.Afirmo y reafirmo que no debemos permitir que la vida pase a nuestro lado mientras miramos distraídos en otra dirección.

 Pero ¿qué significa permitir que la vida pase a nuestro lado? Significa vivir sin reflexionar, sin mirarnos a nosotros mismos para descubrir quiénes somos y hacia dónde vamos.

Me he puesto a pensar que aunque no lo queramos, en algún momento la vida o la muerte pondrán un espejo frente a nosotros para que abramos los ojos a lo que hemos estado negando. La vida puede ponernos un espejo delante en cualquier momento, generando situaciones que dejen en evidencia lo que verdaderamente somos. 

Si creemos en otra vida después de la muerte o en la Justicia Divina, la muerte nos coloca también frente a un espejo inevitable que nos hace tomar conciencia de todo aquello que ocultamos. Si no creemos en ningún Juicio Divino post mórtem, será el mismo mundo que abandonamos el que se encargue de juzgarnos: santificándonos, condenándonos o simplemente ignorándonos. Sea durante la vida o después de ella, en algún momento deberemos enfrentarnos a lo que somos. 

Y si es así, mejor hacerlo por voluntad propia y cuanto antes. Reflexionemos sobre quiénes somos realmente, qué perseguimos y adónde queremos llegar. ¿Somos el cargo que tenemos? ¿O somos la forma en que hacemos nuestro trabajo? ¿Somos las cosas que poseemos? ¿O somos aquello que hacemos con las cosas que tenemos? ¿Somos la cantidad de amigos que figuran en nuestra lista o que vienen a nuestro cumpleaños? ¿O somos la forma en que nos relacionamos? ¿Somos nuestro cuerpo? ¿O nuestro cuerpo es sólo un medio para manifestar nuestro interior? ¿Qué perseguimos? ¿Qué nos preocupa? ¿Qué nos ocupa? ¿Qué nos inquieta? ¿Qué nos angustia? ¿Qué nos alegra? ¿Qué nos conmueve? Tenemos miedo de mirarnos sinceramente al espejo porque no estamos seguros de lo que veremos.

 Y el miedo nos hace postergar ese momento. Pero si ese momento va a llegar, lo mejor es que estemos preparados. Tomemos el espejo y hablémonos con sinceridad.

 Descubramos nuestro ser y tomemos conciencia del camino que transitamos. Y si lo consideramos necesario, tengamos el valor, la tenacidad y la sabiduría suficientes para cambiar lo que somos o hacia dónde vamos. 

Si no lo hacemos, en algún momento estaremos frente a la imagen que no quisimos ver pero no sabemos si tendremos el tiempo suficiente para modificarla. Cambiar no es fácil. Requiere tiempo, paciencia y perseverancia. 

Da pereza y nos resistimos. Pero es nuestra elección.

GRACIAS MI CLAUS POR TAN EXELENTES REFLEXIONES!!!!!!BESITOS.