/03/2009 16:11 - Total Temas: 36 - Total Mensajes: 517
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