El equipo de Colunga Team y yo te damos la Bienvenida a nuestra casa. Deseamos que te diviertas y que convivas con respeto y cariño con los demás integrantes de nuestra gran Familia.
Mientras Frank seguía observando todo, y cortando aquel alambre que de verdad le había costado bastante pero al amanecer ya lo había logrado. Esa noche se quedo dentro de su auto. Ahí planearía por fin el escape mientras pensaba en todo lo que había analizado. El orfanato es grande tiene 6 habitaciones en cada ala, cada una con 10 camas o cunas más o menos, hay desde bebes hasta mujeres y por cierto muy bellas y sonrió. Cuál de ellas será Andrea?
-Ah! recuerdo que hay un chico que debe ser de los huérfanos también pues a él he visto le tocan los trabajos rudos. -La directora escuche la llaman Gloria y a su aliado creo que escuche Julian. Todos trabajan mucho sobre todo las chicas, Sus caras son muy tristes. Qué finalidad tendría ese evento? Bueno sé que la vigilancia es bien mala y se reía es fácil entrar al lugar.
-Ya quiero salir de esto que le prometí a Jesús para poder saber de ti mamá.
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En la mañana, Andrea y sus amigas se levantaron bien tristes. Pues ni pensar en escapar sus esperanzas se habían disipado de nuevo. Andrea lloraba mientras aseaba con las demás el lugar de todo aquello, sus amigas querían darle fuerzas pero en realidad ninguna podía, luego llego Roberto y al verla llorar sin consuelo la abrazo fuertemente mientras les decía a todas. No se aflijan ya encontraremos la manera de salir de aquí. Ya verán.
-Sí pero cuando Roberto. ¿Cuándo?
Andrea apenas y desayuno sin pensar en que tendrían que esperar hasta la cena para volver a probar comida. Quería terminar para ir a ese gran bosque y poder llorar y llorar. Sin saber que ahí estaba escondido Frank esperando la noche.
Todas se hablaban con la mirada pero ninguna emitía palabra alguna. Terminaron de limpiar el Gran salón y se van rumbo al Jardín. Ese día Roberto no las acompañó ideaba una manera de escapar de ahí y viendo que Julián sale del estudio con la Sra. Gloria perpetra en él para conseguir el número de teléfono de algún benefactor. Revisa todo muy rápidamente y asustado pero el cariño por sus hermanas y más el amor por Rebeca lo hacía luchar por salir de ahí aunque ella no lo sabía. A él le encantaba lo alegre que era a pesar de haber crecido en ese horrible lugar.
Por fin consigue una agenda, pero millones de números estaban ahí. -Como sabré quien podrá ayudarme, qué numero será de un benefactor?. -Dios mío ¡Ayúdame! (exclamo mirando hacia arriba). En ese momento y con sus ojos nublados de lagrimas lee Sr. Hipólito Monterreal Benefactor. 0009999333388888 -¡Gracias mi Dios! Anota el número en una hoja rápidamente, se fija que todo este como lo encontró y sale del lugar sin llamar la atención y sin ser visto por nadie. Tenía que esperar hasta la noche y meterse de nuevo al estudio para hacer la llamada y aunque no sabía si resultaría pues el número podía ser de alguna oficina igual lo intentaría. Todo esto sin decirle nada a las chicas. No quería animarlas en vano.
Entrada la madrugada y todas en sus habitaciones Andrea estaba súper inquieta no podía dormir, las rectoras caminaban por los pasillos oscuros como vigilantes hasta las 12 de la noche luego se iban a dormir.
A las 12.30 sale Andrea de su cuarto dejando a sus amigas dormidas solo quería salir a la terraza y pensar aunque lo tuviera prohibido. Cuando de repente en el pasillo ve un celaje era una sombra que se movía, retrocede dos pasos asustada. Espera unos minutos y sigue caminando muy prevenida. Logra ver que era Roberto entrando al estudio, acelera el paso y toca levemente la puerta. -Roberto soy yo Andrea ábreme (muy bajito).
-Andrea que haces aquí.
-No podía dormir y quería ir a la terraza cuando te vi entrar aquí.
-Conseguí un numero creo que de un benefactor, pienso llamarlo y pedirle ayuda.
Tenía una velita para no encender las luces con ella podría ver los números que tenía que marcar.
-Está bien Roberto llama yo vigilo que no venga nadie. (Marcó varias veces y nadie le contestó por lo que se desespera)
-No agarra nadie Andrea ¿qué hacemos?
-Sigue intentando Roberto. En eso una voz que denotaba estar durmiendo contesta.
-Buenas ¿Quién habla a estas horas de la madrugada?
-Disculpe Sr. es Roberto del orfanato.
-¿Que Roberto? (contesta medio molesto)
-Soy un huérfano Sr. Necesito su ayuda.
El Sr. Hipólito Monterreal le dice -Hijo no crees que estas no son horas de llamar, porque no hablaste cuando estuve allá en el evento.
-Sr. No pude esto no es lo que ustedes creen.
-Caramba hijo ya me estas preocupando.
-Sr. Por favor necesito contarle muchas cosas feas de este lugar.
-Ok chico hagamos algo, yo mañana estaré allá y solicitare hablar contigo.
-Pero Sr. no lo van a dejar.
-¿Cómo que no me van a dejar?
-Sr. Si saben que lo llame me va a ir muy mal.
En eso Andrea escucha pasos y le dice a Roberto con el brazo que termine la llamada.
-Sr. Debo colgar ayúdenos por favor y tranca.
Se quedan en silencio y al cabo de unos minutos se iban a la terraza para hablar, tenían miedo por las consecuencias que les podría traer esa llamada. Vuelven a escuchar un ruido y se agachan detrás de una biblioteca que estaba en el pasillo mientras veían luces de linternas. En eso ven que abren una ventana de las que daba para la terraza y se mete un hombre casi no se le veía la cara Andrea estaba aterrada, este la alumbra con la linterna y con el dedo índice de su mano sobre su boca les dice que no hablen.
Frank vio los ojos de Andrea y aun sin saber que era ella quedo prendado con su belleza y verla asustada lo hacía sentir que ella lo necesitaba.
Roberto se le dice a Andrea que corra que el tratara de defenderla pensando en que seguro era un ladrón. Roberto se le va encima a Frank para que Andrea corra, pero ella se queda inmóvil en el lugar, los nervios no la dejaron correr, Roberto le dice Andrea Corre. Por lo que Frank piensa ¨Andrea¨ Entonces eres tú.
Frank agarra a Roberto fuertemente y viéndolo molesto fijamente a los ojos les explica a lo que ha venido y les hace entender que está ahí para ayudarlos.
-Quiero que me esperen aquí en silencio en cuanto tenga todo controlado nos larguemos rápido de este lugar.
-No puedo irme sola mis amigas me necesitan y los niños (decía Andrea con la voz entre cortada).
-Discúlpame pero por ahora solo vine por ti luego veremos cómo ayudar a los demás.
-¿Por mi? Preguntaba ella extrañada.
-Estoy aquí porque Jesús me lo pidió, ¿Lo recuerdas?
-Claro ¿Qué tienes que ver con él?
-Luego lo sabrás. Ahora no hay tiempo.
-Por favor ayuda a mis amigos son mi familia.
-Caramba en que lio me metes. (Piensa unos segundos) De acuerdo que sea rápido y pocos ok. Luego veremos que hacer por los demás.
-Si la Sra. Gloria escucha algo nos va ir muy mal.
-Escuchen no tenemos mucho tiempo yo me encargo de Gloria, ¿Saben si hay alguien más?
-Julián él se quedo hoy.
Se van rápidamente a sus cuartos Andrea despierta a sus amiga y les cuenta lo que estaba pasando, todas se levantan emocionadas sin preguntar nada y sin pensarlo meten sus ropas en las fundas de las almohadas en ese momento no querian pedir explicaciones. Ya lista salen todas al pasillo rumbo a la terraza. Roberto había ido por ropa pero ya estaba en el lugar acordado vigilando, Andrea tenía los ojos de ese hombre clavados en su cabeza, no lo podía sacar de su mente. Tenía una sensación extraña entre temor y confianza.
Frank iba rumbo a la habitación de Gloria. Al llegar a la recamara violenta la cerradura de manera muy silenciosa y entra directo a taparle la boca a Gloria sin darle la posibilidad de gritar.
-Cállese y no grite. Si se queda tranquila nada malo le pasara.
-¿Que quiere? (Muerta de miedo).
-Hacer justicia le dice.
-Pero ¿Quién eres y justicia de qué? Yo no te he visto jamás en mi vida.
-Tal vez a mi no, pero recuerda a Jesús ese pobre niño indefenso que usted vendió. Se lo decía en tono bajo pero con una intensidad y rabia en su mirada que Gloria estaba aterrada. Gloria se asombra pero trata de demostrar que no sabía de lo que le hablaba.
-Bueno ese pobre niño fue abusado de las peores maneras y mejor no recuerdo Sra. Si es que le debería de decir así. Porque sería capaz de? Aprieta sus labios para no decir algo que luego se arrepentiría, y le amarra las manos y los pies con tirro de aluminio. Y fue en ese momento que Gloria aprovecho de gritar muy fuerte. ¡Auxilio! por lo que Frank se vio obligado a taparle la boca rápidamente.
-Trate de ser amable Sra. Pero usted lo provoco.
(Afuera de la recamara)
-Tía ¿Te encuentras bien? Tía escuche un grito, ¿Fuiste tú? Tía voy a entrar.
Ya lo esperaban adentro y al pasar Frank lo apunta con la pistola en la cabeza y amenazándolo le pide colaboración para irse sin hacerles nada no sin recordarles que por lo menos nada peor de lo que les hacía a los niños de ese lugar. Los deja amarrados en la habitación mientras que las chicas y Roberto esperaban en el pasillo
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En su hogar Don Hipólito estaba muy intranquilo la llamada de Roberto lo había dejado muy mal, quería que ya fuera de mañana para llamar a otros benefactores y contarles lo sucedido y así decidir cómo actuar.
Andrea seguía nerviosa y confundida pero estaban todos juntos y saldrían por fin de ahí. En eso escuchan ruidos y se agachan, eran las rectoras quienes ven movimientos y por ser el espacio reducido detrás de la biblioteca solo logran esconderse tres de ellos.
-Oigan ustedes que hacen aquí a estas horas. -A ver señoritas estamos esperando una respuesta.
-Perdón es que salimos por un vaso de agua.
-Ustedes saben que está prohibido salir de sus habitaciones en la noche, deben regresar a su habitación si no quieren ir al cuarto de castigo.
Las chicas llorando veían a sus amigos detrás de la biblioteca y mientras se iban a la habitación les hacían señales sin que las vieran las rectoras para que se fueran.
Aunque no querían irse sin ellas Roberto convenció a Rebeca y Andrea para dejar el lugar, alegando que mas las ayudarían desde afuera que estando ahí encerrados.
No había dado tiempo de presentaciones por lo que las dudas de todos eran muy bien fundadas, nadie sabía quién era Frank. Seguían esperándolo y al ver que venían las rectoras huyen por la terraza. Al llegar abajo divisan a los perros, tenían caras de leones con ganas de devorarlos vivos o por lo menos así los veían ellos por el miedo que les tenían.
Frank llega al lugar acordado y no los encuentra, lo que lo hace dudar si se iba o los buscaba en las habitaciones, pensó que ya no se querían ir, que le tenían miedo, que había perdido su tiempo. No sabía que imaginar.
Movido por su promesa decide bajar pues ya iba a amanecer y sería muy peligroso seguir ahí como si nada.
Estaba en un dilema la busco hasta debajo de las piedras y me la llevo? O la dejo acá?
Decide irse por la terraza ya estando afuera pondría en claro sus dudas. Al llegar a la terraza los ve escondidos. En ese momento una sensación de alivio corría por todo su ser. Va directo a ellos y agarrando a Andrea por la mano logran bajar al jardín, seguían caminando a paso firme y muy rápido, Andrea siempre guiada por Frank mientras que Roberto agarrada fuerte a rebeca y los seguía. Los perros iban detrás de ellos pero sin hacer ningún ruido ni mucho menos intentar atacarlos pues ya conocían a Frank.
Por esas cosas de la vida los vigilantes estaban despiertos y haciendo su ronda, Luego de unos minutos escondidos logran evadirlos y corren por el bosque hacia donde estaba su auto. Los minutos eran cruciales, cualquier cosa podría pasar, Si Gloria y Julián se desataban sus vidas estarían en riesgo. Con mucha dificultad Logran subir aquella gran muralla por donde Frank había cortado el alambre de hojillas y se suben inmediatamente al auto los 4.
Frank manejaba a exceso de velocidad. Andrea iba aferrada al cinturón de seguridad al igual que sus amigos. Pero no abrían la boca. Sabían que corrían peligro de todas maneras.
Llevando como una hora de carretera Andrea lloraba en silencio, lagrimas constantes corrían por sus mejillas, Frank no lograba entenderla. Y decide preguntarle.
-¿Que tienes Andrea porque lloras? Deberías estar contenta.
-Perdón es que pasaron cosas.
Seguía manejando rápidamente por ese bosque oscuro. Frank iba muy satisfecho pues sentía que había hecho justicia de alguna manera. Quería que Dios le perdonara todo lo malo que había hecho antes y quería cumplir con la promesa a Jesús, pero eso no era todo había algo mas dentro de él que lo había llevado a ese lugar.
Roberto y Rebeka callados y asustados tenían sentimientos encontrados, tristes pero a la vez felices por haber dejado atrás ese lugar donde estuvieron encerrados toda su vida, aun no podían creer que iban rumbo a otro lugar. Mientras Andrea veía a Frank quien no tenía muy buen aspecto, se imaginaba mil cosas y eso la aterraba. La sola idea de salir de allí con un rumbo desconocido y peor la tenía muy intranquila. No podía emitir palabra alguna, solo lo veía y miraba al cielo para darle gracias a Dios y rogarle que fuera el milagro que tanto le había pedido.
Por alguna razón algo la impulsaba a confiar en ese hombre, algo que ni ella podía explicar. Lo detallaba muy bien, veía sus brazos fornidos, su piel color canela, sus marcas en su rosto ya era claro que no era ningún niño, pero lo que más le llamo la atención fueron sus ojos miel, esa mirada intensa que no lograba descifrar.
Frank en silencio pero pendiente de la mirada fija de Andrea sin verla les pide que no tengan miedo, les recalca que solo quería ayudarlos porque se lo había prometido a Jesús. Ese niño al que él quería mucho. -Lo recuerdas ¿verdad Andrea?
-Si ¿Fuiste tú quien lo compró?
-Aprovecho el trayecto para contarle como lo conoció y así romper un poco el hielo. Andrea le preguntaba que cómo estaba? preocupada. Le dijo que ahora estaba bien pero que había pasado por situaciones muy feas para su corta edad y esa fue una de las cosas por la que le prometió ayudarla. Andrea dejo caer unas lagrimas por su rostro nuevamente al imaginar lo que habría sufrido, estaba indignada que ese bebe que ella alimento y cuido con cariño mientras estuvo con ella hubiera pasado por todo eso.
-Gracias de verdad mil gracias por venir y sacarnos de ese horrible lugar, me siento tan mal al haber dejado a mis amigas ahí.
-Buenooo ¡Cómo! (Sorprendido) y ¿Qué pasó no fuiste por ellas? en eso habíamos quedado.
-Sí pero? (Contesta conteniendo el llanto) cuando llegamos al lugar donde quedamos en encontrarnos nos sorprendieron las rectoras nosotros nos pudimos esconder detrás de la biblioteca pero ellas no y las enviaron a la habitación de nuevo, nos dijeron que nos calláramos y nos fuéramos pero te juro que no quería dejarlas ahí. No sabes lo difícil que ha sido esa vida (y se pone a llorar).
Parecía niña indefensa necesitada de cariño, ese que Frank sabía que existía pues el tiempo que vivió con su madre lo disfruto. Detuvo un momento el auto y lentamente fue acercando a Andrea a su pecho envolviéndola muy fuerte entre sus brazos.
Andrea tenía miedo, pero en ese momento necesitaba un fuerte abrazo y se dejo llevar, lloro y lloro como queriendo desahogar su culpa.
Frank la dejo llorar en su pecho y cuando la sintió más calmada le dijo -Ya no llores mi niña. Esas palabras para ella eran como tocar el cielo, se sentía tan bien, no entiende por qué, pero ese abrazo fue tan distinto a los de Roberto. Se retiró lentamente de su pecho pero aun así seguían conectados con la mirada fija, había como una magia y sus ojos demostraban a gritos que algo más sentían. Se les había olvidado que en el asiento trasero estaban Roberto y Rebeca. En ese momento interrumpe Frank como queriendo controlar sus impulsos.
-Ya tenemos que irnos, prometo ayudar a tus amigas. (Dios de nuevo hago promesas pensó). No podemos olvidar que nos pueden venir siguiendo aún no estamos a salvo.
-Tienes razón (decía Andrea secándose las lágrimas con su mano) al llegar mis amigos y yo nos organizaremos y nos iremos pronto bastante has hecho ya.