Silvia Navarro decidió desnudarse, hizo jirones la camiseta que la
identificó como la carta fuerte de Televisión Azteca durante tanto
tiempo. Desde hace 10 años, sus inconfundibles enormes ojos verdes
aparecen en televisión, y sin embargo hoy poseen un brillo distinto. El
mismo que posee la libertad adonde quiera que va.
Desde su participación como conductora en el tele-juego A la cachi, cachi porraen 1997, Silvia prácticamente ya pasó por todos los escenarios en los
que un actor puede desarrollar su arte. En el cine, trabajó en las
cintas Dragones: Destino de Fuego, Esperanza y Mujer Alabastrina; también tuvo la oportunidad de plantarse en el difícil teatro en las obras Mar Muerto, El Tenorio Cómico, Químicos para el amor. Pero, sin duda el reconocimiento le llegó gracias a la televisión. Después de protagonizar Catalina y Sebastián,Cuando seas mía, La Calle de las Novias, La Heredera, La Duda y Montecristo; éstas terminaron por confirmar una carrera que inició con el éxito de la telenovela Perla,
primer protagónico de la actriz junto a Leonardo García, que la volvió
una especie de as bajo la manga para Azteca; pero de eso, hace poco más
de una década.
¿Qué conservas de aquella Silvia que empezaba a aparecer en telenovelas?
Uy, pues creo que las ganas de
aprender y esa pasión con la que haces todo. Nunca se te quita el
nervio de salir a escena aun después de tanto tiempo, hagas lo que
hagas.
Conociste el éxito muy
rápido y has repetido mucho que no te sientes estrella; ¿cómo haces
para que la fama no haga mella en tu vida?
Hay que saber manejar la fama;
afortunadamente hay mucha gente a mi alrededor, las personas que te
quieren son las que hacen que vuelvas a poner los pies sobre la tierra.
¿Eso te pasó a ti?
Creo que sí, en algún momento; quizás al principio de mi carrera pero afortunadamente aprendí a superar esas etapas.
Me imagino que pasó con Perla…
¡Sí!, Perla. Hace ya 10
años que hice esa telenovela. Pero desde entonces hubo un aprendizaje
muy grande, en el que fui enriqueciéndome como persona.
Lee la nota completa en nuestra edición impresa de marzo 2008.
Backstage de la sesión fotográfica de Silvia Navarro